La chica terremoto
1972 

7.1
11,633
Romance. Comedia
Howard Bannister es un joven musicólogo, serio, tímido y despistado. Va a San Francisco con su novia para participar en una convención y obtener una beca de investigación. Allí conoce a Judy Maxwell, una joven vitalista con la que vivirá las situaciones más disparatadas. (FILMAFFINITY)
11 de julio de 2011
11 de julio de 2011
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
He llegado a descubrir esta película gracias a una recomendación especial, y he tenido suerte porque me he encontrado con una gran comedia de enredo con momentos geniales y situaciones hilarantes.
Podía haber llegado a ella por otros caminos. Por ejemplo puede que hubiera empezado a interesarme por la trayectoria de Ryan O'Neal después de ver Barry Lyndon, o escuchando un día la voz de la Streisand me podría haber picado el gusanillo de ver su filmografia al completo, o buscando algo más del director de La ultima película. Pero ha sido mas especial llegar a ¿Que me pasa, doctor? De esta manera.
Hay que destacar el reparto del film, con una galería de secundarios entregadisimos a la causa, que saben destacar y convertirse en protagonistas de la función. Y por encima de todos dos figuras destacan y brillan, están luminosos.
Por un lado O'Neal interpretando a un hombre algo despistado e interesado en cuestiones musicales, amen de las rocas ígneas, compañeras inseparables allá donde vaya, o casi. Y por otro lado Streisand en un personaje que le va como anillo al dedo, extrovertida, divertida, alocada, una explosión de caos y también de vida es lo que se produce por donde quiera que pase.
Otro punto a destacar son las situaciones, guiños al cine clásico, gags míticos, que por otra parte siempre funcionan, como los que se producen en la persecución cumbre por las empinadas calles de San Francisco.
En definitiva, se trata de una comedia clásica altamente disfrutable, con una pareja con mucha química.
Podía haber llegado a ella por otros caminos. Por ejemplo puede que hubiera empezado a interesarme por la trayectoria de Ryan O'Neal después de ver Barry Lyndon, o escuchando un día la voz de la Streisand me podría haber picado el gusanillo de ver su filmografia al completo, o buscando algo más del director de La ultima película. Pero ha sido mas especial llegar a ¿Que me pasa, doctor? De esta manera.
Hay que destacar el reparto del film, con una galería de secundarios entregadisimos a la causa, que saben destacar y convertirse en protagonistas de la función. Y por encima de todos dos figuras destacan y brillan, están luminosos.
Por un lado O'Neal interpretando a un hombre algo despistado e interesado en cuestiones musicales, amen de las rocas ígneas, compañeras inseparables allá donde vaya, o casi. Y por otro lado Streisand en un personaje que le va como anillo al dedo, extrovertida, divertida, alocada, una explosión de caos y también de vida es lo que se produce por donde quiera que pase.
Otro punto a destacar son las situaciones, guiños al cine clásico, gags míticos, que por otra parte siempre funcionan, como los que se producen en la persecución cumbre por las empinadas calles de San Francisco.
En definitiva, se trata de una comedia clásica altamente disfrutable, con una pareja con mucha química.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El momento en el que Barbra canta As time goes by, tema de Casablanca, con O'neal al piano, el coqueteo y las miradas, es algo maravilloso. Solo por ese momento, merece ser vista.
-¿En que piensas?
-En el futuro.
-¿En que piensas?
-En el futuro.
16 de octubre de 2013
16 de octubre de 2013
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diálogos inteligentes, gags variados, slapstick, enredos, ritmo frenético, screbwall, sátira, despiporre, todo unido por un excelente guión. "¿Qué me pasa doctor?" combina todos los palos humorísticos para dar lugar a la comedia total, en la que la risa puede aflorar de cualquier lado. Vaya sorpresa más buena que me he llevado con una película que, aunque fue todo un éxito en 1972 al ser la tercera que más recaudó en taquilla en los Estados Unidos, la verdad es que no esperaba gran cosa. Más bien, creía que se trataba de una romántica al uso, melosa y con una Barbra Streisand insoportable. Pues que va, todo lo contrario. Con deciros que hasta me ha parecido mona, os lo digo todo. Disparata, surrealista y desternillante me ha hecho reír una barbaridad. Al respecto tengo la teoría de que cuando se alcanza un punto crítico de diversión, todo te hace gracia, si no, no se explica la carcajada permanente. Dicho esto, también es una simpática comedia romántica con dos actores de lo más granado de los 70.
