Ready Player One: Comienza el juego
6.7
40,546
Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Año 2045. Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada "Oasis". Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a ... [+]
30 de marzo de 2018
30 de marzo de 2018
47 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar criticando primero a los gafapastas de siempre, de verdad, sois muy cansinos...
A veces me pregunto que esperan en el cine, o más bien ¿qué esperan en este tipo de película?
¿Tiene un argumento simple? SI, es un blockbuster
¿Los personajes son planos? SI, es un blockbuster
¿El final es hollywoodiense? SI, es un blockbuster
Y así podría seguir hasta que se me acaben los carácteres que me deja la página escribir.
Y ahora sigo con mi humilde opinión, que no crítica. La peli es un auténtico homenaje a todas y cada una de las personas que como yo, hayan vivido en poca o gran medida la época ochentera, con sus entrañables películas de aventuras, los primeros destellos de genialidad en videojuegos, la música pop, la cultura friki, y un sinfín de guiños constantes que son casi imposibles de seguir al ser un bombardeo constante de información en cada plano o en cada sonido de la peli. Yo la disfruté como si hubiese vuelto a tener 10 años. No os dejéis engañar por los “entendidos” de cine que luego no tienen ni p*** idea de nada y se les llena la boca hablando tonterías en los foros. se nota el mimo y el trabajo dedicado a Ready Player One para quien lo sepa ver, y quizá no todo el mundo sepa disfrutarla si no es un “friki” de la cultura, música y videojuegos.
Gracias Spielberg por esta adaptación.
A veces me pregunto que esperan en el cine, o más bien ¿qué esperan en este tipo de película?
¿Tiene un argumento simple? SI, es un blockbuster
¿Los personajes son planos? SI, es un blockbuster
¿El final es hollywoodiense? SI, es un blockbuster
Y así podría seguir hasta que se me acaben los carácteres que me deja la página escribir.
Y ahora sigo con mi humilde opinión, que no crítica. La peli es un auténtico homenaje a todas y cada una de las personas que como yo, hayan vivido en poca o gran medida la época ochentera, con sus entrañables películas de aventuras, los primeros destellos de genialidad en videojuegos, la música pop, la cultura friki, y un sinfín de guiños constantes que son casi imposibles de seguir al ser un bombardeo constante de información en cada plano o en cada sonido de la peli. Yo la disfruté como si hubiese vuelto a tener 10 años. No os dejéis engañar por los “entendidos” de cine que luego no tienen ni p*** idea de nada y se les llena la boca hablando tonterías en los foros. se nota el mimo y el trabajo dedicado a Ready Player One para quien lo sepa ver, y quizá no todo el mundo sepa disfrutarla si no es un “friki” de la cultura, música y videojuegos.
Gracias Spielberg por esta adaptación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay tantos detalles: la Atari 2600, el street fighter, dragones y mazmorras, el delorean con la delantera del coche fantástico, Halo, Sonic, el arma del gears of war, el mortal kombat, la escena sublime del resplandor, Kong, godzilla, gundam, terminator 2, el cubo de Zemeckis (rubick), el gigante, Tracer, michael jackson, new order, twisted sister y un millón de “easter eggs” más que ya ni me acuerdo. GRACIAS.
13 de mayo de 2018
13 de mayo de 2018
41 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburre. Mucho. Y desde el principio. No le pongo un uno por el esfuerzo de la producción digital. Pero solo se queda en eso, en un artilugio efectista sin emoción y con bromas y referencias (como la de El Resplandor), tan ocurrentes como faltas de gracia. No tengo forma de empatizar. Ya no es que sea un producto infantil, sino un producto pensado para adultos con mentalidad infantil. La trama no me interesa y el mensaje a transmitir es tan obvio como tibio. Un verdadero tostonazo y un ejercicio falto de personalidad que se oculta tras tanto icono y guiño. ¿La vuelta del mejor Spielberg?...Más bien me ha parecido una mala réplica a la mucho más entretenida y emocionante Avatar.
