Es entretenida, sin ahondar, porque al tratarse de una comedia ligera, lo que nos muestra, son situaciones en ocasiones sin calado.

Sufre altibajos a lo largo de sus seis episodios de alrededor de 25 minutos cada uno, ofreciendo pequeños sketch unos más divertidos que otros, aunque eficaces en el resultado global.

Los personajes no son caricaturas de si mismos; si resultan extremos en sus peculiaridades. La nota supera el 5, sin alcanzar el 6.

Su mayor acierto son, esos capítulos breves que no alcanzan la media hora, sin posibilidad de rellenarlos con secuencias intrascendentes.

La historia de la miniserie, tiene recorrido anecdótico... en eso se basa: simples apuntes; personajes bien definidos, con singularidades y el trasfondo de la obtención del permiso de conducir por parte de un profesor de 45 años, (Juan Diego Botto), que de pronto ha decidido conducir.

El ritmo es bueno, y el entramado, aunque sencillo, se desliza con cierta gracia... sin más.

Aunque tras un inicio brillante los episodios decaen me parece un entretenimiento muy recomendable.
Tiene gracia, esta bien actuada y da la oportunidad de observar a Juan Diego Botto en una madurez que le sienta de maravilla.

Quizás la virtud de inicio se convierte en defecto y deja de tener gracia... pero hay que reconocerle ese valor empático en el que nos reconocemos y por ello nos enganchamos. Borja Oleaga realiza acertados análisis sociales
y elegir el mundo autoescuela como fondo es original y bizarro. Lo recomiendo.

Digo esto porque coinciden bastantes cosas en la estructura, planteamiento, justificación y desenlace de esta serie respecto a la grandísima película estadounidense. Obviamente son dos historias diferentes: en la americana, una pareja de cuarentones se va de semana de vacaciones a unas bodegas previa a la boda de uno de ellos. Sus inseguridades y fracasos salen a la luz, especialmente los de un escritor que no consigue que le publiquen. En la obra de Cobeaga el contexto es otro, muy bien traído porque ha sido poco tratado en el cine -sacarse el carné de conducir- y no hay nada referente al vino, pero tanto el planteamiento del personaje principal como el desenlace son muy parecidos. Y hay que decirlo: las dos historias son redondas.

Sin hacer spoiler, realmente el final tiene muchas cosas en común. Seguro que Cobeaga ha visto "Entre copas" y la tiene como una de sus influencias para hacer esta obra de excelente factura. No puedo acabar la crítica sin mencionar a Juan Diego Botto que borda el papel de subnormal profundo, y al resto del reparto que lo hace genial, salvo Javier Cámara que es salir en pantalla y me revienta.

Solo comparo 'Entre copas' y 'No me gusta conducir' porque he visto una después de la otra. Pero sí que os digo que Cobeaga hace distinta historia pero mismo final. Sobre todo en el enfoque del personaje principal. Por lo demás, he disfrutado mucho con esta obra.

Seguramente sea una fumada.

Gratísima sorpresa me he llevado con esta serie donde Lopetegui, un duro y frío profesor universitario encaminado a la mediana edad, decide sacarse el carné de conducir. Durante su camino a obtener el ansiado carnet, se cruzará con una serie de personajes que le harán poco a poco, limar su carácter.

En resumen, serie cortita, hecha con mucho corazón y cariño, muy original, con una narrativa que funciona muy bien y con un reparto perfecto.

Lo mejor: Los personajes. La historia. Lo positiva que es. Es una joyita.
Lo peor: Al final te deja con ganas de más.