3 bodas de más
5.6
32,071
Romance. Comedia
Ruth (Inma Cuesta), una joven investigadora en una universidad, asiste a las sucesivas bodas de sus ex, de los que fueron sus "hombres de su vida", sin que ella consiga encontrar a su media naranja. ¿Hay algo peor que tu ex novio se case con otra y te invite a su boda? Sí, que te pase tres veces en un mes, no saber decir que no, y que el único al que consigas convencer para que te acompañe sea tu nuevo becario. Un alérgico al ... [+]
11 de junio de 2014
11 de junio de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
68/09(18/05/14) Irregular comedia española de Javier Ruiz Caldera, con un poderoso y esperanzador arranque que entronca con el espíritu perturbador- irreverente del Todd Solondtz de “Happiness”, que hace suponer estamos ante un film de humor inteligente, pero a medida que avanza nuestra ilusión se diluye en un mar de situaciones desequilibradas y otras desaprovechadas, quedándote la sensación al final que lo mejor es su corto metraje que hace por lo menos no sea mucho el tiempo perdido.
Arranca con Ruth (correcta Inma Cuesta) en una boda donde es dejada por su novio, Pedro (sorprendente Berto Romero), ella entra en crisis existencial, con baja autoestima y una tremenda inseguridad. Trabaja en una laboratorio experimentando con langostas, su jefa es Sara (buena María Botto), allí le asignan un becario de ayudante, Dani (cargante Martin Rivas), este intenta ayudar a Ruth en su desorientación amorosa. Por azares ella es invitada a tres bodas de tres de sus exnovios en el próximo mes, Mikel (pasado Paco León), un surfero hippy, a la de Álex (inane laura Sánchez, un transexual, y por último la de Pedro, en la primera conocerá a Jonás (insípido Quim Gutiérrez), con el que mantendrá una relación en la que tendrá gran importancia Catalina (divertida Bárbara Santa-Cruz), en cada boda vivirá situaciones humillantes. La madre de Ruth, Mónica (hilarante Rossy De Palma) tratará de levantarle el ánimo en su devenir amoroso.
Los guionistas Pablo Alén (“Los Serrano”, “los Hombres De Paco” o “El Internado” ) y Breixo Corral (“El Internado” o “Vive Cantando”) construyen una especie de “Bridget Jones” a la española, haciendo de Ruth una perdedora sin suerte eligiendo pareja, mujer intenta sortear sus meteduras de pata con dignidad y orgullo, alguien autosuficiente pero acomplejada por su mala fortuna en el amor y en el trabajo que irá madurando a través de las 3 bodas, en las que a través de los 3 ex se va conformando la personalidad de Ruth, pues todo esto nos llega de modo superficial, sin hondura alguna, con situaciones que van de lo forzado a lo escatológico pasando por lo chabacano, donde solo unos pocos momentos se salvan de la quema. Los guionistas se pasan en ocasiones queriendo trascender más de lo que su producto puede, se enfangan en charlas pedantes que estiran en demasía, tomarse en serio la emponzoña. Intenta ser políticamente incorrecta, tratando temas tan modernos como los peligros del youtube, el porno por internet, los tríos, la erección de un adolescente, el bukkake, la diarrea o el sexo anal tienen cabida por ansiar ser políticamente incorrecto y ser provocativo y se queda en relato fallido naif. Lo previsible es la nota predominante, las situaciones se ven venir de lejos.
El anhelado humor mezcla lo poco ingenioso con la sal gorda de lo zafio, soez y de mal gusto, rellenado tramos con humor facilón, que emite falta de ideas. La trama romántica es penosa, sin chispa, sin enjundia, tanto la de Ruth con Jonás, chirriante, como la que tiene con Dani, entre los 3 la química es nula siendo benevolente, no te los crees, y para cuando llega a su atropellado final, echo apresuradamente, te da igual, la empatía con lo que sucede es cero, lo cual demuestra un tremendo error en la elección de casting o en la dirección de actores. Se desaprovecha el potencial de varios secundarios que si proyectan una gran vis cómica, un Berto Romero divertidísimo en su primer papel en cine, con los mejores diálogos de la cinta, demuestra que tiene futuro, con sobriedad y sin histrionismos nos regala momentos delirantes, comenzando por el descacharrante modo en que corta con Ruth en la boda, un delito no le permitan lucirse en su boda, lección de contención y frescura, está una Rosy de Palma rebosante de encanto, desparrama chispa y humor en sus escasa intervenciones, y está María Botto con el rol de mala que le sienta de maravilla, merecía más intervenciones. Incluso cabe achacarle un machismo rancio en como al final todo se resume en que la mujer no sabe aparcar, y debe escoger al hombre que mejor la anime a estacionar, menudo ataque a la mujer.
