Samaritan Girl
6.6
5,137
Drama
Dos colegialas descubren que la prostitución es el modo más fácil y rápido para conseguir el dinero deseado para ir a Europa. De este modo, una se encarga de buscar a la clientela y la otra de vender su cuerpo, y ambas se inician en un negocio tan lucrativo como peligroso... (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2006
7 de noviembre de 2006
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tiene ni la profundidad de "Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera" ni la espiritualidad de 'Hierro 3', pero me parece una gran película. Como siempre, Ki-Duk Kim nos presenta personajes extremos, llenos de contradicciones. Como Yeo-Jin, que lleva las cuentas de los 'negocios' de su amiga, pero a la vez está enamorada de ella. Cobra y llora. Le sigue, pero lo hace con el corazón partido. Todo por un viaje a ninguna parte. El padre de Yeo-Jin también tiene muchas dudas y enloquece a medida que avanza la película. El argumento es muy original, como el resto de películas del director coreano, que se aleja de los temas convencionales. En ésta nos habla de la prostitución (que define desde distintos puntos de vista), del amor sincero, del suicidio, de la mafia, de la pedastria, de la venganza y de lo difícil que resulta olvidar el pasado. Visualmente, la película funciona sola gracias a la gran dirección de Ki-Duk Kim, que cuida hasta el último detalle.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Yeo-Jin, compungida por la muerte de su amiga, intenta un 'viaje iniciático' para lavar su consciencia y purificar el alma de su enamorada. El retrato del padre de familia que se aprovecha de una menor es brutal. Tiene que dar explicaciones delante de su mujer y de sus hijas, en la mesa, a la hora de comer. Ki-Duk Kim nos demuestra que no todo el mundo es lo que aparenta y que las sorpresas, muchas veces desagradables, están al orden del día. Aunque inesperado, el final de la película pone a cada uno en su sitio. El padre de Yeo-Jin, que es policía, se acaba entregando a sus colegas de profesión. A ella la deja en el coche, donde unas horas antes le había enseñado a conducir, como prelúdio de su obligada 'independencia'. Como siempre, el director aprovecha para sembrar algunas dudas con el asesinato de Yeo-Jin por parte de su padre, para después enterrarla. Al final sólo es un sueño, aunque puede considerarse un final alternativo que, personalmente, creo que habría sido mejor.
1 de febrero de 2009
1 de febrero de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivimos en un mundo de percepciones. Lo que tú ves, no es exactamente igual a lo que yo veo. Lo que aquel asume como verdad respecto a sus creencias, visiones y gustos, para otro puede ser una completa mentira. Lo que, María, siente con respecto al mundo, es muy diferente de lo que vivencia su amigo, Juan… y por esta particular razón, es que no existe una realidad concreta respecto a muchas cosas. El mundo, es, para cada uno. La realidad, es, para cada uno.
<<SAMARIA>>, la película del coreano, Kim Ki-duk -contada a partir de dos jovencitas estudiantes a quienes se les ocurre chatear para conseguir hombres que, por sexo, les paguen el dinero con el que podrán un día viajar a Europa-, es un especial análisis de la figura de pecado que tanto se debate y complica a la humanidad.
Jae–Young, aunque ella prefiere ser llamada Vasumitra -para parecerse a la antigua prostituta hindú que convertía en fieles budistas a quienes fornicaban con ella-, es una chica angelical que asume acostarse con los clientes, mientras su amiga, Yeo-Jin, se ocupa de concertar las citas, llevar las finanzas y acompañar el proceso.
Para, Yeo-Jin, lo que su amiga hace por las dos, lo ve como un sacrificio al tener que entregar su precioso y juvenil cuerpo a unos hombres a quienes ella ve como “sucios bastardos”. Pero, para Vasumitra, resulta placentero y agradable conocer y compartir otras cosas además del sexo. Ve a sus clientes como amigos e incluso, uno que es músico de profesión, le despierta tanto afecto que es al único que reclama a su lado en un momento clave. Con unos pocos planos, Kim Ki-duk revelará unas actitudes duras y contrastantes entre la niña que anhelaba afecto y el hombre indiferente que sólo cumple un compromiso.
