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Toro salvaje

Drama Jake la Motta es un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager Joey. Su sueño es convertirse en el campeón de los pesos medios. Pero Jake es un paranoico muy violento que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Incluso su hermano es víctima de su enfermizo carácter. Cuando, por fin, alcanza el éxito, su vida se convierte en una pesadilla. Por un lado, su matrimonio marcha cada vez peor ... [+]
Críticas 220
Críticas ordenadas por utilidad
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7
11 de abril de 2011 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece una historia muy acertada, que rompe con el típico mito de la peli de boxeo cuyo protagonista es humilde y poco dotado para el oficio. Pero, sin embargo, pienso que no está contada todo lo mejor que se podría y que no se llega a entender del todo determinadas situaciones y actitudes de los personajes. Obviando así partes de la película, como combates, y dando otras veces mucha importancia a otros; sin saber muy bien el por qué.

Lo más destacable, los "secundarios" Joey y Vicky, el 1º por la seguridad que transmite y la 2ª por la mirada que cautiva, que atraviesa.

En definitiva, una buena película, entretenida, con un buen guión y reparto de la que, a mi modo de ver, Scorsese no ha sabido sacar el máximo provecho.
7
2 de mayo de 2011 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay personas que nacen con el gen de la autodestrucción en su ADN.
Jack la Mota es una de ellas. Un tortuoso boxeador, lleno de furia, poderoso en el plano físico y débil en el emocional.
El retrato de un tipo inseguro, suspicaz hasta el extremo, que duda del amor que le prodigan todos aquellos que le rodean, incluidos su mujer o su propio hermano.
Boxea con furia autodestructiva, en un mar de confusas emociones. Un ser tan primario que no es capaz de entender ni asimilar el por qué de su furia existencial.
Robert de Niro realiza una increíble actuación a costa de maltratarse física y mentalmente en un tormentoso descenso a su infierno personal que cautiva y desasosiega al espectador a partes iguales.
Sus compañeros de reparto, Cathy Moriarty (mujer) y Joe Pesci (hermano) también realizan un trabajo notable acompañándole en su vía crucis existencial.
La dirección de Martin Scorsese es ejemplar. Fluida y bien narrada. Una recreación magnífica del Bronx de los 50 y los 60.
Remarcable las elipsis temporales retratadas en fotogramas mudos de color granulado contrastadas con el blanco y negro nítido de la fotografía imperante en el metraje, consiguiendo un halo de nostalgia y vaguedad propio de los recuerdos y los sueños.
La cámara lenta también se emplea con maestría, en los momentos justos, obteniendo imágenes poderosas y evocadoras, intensificadas por una selección musical bien escogida.
Otro apunte interesante, aunque más secundario, es el retrato de las relaciones abusivas y machistas de pareja que imperaban en aquellos tiempos, con algún que otro ejemplo bastante revelador de los desprecios que recibían las mujeres casadas.
Sin embargo, a pesar de todas las virtudes percibidas, tras el visionado del film me quedé frío.
Aunque, en cierto modo entendía intelectualmente el conflicto Jack la Mota, no empatizaba nada con su desgracia. No sentía ninguna compasión por él. No más de la que la que podría sentir por un perro rabioso. Y eso es un pecado capital teniendo en cuenta las aspiraciones de la obra. De ahí que no haya querido ponerle mejor nota.
A los animales rabiosos se les sacrifica para que no sufran.
10
27 de noviembre de 2012 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en 1976, Martin Scorsese acaba de dirigir "Taxi driver", éxito total y unánime en medio mundo, consiguiendo la Palma de Oro en Cannes (por aquel entonces el premio cinematográfico más prestigioso que un director podía recibir) y, por ende, la culminación de varios años de éxito tras éxito (léase, "Malas calles" y "Alicia ya no vive aquí", películas tan distintas entre sí como casi obras maestras, demostrando que él es capaz de darle un sello personal a todo lo que caiga en sus manos). 1976 fue el mayor subidón en la carrera de Scorsese.

