Ágora
6.5
66,991
Aventuras. Romance
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
29 de mayo de 2011
29 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocí la existencia de Hypatia gracias a los gráficos que aparecen al inicio de los capítulos de un libro temible para los estudiantes de secundaria en Latinoamérica conocido como el “Algebra de Baldor”. Estos gráficos hacen una brevísima presentación de grandes matemáticos en la historia de la humanidad y de algunas escuelas aritméticas conocidas. Lo que me interesó en su momento fue que Hypatia era la única mujer que aparecía en dichos dibujos y me interesó aun más el pequeño dibujo ubicado al lado derecho que recrea su muerte. Evidentemente ella debió moverse por terrenos peligrosos para que sufriera semejante final. Esta anécdota fue una de las motivaciones que tuve para acercarme a esta cinta.
Ágora es una película donde confluyen variadas e interesantes historias como: la lucha por el poder en la legendaria ciudad egipcia de Alejandría a manos de los grupos religiosos de la época (politeístas del grupo greco-egipcio, judíos y cristianos), las llamativas referencias matemáticas, astronómicas y filosóficas estudiadas en la ya célebre Biblioteca y la férrea voluntad de la protagonista por comprender el mundo que le rodea en forma racional y no resignarse a cumplir el papel pasivo al que la mayoría de mujeres estaban condenadas a sufrir. Realizar un comentario sobre los aspectos conflictivos entre ideologías religiosas y racionales sería absurdo pues no me considero erudito en ninguno de esos temas, sin embargo, no puedo estar más de acuerdo con la frase que usaré como conclusión: “TODO FANATISMO (de cualquier tipo: religioso, político, deportivo o cultural) ES UN SÍNTOMA DE IGNORANCIA”. En definitiva, película muy interesante y necesaria.
Ágora es una película donde confluyen variadas e interesantes historias como: la lucha por el poder en la legendaria ciudad egipcia de Alejandría a manos de los grupos religiosos de la época (politeístas del grupo greco-egipcio, judíos y cristianos), las llamativas referencias matemáticas, astronómicas y filosóficas estudiadas en la ya célebre Biblioteca y la férrea voluntad de la protagonista por comprender el mundo que le rodea en forma racional y no resignarse a cumplir el papel pasivo al que la mayoría de mujeres estaban condenadas a sufrir. Realizar un comentario sobre los aspectos conflictivos entre ideologías religiosas y racionales sería absurdo pues no me considero erudito en ninguno de esos temas, sin embargo, no puedo estar más de acuerdo con la frase que usaré como conclusión: “TODO FANATISMO (de cualquier tipo: religioso, político, deportivo o cultural) ES UN SÍNTOMA DE IGNORANCIA”. En definitiva, película muy interesante y necesaria.
1 de agosto de 2011
1 de agosto de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la película más ambiciosa y más cara de Amenábar, pero me parecía a mí que también la menos aclamada y la menos exitosa en taquilla.
Me da la impresión de que la mala crítica se debió a que hace una representación histórica de los cristianos bastante diferente, digamos, de la que nos tenían acostumbrados los clásicos como Ben-Hur, Quo Vadis, Los Diez Mandamientos, Rey de Reyes... En ellas los cristianos son gente de gran bondad, con gran capacidad para perdonar y poner la otra mejilla, pero en Ágora, sin embargo, los cristianos son los malos. Gente fanática, retorcida e intolerante.
La película trata sobre el auge de los cristianos y el cambio político radical que hubo en aquella época. La protagonista supuestamente es Hipatia, pero en realidad nos encontramos ante una obra coral donde los protagonistas son varios.
Pero aunque no los pinten nada bien, no veo que la película esté pensada para atacar específicamente a los cristianos. La prueba está en que los romanos multiteístas están representados como igual de malvados y fanáticos. De hecho durante la primera hora son ellos los que dan comienzo al baño de sangre.
Hipatia es el único personaje glorificado: Una mujer que no cree en nada, lo cuestiona todo, y trata de discernir las leyes del Universo mediante métodos empíricos.