En realidad, "¿Qué me pasa, doctor?" se inspira mucho en la comedia clásica en general y "La fiera de mi niña" (1938) en particular pero con la virtud de que las supera como de aquí a Lima. Si la de Howard Hawks se acerca al tostón sin gracia y falto de credibilidad, la de Peter Bogdanovich mantiene siempre los pies en los suelos. Ahí está el truco, que personas normales se ven envueltos en situaciones absurdas pero respetando siempre la lógica y el sentido común. Claro que el otro as que se guarda el director es Judy (Barbra Streisand), que como está como un cencerro lleva a nuestro apocado protagonista, Howard (Ryan O'Neal) y al resto de extravagantes secundarios, al paroxismo de las complicaciones pero sin forzarlas, lo que las hace ser creíbles. Es que directamente es Bugs Bunny, si hasta se come una zanahoria, pero en mujer. Por si fuera poco, hay una trama con varias bolsas a cuadros que dará mucho juego. Un consejo, apuntad en un papel el número de las habitaciones.
En realidad, "¿Qué me pasa, doctor?" se inspira mucho en la comedia clásica en general y "La fiera de mi niña" (1938) en particular pero con la virtud de que las supera como de aquí a Lima. Si la de Howard Hawks se acerca al tostón sin gracia y falto de credibilidad, la de Peter Bogdanovich mantiene siempre los pies en los suelos. Ahí está el truco, que personas normales se ven envueltos en situaciones absurdas pero respetando siempre la lógica y el sentido común. Claro que el otro as que se guarda el director es Judy (Barbra Streisand), que como está como un cencerro lleva a nuestro apocado protagonista, Howard (Ryan O'Neal) y al resto de extravagantes secundarios, al paroxismo de las complicaciones pero sin forzarlas, lo que las hace ser creíbles. Es que directamente es Bugs Bunny, si hasta se come una zanahoria, pero en mujer. Por si fuera poco, hay una trama con varias bolsas a cuadros que dará mucho juego. Un consejo, apuntad en un papel el número de las habitaciones.
28 de abril de 2011
28 de abril de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia de enredos (muchos) a cuenta de unos maletines de tela a cuadros cuyo contenido anhelan los amigos de lo ajeno por uno u otro motivo. La historia es lo de menos, puesto que solo sirve para ponerla a disposición de los diferentes gags, equívocos, persecuciones y demás despropósitos que suceden durante su metraje. Buena actuación de la pareja protagonista en contraposición de las más histriónicas de los secundarios.
8 de julio de 2013
8 de julio de 2013
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, pese al título original, la mujer se canta una de Cole Porter y la que tocaba otra vez Sam, aunque, en términos generales, sí que se podría decir que la Streisand emula al famoso conejo de la Warner, y no lo digo porque la veamos comer zanahorias crudas que manga de una bandeja ni porque lleve puesta la gorra de Elmer, que también, sino porque interpreta a una tía pesada de narices que lía un embrollo desproporcionado y gilipollesco alrededor de un calzonazos muy guapito, consiguiendo que el muchacho incluso reniegue de sus más célebres éxitos. Tronchante.
Había una canción que recomendaba no olvidar ponerse flores en el pelo si es que se iba a San Francisco, pero aquí lo que llevan todos es el mismo y feo modelo de maletín a cuadros escoceses, que es lo que ocasiona tan absurdo enredo. Y bueno, ya puestos, también hay aparatosas persecuciones, que siempre quedan muy bonitas en esa empinada ciudad, aunque no sea Bullitt el que conduce.
En el fondo, la peli de Bogdanovich no dista mucho de una de esas pelis tontas de Lina Morgan que ponen en Cine de Barrio, pero en la forma sí.
Hay que ver lo divertido que es este disparate. Así da gusto desbarrar.
Había una canción que recomendaba no olvidar ponerse flores en el pelo si es que se iba a San Francisco, pero aquí lo que llevan todos es el mismo y feo modelo de maletín a cuadros escoceses, que es lo que ocasiona tan absurdo enredo. Y bueno, ya puestos, también hay aparatosas persecuciones, que siempre quedan muy bonitas en esa empinada ciudad, aunque no sea Bullitt el que conduce.
