Un asunto de mujeres
1988 

7.3
2,025
Drama
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La vida en la Francia ocupada es muy difícil. Marie Latour, una mujer casada, decide ayudar a una vecina a interrumpir un embarazo no deseado. Poco a poco empiezan a requerir sus servicios otras mujeres encintas, bien porque han sido violadas, bien porque sus maridos están en el frente. Mientras tanto, el marido de Marie, que permanece en casa debido a una herida de guerra, contempla sorprendido cómo ... [+]
19 de abril de 2006
19 de abril de 2006
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chabrol y su cumbre cinematográfica.
Una obra redonda, bien narrada y construida, con unos personajes (desde el abogado, pasando por la presa al niño) soberbios, capaces de transmitir emoción y veracidad con pocas palabras y sequedad de gestos. Los que emplea una magsitral Isabelle Huppert en una interpretación que de ser americana le hubiese valido el Oscar!
Indispensable
Una obra redonda, bien narrada y construida, con unos personajes (desde el abogado, pasando por la presa al niño) soberbios, capaces de transmitir emoción y veracidad con pocas palabras y sequedad de gestos. Los que emplea una magsitral Isabelle Huppert en una interpretación que de ser americana le hubiese valido el Oscar!
Indispensable
25 de octubre de 2019
25 de octubre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película expone de manera notable, a la vez que sin grandilocuencias, la perspectiva de la mujer en la Francia de fines de la segunda guerra mundial. A partir de ahí, ya es un tema novedoso, puesto que la mayoría de los films de este conflicto bélico, como casi cualquier otro, lo abordan del dolor de la guerra en su totalidad, apelando a la impresión del espectador con imágenes fuertes y música evocadora. El eje no es nunca, a lo largo de la película, dejado de lado. Toda la beatitud que se espera de la mujer es claramente rechazada aquí en la película, con Claude Chabrol sobrio y con un lente feminista muy bien logrado, asumiendo lo más cerca posible la reflexividad femenina. La amiga judía que se va para no volver, la amiga prostituta y el ejercicio del aborto por parte de la protagonista son los elementos silenciados y que Chabrol busca darle voz. La mujer que falleció con su odio a la maternidad y la distancia que la propia protagonista mantiene con su hijo varón, sin dejar de expresarle cariño, hablan de ese mundo que lo han mantenido en silencio; en un mundo que, a la vez, en contexto bélico, se está cayendo a pedazos. Se presenta a la mujer como una unidad que se debe mantener bajo control para mantener la estructura social, pues es la responsable de la natalidad y por lo tanto del legado demográfico como genético que adopta una nación. La película expone ese uso, ese provecho y ese control nacional en torno a la mujer; saca a la luz el dolor de ese uso por parte del mundo masculino (no necesariamente compuesto por solamente hombres, sino por reproducir modos androcéntricos de cultura). Las actuaciones, por otro lado, sin ser deslumbrantes, puesto que la película no recurre a un estilo dramático, tan propio del cine bélico, cumplen bien: sobrias, verosímiles. Se agradece, además, el restar el dramatismo de la guerra para centrar un problema en torno a "las otras", las que no hacen las guerras y que, sin embargo, las padecen, las mujeres. Excelente trabajo.
25 de marzo de 2025
25 de marzo de 2025
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No es la primera película de Claude Chabrol que veo. "La Ceremonia" es espectacular y lo mismo puedo decir de ésta. Para empezar, cuenta con Isabelle Huppert, una de las actrices francesas que más me gustan. Y está excepcional.
La película aborda una historia real que ha tenido lugar en la Francia ocupada de los años 40, de una francesa que, por necesidades económicas, decide, sin pensarlo demasiado, hacer abortos en más de veinte mujeres. En eso, me ha recordado la película del británico Mike Leigh "El secreto de Vera Drake", con Imelda Staunton en el papel protagonista de una mujer que, como la Marie de Chabrol, realiza abortos clandestinos.
Lo que más me ha llamado atención en esta película es la "banalización del mal" (ver el concepto de Hannah Arendt) llevada a cabo por Marie, quien no parece tener una conciencia moral ni reflexionar mucho sobre sus actos. Marie es indiferente y casi fría: con tal de poder mantener sus hijos, no duda en quitar la vida de los no nacidos en los vientres de sus madres, a sabiendas de que pone en riesgo las vidas de éstas. Poco a poco, sin darse cuenta de los absurdos de sus acciones, va actuando motivada unicamente por el dinero, el placer, la codicia e, incluso, el odio por su marido.
Hay que verla. Es una película cruda e incómoda, pero realmente excelente. Chabrol no decepciona.
La película aborda una historia real que ha tenido lugar en la Francia ocupada de los años 40, de una francesa que, por necesidades económicas, decide, sin pensarlo demasiado, hacer abortos en más de veinte mujeres. En eso, me ha recordado la película del británico Mike Leigh "El secreto de Vera Drake", con Imelda Staunton en el papel protagonista de una mujer que, como la Marie de Chabrol, realiza abortos clandestinos.
Lo que más me ha llamado atención en esta película es la "banalización del mal" (ver el concepto de Hannah Arendt) llevada a cabo por Marie, quien no parece tener una conciencia moral ni reflexionar mucho sobre sus actos. Marie es indiferente y casi fría: con tal de poder mantener sus hijos, no duda en quitar la vida de los no nacidos en los vientres de sus madres, a sabiendas de que pone en riesgo las vidas de éstas. Poco a poco, sin darse cuenta de los absurdos de sus acciones, va actuando motivada unicamente por el dinero, el placer, la codicia e, incluso, el odio por su marido.