Yeo-Jin, busca redimirse. Sostener un error es conservarlo para siempre. Desandar los pasos es saldar una cuenta. El padre de ella, católico y apostólico, busca la expiación y el castigo. Entre el padre y la niña no hay discusión, ni él impide que avance en su proceso. Ella, de principio es inocente y la maldad está en los hombres que transgreden las reglas de la moralidad. Él, le habla de la virgen y de la madre Teresa, y al semejar a su hija con estas imágenes sagradas, no la cuestiona, no la juzga ni la castiga.
Sintiéndose culpable, Yeo-Jin imagina una conclusión que cree lógica, pero, la vida le tiene reservado un destino necesario. El propósito del universo no es el castigo sino el aprendizaje. El hombre no peca, sólo comete errores.
Una historia insólita, pero posible. Un drama tierno donde la inocencia se advierte en el corazón de todos sus personajes, aunque es el pecado el que pareciera estar en todos. Un filme de interioridades, lleno de apariencias externas que nos llevan a presentir que las cosas que creemos ver, merecen ser debidamente trascendidas.
Kim Ki-duk, en uno de sus mejores momentos, justamente galardonado con el Oso de Plata en el Festival de Berlín.
Título para Latinoamérica: <<CHICA SAMARITANA>> / POR AMOR O POR DESEO
<<SAMARIA>>, la película del coreano, Kim Ki-duk -contada a partir de dos jovencitas estudiantes a quienes se les ocurre chatear para conseguir hombres que, por sexo, les paguen el dinero con el que podrán un día viajar a Europa-, es un especial análisis de la figura de pecado que tanto se debate y complica a la humanidad.
Jae–Young, aunque ella prefiere ser llamada Vasumitra -para parecerse a la antigua prostituta hindú que convertía en fieles budistas a quienes fornicaban con ella-, es una chica angelical que asume acostarse con los clientes, mientras su amiga, Yeo-Jin, se ocupa de concertar las citas, llevar las finanzas y acompañar el proceso.
Para, Yeo-Jin, lo que su amiga hace por las dos, lo ve como un sacrificio al tener que entregar su precioso y juvenil cuerpo a unos hombres a quienes ella ve como “sucios bastardos”. Pero, para Vasumitra, resulta placentero y agradable conocer y compartir otras cosas además del sexo. Ve a sus clientes como amigos e incluso, uno que es músico de profesión, le despierta tanto afecto que es al único que reclama a su lado en un momento clave. Con unos pocos planos, Kim Ki-duk revelará unas actitudes duras y contrastantes entre la niña que anhelaba afecto y el hombre indiferente que sólo cumple un compromiso.
Yeo-Jin, busca redimirse. Sostener un error es conservarlo para siempre. Desandar los pasos es saldar una cuenta. El padre de ella, católico y apostólico, busca la expiación y el castigo. Entre el padre y la niña no hay discusión, ni él impide que avance en su proceso. Ella, de principio es inocente y la maldad está en los hombres que transgreden las reglas de la moralidad. Él, le habla de la virgen y de la madre Teresa, y al semejar a su hija con estas imágenes sagradas, no la cuestiona, no la juzga ni la castiga.
Sintiéndose culpable, Yeo-Jin imagina una conclusión que cree lógica, pero, la vida le tiene reservado un destino necesario. El propósito del universo no es el castigo sino el aprendizaje. El hombre no peca, sólo comete errores.
Una historia insólita, pero posible. Un drama tierno donde la inocencia se advierte en el corazón de todos sus personajes, aunque es el pecado el que pareciera estar en todos. Un filme de interioridades, lleno de apariencias externas que nos llevan a presentir que las cosas que creemos ver, merecen ser debidamente trascendidas.
Kim Ki-duk, en uno de sus mejores momentos, justamente galardonado con el Oso de Plata en el Festival de Berlín.