Así que yo veo que todo esto está pensado como un ataque a las religiones en general, a todas las religiones, porque son capaces de mover masas de gente -gente fiel a su religión- que en algunos casos cometerían los peores de los crímenes si su líder o su Dios se lo pidiera.
Me da la impresión de que la mala crítica se debió a que hace una representación histórica de los cristianos bastante diferente, digamos, de la que nos tenían acostumbrados los clásicos como Ben-Hur, Quo Vadis, Los Diez Mandamientos, Rey de Reyes... En ellas los cristianos son gente de gran bondad, con gran capacidad para perdonar y poner la otra mejilla, pero en Ágora, sin embargo, los cristianos son los malos. Gente fanática, retorcida e intolerante.
La película trata sobre el auge de los cristianos y el cambio político radical que hubo en aquella época. La protagonista supuestamente es Hipatia, pero en realidad nos encontramos ante una obra coral donde los protagonistas son varios.
Pero aunque no los pinten nada bien, no veo que la película esté pensada para atacar específicamente a los cristianos. La prueba está en que los romanos multiteístas están representados como igual de malvados y fanáticos. De hecho durante la primera hora son ellos los que dan comienzo al baño de sangre.
Hipatia es el único personaje glorificado: Una mujer que no cree en nada, lo cuestiona todo, y trata de discernir las leyes del Universo mediante métodos empíricos.
Así que yo veo que todo esto está pensado como un ataque a las religiones en general, a todas las religiones, porque son capaces de mover masas de gente -gente fiel a su religión- que en algunos casos cometerían los peores de los crímenes si su líder o su Dios se lo pidiera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A grandes rasgos, el filme se divide en dos partes y un addendum:
Primera parte:
Nos relatan la "batalla" entre los cristianos y los romanos (estos últimos, paganos adoradores de varios Dioses). Esto termina con la victoria de los cristianos y la quema de la Biblioteca de Alejandría por parte de ellos mismos.
Segunda parte:
La erradicación de los judíos. Así, llamando nazis a los cristianos, directamente.
Tercera parte / Epílogo:
El enfrentamiento contra Hipatia, la supuesta protagonista de la historia.
Primera parte:
Nos relatan la "batalla" entre los cristianos y los romanos (estos últimos, paganos adoradores de varios Dioses). Esto termina con la victoria de los cristianos y la quema de la Biblioteca de Alejandría por parte de ellos mismos.
Segunda parte:
La erradicación de los judíos. Así, llamando nazis a los cristianos, directamente.
Tercera parte / Epílogo:
El enfrentamiento contra Hipatia, la supuesta protagonista de la historia.
15 de mayo de 2012
15 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca el extremismo ha sido bueno, es difícil salir de él y en el futuro te darás cuenta de tu error. Excelente lección de política, religión, humanidad e historia en la película. Mi voto es un 9 con mucho honor para esta película que me he llevado tres años sin ver pero dos horas disfrutando de todos los detalles.
24 de marzo de 2014
24 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amenábar vuelve a demostrar que es una especie de Steven Spielberg español encadenando un peliculón tras otro y todos de temática diferente.
En esta superproducción con reparto internacional y rodada en inglés, nos cuenta la historia de Hipatia de Alejandría. Este personaje con una vida tan interesante no había sido nunca llevado al cine, pero Amenábar lo hace a lo grande.
Se recrea la ciudad de Alejandría con gran lujo de detalles. La película está plagada de planos aéreos y de panorámicas de la ciudad, algunas incluso a vista de satélite lo cual enlaza muy bien el mundo del pasado con el mundo del futuro y con el Universo, objeto de estudio de esta filósofa y matemática que daba clases en la famosa biblioteca.
Cinematográficamente es impecable. No se ha reparado en gastos a nivel de decorados, vestuario y extras. No tiene nada que envidiar a todo lo que pueda hacerse en Hollywood. El director transmite perfectamente el crisol de culturas y de religiones que era esa ciudad, lo cual daba lugar a numerosos conflictos.
Lamentablemente, no se ha hecho con un rigor histórico absoluto. Se condensan demasiado los acontecimientos y se cambian algunas cosas. Por ejemplo, el final de Hipatia no fue así, sino mucho más cruel. Tampoco hay constancia de que esta sabia descubriera las órbitas elípticas de los planetas (aquí llamados errantes), aunque bien pudiera haber sido posible.