Inma Cuesta no le sienta demasiado bien el traje de comediante, demasiado encorsetada con el rostro estreñido, con cara de <el mundo me puede>, anhela transmitir ternura de perrito abandonado y la veo forzada, tiene sus momentos, pero le faltan matices, difícil creer que con lo bella que es no haya corte de admiradores, esto el “genial” director lo suple poniéndole unas gafas enormes, menuda idiotez, alguien a quien se le supone inteligente se habría puesto unas de diseño y no las de Steve Urkel. Martin Rivas resulta repelente con su personaje filosófico con salidas para todo, no te lo crees, se le supone de vuelta y es poco más que un adolescente, es un lastre su personaje, no tiene gracia alguna, lo peor es que va de mal, cuando quiere ser simpaticón, a patético, cuando lo notamos enamorado de Ruth. Quim Gutiérrez encarna con desgana a Jonás, sin fuerza alguna, una caricatura sin pizca de tridimensionalidad, no te crees su pusilánime relación con Ruth. Paco León simplemente crecido, sin control haciendo del Luisma de “Aida”, con sus tics y modo de hablar pasado de rosca, con su cargante historia de cómo pasaba costo Ruth de Marruecos a España, hay que saber medir el humor. Por decir algo bueno está Bárbara Santa-Cruz, radiante en su papel de minusválida insoportable. (continua en spoiler por falta de espacio)
Arranca con Ruth (correcta Inma Cuesta) en una boda donde es dejada por su novio, Pedro (sorprendente Berto Romero), ella entra en crisis existencial, con baja autoestima y una tremenda inseguridad. Trabaja en una laboratorio experimentando con langostas, su jefa es Sara (buena María Botto), allí le asignan un becario de ayudante, Dani (cargante Martin Rivas), este intenta ayudar a Ruth en su desorientación amorosa. Por azares ella es invitada a tres bodas de tres de sus exnovios en el próximo mes, Mikel (pasado Paco León), un surfero hippy, a la de Álex (inane laura Sánchez, un transexual, y por último la de Pedro, en la primera conocerá a Jonás (insípido Quim Gutiérrez), con el que mantendrá una relación en la que tendrá gran importancia Catalina (divertida Bárbara Santa-Cruz), en cada boda vivirá situaciones humillantes. La madre de Ruth, Mónica (hilarante Rossy De Palma) tratará de levantarle el ánimo en su devenir amoroso.
Los guionistas Pablo Alén (“Los Serrano”, “los Hombres De Paco” o “El Internado” ) y Breixo Corral (“El Internado” o “Vive Cantando”) construyen una especie de “Bridget Jones” a la española, haciendo de Ruth una perdedora sin suerte eligiendo pareja, mujer intenta sortear sus meteduras de pata con dignidad y orgullo, alguien autosuficiente pero acomplejada por su mala fortuna en el amor y en el trabajo que irá madurando a través de las 3 bodas, en las que a través de los 3 ex se va conformando la personalidad de Ruth, pues todo esto nos llega de modo superficial, sin hondura alguna, con situaciones que van de lo forzado a lo escatológico pasando por lo chabacano, donde solo unos pocos momentos se salvan de la quema. Los guionistas se pasan en ocasiones queriendo trascender más de lo que su producto puede, se enfangan en charlas pedantes que estiran en demasía, tomarse en serio la emponzoña. Intenta ser políticamente incorrecta, tratando temas tan modernos como los peligros del youtube, el porno por internet, los tríos, la erección de un adolescente, el bukkake, la diarrea o el sexo anal tienen cabida por ansiar ser políticamente incorrecto y ser provocativo y se queda en relato fallido naif. Lo previsible es la nota predominante, las situaciones se ven venir de lejos.
