Ahora me ves...
2013 

6.0
53,454
Thriller
Un equipo del FBI debe enfrentarse a una banda de criminales expertos en magia que se dedican a atracar bancos. Son "los cuatro jinetes”, un grupo formado por los mejores ilusionistas del mundo. Durante los atracos, siempre contra hombres de negocios corruptos, hacen llover el dinero robado sobre los espectadores, ante la atónita mirada de un equipo de élite del FBI que les sigue la pista. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2013
25 de agosto de 2013
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos con otra película de Louis Leterrier creador de grandes basofias como El Transportador, El Increíble Hulk con Edward Norton y Furia de Titanes.
El reparto nos presenta a actores de la talla de Mark Ruffalo, Woody Harrelson, Morgan Freeman y Michael Caine, además de Isla Fisher, el hermano de James Franco, Dave; y Jesse Eisenberg, con su clásico papel juvenil, engreído, verborrágico y a quien se le entiende menos de la mitad de las palabras que dice (yo creo que un Minion habla más claro que este "actor").
Hubo dos grandes películas como El Ilusionista o El Truco Final que dejaron con estándares muy altos para películas sobre trucos de magia pero el reparto era bueno y quería ver cómo se plasmaba la idea. Pero, y aquí empiezan los peros... La película repite una y otra vez el mismo sonido ante cada persecución, juega con los cambios de cámara y de trama para marear al espectador y sospechar de todos y olvidarnos de todos los vacíos o explicaciones absurdas que va teniendo la película. Lo que antes de ver la película era, "¿cómo será?" pronto se convirtió en un "¿cuánto falta?".
La película transcurre vertiginosamente pero a lo largo de los minutos todo pasa tan lento y es tan monótono que observo si puedo rescatar algún diálogo, algún momento, alguna actuación, algo... Pero no hubo caso.
En fin, otra película con muchos actores, muchas ideas, muchas vueltas pero, que al fin y al cabo, no nos deja nada.
El reparto nos presenta a actores de la talla de Mark Ruffalo, Woody Harrelson, Morgan Freeman y Michael Caine, además de Isla Fisher, el hermano de James Franco, Dave; y Jesse Eisenberg, con su clásico papel juvenil, engreído, verborrágico y a quien se le entiende menos de la mitad de las palabras que dice (yo creo que un Minion habla más claro que este "actor").
Hubo dos grandes películas como El Ilusionista o El Truco Final que dejaron con estándares muy altos para películas sobre trucos de magia pero el reparto era bueno y quería ver cómo se plasmaba la idea. Pero, y aquí empiezan los peros... La película repite una y otra vez el mismo sonido ante cada persecución, juega con los cambios de cámara y de trama para marear al espectador y sospechar de todos y olvidarnos de todos los vacíos o explicaciones absurdas que va teniendo la película. Lo que antes de ver la película era, "¿cómo será?" pronto se convirtió en un "¿cuánto falta?".
La película transcurre vertiginosamente pero a lo largo de los minutos todo pasa tan lento y es tan monótono que observo si puedo rescatar algún diálogo, algún momento, alguna actuación, algo... Pero no hubo caso.
En fin, otra película con muchos actores, muchas ideas, muchas vueltas pero, que al fin y al cabo, no nos deja nada.
14 de agosto de 2013
14 de agosto de 2013
25 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director francés Louis Leterrier, del cual se pueden destacar películas como "El Increible Hulk", "Transporter 2" u otras más flojas, vease "Furia de titanes", se encarga de esta película sobre el mundo de la magia, algo ya visto en films como "El truco final" o "El ilusionista".
Pero no sólo enfoca su film en ese mundo, sino que hace que su guión esté lleno de giros y sorpresas durante todo su metraje, algo que también vimos en las mencionadas "El Ilusionista" o "El Prestigio".
La película, a mi juicio, es infumable, estúpida, fantasiosa hasta decir basta y todo un fracaso para un Leterrier que trata de ser Cristopher Nolan a nivel de giros de guión.
Si en las películas de Nolan, o mismamente en la saga de terror "Saw", tenemos que hacer un ejercicio de fe para aceptar todos y cada uno de los giros de guión presentados, en esta cinta no hay manera de creerse lo que vemos en pantalla en base las soporíferas explicaciones de los actores protagonistas.
El guionista, que trata de desarrollar esta historia sobre como un policía (Mark Ruffalo) ansía atrapar a una serie de magos que cometen diversos robos mediante sus mágicas artes, parece haberse fumado un porro en lo que es una rocambolesca historia que no hay por donde cogerla y que sumergirá al espectador en el mayor de los hastíos.
