Mad Max
6.6
66,778
Acción. Ciencia ficción
En un futuro posnuclear, Max Rockatansky, un policía encargado de la vigilancia de una autopista, tendrá que vérselas con unos criminales que actúan como vándalos, sembrando el pánico por las carreteras. Cuando, durante una persecución, Max acaba con Nightrider, el líder del violento grupo, el resto de la banda jura vengar su muerte. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2009
28 de mayo de 2009
35 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, una de las mejores películas sobre la venganza que este servidor ha visto hasta el momento. Y una de las mejores cintas de ciencia-ficción. Y también es de las mejores películas de acción… Voy a acabar sospechando que me gusta.
Y es que esta película tiene un color especial: la ambientación. Ese ambiente setentero-apocalíptico que desprende es bestial. Es como imaginarse a los Village People de luto y nos hacemos una idea del tipo de situación en la que está el loco Max.
La gente es mala, y el propio Mel lo sabe. Aunque no quiere admitirlo. Lo malo es que como otras tantas cosas, se aprenden a la brava. Y si es un tiempo tan desangelado, con mucha arenilla rodeándote y con la población mundial en mínimos, la gente está desencantada hasta tal punto que está dispuesta a pagarlo con el, el joven y todavía sobrio Mel. Bueno, con su familia, pero Mel será quien de caña a esos entes malignos con los que comparte especie y medio de transporte.
Todo en Mad Max es venganza de la buena. Aún no se había instaurado la moda esa de tomar venganza por orden jerárquico. Las muertes se suceden conforme se cruzan sus caminos. ¿Primero el jefe? Pues primero el jefe. ¿Segundo el más tonto? Pues segundo el más tonto. Total, Mel está cieguico de venganza y se la va a cobrar. Por sus santos testículos. Joven, pero tozudo. Y temerario.
Vamos, un grande.
Te queremos, Max.
Y es que esta película tiene un color especial: la ambientación. Ese ambiente setentero-apocalíptico que desprende es bestial. Es como imaginarse a los Village People de luto y nos hacemos una idea del tipo de situación en la que está el loco Max.
La gente es mala, y el propio Mel lo sabe. Aunque no quiere admitirlo. Lo malo es que como otras tantas cosas, se aprenden a la brava. Y si es un tiempo tan desangelado, con mucha arenilla rodeándote y con la población mundial en mínimos, la gente está desencantada hasta tal punto que está dispuesta a pagarlo con el, el joven y todavía sobrio Mel. Bueno, con su familia, pero Mel será quien de caña a esos entes malignos con los que comparte especie y medio de transporte.
Todo en Mad Max es venganza de la buena. Aún no se había instaurado la moda esa de tomar venganza por orden jerárquico. Las muertes se suceden conforme se cruzan sus caminos. ¿Primero el jefe? Pues primero el jefe. ¿Segundo el más tonto? Pues segundo el más tonto. Total, Mel está cieguico de venganza y se la va a cobrar. Por sus santos testículos. Joven, pero tozudo. Y temerario.
Vamos, un grande.
Te queremos, Max.
27 de junio de 2010
27 de junio de 2010
44 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ajammm... con cara de póker se queda uno al oír eso como diagnóstico por parte de un reputado médico en relación a una pobre mujer bastante grave. No, no es un hospital liderado por monos, es un hospital australiano de esta misma película.
Lo más gracioso de todo es cuando el mismo médico suelta lo siguiente después de oír los órganos afectados (a saber, "bazo, hígado, riñones, blablabla"): "joder, parece una lista de la compra". A partir de aquí uno no sabe si reír o llorar.
Toda esta parafernalia la cuento para que entendáis de qué hablo cuando digo que esto es un mojón inmenso cuyo propósito no queda del todo claro. ¿Hay que tomarse algo en serio? ¿Es una gigantesca coña? ¿Esto es ciencia ficción? ¿Esto es una película de culto? ¿Esto es cine?
¿Estamos todos locos?...
Lo más gracioso de todo es cuando el mismo médico suelta lo siguiente después de oír los órganos afectados (a saber, "bazo, hígado, riñones, blablabla"): "joder, parece una lista de la compra". A partir de aquí uno no sabe si reír o llorar.
Toda esta parafernalia la cuento para que entendáis de qué hablo cuando digo que esto es un mojón inmenso cuyo propósito no queda del todo claro. ¿Hay que tomarse algo en serio? ¿Es una gigantesca coña? ¿Esto es ciencia ficción? ¿Esto es una película de culto? ¿Esto es cine?