31 de marzo de 2018
31 de marzo de 2018
31 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si has leído el libro, y vas buscando exactamente eso, te llevarás una desilusión. Hay muchas cosas del libro (para mí esenciales), que se han perdido en el camino. Sin embargo, no por eso la película es mala. El libro de Ernest Cline es un canto nostálgico a los años 70-80, y a la cultura e imaginario de esa época, una etapa que Steven Spielberg conoce muy bien, y que fue su edad de oro particular, y que le permite crear una buena película, en la que, si eres capaz de abstraerte del libro, y ver esta película como si fuese una nueva historia, se disfruta mucho.
Hay cosas que se han suprimido en el guión, y otras que se han cambiado, que se han hecho para dulcificar la historia (algunas me parecen un grave error), y que no voy a contar para no destripar el libro a los que no lo hayan leído, ni la película a los que no la hayan visto, pero a esta película le falta algo del drama del libro y una recreación más profunda de los personajes y sus motivaciones, y mucho, mucho contexto ochentero. Quizás, y es sólo una opinión, el cambio en la primera prueba es de lo que menos me ha gustado, porque se pierde la esencia de una de las partes más importantes del libro.
Aún así, la película es una gozada, y un soplo de aire fresco entre tanta última mediocridad. Spielberg es Spielberg, y los años 80 son su reino. Pocos podrían conjugar lo nuevo con lo antiguo, como lo hace él, e insuflarle vida a esta historia.
El reparto está a la altura, el director está a la altura, la historia está a la altura, los efectos especiales son increíbles, la historia está muy bien contada, pero ... le falta emoción y sensibilidad. Nunca me llega al corazón, y eso hace que baje muchos enteros. Me he cansado de leer que tiene un montón de referencias implícitas, escondidas, pero en realidad lo que le falta son más referencias explícitas a los años 70-80.
¿Cuál es uno de los principales defectos de la película? En ningún momento se entiende el amor de James Donovan Halliday, el creador de Oasis (magníficamente interpretado por Mark Rylance), por los años 70-80, y este tema, que es el leitmotiv del libro, se diluye de forma incomprensible en la película, perdiendo gran parte de su esencia y su encanto. Es cierto que es difícil traspasar este concepto a la pantalla, pero se echa de menos una mayor profundización en este tema, que es parte esencial del libro (todos los personajes se conocen casi de memoria el universo de esa época en el libro, y es algo que no se ve en la película, y que escuece).
¿Por qué un 7? Porque la película es buena, pero el guión se ha hecho para que sea más comercial e infantil, y en ese proceso en determinadas fases de la historia, se pierden muchos matices, emoción, contexto ochentero, recreación del mundo exterior, y sobre todo una mayor profundidad, motivación y emoción en los personajes. Pero la película tiene indudables virtudes también. Se agradecen unos efectos especiales al servicio de la película, y no al revés, una historia bien definida, con un hilo argumental coherente y una historia bien recreada y mejor contada, al más puro estilo Spielberg. Y, por cierto (hay que decirlo claramente y en voz alta), hay que agradecer, que por fin vemos un villano de categoría, pues últimamente en las películas, todos parecen un cliché y una caricatura. Se agradece este villano lleno de matices y muy bien concebido.
Por último, hay que dejar claro que, aunque te haya gustado el libro, la película es muy interesante y distraída, y el que vaya a verla no desperdiciará su dinero. Y ojo, que no se malinterprete lo que voy a decir, pero me atrevo a decir que es una de las mejores películas "comerciales" que Spielberg ha hecho últimamente.
Hay cosas que se han suprimido en el guión, y otras que se han cambiado, que se han hecho para dulcificar la historia (algunas me parecen un grave error), y que no voy a contar para no destripar el libro a los que no lo hayan leído, ni la película a los que no la hayan visto, pero a esta película le falta algo del drama del libro y una recreación más profunda de los personajes y sus motivaciones, y mucho, mucho contexto ochentero. Quizás, y es sólo una opinión, el cambio en la primera prueba es de lo que menos me ha gustado, porque se pierde la esencia de una de las partes más importantes del libro.
Aún así, la película es una gozada, y un soplo de aire fresco entre tanta última mediocridad. Spielberg es Spielberg, y los años 80 son su reino. Pocos podrían conjugar lo nuevo con lo antiguo, como lo hace él, e insuflarle vida a esta historia.