Leterrier, como he dicho, trata de unirse al estilo de giros de guión "made in Nolan" de una manera muy desafortunada e incluso se hace rodear de solventes actores que son habitules en los films del director de "TDK".
Morgan Freeman y Michael Caine, unidos a Jesse Eisenberg ("La red social"), Mark Ruffalo ("Avengers") y Woody Harrelson ("Cheers" o "Asalto al tren del dinero"), componen un elenco que, en un principio, sería digno de tener en consideración sino fuera por que todos ellos se ven inmersos en el mayor de los despropósitos a nivel argumental.
Poco tengo que destacar de un film que ha hecho que me lleve las manos a la cabeza y que me ha hecho bostezar en más de una ocasión.
Un total despropósito, no hay más.
Lo mejor: Nada
Lo peor: Que actores como Michael Caine se presten para esta clase de proyectos y que estén planeando una segunda parte.
Nota: 3
Pero no sólo enfoca su film en ese mundo, sino que hace que su guión esté lleno de giros y sorpresas durante todo su metraje, algo que también vimos en las mencionadas "El Ilusionista" o "El Prestigio".
La película, a mi juicio, es infumable, estúpida, fantasiosa hasta decir basta y todo un fracaso para un Leterrier que trata de ser Cristopher Nolan a nivel de giros de guión.
Si en las películas de Nolan, o mismamente en la saga de terror "Saw", tenemos que hacer un ejercicio de fe para aceptar todos y cada uno de los giros de guión presentados, en esta cinta no hay manera de creerse lo que vemos en pantalla en base las soporíferas explicaciones de los actores protagonistas.
El guionista, que trata de desarrollar esta historia sobre como un policía (Mark Ruffalo) ansía atrapar a una serie de magos que cometen diversos robos mediante sus mágicas artes, parece haberse fumado un porro en lo que es una rocambolesca historia que no hay por donde cogerla y que sumergirá al espectador en el mayor de los hastíos.
Leterrier, como he dicho, trata de unirse al estilo de giros de guión "made in Nolan" de una manera muy desafortunada e incluso se hace rodear de solventes actores que son habitules en los films del director de "TDK".
Morgan Freeman y Michael Caine, unidos a Jesse Eisenberg ("La red social"), Mark Ruffalo ("Avengers") y Woody Harrelson ("Cheers" o "Asalto al tren del dinero"), componen un elenco que, en un principio, sería digno de tener en consideración sino fuera por que todos ellos se ven inmersos en el mayor de los despropósitos a nivel argumental.
Poco tengo que destacar de un film que ha hecho que me lleve las manos a la cabeza y que me ha hecho bostezar en más de una ocasión.
Un total despropósito, no hay más.
Lo mejor: Nada
Lo peor: Que actores como Michael Caine se presten para esta clase de proyectos y que estén planeando una segunda parte.
Nota: 3
22 de julio de 2013
22 de julio de 2013
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se preguntan si el film es entretenido, sí que lo es. Claro que antes has de dejar la mente en blanco para ser hipnotizado por sus disparatadas propuestas.
Un truco de magia refugiado en la trampa cinematográfica, en un montaje y en unos efectos que liman la historia para intentar hacerla creíble... pues ya el ochenta por ciento del truco queda desprestigiado a ojos del espectador. Y el veinte por ciento restante, por supuesto, ha de conseguirse con el esfuerzo de un guión que sea sorprendentemente ingenioso.
Que cuatro magos tengan al FBI, la CIA, el INTERPOL y todos los cuerpos de policía del mundo detrás y sean capaces de tomarles el pelo yendo siempre por delante, es bonito de creer y muy difícil de tragar. A no ser que se refugien en algun zulo de Afganistán o de Pakistán engañando los drones con efectos de magia sorprendentes.
Y la vuelta de guión final, resulta tan rebuscada y exagerada, que lo único que hace es dar el golpe de gracia a la bondad del espectador y dejarlo en estado comatoso profundo.
En fin, es bonito ser admirado por toda la humanidad, como caminar por el Támesis o levitar al lado de un autobús, pero aquí hablamos de palabras muy grandes. Tres robos sofisticadísimos en las narices de todos los cuerpos de seguridad. Y siempre poder escapar o salir indemnes.
