The Doors
6.8
16,615
Drama
Biopic del legendario Jim Morrison y su banda The Doors, desde sus inicios hasta la muerte del cantante en una habitación de hotel de París en 1971. En los primeros días de la formación del grupo, Morrison está en su momento más benigno; es sólo un tipo que pasa el rato en la playa escribiendo poesía. Pero pronto la fama de los Doors comienza a extenderse, con Morrison como centro de atención. A medida que el consumo de drogas y el ... [+]
7 de febrero de 2011
7 de febrero de 2011
19 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier parecido de esta película con la vida de Jim Morrison es pura coincidencia. Oliver Stone nos demuestra lo patán que puede llegar a ser porque para él está claro, el rollo este de la psicodelia consistía en ponerte hasta el culo de todo y follar como un loco. Punto final. Después se inventa el 90% de las escenas como hizo en JFK y otra biografía verídica al canto que me sale redonda. Toma ya.
Pues no. Morrison era un buen poeta, además de lector compulsivo (Rimbaud, Chateubriand) y estudiante aventajado. Nada de esto sale en la película. Decidió vivir en París por su obsesión con los poetas malditos. Que tomara drogas y alcohol todos lo sabemos pero reducir la película a eso y además presentarlo de una manera tan zafia y grotesca raya en lo ridículo. El retrato que pinta Val Kilmer no es el de un intelectual inspirado sino el de un gañán subnormal perpetuamente borracho que se parece más al propio Kilmer que a Morrison.
Película muy, muy penosa, al nivel intelectual de Stone y los que le siguen. Los que se dicen "fan de los Doors" y alaban este bodrio que se lo hagan mirar porque no se han enterado de nada.
Pues no. Morrison era un buen poeta, además de lector compulsivo (Rimbaud, Chateubriand) y estudiante aventajado. Nada de esto sale en la película. Decidió vivir en París por su obsesión con los poetas malditos. Que tomara drogas y alcohol todos lo sabemos pero reducir la película a eso y además presentarlo de una manera tan zafia y grotesca raya en lo ridículo. El retrato que pinta Val Kilmer no es el de un intelectual inspirado sino el de un gañán subnormal perpetuamente borracho que se parece más al propio Kilmer que a Morrison.
Película muy, muy penosa, al nivel intelectual de Stone y los que le siguen. Los que se dicen "fan de los Doors" y alaban este bodrio que se lo hagan mirar porque no se han enterado de nada.
17 de agosto de 2022
17 de agosto de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver Stone abordando las vivencias del carismático Jim Morrison, líder del grupo de rock The Doors, desde sus días de estudiante de cine hasta su prematura muerte.
Por desgracia, el autor de "Platoon" ofrece una visión equívoca del personaje, pues lo convierte en poco menos que una caricatura, amén de introducir en su historia innecesarios pasajes ficticios. Asimismo aprovecha la coartada nostálgica para hacer un fugaz recorrido sociológico por los Estados Unidos de finales de los años sesenta, pero la película en su conjunto es pretenciosa, abunda en concesiones comerciales y su discurso crítico resulta de lo más burdo. Salvo en algunas escenas muy puntuales, los fans de la mítica banda se rasgarán las vestiduras.
"Soy el Rey Lagarto. Yo parto y reparto."
Por desgracia, el autor de "Platoon" ofrece una visión equívoca del personaje, pues lo convierte en poco menos que una caricatura, amén de introducir en su historia innecesarios pasajes ficticios. Asimismo aprovecha la coartada nostálgica para hacer un fugaz recorrido sociológico por los Estados Unidos de finales de los años sesenta, pero la película en su conjunto es pretenciosa, abunda en concesiones comerciales y su discurso crítico resulta de lo más burdo. Salvo en algunas escenas muy puntuales, los fans de la mítica banda se rasgarán las vestiduras.
"Soy el Rey Lagarto. Yo parto y reparto."
2 de abril de 2010
2 de abril de 2010
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película en su conjunto es un autentico fracaso a los ojos de los que verdaderamente son amantes de los Doors. Esta película está basada en el libro que escribió Patricia Kennealy ( una amante de Jim, periodista y despechada, y por lo tanto no creo que sea muy objetivo, ¿no creeis?).
Solo decir que ni siquiera a Oliver Stone le gustaban los Doors cuando le ofrecieron el proyecto de realizar la película.
Solo decir que ni siquiera a Oliver Stone le gustaban los Doors cuando le ofrecieron el proyecto de realizar la película.