Mi admirada Rachel Weisz realiza una actuación brutal. Esta grandísima actriz encarna con fuerza el valor de esta mujer, a contracorriente de la sociedad y que compartía su inteligencia y sabiduría con los demás, algo que no terminaba de estar demasiado bien visto, y eso que los griegos eran bastante avanzados para su época.
El líder de los parabolanos cristianos es un personaje odioso que aunque no deja en buen lugar a esta corriente religiosa, es necesario para mostrar el choque de ideas y de cultos que había en la ciudad y que desembocaba en sangre y muerte.
Es también esta película un alegato a favor de la cultura y la ciencia, que siempre deberían estar por encima de la política y de las guerras pero que en este momento histórico la gran masa no le daba importancia y terminaba pagando los platos rotos. Como decía Carl Sagan en "Cosmos", ¡cuánta sabiduría se perdió en los incendios de la biblioteca de Alejandría! por culpa de lo peor del alma humana.
La fotografía, montaje y banda sonora son también de un nivel muy alto, poniendo la guinda a una película excelente.
Así que hay mucha calidad tanto por lo que cuenta como por cómo lo hace.
Pero no es oro todo lo que reluce. No llega a ser obra maestra por la mencionada falta de rigor histórico y también porque a Amenábar se le va la mano un poquitín en el argumento, haciendo que en su tramo final se haga un poquito pesada. Esto se debe a que las escenas de mayor intensidad e impacto están al principio de la película y luego toma un ritmo demasiado pausado. Pero bueno, son pequeños detalles sin importancia.
En esta superproducción con reparto internacional y rodada en inglés, nos cuenta la historia de Hipatia de Alejandría. Este personaje con una vida tan interesante no había sido nunca llevado al cine, pero Amenábar lo hace a lo grande.
Se recrea la ciudad de Alejandría con gran lujo de detalles. La película está plagada de planos aéreos y de panorámicas de la ciudad, algunas incluso a vista de satélite lo cual enlaza muy bien el mundo del pasado con el mundo del futuro y con el Universo, objeto de estudio de esta filósofa y matemática que daba clases en la famosa biblioteca.
Cinematográficamente es impecable. No se ha reparado en gastos a nivel de decorados, vestuario y extras. No tiene nada que envidiar a todo lo que pueda hacerse en Hollywood. El director transmite perfectamente el crisol de culturas y de religiones que era esa ciudad, lo cual daba lugar a numerosos conflictos.
Lamentablemente, no se ha hecho con un rigor histórico absoluto. Se condensan demasiado los acontecimientos y se cambian algunas cosas. Por ejemplo, el final de Hipatia no fue así, sino mucho más cruel. Tampoco hay constancia de que esta sabia descubriera las órbitas elípticas de los planetas (aquí llamados errantes), aunque bien pudiera haber sido posible.
Mi admirada Rachel Weisz realiza una actuación brutal. Esta grandísima actriz encarna con fuerza el valor de esta mujer, a contracorriente de la sociedad y que compartía su inteligencia y sabiduría con los demás, algo que no terminaba de estar demasiado bien visto, y eso que los griegos eran bastante avanzados para su época.
El líder de los parabolanos cristianos es un personaje odioso que aunque no deja en buen lugar a esta corriente religiosa, es necesario para mostrar el choque de ideas y de cultos que había en la ciudad y que desembocaba en sangre y muerte.
Es también esta película un alegato a favor de la cultura y la ciencia, que siempre deberían estar por encima de la política y de las guerras pero que en este momento histórico la gran masa no le daba importancia y terminaba pagando los platos rotos. Como decía Carl Sagan en "Cosmos", ¡cuánta sabiduría se perdió en los incendios de la biblioteca de Alejandría! por culpa de lo peor del alma humana.
La fotografía, montaje y banda sonora son también de un nivel muy alto, poniendo la guinda a una película excelente.
Así que hay mucha calidad tanto por lo que cuenta como por cómo lo hace.