Hay pulso, acción ( esa cámara borracha, pero qué manía la de algunos directores ), tiene ritmo y un plantel de actores de primera línea. Pero no convence. El afán de sorprender al espectador una y otra vez acaba por quitarle el entusiasmo. Creo que el truco del conejo, que está pero no está, es aplicable aquí. Crees que tienes delante un buen film, pero es un espejismo. Mejor cogemos el conejo y lo hacemos en salsa de salmorejo con papitas asadas, el disfrute seria mayor...
Un truco de magia refugiado en la trampa cinematográfica, en un montaje y en unos efectos que liman la historia para intentar hacerla creíble... pues ya el ochenta por ciento del truco queda desprestigiado a ojos del espectador. Y el veinte por ciento restante, por supuesto, ha de conseguirse con el esfuerzo de un guión que sea sorprendentemente ingenioso.
Que cuatro magos tengan al FBI, la CIA, el INTERPOL y todos los cuerpos de policía del mundo detrás y sean capaces de tomarles el pelo yendo siempre por delante, es bonito de creer y muy difícil de tragar. A no ser que se refugien en algun zulo de Afganistán o de Pakistán engañando los drones con efectos de magia sorprendentes.
Y la vuelta de guión final, resulta tan rebuscada y exagerada, que lo único que hace es dar el golpe de gracia a la bondad del espectador y dejarlo en estado comatoso profundo.
En fin, es bonito ser admirado por toda la humanidad, como caminar por el Támesis o levitar al lado de un autobús, pero aquí hablamos de palabras muy grandes. Tres robos sofisticadísimos en las narices de todos los cuerpos de seguridad. Y siempre poder escapar o salir indemnes.
Hay pulso, acción ( esa cámara borracha, pero qué manía la de algunos directores ), tiene ritmo y un plantel de actores de primera línea. Pero no convence. El afán de sorprender al espectador una y otra vez acaba por quitarle el entusiasmo. Creo que el truco del conejo, que está pero no está, es aplicable aquí. Crees que tienes delante un buen film, pero es un espejismo. Mejor cogemos el conejo y lo hacemos en salsa de salmorejo con papitas asadas, el disfrute seria mayor...
11 de junio de 2013
11 de junio de 2013
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto de burlar al sistema de modo arrogante, sin despeinarse y con un estilo sin igual, no siempre alcanza los objetivos trazados. Traducida en Chile como "Los Ilusionistas", esta cinta tiene mucho de ello, forrada de un reparto destacado y mucha pompa pero que cual fuego artificial, se alza luminosa para explotar brillante y desaparecer sin rastro ni nada que trascienda.
"Now you see me?" es una mezcla de The Prestige (El Gran Truco) y la saga de aventuras de Danny Ocean en Las Vegas. Sin embargo, no opta ni por la oscuridad de Christopher Nolan ni la comicidad carismática de Steven Soderbergh encarnada en George Clooney, tipíco de sus films con mucho reparto. Así, se queda a medias y deja al público esperando algo que lamentablemente no llega.
Por si fuera poco, el montaje es algo confuso, precisamente cuando pretende colocar a las estrellas delante de la historia, que vendría a ser como poner la carreta delante de los bueyes. Mal concebida y a diferencia de otras apuestas similares, en este caso no hay certeza que pudo haberse hecho algo mejor, ya que la idealización de los perfiles protagónicos los muestra poco cotidianos, humanos y por ello cercanos e identificables con quien ve.
Quizás lo peor de este film es que su engaño mayor no es un truco de magia que se aplaude o por el cual pagamos por ver, si no que promete algo que a la larga no cumple. Por ejemplo, sin ser una pieza maestra, la baja factura de esta película realza a otras como The Prestige (Nolan, 2007) quien nos enseña que como parte de un acto mágico hay tres partes: la promesa, donde se toma un objeto ordinario prometiendo convertirlo en extraordinario; el giro o cambio, cuando esa premisa se consigue, y por último "el prestigio" que es la más difícil y consiste en volver todo al origen, retomando la normalidad. En este experimento Louis Lerrettier erra en cada paso e iguala con ello sus triunfos y derrotas en la dirección.
Si para rescatar al menos podemos consignar una estética medianamente atrayente exagerando la fastuosidad pero sin encausarla.
:(
Recomendación:
Una lástima. No será ni la primera ni última película con muchas estrellas y poca sustancia.
"Now you see me?" es una mezcla de The Prestige (El Gran Truco) y la saga de aventuras de Danny Ocean en Las Vegas. Sin embargo, no opta ni por la oscuridad de Christopher Nolan ni la comicidad carismática de Steven Soderbergh encarnada en George Clooney, tipíco de sus films con mucho reparto. Así, se queda a medias y deja al público esperando algo que lamentablemente no llega.