El reparto está a la altura, el director está a la altura, la historia está a la altura, los efectos especiales son increíbles, la historia está muy bien contada, pero ... le falta emoción y sensibilidad. Nunca me llega al corazón, y eso hace que baje muchos enteros. Me he cansado de leer que tiene un montón de referencias implícitas, escondidas, pero en realidad lo que le falta son más referencias explícitas a los años 70-80.
¿Cuál es uno de los principales defectos de la película? En ningún momento se entiende el amor de James Donovan Halliday, el creador de Oasis (magníficamente interpretado por Mark Rylance), por los años 70-80, y este tema, que es el leitmotiv del libro, se diluye de forma incomprensible en la película, perdiendo gran parte de su esencia y su encanto. Es cierto que es difícil traspasar este concepto a la pantalla, pero se echa de menos una mayor profundización en este tema, que es parte esencial del libro (todos los personajes se conocen casi de memoria el universo de esa época en el libro, y es algo que no se ve en la película, y que escuece).
¿Por qué un 7? Porque la película es buena, pero el guión se ha hecho para que sea más comercial e infantil, y en ese proceso en determinadas fases de la historia, se pierden muchos matices, emoción, contexto ochentero, recreación del mundo exterior, y sobre todo una mayor profundidad, motivación y emoción en los personajes. Pero la película tiene indudables virtudes también. Se agradecen unos efectos especiales al servicio de la película, y no al revés, una historia bien definida, con un hilo argumental coherente y una historia bien recreada y mejor contada, al más puro estilo Spielberg. Y, por cierto (hay que decirlo claramente y en voz alta), hay que agradecer, que por fin vemos un villano de categoría, pues últimamente en las películas, todos parecen un cliché y una caricatura. Se agradece este villano lleno de matices y muy bien concebido.
Por último, hay que dejar claro que, aunque te haya gustado el libro, la película es muy interesante y distraída, y el que vaya a verla no desperdiciará su dinero. Y ojo, que no se malinterprete lo que voy a decir, pero me atrevo a decir que es una de las mejores películas "comerciales" que Spielberg ha hecho últimamente.
30 de marzo de 2018
30 de marzo de 2018
27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Quítense las gafas VR, esta es una de las peores películas de la carrera de Steven Spielberg.
-Cinta tan banal como la distopía que retrata. Te echamos de menos John Williams.
El año pasado tuvimos nuestra ración del Spielberg político gracias a “The Post”, esa magnífica película sobre el buen periodismo. Este año le tocaba el turno al Spielberg aventurero, al cineasta que pone a prueba los confines del universo y las posibilidades del séptimo arte, al arquitecto de la infancia de varias generaciones, a uno de los maestros de la ciencia ficción. Un regreso en forma de adaptación de la elogiada novela de Ernest Cline, “Ready Player One”. Todo parece de ensueño: una premisa a la altura, el propio autor en el guion, un potente reparto (Tye Sheridan, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, etc), un sinfín de guiños populares al alcance y nuestro Rey Midas favorito a los mandos del reluciente vehículo. Y sí, a priori este DeLorean luce fantástico, suena a música celestial y corre de forma vertiginosa; pero en cuanto llega la primera curva simplemente no da la talla. Claro, nos hemos equivocado de Spielberg, aquí solo está el productor infalible que sabe como nadie donde poner la cámara. ¿Ready? ¡Launch!
El comienzo nos atrapa sin remedio. El cineasta elabora una dinámica presentación de universo y personajes con la que además quedan bastante claras las intenciones de la cinta. Una idea representada de forma diáfana a través de una violenta carrera de obstáculos con un King Kong gigante guardando la meta. No queda lugar a duda, Oasis es un mundo en el que todo puede ocurrir, un mundo excesivo, nostálgico y alucinante. Pero no deja de ser un mero videojuego. Es algo que todos tenemos claro, menos tal vez, el propio Spielberg, que se juega todas las monedas a su vacua mezcla de espectacularidad y nostalgia. De este modo la propia película se acaba convirtiendo en un excesivo, nostálgico y alucinante videojuego Triple A. Lo que no sería un problema si tras los píxeles hubiera algo más valioso que la opulencia visual y una nostalgia vomitada sin embudo. Sin embargo detrás de todos esos guiños y toda la pirotecnia no hay nada más que otro puñado de guiños y más pirotecnia (aparte del “planting” cómico más vergonzosamente divertido del año); y nada de eso nos lleva a creer en unas auténticas consecuencias en el mundo real, por mucho que los personajes insistan en soltar sus presagios fatalistas. La última media hora es una gigantesca prueba para la suspensión de nuestra incredulidad, un clímax de giros de guion cogidos con pinza y acción convencional que desembocan en el obvio y prolongado momento de la moraleja.