El anhelado humor mezcla lo poco ingenioso con la sal gorda de lo zafio, soez y de mal gusto, rellenado tramos con humor facilón, que emite falta de ideas. La trama romántica es penosa, sin chispa, sin enjundia, tanto la de Ruth con Jonás, chirriante, como la que tiene con Dani, entre los 3 la química es nula siendo benevolente, no te los crees, y para cuando llega a su atropellado final, echo apresuradamente, te da igual, la empatía con lo que sucede es cero, lo cual demuestra un tremendo error en la elección de casting o en la dirección de actores. Se desaprovecha el potencial de varios secundarios que si proyectan una gran vis cómica, un Berto Romero divertidísimo en su primer papel en cine, con los mejores diálogos de la cinta, demuestra que tiene futuro, con sobriedad y sin histrionismos nos regala momentos delirantes, comenzando por el descacharrante modo en que corta con Ruth en la boda, un delito no le permitan lucirse en su boda, lección de contención y frescura, está una Rosy de Palma rebosante de encanto, desparrama chispa y humor en sus escasa intervenciones, y está María Botto con el rol de mala que le sienta de maravilla, merecía más intervenciones. Incluso cabe achacarle un machismo rancio en como al final todo se resume en que la mujer no sabe aparcar, y debe escoger al hombre que mejor la anime a estacionar, menudo ataque a la mujer.
Inma Cuesta no le sienta demasiado bien el traje de comediante, demasiado encorsetada con el rostro estreñido, con cara de <el mundo me puede>, anhela transmitir ternura de perrito abandonado y la veo forzada, tiene sus momentos, pero le faltan matices, difícil creer que con lo bella que es no haya corte de admiradores, esto el “genial” director lo suple poniéndole unas gafas enormes, menuda idiotez, alguien a quien se le supone inteligente se habría puesto unas de diseño y no las de Steve Urkel. Martin Rivas resulta repelente con su personaje filosófico con salidas para todo, no te lo crees, se le supone de vuelta y es poco más que un adolescente, es un lastre su personaje, no tiene gracia alguna, lo peor es que va de mal, cuando quiere ser simpaticón, a patético, cuando lo notamos enamorado de Ruth. Quim Gutiérrez encarna con desgana a Jonás, sin fuerza alguna, una caricatura sin pizca de tridimensionalidad, no te crees su pusilánime relación con Ruth. Paco León simplemente crecido, sin control haciendo del Luisma de “Aida”, con sus tics y modo de hablar pasado de rosca, con su cargante historia de cómo pasaba costo Ruth de Marruecos a España, hay que saber medir el humor. Por decir algo bueno está Bárbara Santa-Cruz, radiante en su papel de minusválida insoportable. (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Destacaré algunos buenos momentos que han hecho llevadero este irregular film, por su puesto su gran inicio, donde queda claro la personalidad volátil de Ruth, el gag del baile de Ruth con el niño que deriva en erección (no sé si homenaje a uno similar salvando las distancias en “La Fiera De Mi Niña”), o la entrada en escena de la actriz Silvia Abril con su ataque de ira racista con su teoría sobre los pezones oscuros, o como Jonás cuenta porque su esposa está minusválida, los peligros del sexo griego, o la visualización vía youtube de lo que pasó en la pre-boda de Pedro, y no dejes pasar los créditos finales en los que nos obsequian con un divertido gag sobre la infancia de Ruth y de porque tiene esta personalidad voluble, esto por su padre (jocoso Joaquín Reyes). Como curiosidad decir que la banda sonora está compuesta por varios temas pop internacionales conocidos, supongo para hacerla más mundana, de esto sale la escena ya muy ajada de Ruth y Dani cantando en el coche como acto de liberación.
En conjunto, me queda una pasable comedia con algún momento recordable. Fuerza y honor!!!