Pero no es oro todo lo que reluce. No llega a ser obra maestra por la mencionada falta de rigor histórico y también porque a Amenábar se le va la mano un poquitín en el argumento, haciendo que en su tramo final se haga un poquito pesada. Esto se debe a que las escenas de mayor intensidad e impacto están al principio de la película y luego toma un ritmo demasiado pausado. Pero bueno, son pequeños detalles sin importancia.
10 de septiembre de 2015
10 de septiembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existía una fuerte expectación por el nuevo film de Alejandro Aménabar. El osado director que experimentaba con todos los géneros y formas de narrar daba un salto al drama histórico, nada menos que a la floreciente Alejandría del siglo IV d.C. Contaría con una actriz de la talla de Rachel Weisz como la inteligente Hypatia, una mujer adelantada varios siglos a su tiempo, dispuesta a chocar con la cara más oscura del fundamentalismo.
Además, la escena inicial ya advierte que será un mundo de tonos grises. Son los cristianos los primeros en ser atacados sin motivo en la película. La obra de Aménabar no es un grito contra ninguna religión en concreto. El riesgo es el poder que puede alcanzar una religión oficial, especialmente en manos de una élite corrupta, dispuesta a manipular la buena voluntad de sus acólitos para lanzarlos contra otros credos o personas que discrepen de ellos.
Hasta este punto, todo fantástico, muy buen uso también de los recursos digitales para ambientar la época. ¿Y después? Nada. Ni siquiera la historia del amor frustrado de Davo, muy bien interpretado por Max Minghella, un esclavo sinceramente enamorado de Hypatia y que se debatirá entre ella y una nueva religión que le puede otorgar un bien tan preciado como la libertad. Sin embargo, ¿estaría dispuesto a pagar el precio?
Todo se intuye apasionante, entonces, mi pregunta incómoda con Ágora es porque no me llega, particularmente en mi caso, la calidez que semejante epopeya debería transmitir. Todo termina resultando más frío de la cuenta, inclusive demasiado racional. Uno está ante una película que quiere parecer grande y solemne, lo logra, aunque uno como espectador no quiere que lo aparente, sino que lo logre.
Hay momentos inacabados que podrían haber deparado mejores clímax, como la relación de Hypatia con su padre. Aménabar mira más por el microscopio que ese punto rebelde de romanticismo que este gran director, sensacional me atrevería a decir, no tiene en ese sentido. Todavía creo que le falta esa última pieza a su mente brillante de artista.
Veo este Faro de Alejandría con respeto silencioso. Prefería que me conmoviese.
Además, la escena inicial ya advierte que será un mundo de tonos grises. Son los cristianos los primeros en ser atacados sin motivo en la película. La obra de Aménabar no es un grito contra ninguna religión en concreto. El riesgo es el poder que puede alcanzar una religión oficial, especialmente en manos de una élite corrupta, dispuesta a manipular la buena voluntad de sus acólitos para lanzarlos contra otros credos o personas que discrepen de ellos.
Hasta este punto, todo fantástico, muy buen uso también de los recursos digitales para ambientar la época. ¿Y después? Nada. Ni siquiera la historia del amor frustrado de Davo, muy bien interpretado por Max Minghella, un esclavo sinceramente enamorado de Hypatia y que se debatirá entre ella y una nueva religión que le puede otorgar un bien tan preciado como la libertad. Sin embargo, ¿estaría dispuesto a pagar el precio?
Todo se intuye apasionante, entonces, mi pregunta incómoda con Ágora es porque no me llega, particularmente en mi caso, la calidez que semejante epopeya debería transmitir. Todo termina resultando más frío de la cuenta, inclusive demasiado racional. Uno está ante una película que quiere parecer grande y solemne, lo logra, aunque uno como espectador no quiere que lo aparente, sino que lo logre.
Hay momentos inacabados que podrían haber deparado mejores clímax, como la relación de Hypatia con su padre. Aménabar mira más por el microscopio que ese punto rebelde de romanticismo que este gran director, sensacional me atrevería a decir, no tiene en ese sentido. Todavía creo que le falta esa última pieza a su mente brillante de artista.
Veo este Faro de Alejandría con respeto silencioso. Prefería que me conmoviese.
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