14 de abril de 2011
14 de abril de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stone nos presenta un Jim Morrison desequilibrado, improductivo, conflictivo, autodestructivo y en permanente estado de ebriedad que se empeña en socavar la relación con toda persona que forme parte de su círculo íntimo y no tan íntimo, incluída la que tiene con sus sufridos compañeros de banda, como si hubiese formado parte de The Doors porque ganó una rifa y no porque ÉL mismo fue una piedra basal del exitoso proyecto musical que creó y sostuvo (por pocos años, eso sí) junto a Manzarek. Ahora yo me pregunto: ¿en qué momento pulen sus cualidades vocales? ¿en qué momento Morrison compone letras? ¿en qué momento la banda ensaya esas letras? ¿cuándo los Doors testean sonido antes de un show? Jamás, nada de esto sucede, aquí sólo se refleja la grabación de la legendaria "Light my fire" como si el resto de las letras y discos fuesen covers caídos del cielo que Morrison, con desgano, alcoholizado y por una insalvable obligación contractual, interpretó. Esto se debe a que el director prefirió adoptar una perspectiva negativa, donde abundan los golpes de efecto para que el público poco conocedor se regodee con el morbo que destila el personaje.
Rescato la interesante fotografía, bien contextualizada, y la magistral interpretación de Kilmer, quien básicamente hizo piel del papel. En ocasiones verdaderamente es Jim Morrison.
También rescato, por supuesto, la excelente banda sonora.
Rescato la interesante fotografía, bien contextualizada, y la magistral interpretación de Kilmer, quien básicamente hizo piel del papel. En ocasiones verdaderamente es Jim Morrison.
También rescato, por supuesto, la excelente banda sonora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Stone no se documentó bien o, caso contrario, omitió eventos cruciales en la historia de la agrupación en pos de agudizar su visión catastrófica. Miami 69' no fue el recital final de The Doors ni mucho menos: durante 1970 brindaron conciertos magníficos y posterior a Miami grabaron dos álbumes que se encuentran entre los más destacados de su prolífica discografía.
4 de enero de 2017
4 de enero de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trata, Stone, de capturar el espíritu de una época, el fin de la edad de la inocencia, los sesenta yanquis y juveniles, esa algarabía de revueltas, colisiones y sueños, de pesadillas, rock y amor. Y lo hace a través de un héroe romántico, de un maldito arquetípico, de un poeta, un borracho y un loco, Jim Morrison.
Acierta en los viajes lisérgicos y el peyote del desierto, en algunos conciertos, en su estilo enfebrecido, de puro delirio. Falla cuando se vuelve redundante, familiar, mujeriego, esotérico, sermoneador y psicótico.
Es una película febril y descompensada; brillante, fabulosa en su inicio abismal; vacua, atorrante en su tramo final.
El retrato es meridiano. Es un visionario escindido, herido, un amante de la muerte que ve más allá, que trasciende, que niega la banal realidad, la prosa prolija, y trata de adentrarse en lo oscuro, de dar el salto y abrazar el caos místico, de penetrar en la nada y el dolor, de aprender para crecer. Y es autodestructivo, megalómano y brutal; egoísta, insoportable y colosal.
La mirada de Stone es a favor. Es un cantar de gesta de Dionisos a pesar de sus excesos, justamente por ellos, por buscar el desarreglo de todos los sentidos y no conformarse con la mediocridad de lo terrenal. Pero es un ángel caído que se enfanga en todo lo humano y se convierte en un payaso, en el bufón de la corte que canta las verdades que un público embrutecido e idiotizado no entiende y que una policía necia y una justicia lerda tratan de reprimir inútilmente. Pero nadie puede con él. Ni el dinero, ni el amor, ni la ley, ni la vida.
Acierta en los viajes lisérgicos y el peyote del desierto, en algunos conciertos, en su estilo enfebrecido, de puro delirio. Falla cuando se vuelve redundante, familiar, mujeriego, esotérico, sermoneador y psicótico.
Es una película febril y descompensada; brillante, fabulosa en su inicio abismal; vacua, atorrante en su tramo final.
El retrato es meridiano. Es un visionario escindido, herido, un amante de la muerte que ve más allá, que trasciende, que niega la banal realidad, la prosa prolija, y trata de adentrarse en lo oscuro, de dar el salto y abrazar el caos místico, de penetrar en la nada y el dolor, de aprender para crecer. Y es autodestructivo, megalómano y brutal; egoísta, insoportable y colosal.
La mirada de Stone es a favor. Es un cantar de gesta de Dionisos a pesar de sus excesos, justamente por ellos, por buscar el desarreglo de todos los sentidos y no conformarse con la mediocridad de lo terrenal. Pero es un ángel caído que se enfanga en todo lo humano y se convierte en un payaso, en el bufón de la corte que canta las verdades que un público embrutecido e idiotizado no entiende y que una policía necia y una justicia lerda tratan de reprimir inútilmente. Pero nadie puede con él. Ni el dinero, ni el amor, ni la ley, ni la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final se muere. Feliz como una perdiz. Se confirmó la exaltación del héroe. El fin es la única verdad, el único amigo. Él lo supo y lo aceptó. Y lo buscó. Y lo encontró.
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