¿Estamos todos locos?...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Tanto bombo con el futuro post-apocalíptico para ver en movimiento cuatro coches malamente tuneados y al nuevo escalafón en el proceso evolutivo: el simio motero. Vergüenza ajena, joder. Pandilla de gilipollas, en serio.
Y todo sin la más mínima violencia (al menos yo la esperaba), con unos diálogos que son para suicidarse, sin secuencias de acción dignas (es una película de acción, recuerdo), sin un mínimo de carisma en cualquiera de sus personajes, todos asesinables; y, más aún, sin el menor interés. Para ver el circo en pantalla (ruido, animalitos, mierda y más mierda, gritos, ¿espectáculo?) me voy al de mi barrio. Al menos allí regalan cacahuetes.
Y todo sin la más mínima violencia (al menos yo la esperaba), con unos diálogos que son para suicidarse, sin secuencias de acción dignas (es una película de acción, recuerdo), sin un mínimo de carisma en cualquiera de sus personajes, todos asesinables; y, más aún, sin el menor interés. Para ver el circo en pantalla (ruido, animalitos, mierda y más mierda, gritos, ¿espectáculo?) me voy al de mi barrio. Al menos allí regalan cacahuetes.
25 de octubre de 2009
25 de octubre de 2009
19 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
George Miller con cuatro duros en el bolsillo se inventó en 1979 una de las auténticas obras de culto del séptimo arte. Desde los primeros planos, ya intuimos que algo va mal por el planeta Tierra, alguna pata del sistema se ha debido venir abajo.
No sabemos cuál, pero desde luego la justicia se nos presenta como una ruina, escenificada en un edificio cochambroso en cuyo interior deambulan cuatro vigilantes de la carretera, quiénes al juzgar por lo que vemos, no ostentan un cargo excesivamente bien visto en la sociedad.
La acción se desata con ‘El Jinete Nocturno’, un loco de la carretera al que Max y su compañero ‘El Ganso’ pondrán fin en el propio asfalto. A partir de ahí, unos motoristas nómadas amigos del Jinete llegarán a la ciudad para clamar venganza.
Comenzará el western futurista. Tenemos a la ley, al sheriff y su ayudante, representada en Max y en sus compañeros. Y al otro lado a los forajidos y bandidos, los nómadas de la carretera. El enfrentamiento entre unos y otros resultará trepidante, sin conceder tregua ninguna.
Un final memorable, un acoso asfixiante de los bandidos, quiénes sembrarán el terror a su paso. Hasta que nazca el solitario de la carretera, Mad Max. Se enfunda su traje de cuero. Calza sus botas. Enciende el motor de su ocho cilindros de su ’Interceptor’ y lo hace rugir. Sale al asfalto e impone su nueva ley. El mundo está jodido, y en ese mundo sólo sobreviven los más duros. Obra maestra.
No sabemos cuál, pero desde luego la justicia se nos presenta como una ruina, escenificada en un edificio cochambroso en cuyo interior deambulan cuatro vigilantes de la carretera, quiénes al juzgar por lo que vemos, no ostentan un cargo excesivamente bien visto en la sociedad.
La acción se desata con ‘El Jinete Nocturno’, un loco de la carretera al que Max y su compañero ‘El Ganso’ pondrán fin en el propio asfalto. A partir de ahí, unos motoristas nómadas amigos del Jinete llegarán a la ciudad para clamar venganza.
Comenzará el western futurista. Tenemos a la ley, al sheriff y su ayudante, representada en Max y en sus compañeros. Y al otro lado a los forajidos y bandidos, los nómadas de la carretera. El enfrentamiento entre unos y otros resultará trepidante, sin conceder tregua ninguna.
Un final memorable, un acoso asfixiante de los bandidos, quiénes sembrarán el terror a su paso. Hasta que nazca el solitario de la carretera, Mad Max. Se enfunda su traje de cuero. Calza sus botas. Enciende el motor de su ocho cilindros de su ’Interceptor’ y lo hace rugir. Sale al asfalto e impone su nueva ley. El mundo está jodido, y en ese mundo sólo sobreviven los más duros. Obra maestra.