Título para Latinoamérica: <<CHICA SAMARITANA>> / POR AMOR O POR DESEO
4 de julio de 2008
4 de julio de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente de principio a fin. Por su temática, la violencia mostrada a medias de alguna de sus escenas y el modo en que varios personajes se turnan el título de protagonista durante los 95 minutos de cinta. La historia que narra tampoco es que sea ni corriente ni apta para todas las edades y el estilo que Ki-Duk le da a sus trabajos termina haciendo de ella algo, en mi opinión, sobresaliente.
Cojean algunos personajes, simples e inexpresivos (o será la forma de ser de la gente en esos países, que tanto nos choca a veces). Muy recomendable verla en coreano subtitulado porque además, como pasa en otras películas de este director, no es que se hable demasiado en ella.
Cojean algunos personajes, simples e inexpresivos (o será la forma de ser de la gente en esos países, que tanto nos choca a veces). Muy recomendable verla en coreano subtitulado porque además, como pasa en otras películas de este director, no es que se hable demasiado en ella.
3 de abril de 2012
3 de abril de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi búsqueda de películas interesantes fuera de nuestro ámbito cercano (Hollywood y Europa) encontré ésta obra y por fin pude disfrutar de verdad. Es una gran película, de hecho, el cineasta, Kim Ki-duk, ha hecho otras mejores como "Hierro" o "Primavera, verano..."
Es una película realmente bien realizada, y me alegré porque no suelo encontrar películas que me agraden fuera de los circuitos occidentales.
Está muy bien narrada y contada, es como si hubiera tres películas dentro de la misma y toca temas muy interesantes como el amor, el sexo, la amistad, la familia....
Es una película muy recomendable. 2 amigas deciden viajar a Europa y necesitan ganar dinero, una decide prostituirse, además, sufre tal percance que la amiga se verá obligada a cumplir su cometido y así honrarla. Sufrirá diversas aventuras pero antes su padre decide conocer de primera mano lo que está pasando y todo desemboca en un final realmente logrado y poético en el que ella y su padre se dan cuenta y viven en sus carnes lo que es la vida...
Un 8, sobre todo por la originalidad de la propuesta y la agradable sorpresa que acarrea su visionado. Diferentes historias dentro de una misma película con temas transcendentales e intensos y con una originalidad única. Kim Ki-duk no es un cineasta cualquiera ya que imparte y escribe...
Poesía surcoreana.
Es una película realmente bien realizada, y me alegré porque no suelo encontrar películas que me agraden fuera de los circuitos occidentales.
Está muy bien narrada y contada, es como si hubiera tres películas dentro de la misma y toca temas muy interesantes como el amor, el sexo, la amistad, la familia....
Es una película muy recomendable. 2 amigas deciden viajar a Europa y necesitan ganar dinero, una decide prostituirse, además, sufre tal percance que la amiga se verá obligada a cumplir su cometido y así honrarla. Sufrirá diversas aventuras pero antes su padre decide conocer de primera mano lo que está pasando y todo desemboca en un final realmente logrado y poético en el que ella y su padre se dan cuenta y viven en sus carnes lo que es la vida...
Un 8, sobre todo por la originalidad de la propuesta y la agradable sorpresa que acarrea su visionado. Diferentes historias dentro de una misma película con temas transcendentales e intensos y con una originalidad única. Kim Ki-duk no es un cineasta cualquiera ya que imparte y escribe...
Poesía surcoreana.
17 de abril de 2006
17 de abril de 2006
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En las películas, y puede que en mayor medida en las de Kim Ki-Duk, no hay que perderse en los detalles innecesarios, en los MacGuffin' "increíbles" que desatan la trama. Si tenemos esto en cuenta podremos llegar a adorar este maravilloso cuento. Fabulosa lección de lo que es el verdadero amor.
La última parte de la película y la última escena son memorables. Ki Duk consigue un bestial dominio del lenguaje cinematográfico. Las tres películas que he visto de este director podrían verse tranquilamente sin sonido.
La última parte de la película y la última escena son memorables. Ki Duk consigue un bestial dominio del lenguaje cinematográfico. Las tres películas que he visto de este director podrían verse tranquilamente sin sonido.
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