Estamos en 1977, Scorsese es el chico de moda en Nueva York. Se dedica a ir de fiesta en fiesta, de promoción en promoción. Aquel chico humilde hijo de un planchador de pantalones se ve el rey del mundo. Se codea con lo mejor... pero también con lo peor. Comienza su adicción a la cocaina. Y afronta su primera película de gran presupuesto: el musical "New York, New York". Fue un rotundo fracaso de taquilla y el alto presupuesto de la película nunca se llegó a amortizar. 1977 fue el comienzo del mayor bajón en la vida de Scorsese.

Estamos en 1980, Scorsese ya no cree en Scorsese. Desde el fracaso de "New York, New York" sólo ha dirigido dos documentales y su adicción a la cocaina es más que un hecho ("He llegado a estar 7 dias de fiesta, sin dormir, sin saber quién era o dónde estaba"). Robert De Niro sí cree en Scorsese. Llega a sus manos el guión de "Toro salvaje" y busca a Scorsese para convencerle (obligarle) de que sólo él puede rodar esa película. De que Scorsese puede callar muchas bocas y de que él está ahí para ayudarle. Scorsese acepta convencido de que ésta será su última película. 1980 fue su rehabilitación

Esto que he contado es importante para entender lo que significa de verdad "Toro Salvaje". No es una simple historia de un boxeador acabado, "Toro salvaje" es la historia de un hombre humilde que logró abrazar la fama, que lo pudo tener todo... pero que se rindió ante el lado oscuro de ese éxito para acabar siendo no más que una marioneta de cabaret. Y si un genio se inspira en él mismo para hacer su trabajo, sólo le puede salir una obra maestra.

"Toro salvaje" es, seguro, la película más personal de Scorsese. Comenzando por ese impecable blanco y negro para enfatizar lo trágico de su propia existencia. Sólo usa el color cuando habla de nostalgia, de recuerdos de infancia, de su pasado, de sus raices, de lo que era. Lo mismo ocurre a la inversa, el mayor predominio de lo negro, de las sombras, de la oscuridad... son escenas de rabia, de dolor, de paranoias, de golpes que te da la vida, de puñetazos contra la pared ("¿Por qué, por qué, por qué?, ¡imbécil, imbécil, imbécil!", quizá se lo estuviese diciendo a él mismo). Habla de catarsis, de desahogo y , quizá para Scorsese, de una no resignación. Cada puñetazo que recibe Jake LaMotta se lo está pegando Scorsese a si mismo.

La película es impecable en cada uno de sus fotogramas; desde esa cara de De Niro maquillándose en un camerino, hasta esa última escena cantando para cuatro borrachos. Entre medio, lo que pudo haber sido Jake LaMotta y no fue. Un humilde boxeador de peso medio cuyo unico sueño era llegar a ser el número uno. Malas compañías, la mafia y el dinero fácil, consiguen hacer de él un pelele, cosa que él nunca se perdonará (las paranoias, la desconfianza y un descuido físico brutal serán las consecuencias de haber renunciado a su sueño).

Tiene escenas impecables, como la del calabozo por haber pegado al causante de su desgracia. Toda la escena a oscuras con dos columnas de luz iluminando cómo pega puñetazos contra la pared. Genial. Y ese final con su quejido "mis manos, mis manos" (su herramienta de trabajo). Como las escenas en las que intercala, en color, imágenes mudas grabadas en super 8 mientras ves cómo va ganando combates y cómo es feliz en su vida. Ahí entiendes el uso del color: son sólo esos momentos cuando de verdad Jake LaMotta es feliz. Lo demás en blanco y negro te cuenta la historia de una tristeza, la historia de un perdedor.

Otra escena para recordar (mi favorita) es, para mi, el momento más importante de todo el film: la de él llorando en el hombro de su entrenador tras verse obligado a dejarse ganar. De una soledad acojonante. A partir de ahí es cuando el personaje deja de disfrutar con el boxeo. Deja de cuidarse... hasta de respetarse. Se deja llevar como un pelele. Brutal la escena, de un dramatismo contenido insuperable.

Y sobre todo ese final, cantando para cuatro borrachos, buscando otro sueño alejado del boxeo y del dinero, pero para él igual de importante que el que tuvo en su día. Y es que un boxeador nunca quiere tirar la toalla...

Lo mejor: Todo; actores (un Joe Pesci inmenso) actrices, (Cathy Moriarthy más guapa que nunca), fotografia, guión, montaje, etc... y la banda sonora con esa maravilla de la "Cavalleria rusticana" de Pietr Mascagni. Pero sobre todo, un Robert De Niro soberbio; la mejor actuación de su carrera sin duda. Y pensar que todo lo hizo por ayudar a su amigo Scorsese... hasta llegar a engordar 30 kilos.