“Ready Player One” es un entretenimiento tan vivaz y bien diseñado como en el fondo, plano. Una historia desaprovechada de la que se debía sacar muchísimo más. Spielberg salta al ritmo de Van Halen conducido por una nostalgia ciega y trivial, para terminar creando un easter-egg gigante y saturado que observamos entusiasmados aunque en realidad sea tremendamente vulgar. Es difícil asimilar que el cineasta que antaño rompió los límites de nuestra imaginación esté detrás de este aparato comercial sin alma. Un batiburrillo de referencias a la cultura pop tan irreprochable en lo formal que casi se pasa por alto su mediocre guion y a esos personajes que no son sino un puñado de avatares impersonales. Spielberg, casi cual flautista de Hamelín, nos guía por un camino de luces de colores para al final pedirnos que saltemos al vacío, aún sabiendo que no hay nada en el fondo.
-Cinta tan banal como la distopía que retrata. Te echamos de menos John Williams.
El año pasado tuvimos nuestra ración del Spielberg político gracias a “The Post”, esa magnífica película sobre el buen periodismo. Este año le tocaba el turno al Spielberg aventurero, al cineasta que pone a prueba los confines del universo y las posibilidades del séptimo arte, al arquitecto de la infancia de varias generaciones, a uno de los maestros de la ciencia ficción. Un regreso en forma de adaptación de la elogiada novela de Ernest Cline, “Ready Player One”. Todo parece de ensueño: una premisa a la altura, el propio autor en el guion, un potente reparto (Tye Sheridan, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, etc), un sinfín de guiños populares al alcance y nuestro Rey Midas favorito a los mandos del reluciente vehículo. Y sí, a priori este DeLorean luce fantástico, suena a música celestial y corre de forma vertiginosa; pero en cuanto llega la primera curva simplemente no da la talla. Claro, nos hemos equivocado de Spielberg, aquí solo está el productor infalible que sabe como nadie donde poner la cámara. ¿Ready? ¡Launch!
El comienzo nos atrapa sin remedio. El cineasta elabora una dinámica presentación de universo y personajes con la que además quedan bastante claras las intenciones de la cinta. Una idea representada de forma diáfana a través de una violenta carrera de obstáculos con un King Kong gigante guardando la meta. No queda lugar a duda, Oasis es un mundo en el que todo puede ocurrir, un mundo excesivo, nostálgico y alucinante. Pero no deja de ser un mero videojuego. Es algo que todos tenemos claro, menos tal vez, el propio Spielberg, que se juega todas las monedas a su vacua mezcla de espectacularidad y nostalgia. De este modo la propia película se acaba convirtiendo en un excesivo, nostálgico y alucinante videojuego Triple A. Lo que no sería un problema si tras los píxeles hubiera algo más valioso que la opulencia visual y una nostalgia vomitada sin embudo. Sin embargo detrás de todos esos guiños y toda la pirotecnia no hay nada más que otro puñado de guiños y más pirotecnia (aparte del “planting” cómico más vergonzosamente divertido del año); y nada de eso nos lleva a creer en unas auténticas consecuencias en el mundo real, por mucho que los personajes insistan en soltar sus presagios fatalistas. La última media hora es una gigantesca prueba para la suspensión de nuestra incredulidad, un clímax de giros de guion cogidos con pinza y acción convencional que desembocan en el obvio y prolongado momento de la moraleja.
“Ready Player One” es un entretenimiento tan vivaz y bien diseñado como en el fondo, plano. Una historia desaprovechada de la que se debía sacar muchísimo más. Spielberg salta al ritmo de Van Halen conducido por una nostalgia ciega y trivial, para terminar creando un easter-egg gigante y saturado que observamos entusiasmados aunque en realidad sea tremendamente vulgar. Es difícil asimilar que el cineasta que antaño rompió los límites de nuestra imaginación esté detrás de este aparato comercial sin alma. Un batiburrillo de referencias a la cultura pop tan irreprochable en lo formal que casi se pasa por alto su mediocre guion y a esos personajes que no son sino un puñado de avatares impersonales. Spielberg, casi cual flautista de Hamelín, nos guía por un camino de luces de colores para al final pedirnos que saltemos al vacío, aún sabiendo que no hay nada en el fondo.
