Típica película para echarse la siesta los fines de semana. Los mismos "actores" de siempre, véase, Resines que está hasta en la sopa de sobre, Julián López, S. Segura, Harlem, etc., y los mismos directores. Claro que cualquiera que no sea español y vea está película debe pensar que somos bobos en España y somos unos "cuñaos" como los personajes de la película. Cada vez que pienso que el dinero de las subvenciones del cine siempre acaba en los mismos bolsillos me da una tremenda tristeza. Llevamos unos años de cine malo, exceptuando las producciones que van a los Goya que sí son buenas películas.

Otra repugnante muestra del humor patrio actual, rancio y chusquero donde los haya. Como bien destacan otras acertadas críticas de esta pseudpelícula es una pena que el dinero de todos los españoles vaya a parar a financiar bazofias insultantes para la inteligencia como esta cochambre intelectual. Su humor chabacano nos retrotrae a lo peor de las películas de Esteso y Pajares, algunas de las cuales comparadas con esta decrépita muestra de humor patrio, podrían considerarse auténticas obras maestras. En fin, una película hecha por y para subnormales.

Resulta ser una desafortunada elección cinematográfica que, más que una secuela, parece aprovechar el título exitoso de su predecesora para atraer la atención del público. La película no solo carece de la frescura y el ingenio que caracterizó a "Ocho Apellidos Vascos", sino que también se sumerge en un terreno de mediocridad que sugiere una falta de esfuerzo y creatividad.

El título parece ser un anzuelo para los fans de la primera entrega, pero rápidamente queda claro que la conexión termina ahí. La trama es desconcertante y carece de la inteligencia que hizo que la original fuera tan bien recibida. Las situaciones parecen forzadas y los chistes caen en la repetición sin añadir nada nuevo ni auténtico a la comedia.

En lugar de construir sobre el éxito de la primera película, "Ocho Apellidos Marroquís" se siente como un intento apresurado de capitalizar el reconocimiento previo. La falta de esfuerzo para ofrecer una historia convincente y humor fresco resulta en una experiencia que deja a los espectadores preguntándose por qué eligieron asociar este proyecto con la entrega anterior. En última instancia, es una película que parece depender más de la nostalgia que de la calidad, decepcionando a quienes esperaban una continuación digna.

Tras las malísimas críticas que recibió esta cinta y visto que lo de "Ocho apellidos" era una triquiñuela comercial para vender un producto con poco interés, he entrado en esta cinta con curiosidad y sin expectativas y la verdad, me ha gustado. Quitando un poco el abuso de los clichés iniciales, un poquito el buenismo y la actuación de Elena Irureta que intenta poner voz de pija pero no funciona, resulta que tenemos una comedia romántica predecible pero no por eso menos disfrutable.

La historia básicamente nos cuenta como una madre, la hija y el ex de turno, españoles llenos de prejuicios, deben viajar a Marruecos para recuperar un legado, a partir de ahí hay algún giro predecible pero simpático y se va desarrollando una trama, que han tenido el acierto de que se desarrolla rápido y la hace muy entretenida.

En resumen, si te apetece una comedia romántica española, positiva y que deja buen sabor de boca, posiblemente te guste.

Lo mejor: Tiene momentos divertidos y emotivos. La escena del baile.
Lo peor: Clichés exagerados. Haber puesto la coletilla "Ocho apellidos" cuando no tiene nada que ver y por supuesto está muy lejos como película, de Ocho apellidos vascos.

Expareja cántabra viaja a Marruecos con la madre de ella tras el fallecimiento de su marido cuyo último deseo es recoger y llevar a Cantabria un barco que estaba amarrado en una localidad de nuestros "adorables" vecinos. Todo "pintaba" bien, y más con gente como Julián López y Michelle Jenner, pero como es constumbre actual, todo es lamentable.

La familia refleja una típicamente pija, rancia y xenófoba (pero en la película se tiene que decir la palabra racista porque si no, no cala el mensaje) así como el resto del pueblo donde viven, tanto que la madre parece una imitación barata de Carmen Lomana. El personaje de Julián López intenta reconquistar a su ex pero acaba casado y enamorado, oh, sorpresa, de la protagonista marroquí que entra como ilegal en España y tiene que luchar contra las críticas y miradas de los españolitos fascistas, pobre, enseñándonos así cuán bonita es la multiculturalidad y qué guais son las costumbres marroquís e islámicas (que se lo digan a los suecos), como lo de que la que se casa tiene que ser virgen (igual de asqueroso que con los gitanos), todo muy respetuoso con las mujeres, pero como son sus costumbres hay que respetarlas mientras hay que luchar contra el heterofacharcado español. Una hipocresía y doble moral típica en el cine zurdo. En definitiva, una película que de no pretender el adoctrinamiento del personal, habría sido entretenida, y eso que nada tiene que ver con sus dos predecesoras.

El objetivo está claro: dinero público (como los 28 millones de euros destinados a comprar a Broncano para TVE) para hacer una película con la intención de dulcificar la inmigración ilegal y la imposición del islam en España/Europa, porque ese machismo y misoginia sí que es bueno, no como el que reina en España por culpa del malvado varón blanco heterosexual.

Qué tiempos chunguísimos estamos viviendo y la que nos espera.