En el fondo, la peli de Bogdanovich no dista mucho de una de esas pelis tontas de Lina Morgan que ponen en Cine de Barrio, pero en la forma sí.
Hay que ver lo divertido que es este disparate. Así da gusto desbarrar.
23 de septiembre de 2012
23 de septiembre de 2012
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran comedia a la que le falta un poderoso apunte como es la música de fondo continua que enaltecería todavía más a sus personajes y le daría aún más vida a esta enredada trama. Sin embargo, cada intérprete tiene un papel carismático qué decir desde Barbra Streisand, O´Neil o Austin Pendleton (una perla, una perla...) hasta Simon (Kenneth Mars), el homosexual cinematográfico más cómico, quizá de todos los tiempos (El Jovencito Frankenstein) con frases tan ocurrentes como “No dispare que la pólvora me da tos...”.
La personalidad fresca y descarada de Streisand le hace conseguir cosas imposibles aparentemente de alcanzar. Su objetivo es un despistado chico científico (Ryan O´Neil) con el que choca en una tienda que ha conocido junto al hotel donde reside él. San Francisco es representada en el hotel y sus alrededores donde se sucede la primera parte de la película. La segunda parte se recrea con una persecución entre coches en sus calles desiguales. El enredo de maletas (tal vez lo más superfluo de la película pero que implica a todos los personajes en la misma, sin embargo) será el núcleo de una hilarante trama que no te hace perder el interés en ningún momento.
El guión con algo de comedia surrealista para la época, queda muy bien especialmente en el acto de la entrega de los premios de investigación musical que debe entregar el Sr. Laramy (Pendleton). A partir de ahí, se suceden las más disparatadas intenciones verbales de Simon y acciones de una supuesta “Judy”, novia real de Bannister (Streisand), en y bajo la mesa de la convención. La locura que le persigue a Howard Bannister (O´Neil) desde que conoce a Streisand en el film, se compensa con la rectitud y organización de la reguiñosa de su novia, la auténtica “Judy” (Madeline Kahn). Streisand tuvo su mejor etapa filmográfica a finales de los años 60 e inicios de los 70 siguiendo una estela de naturalidad personal que le han hecho ser muy querida por mucha clase de públicos como actriz pero sobre todo como cantante.
Una película que puede ser aparentemente normal para entretenerse en el rato de una tarde acaba siendo empática para el espectador por el cariño que le acaba tomando a los personajes y la feroz simpatía que les rodea.
La personalidad fresca y descarada de Streisand le hace conseguir cosas imposibles aparentemente de alcanzar. Su objetivo es un despistado chico científico (Ryan O´Neil) con el que choca en una tienda que ha conocido junto al hotel donde reside él. San Francisco es representada en el hotel y sus alrededores donde se sucede la primera parte de la película. La segunda parte se recrea con una persecución entre coches en sus calles desiguales. El enredo de maletas (tal vez lo más superfluo de la película pero que implica a todos los personajes en la misma, sin embargo) será el núcleo de una hilarante trama que no te hace perder el interés en ningún momento.
El guión con algo de comedia surrealista para la época, queda muy bien especialmente en el acto de la entrega de los premios de investigación musical que debe entregar el Sr. Laramy (Pendleton). A partir de ahí, se suceden las más disparatadas intenciones verbales de Simon y acciones de una supuesta “Judy”, novia real de Bannister (Streisand), en y bajo la mesa de la convención. La locura que le persigue a Howard Bannister (O´Neil) desde que conoce a Streisand en el film, se compensa con la rectitud y organización de la reguiñosa de su novia, la auténtica “Judy” (Madeline Kahn). Streisand tuvo su mejor etapa filmográfica a finales de los años 60 e inicios de los 70 siguiendo una estela de naturalidad personal que le han hecho ser muy querida por mucha clase de públicos como actriz pero sobre todo como cantante.
Una película que puede ser aparentemente normal para entretenerse en el rato de una tarde acaba siendo empática para el espectador por el cariño que le acaba tomando a los personajes y la feroz simpatía que les rodea.
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