En conjunto, me queda una pasable comedia con algún momento recordable. Fuerza y honor!!!
4 de abril de 2014
4 de abril de 2014
18 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera vez que el grueso de las críticas y la puntuación media de esta película no se corresponde con la realidad del film. Es una comedia absolutamente pésima. Las bromas algunas son de un extremo mal gusto. No consigue arrancar ni el esbozo de una sonrisa. Una verdadera pena. Le doy un uno porque no hay un cero.
13 de febrero de 2014
13 de febrero de 2014
25 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con gags de lo más zafios y de humor grueso, vamos de la excelencia de Azcona a tener como modelo a los hermanos Farelli. Humor de teta-culo-pis: que se caguen encima tuya es muy gracioso y cuantas más pajas, mejor.
A fuerza de repetir en los telediarios ( ! ) que era la gran comedia del año, el personal termina por creérselo. Brutal promoción y gran carrerón de este director tras las "maravillosas" Spanish Movie y Promoción fantasma. Lo realmente triste es que estas pelis al personal les gusta que te cagas ( sí, amigos, yo también soy gracioso...)
En fin, que Billy Wilder se ensañaría en una sola frase, Neil Simon se querría morir y Azcona... bueno, Azcona pasaría de esto como de la mierda ( ja, ja, ja ¡ he dicho mierda ! ja, ja, ja... )
Lo mejor de la peli es Inma Cuesta y el chico que la acompaña.
Inma, además de ser preciosa, hace un trabajo de gestualidad, ritmo y tempo impresionantes.
Por verla a ella merece la pena ver esta cagada ( ju, ju...) de comedia vulgar, zafia y sin talento. Si esta es la comedia del año, pobrecito cine español... ¡ qué país !
A fuerza de repetir en los telediarios ( ! ) que era la gran comedia del año, el personal termina por creérselo. Brutal promoción y gran carrerón de este director tras las "maravillosas" Spanish Movie y Promoción fantasma. Lo realmente triste es que estas pelis al personal les gusta que te cagas ( sí, amigos, yo también soy gracioso...)
En fin, que Billy Wilder se ensañaría en una sola frase, Neil Simon se querría morir y Azcona... bueno, Azcona pasaría de esto como de la mierda ( ja, ja, ja ¡ he dicho mierda ! ja, ja, ja... )
Lo mejor de la peli es Inma Cuesta y el chico que la acompaña.
Inma, además de ser preciosa, hace un trabajo de gestualidad, ritmo y tempo impresionantes.
Por verla a ella merece la pena ver esta cagada ( ju, ju...) de comedia vulgar, zafia y sin talento. Si esta es la comedia del año, pobrecito cine español... ¡ qué país !
31 de marzo de 2014
31 de marzo de 2014
24 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy por debajo de la mediocridad, totalmente previsible y esteriotipada, repleta de sobreactuaciones, ñoña, 0 gracia...que sí Inma Cuesta está muy rica pero no compensa este tedio, menos mal que no pagué por esto. Alucino con su éxito en taquilla y espero que almenos no esté subvencionada por el Estado...
16 de enero de 2015
16 de enero de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
3 bodas de más es el enésimo intento fallido del cine español dentro de su búsqueda de "la gran comedia". Unir humor salvaje con otro más simplón, usar todos los clichés, colar una historia de amor y sacar la comicidad de situaciones complicadas son muchos frentes que abordar.
Javier Ruiz Caldera calca el trabajo que él mismo hizo en Promoción fantasma. Una historia con un punto de partida divertido acaba derivando en un romance con tintes cómicos que se sustenta más por algunos miembros del reparto que por los personajes. La química entre la pareja principal desaparece en medio de esa mezcla de comicidad bruta (que no funciona) y el crecimiento emocional de la protagonista gracias a la aparición del secundario revelador de verdades vitales. El humor, que es tan relativo como que habrá gente que se parta el ano con esta película y a mí me escoció el orificio de tanta mierda dura que vi, está encaminado a resultar escatológico, provocativo y dulce al mismo tiempo, quedándose en inocente, a mi entender, en cada una de las facetas. Ruiz Caldera nos conduce por la película a través de unas paradas que se anticipan al principio de la misma, haciendo que pensemos que en algún sitio, oculto, acechando, estará el gran momento de lo que se nos cuenta, pero ese momento no aparece o, si aparece, es al final, cuando ya todos llevamos 89 minutos (la película dura 90) sabiendo cómo va a terminar el berenjenal. Nada nuevo por ninguna parte.
Inma Cuesta, pechugas al viento, consigue que la película no sea un truño infumable gracias a un trabajo bastante conseguido en el que su interpretación consigue que, en ocasiones, levantemos la vista de su escote. Quim Gutiérrez tiene su puntillo cómico, así como si viviera en Narnia y su cuerpo estuviese de visita, consiguiendo un aire raruno muy convincente. Martiño Rivas, como siempre, hace de sí mismo y si a él no le preocupa y a quienes le seleccionan para las películas tampoco, no voy a ser yo quien diga que trabaja como el culo y que me echa hacia atrás el hecho de que todas sus frases terminen con el mismo labio torcido y ojo entrecerrado. Dentro de los secundarios, que son la salsa de la película, encontramos los trabajos notables de Paco León, Rossy de Palma, Laura Sánchez o un sorprendente Berto Romero. En un plano más oculto aparecen nombres como los de María Botto, Joaquín Reyes o Silvia Abril, que también aportan lo suyo.
Resumiendo: 3 bodas de más aguanta en pie durante hora y media gracias única y exclusivamente a que cuando se pasa la curiosidad (minuto 2, más o menos) el reparto empieza a superar a los personajes y a las artificiosas situaciones sin chispa y consigue que no todo se hunda en el barro. Y donde digo barro, digo mierda.
Javier Ruiz Caldera calca el trabajo que él mismo hizo en Promoción fantasma. Una historia con un punto de partida divertido acaba derivando en un romance con tintes cómicos que se sustenta más por algunos miembros del reparto que por los personajes. La química entre la pareja principal desaparece en medio de esa mezcla de comicidad bruta (que no funciona) y el crecimiento emocional de la protagonista gracias a la aparición del secundario revelador de verdades vitales. El humor, que es tan relativo como que habrá gente que se parta el ano con esta película y a mí me escoció el orificio de tanta mierda dura que vi, está encaminado a resultar escatológico, provocativo y dulce al mismo tiempo, quedándose en inocente, a mi entender, en cada una de las facetas. Ruiz Caldera nos conduce por la película a través de unas paradas que se anticipan al principio de la misma, haciendo que pensemos que en algún sitio, oculto, acechando, estará el gran momento de lo que se nos cuenta, pero ese momento no aparece o, si aparece, es al final, cuando ya todos llevamos 89 minutos (la película dura 90) sabiendo cómo va a terminar el berenjenal. Nada nuevo por ninguna parte.
Inma Cuesta, pechugas al viento, consigue que la película no sea un truño infumable gracias a un trabajo bastante conseguido en el que su interpretación consigue que, en ocasiones, levantemos la vista de su escote. Quim Gutiérrez tiene su puntillo cómico, así como si viviera en Narnia y su cuerpo estuviese de visita, consiguiendo un aire raruno muy convincente. Martiño Rivas, como siempre, hace de sí mismo y si a él no le preocupa y a quienes le seleccionan para las películas tampoco, no voy a ser yo quien diga que trabaja como el culo y que me echa hacia atrás el hecho de que todas sus frases terminen con el mismo labio torcido y ojo entrecerrado. Dentro de los secundarios, que son la salsa de la película, encontramos los trabajos notables de Paco León, Rossy de Palma, Laura Sánchez o un sorprendente Berto Romero. En un plano más oculto aparecen nombres como los de María Botto, Joaquín Reyes o Silvia Abril, que también aportan lo suyo.
Resumiendo: 3 bodas de más aguanta en pie durante hora y media gracias única y exclusivamente a que cuando se pasa la curiosidad (minuto 2, más o menos) el reparto empieza a superar a los personajes y a las artificiosas situaciones sin chispa y consigue que no todo se hunda en el barro. Y donde digo barro, digo mierda.
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