Si los nazis dan juego, con música jazz de fondo aún darán más. Este es el principal ingrediente de "Rebeldes del Swing", una emotiva cinta en la que se entrecruzan alocados bailes de salón y amistades imperecederas con la realidad de una Alemania Nazi a punto de entrar en combate con las potencias occidentales. Pero pese a todo el mensaje es claro: el coraje del alma, y el amor por la vida y la libertad no se doblegarán ante los tiranos.

Rebeldes del swing me ha dejado con la sensación que podía haber dado bastante más de sí, ya que en ningún momento me desagradó, un punto en contra es que ninguno de los actores tenía mucha pinta de alemán por ejemplo, otra cosa que noté algo forzado, fue la forma en que sus protagonistas cambian de ideas tan fácilmente.

La ví hace muchos años. Entonces no tenía muy claro lo de mis películas favoritas, pero he visto muchísimas de todos los géneros y ésta es una de las que no puedo prescindir. Me gusta más cada vez que la veo.

Quien espere ver esta película pensando solamente en seguir un simple esbozo de los seguidores del swing en la Alemania nazi, que tenga en cuenta que encontrará además:

- Un viaje hacia el interior de un joven que se debate en una pugna constante entre mantener la propia identidad, la ética y el gusto propio y la consecuente condena de su entorno o bien asimilar y colaborar en todo aquello que le rodea y detesta con el fin de llevar una existencia segura.
- La deshumanización de la sociedad alemana por medio del lavabo de cerebro,
- Un reflejo de lo terrible que era la vida para las personas señaladas como enemigos entonces.

No solo el guión es magnífico, las geniales interpretaciones y la cuidada ambientación consigue que el espectador vibre con el swing tanto como que sienta el miedo y la impotencia de vivir en una sociedad en la que gobierna el más absoluto despotismo.

Lo mejor es la tensión in crescendo del film. Lo que empieza como un simple retrato de la juventud alemana de la época que adoraba la música swing va desembocando inexorablemente en un cada vez más cruel desmembramiento de la sociedad alemana y un ensañamiento con las personas poco gratas a ojos del régimen nazi y a manos de los mismos. Y esto es un logro porque la película es más creíble en cuanto más asfixiante es el drama.

Recomendable para todo el mundo.

Estrenada en 1993, me ha resultado toda una sorpresa. La acción se desarrolla en los años 30 en una Alemania que ve como el nazismo incipiente empieza a ocupar espacios de influencia y en la que multitud de jóvenes abarrotan los locales de baile nocturnos para desinhibirse bailando el swing. Pero la rígida y coartante disciplina nazi va imponiéndose cada vez más hasta el punto de amenazar la libertad individual.

Es un retrato de cómo una sociedad puede ir enfermando poco a poco y de cómo personas aparentemente buenas caen en la maldad cuando disponen de herramientas y autoridad para ejercerla con impunidad. Y de cómo otras se rebelan y mantienen sus principios aun siendo conocedores de las consecuencias. Muy recomendable, contando además con el atractivo de ver en los principales papeles a unos jóvenes Robert Sean Leonard (el dr. Wilson de la serie House) y Christian Bale.