10 de octubre de 2018
10 de octubre de 2018
34 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nadería en Cine, si es fruto de la inexperiencia o de una obligada indigencia presupuestaria, puede producirme cierta compasión como espectador, acaso una suerte de indulgencia condescendiente.
Spielberg, que ni es primerizo ni parco en posibles (de hecho, él y George Lucas son los directores más acaudalados de Hollywood), y a quien me atrevo a concebir como ser humano con cualidades sensibles suficientes, ha debido de constatar, como yo, que es casi insultante semejante despliegue infográfico —cuya creación no es precisamente sencilla— para tanto vértigo infantil. En caso contrario, no hablaríamos de un director banal tanto como de algo peor.
No se puede sustentar una película entera en colores y colorines, en pura referencia a cosas ya existentes, apelando casi con violencia a la nostalgia o a la camaradería del espectador. Si lo sé yo, Spielberg ha de saberlo también. El espectador tendría que ser seducido de manera tangencial, generándole incógnitas, no mediante el guiño constante y el empujón tosco.
Quizás esta película merece una elegía más contundente, una diatriba más elaborada sobre la corrupción del entretenimiento, sobre la ciega confianza de los ricos de Hollywood en nuestra permeabilidad a la explosión boba y al artefacto ramplón, pero creo que me repetiría a mí mismo y a otros usuarios de esta página, que tan bien se han pronunciado alguna vez sobre este hecho.
...
Hablará por mí, y por mi incredulidad tras ver esta película, un significativo ejemplo. En 'Cuentos de Tokio' de Yasujiro Ozu, película de constantes y elocuentes planos fijos, se produce, en cierto momento de gran carga emocional, un lento deslizamiento de la cámara. La impresión que produce es evidente: el director está hablando.
En 'Ready player one', la cámara traza espirales frenéticas en varias escenas, girando como una rata enloquecida, sobre sí misma, orbitando alrededor de un efecto digital que no tiene más sentido que el simple lucimiento de la tecnología empleada para producirlo. No importa que no haya razón expresiva: la cámara ha de moverse siempre.
Gracias.
Spielberg, que ni es primerizo ni parco en posibles (de hecho, él y George Lucas son los directores más acaudalados de Hollywood), y a quien me atrevo a concebir como ser humano con cualidades sensibles suficientes, ha debido de constatar, como yo, que es casi insultante semejante despliegue infográfico —cuya creación no es precisamente sencilla— para tanto vértigo infantil. En caso contrario, no hablaríamos de un director banal tanto como de algo peor.
No se puede sustentar una película entera en colores y colorines, en pura referencia a cosas ya existentes, apelando casi con violencia a la nostalgia o a la camaradería del espectador. Si lo sé yo, Spielberg ha de saberlo también. El espectador tendría que ser seducido de manera tangencial, generándole incógnitas, no mediante el guiño constante y el empujón tosco.
Quizás esta película merece una elegía más contundente, una diatriba más elaborada sobre la corrupción del entretenimiento, sobre la ciega confianza de los ricos de Hollywood en nuestra permeabilidad a la explosión boba y al artefacto ramplón, pero creo que me repetiría a mí mismo y a otros usuarios de esta página, que tan bien se han pronunciado alguna vez sobre este hecho.
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Hablará por mí, y por mi incredulidad tras ver esta película, un significativo ejemplo. En 'Cuentos de Tokio' de Yasujiro Ozu, película de constantes y elocuentes planos fijos, se produce, en cierto momento de gran carga emocional, un lento deslizamiento de la cámara. La impresión que produce es evidente: el director está hablando.
En 'Ready player one', la cámara traza espirales frenéticas en varias escenas, girando como una rata enloquecida, sobre sí misma, orbitando alrededor de un efecto digital que no tiene más sentido que el simple lucimiento de la tecnología empleada para producirlo. No importa que no haya razón expresiva: la cámara ha de moverse siempre.
Gracias.
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