9 de marzo de 2014
9 de marzo de 2014
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mad Max surgió del polvo de las carreteras. Y surgió para quedarse en el recuerdo de un por entonces joven entusiasta del cine al que le impresionó más que ninguna otra película hasta aquel día. Mi tía, que me acompañó por ser una película para mayores, salió del cine espantada.
Mad Max es un policía que ama a su mujer y tuvo un hijo. Mad Max forma parte de la justicia sobre el asfalto… Una justicia precaria en un mundo precario pero la única justicia en funcionamiento. Era una justicia como la misma comisaria, derruida, y con un jefe desbordado por los acontecimientos. Era poco para mantener el orden, pero era algo.
Mad Max también tenía un compañero, Jim el Ganso. Le gustaba montar en moto a toda hostia y divertirse. Pero a Mad Max se le pusieron en la carretera el Jinete Nocturno, el Cortaúñas, Johnny el Niño…
Entonces Mad Max se hizo con un interceptor 8 cilindros GT con compresor volumétrico y vagó por las carreteras del desierto……………. Y la venganza rigió en el asfalto… Aquello fue otro tipo de justicia que marcó también la leyenda, pero esa justicia siempre estuvo ahí. Desde entonces creo que la justicia de Mad Max, aunque sea peligroso hacerlo, era la que Max debía impartir porque su mundo también había pasado a ser precario.
Mad Max es un policía que ama a su mujer y tuvo un hijo. Mad Max forma parte de la justicia sobre el asfalto… Una justicia precaria en un mundo precario pero la única justicia en funcionamiento. Era una justicia como la misma comisaria, derruida, y con un jefe desbordado por los acontecimientos. Era poco para mantener el orden, pero era algo.
Mad Max también tenía un compañero, Jim el Ganso. Le gustaba montar en moto a toda hostia y divertirse. Pero a Mad Max se le pusieron en la carretera el Jinete Nocturno, el Cortaúñas, Johnny el Niño…
Entonces Mad Max se hizo con un interceptor 8 cilindros GT con compresor volumétrico y vagó por las carreteras del desierto……………. Y la venganza rigió en el asfalto… Aquello fue otro tipo de justicia que marcó también la leyenda, pero esa justicia siempre estuvo ahí. Desde entonces creo que la justicia de Mad Max, aunque sea peligroso hacerlo, era la que Max debía impartir porque su mundo también había pasado a ser precario.
6 de enero de 2010
6 de enero de 2010
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda película de Mel Gibson como actor, siendo la primera como protagonista. Mad Max, el personaje que interpreta, es un policía encargado de la vigilancia de carreteras en un ambiente futurista y post-nuclear que combina una estética ochentera con la suciedad de los spaghetti-western.
En términos generales es una cinta floja, teniendo en cuenta que para los que la visionamos en esta época, se nos queda muy lejos esa idea de futuro que su director George Miller plasma en su film, que seguro sorprendería a propios y extraños en el momento de su producción. Reconociendo esto y a pesar de lo liviano tanto de historias como de diálogos, el conjunto de Max Max, salvajes de la autopista es interesante, muy entretenido y cuenta con un gran repertorio de escenas memorables que va creciendo según pasan los minutos de su metraje.
Revolucionaria para su tiempo por lo que ofrece, su curiosa historia nos muestra cómo el policía Max Rockatansky y sus compañeros tratan de imponer el orden en las carreteras de alguna parte de Australia en las que una peligrosa banda de moteros realiza todo tipo de actos vandálicos. En una intervención, Max termina con el lider de la banda, lo que hace que los miembros de ésta quieran tomar represalias contra el agente.
En términos generales es una cinta floja, teniendo en cuenta que para los que la visionamos en esta época, se nos queda muy lejos esa idea de futuro que su director George Miller plasma en su film, que seguro sorprendería a propios y extraños en el momento de su producción. Reconociendo esto y a pesar de lo liviano tanto de historias como de diálogos, el conjunto de Max Max, salvajes de la autopista es interesante, muy entretenido y cuenta con un gran repertorio de escenas memorables que va creciendo según pasan los minutos de su metraje.
Revolucionaria para su tiempo por lo que ofrece, su curiosa historia nos muestra cómo el policía Max Rockatansky y sus compañeros tratan de imponer el orden en las carreteras de alguna parte de Australia en las que una peligrosa banda de moteros realiza todo tipo de actos vandálicos. En una intervención, Max termina con el lider de la banda, lo que hace que los miembros de ésta quieran tomar represalias contra el agente.
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