El bueno, el malo y el feo
1 de junio de 2018
1 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es difícil anclar una película en un contexto histórico tan delicado, pero caray, Sergio Leone mete la historia de esos tres grandes de manera perfecta.
Escenas y diálogos lentos, encaja el humor que no veas, ver y disfrutar
Escenas y diálogos lentos, encaja el humor que no veas, ver y disfrutar
11 de julio de 2019
11 de julio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si le pregunto a cualquier persona por un western, "El bueno, el feo y el malo" es el que más probabilidades tenga para salir mencionado. Y es que la cinta de Leone culmina la aclamada trilogía del dólar convirtiéndose en la mejor de todas ellas, no solo por ser una buena cinta del spaghetti western, sino por pulir todos los aspectos hasta convertirse en el mayor éxito del género.
Nuestro western sigue a tres personajes: Rubio, "el bueno", (Clint Eastwood) hace una sociedad con Tuco, "el feo", (Eli Wallach) con el fin de enriquecerse, pero su sociedad termina pronto ya que Rubio no le ve futuro. Sin embargo, por pura casualidad conocen la ubicación de un tesoro, volviendo a convertirse en socios. El problema es que dicho tesoro también está siendo buscado por Ojos de Ángel, "el malo", (Lee Van Cleef) que lo ansía para él, pero desconoce la ubicación. Así, el trío de pistoleros estará obligado a cooperar para localizar el tesoro.
¿Por qué esta película es mejor que las anteriores? Bueno, empecemos por el primer punto: la banda sonora. Ennio Morricone ya había compuesto dos grandes bandas sonoras para "Por un puñado de dólares" y "La muerte tenía un precio", pero es en "El bueno, el feo y el malo" donde definitivamente explota todo el potencial. La banda sonora no es solo gran música para ambientar el oeste, sino que encima es una banda que cuenta con simbología. Y es que está a un nivel espectacular: desde el famoso y mítico tema principal, "La Extasis del Oro" o incluso "El trío", que sirve para culminar con ese gran final.
El segundo punto es su historia. Es una película bastante más larga que sus dos precuelas (cerca de las tres horas), pero es una película que tiene mucho más que contar. Por primera vez, Leone nos muestra la guerra civil estadounidense en su esplendor. Ya habíamos tenido menciones ligeras, pero es aquí donde se atreve a enseñar la guerra, casi como diciéndole a los estadounidenses a la cara: "¿Estos son vuestros héroes?". Y otro aspecto que ya se había presentado era el de la moralidad ambigua de los protagonistas, pero en este film se identifica aún más claramente. Los protagonistas son todos hombres de honor bastante cuestionable, incluso el denominado "el bueno" es un estafador que se enriquece timando a las autoridades, no existe esa figura de bondad pura, algo que ya se había remarcado en las dos precuelas.
Y encima las actuaciones. Clint Eastwood sigue siendo un hombre de pocas palabras, pero su mirada intensa y sus acciones sirven para crear a un personaje carismático. Lee Van Cleef vuelve a ser un pistolero con el que tener mucho cuidado, siendo el más moralmente podrido de los tres. Y Eli Wallach es un personaje que se divide en tres dimensiones: un bandido hábil y deshonorable, un ingenioso y cómico buscafortunas y una persona que se ha visto empujado a la mala vida. Todos ellos son grandes actores para conformar nuestro trío protagonista.
"El bueno, el feo y el malo" es el spaghetti western ejemplificado en una película. A medida que hizo las anteriores películas, Leone fue definiendo cada vez más como quería que fueran y es en esta cinta donde pone toda la carne en el asador. Un guion extenso, que casi se burla de los estadounidenses, con tres protagonistas muy carismáticos y unos grandes actores detrás de ellos y la banda sonora de Ennio Morricone que alcanza unos nuevos niveles de grandeza hacen que esta película sea prácticamente insuperable.
Nuestro western sigue a tres personajes: Rubio, "el bueno", (Clint Eastwood) hace una sociedad con Tuco, "el feo", (Eli Wallach) con el fin de enriquecerse, pero su sociedad termina pronto ya que Rubio no le ve futuro. Sin embargo, por pura casualidad conocen la ubicación de un tesoro, volviendo a convertirse en socios. El problema es que dicho tesoro también está siendo buscado por Ojos de Ángel, "el malo", (Lee Van Cleef) que lo ansía para él, pero desconoce la ubicación. Así, el trío de pistoleros estará obligado a cooperar para localizar el tesoro.
¿Por qué esta película es mejor que las anteriores? