Haz click aquí para copiar la URL

Una Eva y dos Adanes

Comedia Época de la Ley Seca (1920-1933). Joe y Jerry son dos músicos del montón que se ven obligados a huir después de ser testigos de un ajuste de cuentas entre dos bandas rivales. Como no encuentran trabajo y la mafia los persigue, deciden vestirse de mujeres y tocar en una orquesta femenina. Joe (Curtis) para conquistar a Sugar Kane (Monroe), la cantante del grupo, finge ser un magnate impotente; mientras tanto, Jerry (Lemmon) es cortejado ... [+]
Críticas 187
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
27 de diciembre de 2017
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inmortal comedia del absurdo. Una película inteligente donde Wilder hace gala del dominio que tenía en la narración fílmica, en la elaboración de tramas y situaciones y en la escritura de perspicaces diálogos. 'Con faldas y a lo loco' supuso un antes y un después en el género de la comedia.

Su sencilla historia es transformada en algo memorable gracias al talento de Wilder. En ella, critica con apego al sexismo, al machismo y al rigor de la identidad sexual, con un recurso audaz para aquella época, el del travestismo, manifestando así su nervio como iconoclasta.

De nuevo, hace uso de una técnica muy recurrida en su filmografía denominada "discrepancia entre niveles de conocimiento". En dicha técnica, sitúa al espectador en una posición privilegiada porque tiene más conocimiento sobre lo que ocurre en una escena que al menos uno de los personajes.

“Bueno, nadie es perfecto”, dice el simpático millonario antes de que termine la película. En esta obra casi todo lo es: la gran interpretación de la curvilínea Marilyn Monroe –la mejor de su carrera– y de la pareja masculina, la caricatura de los años de la Ley Seca, la música, sus parodias… Una absoluta maravilla.
7
14 de diciembre de 2009
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cualquier forma de arte debería permitirse la libertad de opinión, un paso importante hacia esa meta es reconocer que no hay nada sagrado, ni en el cine ni en la literatura, en ninguna forma de arte… y la intolerancia es de todo, menos objetiva...

¿Cómo no te va a gustar si es un clásico? o ¡Pero si es de Wilder! o cualquier frase parecida derivando según la película/director de turno es totalmente fútil e insostenible argumentalmente…
¿Es que antes no se hacían malas películas? ¿Toda la filmografía de un director debe ser igual de brillante precisamente por proceder de él? Me parece que no…
“Con faldas y a lo loco” no me parece en absoluto un bodrio, me gustó bastante, pero no tanto como para constatar que no está ni mucho menos al nivel de otras grandes películas de Billy Wilder como; “insertar preferencia aquí”.

Desde el principio empecé a notar algo extraño; ni las situaciones me parecían especialmente ingeniosas ni los diálogos bastante agudos, los gags muy normalitos, ningún personaje especialmente interesante… Y sí, Marilyn Monroe sería todo lo diva del momento que ella quiera pero como actriz… pues ni fu ni fa… (y dejando de pensar con la de arriba; sexy es un rato, pero tampoco es nada del otro mundo físicamente, creo que su encanto y picardía hacían mucho).

En el caso de Jack Lemmon, lo mires con los ojos que lo mires y en cualquier época: hasta un fenicio admitiría que está bastante exagerado (aún así cae simpático su personaje, pero sobreactuado va a ser que si).

Tony Curtis bastante correcto en su papel de galán, si estamos de acuerdo en que a este tipo de personajes no se le pueden pedir tampoco grandes interpretaciones…

Y si tengo que destacar algo; sin duda me quedo con las escenas de la mafia… quizás sea debido a ello, pero es que no puedo evitarlo, me encanta el género negro:

-La persecución del coche fúnebre es magnífica.

-La escena de la ejecución en el garaje, (aún cuando en aquellos tiempos la cámara nunca debiera presenciar en primera persona los hechos) tiene muchísima más fuerza y sobrecoge lo que otras enseñando infinitamente más ya quisieran.

-La reunión de “los amigos de la ópera italiana” además de ser divertida es mucho más ingeniosa que el resto, con el discurso de “algunos dirán…pero yo digo…” simplemente genial.

¿Aparte de esto? Claramente; el final. Conocido de sobra por cualquiera que haya encendido la tele en los últimos 50 años; imitado, citado y venerado con justicia, uno de esos finales míticos del cine, y por meritos propios.

Y concluyendo; PARA MI "Con faldas y a lo loco" no está mal, pero ni por asomo al nivel de otras de Wilder y decir que es su mejor comedia existiendo "Irma la dulce" (mi favorita), "Sabrina", etc...

Aún así entiendo a los que la critican con dureza y los que la elevan por las nubes sin compartir ninguna de las dos opiniones... ya que solo yo tengo razón. (Entiéndase como una protesta irónica).

Nota: 7,5
9
7 de julio de 2009
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La única comedia de Billy Wilder junto con "El apartamento" que me ha gustado.

La verdad es que por algo y con razón son sus dos películas más adoradas. Y es que "Con faldas y a loco" es una comedia con momentos que serán recordados siempre. Es una película inolvidable que mejora con los años como el buen vino. Eso de que las gracias han quedado anticuadas tampoco lo veo por ningún lado. A mí me hizo mucha gracia la primera vez que la ví, mucha más gracia que las comedias de hoy en día.

Tiene demasiadas cosas positivas para no gustar, a unos les gusta por lo única y sexy que aparecía Marilyn Monroe (con momentos como el de su canción "I wanna be loved by you" que han pasado a la posteridad) en el único papel suyo realmente aprovechable, a otros les gusta por ese pequeño y divertido romance entre su personaje y el de Richard Curtis, otros por estar ambientada en la época de la ley seca que da pie a divertidas situaciones de contrabandos y camuflajes del alcohol. Pero en general son esas situaciones y esos diálogos tan ingeniosos y y con esas actuaciones tan maravillosas lo mejor de todo.

Curtis y Lemmon interpretan a una pareja de músicos que debe huir de la mafia y se "camuflan" en una banda musical femenina. Allí, disfrazados de mujeres, les suceden momentos que son tan divertidos y estrambóticos como inolvidables. La trama es original y entretenida, y está al servicio de la comedia y de sus gracias y... ¡qué momentos nos regala!

Ver a los actores Jack Lemon y Tony Curtis haciéndose pasar por Josefine y Dafne no tiene precio, las caras que ponen, sus expresiones, sus voces... absolutamente divertido e inolvidable. Destacan las escenas de Jack Lemmon cuando hace de Dafne y de su "amado" millonario Osgood (Joe E. Brown), la pareja Dafne/Osgood es la que nos ofrece los mejores momentos de la película (¿han visto alguna vez un personaje más divertido, alegre y entrañable que Osgood? yo no).

Lo peor: Su comienzo (prácticamente todas las escenas en las que Lemmon y Curtis no están disfrazados).
Lo mejor: Momentos muy concretos que son desternillantes: ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... la secuencia de la fiesta del tren en la cama de Dafne, el momento de baile del tango entre Dafne y Osgood, y sobre todo ese diálogo final entre ellos:

Dafne: ...no puedo casarme con el vestido de tu madre, seguro que ella y yo... ¡no tenemos el mismo tipo!.
Osgood: Podemos reformarlo.
Dafne: ¡No hace falta! He de ser sincera contigo... ¡tú y yo no podemos casarnos!.
Ogood: ¿Por qué no?.
Dafne: Pues... ¡Primero porque no soy rubia natural!.
Osgood sonríe: No me importa.
Dafne: Y... ¡fumo! ¡fumo muchísimo!.
Osgood: Me es igual.
Dafne: Tengo un horrible pasado, desde hace tres años estoy viviendo con un saxofonista.
Osgood: Te lo perdono.
Dafne: Nunca podré tener hijos...
Osgood: Los adoptaremos.
Dafne desesperada: ¡NO ME COMPRENDES OSGOOD! ¡SOY UN HOMBRE!.
Osgood: Bueno... nadie es perfecto.

Je je, ¡MÍTICO!
10
13 de octubre de 2005
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de las intempestivas relaciones durante el rodaje entre Tony Curtis y Marilyn Monroe -él llegó a decir sobre una de sus secuencias juntos que fue como besar a Adolf Hitler-; a pesar de las dificultades con la actriz, que tuvo que ser convencida a última hora para que consintiera que la película fuese en blanco y negro, o que terminó por necesitar una pizarra donde le escribían algunas frases tras la desesperación que le suponía a Wilder dedicar más de cuarenta tomas para que consiguiera decir correctamente cosas tan sencillas como: “It’s me, Sugar” o “Where’s the bourbon?”; a pesar de la necesidad de un doblador de la voz de falsete femenino que Curtis no lograba mantener durante toda una toma...; a pesar de estos y otros muchos avatares del rodaje, el Instituto de Cine Americano terminó por considerar este trabajo de Billy Wilder como la película más divertida de todos los tiempos y una de las mejores de la historia del cine.

Y así es en definitiva. Esa secuencia en la barca con la frase: “Nadie es perfecto” rubrica uno de los más maravillosos finales vistos en una comedia. El guión, realmente brillante, tuvo merecida recompensa con el Premio de Escritores de América y la película obtuvo varias nominaciones al Oscar y triunfó en los Globos de Oro con especial reconocimiento a un Jack Lemon magnífico y en alza, al que sólo un año después Wilder terminaría de encumbrar con “El apartamento” y a la que seguirían otras excelentes colaboraciones actor-director como “Irma la dulce”, “En bandeja de plata”, “Avanti” o “Primera plana”.

Una comedia para disfrutar los ocurrentes diálogos, reír con rocambolescas situaciones, admirar las muy inspiradas interpretaciones y degustar a uno de los más grandes directores de cine que Hollywood ha dado. No queda pues sino hacerse con un refresco y una buena bolsa de palomitas para seguir las aventuras y desventuras de un par de caraduras que se ven obligados por las circunstancias a vestir con faldas y a lo loco, porque como dice el más apropiado título que se le dio en Rusia a esta película: “Sólo se admiten chicas para el Jazz”.
10
16 de abril de 2010
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está tan llena de luz, comicidad, diversión, locura y es tan sumamente rápida que uno, si volviese a nacer, tendría dudas de si querría ser tan feliz como Lemmon dando locos giros a su violonchelo mirando a Marilyn, o dando tumbos sobre la cama con unas maracas porque un millonario la ha pedido matrimonio a ELLA -es correcto así-, o si querría sentir tanto placer como el diabólico saxofonista Curtis, disfrazado de primera comunión, siendo resucitado al placer de los besos por una Marilyn Monroe totalmente embriagada por las colección de conchas del dueño de las gasolineras Shell Oil, o si querría darse la buena vida que se gastan Botines y/o demás gángsters ...
Además es la película que mejor retrata a Marilyn Monroe junto con Niágara y Vidas rebeldes. Explota su inocencia sexual en la escena inicial del tren, ya que Wilder consigue al rodearla de sus compañeras de la orquesta mujeres, la directora vieja, fea y amargada, el productor gordo y dormilón, y los dos mirones escondidos -Lemmon y Curtis-, que Marilyn destaque muchísimo más que por ejemplo rodeada de hombres vestida de rosa y cantando que los diamantes son los mejores amigos de una chica en Los caballeros las prefieren rubias.
Además la película tiene un poso de romanticismo totalmente auténtico y nos da una moraleja -ver spoiler-. En resumen, obra maestra, que se puede ver 100 veces seguidas, porque te hace soñar, no tiene un solo fallo y reluce como un cielo azul. Una de las cinco mejores comedias de la historia del cine, de las cuales al menos 4 son de Billy Wilder -Irma la dulce, Besame tonto, Uno dos tres, Ariane-.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Curtis demuestra que aunque muy pillo él, tiene un gran corazón y no resiste no despedirse de Marilyn, de la cual está enamorado, la cual canta en esta película 2 canciones en las que se la ve más Marilyn y por tanto más seductora que nunca, incluída la memorable I wanna be loved by you, -Quiero ser amada por ti-; escena de la despedida que desencadena en el final más rápido, deseado y divertido de la historia del cine, con ese aluvión de inocentes reflexiones sobre la felicidad, el dinero y el amor. La moraleja: El que tiene el dinero -vejete- ansía tener el amor, los que tienen el amor -Marilyn y Curtis- desean tener el dinero, y todo ello mientras Jack Lemmon desea tener a alguién que le entienda algo tan simple como que no puede casarse con el millonario ya que los dos son hombres, algo que vista la película no es tan fácilmente explicable ni creíble, ya que Lemmon da tantas vueltas en la película a su en principio clara sexualidad masculina: primero tiene que convencerse a si mismo de que es una mujer para no extender sus tentáculos sobre Marilyn en el tren, y luego de que es un hombre para rechazar los diamantes de su millonario vejete, que en ese momento es realmente amado por Lemmon.
En el fondo, si nadie es perfecto, al menos en este final la humanidad tiene sus cinco minutos de gloria, como diría Andy Warhol, y aquí sí LA VIDA ES PERFECTA. Y es que en una pequeña balsa en el océano, el dinero pierde su falsa trascendencia y por fin llega la ansiada felicidad.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Para Sama
    2019
    Waad al-Kateab, Edward Watts
    7.8
    (1,548)
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para