Lo peor: Nada de nada, cero patatero. Es una obra maestra indiscutible.

Pese a ser catalogada hace poco como la mejor película de la década de los 80, "Toro salvaje" no fue un éxito de público, pero sí supuso un exito para Scorsese tanto en lo personal (dejó definitivamente sus adicciones) como en lo profesional ( "Toro salvaje" supuso la recuperación de su prestigio, prestigio que aún perdura intacto en la actualidad).

Y ya para acabar, estamos en 1983; un Scorsese totalmente recuperado rueda un futuro fracaso de taquilla,"El rey de la comedia", una comedia con tintes dramáticos sobre un comediante aficionado, quizá (¡quién sabe!) retomando el último fotograma de Jake LaMotta y mostrando, tal vez, el giro que "Toro salvaje" significó en su vida...
10
14 de marzo de 2013 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectacular.

38 años tenía Martin Scorsese cuando dirigió esta maravillosa obra maestra. Inauguraba con ella un subgénero dramático de biopics centrados en personajes totémicos, magnéticos, complejos, de vidas sencillas pero increíbles, narradas con estilo íntimo y vocación mastodóntica. Años después su influencia se extendió a films tan dispares y a su vez tan semejantes como 'Man on the moon', 'Nacido el cuatro de julio' o 'Boogie nights', entre decenas más.

Scorsese nos regala un ejercicio lleno de virtudes: una puesta en escena nueva, enérgica, con una cámara juguetona que ahora se mueve en un travelling frontal, ahora ralentiza la imágen, ahora se queda estática y juega con el fuera de campo. También un bello y acertado blanco y negro de tono documental que sirve de puente entre ese clasicismo que adora el director y esa modernidad extrema que representa y un guión extraordinario, lleno de sabiduría humana y sin coartadas moralistas.

Y, por supuesto, Robert de Niro: su interpretación es extraordinaria, más allá de lo razonable, de lo comprensible, señalando el camino que tantos otros después querrían emular pero que jamás se superó hasta que llegó el Daniel Day-Lewis de 'There will be blood', de Paul Thomas Anderson, un discípulo total en sus primeros films, por cierto, de Scorsese.

Si no la has visto, ya tardas.
10
20 de marzo de 2013 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente, no haya ninguna película sobre el mundo del boxeo tan eficiente, única y bien montada como Toro salvaje.
No es una simple película narrativa sobre el boxeo, sino una manera de ver de todas las paranoias, clichés y manías que puede llegar a tener un boxeador.

Esta vez la cinta de Scorsese habla de uno de los mas grandes boxeadores que ha pisado el cuadrilátero (Jake La Motta) y de como puede pasar alguien de la culminación, a la decadencia absoluta.
La dirección de la película es de un grado tan esplendido, ya muy atrás quedó confirmado que Scorsese sabe sacar lo mejor de cada uno.
El guión vuelve a correr a cargo del gran P.Schrader (Taxi Driver), y una música tan bien sincronizada con todos los planos sobretodo los de cámara lenta.. 'la creme de la creme'.
Las interpretaciones son sublimes, una gran actuación de Joe Pesci interpretando al hermano pequeño de La Motta y que decir de Robert De Niro que no se sepa.. En Toro Salvaje explota toda su capacidad interpretativa, la mejor actuación de su carrera hasta la fecha. (Su segundo oscar)

La fotografía con esos planos en blanco y negro hacen de esta película única, es una película de los ochenta, pero con esta impresionante fotografía y montaje parece un reportaje de culto al cine de los 30,40,50 y 60, no hay palabras para describir tal maravilla.

Realmente lo más impresionante de la cinta es el Montaje (Nadie le quita el Oscar) y el vestuario.. Pura fantasía.

Es sin dudarlo dos veces, la mejor obra de Martin Scorsese. Si películas suyas como Godfellas, Infiltrados o Taxi driver están un peldaño por encima del resto, Toro Salvaje está tan arriba que las nombradas anteriormente deberían subirse a las espaldas de su madre para besarle las posaderas.


Bravo Martin.
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