Por si fuera poco, el montaje es algo confuso, precisamente cuando pretende colocar a las estrellas delante de la historia, que vendría a ser como poner la carreta delante de los bueyes. Mal concebida y a diferencia de otras apuestas similares, en este caso no hay certeza que pudo haberse hecho algo mejor, ya que la idealización de los perfiles protagónicos los muestra poco cotidianos, humanos y por ello cercanos e identificables con quien ve.
Quizás lo peor de este film es que su engaño mayor no es un truco de magia que se aplaude o por el cual pagamos por ver, si no que promete algo que a la larga no cumple. Por ejemplo, sin ser una pieza maestra, la baja factura de esta película realza a otras como The Prestige (Nolan, 2007) quien nos enseña que como parte de un acto mágico hay tres partes: la promesa, donde se toma un objeto ordinario prometiendo convertirlo en extraordinario; el giro o cambio, cuando esa premisa se consigue, y por último "el prestigio" que es la más difícil y consiste en volver todo al origen, retomando la normalidad. En este experimento Louis Lerrettier erra en cada paso e iguala con ello sus triunfos y derrotas en la dirección.
Si para rescatar al menos podemos consignar una estética medianamente atrayente exagerando la fastuosidad pero sin encausarla.
:(
Recomendación:
Una lástima. No será ni la primera ni última película con muchas estrellas y poca sustancia.
18 de agosto de 2013
18 de agosto de 2013
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta tarde de agosto, se me ocurre que puede no ser mala idea la de meterme en una sala de cine, que están refrigeradas, en la sesión de las 16:30, para salvarme de la ardiente flema de la sobremesa. Como no tenía nada especial para ver, y carecía de referencias, veo que aquí están Michael Caine y Morgan Freeman, y me meto a ver esto. Nada más empezar y ver el estilo, me dan ganas de irme, aún después de haber pagado los ocho euros de la entrada, pero el disuasorio calor de fuera me hace quedarme y la aguanto hasta el final, apenas sin mirarla para descansar los ojos del tropel de tonterías de que consta este engendro, a un ritmo atropellado. Intento aprovechar para descabezar una siesta, pero la estruendosa e insoportable banda sonora lo hace imposible.
Hablando de la película en sí, es el perfecto bodrio: el guión es una delirante estupidez que es imposible que se le ocurra a un guionista normal por malo que sea. La dirección es ya de un aberrante que asusta: ni la más mínima idea de eso que llamaban el ritmo cinematográfico, con sus partes, nudos, pausas y silencios (es parecido a la música), que preparan estallidos de acción física o emocional, etc.; aquí son casi todo planos de menos de un segundo, movimiento continuo, golpetazos, todo saturado, mareante, apalizante e imposible de mirar; explosiones y toda la consabida parafernalia cutre con la que se trata de disfrazar que, sencillamente, no hay película ni nada que contar ni la más mínima idea de cómo hacerlo.
Los responsables del cine, refiriéndome a los que últimamente deciden cuál película se financia y cuál no, antiguamente, como es sabido, tenían una frase: “el público, mentalmente, tiene doce años”; pues bien, ahora le han añadido: “… y, además, es simplón y bobo”.
El resultado es que éramos siete espectadores en una sala bastante grande. Y no me extraña. El cine no se muere, lo están matando.
Hablando de la película en sí, es el perfecto bodrio: el guión es una delirante estupidez que es imposible que se le ocurra a un guionista normal por malo que sea. La dirección es ya de un aberrante que asusta: ni la más mínima idea de eso que llamaban el ritmo cinematográfico, con sus partes, nudos, pausas y silencios (es parecido a la música), que preparan estallidos de acción física o emocional, etc.; aquí son casi todo planos de menos de un segundo, movimiento continuo, golpetazos, todo saturado, mareante, apalizante e imposible de mirar; explosiones y toda la consabida parafernalia cutre con la que se trata de disfrazar que, sencillamente, no hay película ni nada que contar ni la más mínima idea de cómo hacerlo.
Los responsables del cine, refiriéndome a los que últimamente deciden cuál película se financia y cuál no, antiguamente, como es sabido, tenían una frase: “el público, mentalmente, tiene doce años”; pues bien, ahora le han añadido: “… y, además, es simplón y bobo”.
El resultado es que éramos siete espectadores en una sala bastante grande. Y no me extraña. El cine no se muere, lo están matando.
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