Hay que verla. Es una película cruda e incómoda, pero realmente excelente. Chabrol no decepciona.
18 de enero de 2013
18 de enero de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película de Claude Chabrol. Para empezar, un prodigio de ambientación: desde los escenarios domésticos, la vivienda de la familia protagonista, el entorno, las calles del pueblo, los bares, la gente, hasta las leves y sugerentes pinceladas que el director distribuye para darle al espectador la idea de que se encuentra en un país ocupado por los nazis. Por regla general en muchas películas que tratan de retratar esta ocupación se suele recurrir, lamentablemente, a la brocha gorda, la brutalidad arbitraria fundamentalmente. Chabrol no cae en esta tan grosera trampa, le basta con mostrar la presencia en algún bar o en alguna tienda de un soldado alemán, mencionar el toque de queda, retratar la actuación de algunos controles, el paso de algún vehículo con matrícula de la Wehrmacht, etcétera. El efecto que Chabrol consigue con todo ello es prodigioso, uno tiene la impresión de vivir esa ocupación personalmente.
La historia nos explica las circunstancias que llevan a la protagonista, Marie, estupendamente interpretada por Isabelle Huppert, a la práctica abortista. Tendría interés, y brindo el tema a quien pudiere interesarle, realizar una aproximación comparativa entre “Asunto de mujeres” y “El secreto de Vera Drake”,ésta de Mike Leigh. En ambos casos, es una bondad del corazón de las protagonistas la que les lleva por la pendiente de una actuación ilegal. En el primer caso, todo arranca cuando Marie trata de ayudar a una amiga, involuntariamente embarazada, aplicando los principios terapéuticos aprendidos en los patios de vecindad. Es un simple favor entre vecinas. Cuando el asunto se resuelve satisfactoriamente para ambas, la amiga quiere agradecérselo y le da, quieras que no, un puñado de billetes. La siembra está hecha. Con el marido en el hospital, los niños alimentándose a base de unas misérrimas sopas de agua, viviendo no se sabe de qué, no resulta difícil comprender que Marie, carente de cualquier preparación para salir adelante por sí misma, vea el cielo abierto y comprenda que el sexo es y puede ser una fuente de ingresos extraordinaria cuando se sabe cubrir todos los campos que le dan cobijo.
Y por último, no es menos magistral el cierre de la película desde el punto de vista ideológico. Aquí no se trata de una cuestión religiosa, sino de una cuestión política: Marie está poniendo en peligro la demografía de un pueblo, y ya se sabe que lo colectivo es un concepto básico en las ideologías, tanto fascista como comunista, que se disputaban el trono en la Europa de la época.
La historia nos explica las circunstancias que llevan a la protagonista, Marie, estupendamente interpretada por Isabelle Huppert, a la práctica abortista. Tendría interés, y brindo el tema a quien pudiere interesarle, realizar una aproximación comparativa entre “Asunto de mujeres” y “El secreto de Vera Drake”,ésta de Mike Leigh. En ambos casos, es una bondad del corazón de las protagonistas la que les lleva por la pendiente de una actuación ilegal. En el primer caso, todo arranca cuando Marie trata de ayudar a una amiga, involuntariamente embarazada, aplicando los principios terapéuticos aprendidos en los patios de vecindad. Es un simple favor entre vecinas. Cuando el asunto se resuelve satisfactoriamente para ambas, la amiga quiere agradecérselo y le da, quieras que no, un puñado de billetes. La siembra está hecha. Con el marido en el hospital, los niños alimentándose a base de unas misérrimas sopas de agua, viviendo no se sabe de qué, no resulta difícil comprender que Marie, carente de cualquier preparación para salir adelante por sí misma, vea el cielo abierto y comprenda que el sexo es y puede ser una fuente de ingresos extraordinaria cuando se sabe cubrir todos los campos que le dan cobijo.
Y por último, no es menos magistral el cierre de la película desde el punto de vista ideológico. Aquí no se trata de una cuestión religiosa, sino de una cuestión política: Marie está poniendo en peligro la demografía de un pueblo, y ya se sabe que lo colectivo es un concepto básico en las ideologías, tanto fascista como comunista, que se disputaban el trono en la Europa de la época.
21 de julio de 2024
21 de julio de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película maravillosa, no sólo por sus aciertos técnicos y artísticos, sus admirables interpretaciones, su guion irreprochable, sino, sobre todo, por su decencia y su honestidad moral e intelectual. Chabrol tuvo que ser una gran persona para montar una historia como ésta, de una absoluta verdad humana, sin un átomo de esquematismo ideológico ni de ese maniqueísmo tan al uso cuando se tratan temas tan escabrosos como los que salen.
Pocas escenas he visto en cine tan hermosas y conmovedoras como ésa en que la cuñada de una de las víctimas mortales de la abortera acude a pedirle cuentas y lo hace --como mujer católica, acompañada de sus dos sobrinos, los hijos de la difunta--, de una manera tan extraordinariamente humana y compasiva, que resulta mucho más edificante que cualquier otro discurso sobre la barbarie que es el aborto.
Pocas escenas he visto en cine tan hermosas y conmovedoras como ésa en que la cuñada de una de las víctimas mortales de la abortera acude a pedirle cuentas y lo hace --como mujer católica, acompañada de sus dos sobrinos, los hijos de la difunta--, de una manera tan extraordinariamente humana y compasiva, que resulta mucho más edificante que cualquier otro discurso sobre la barbarie que es el aborto.
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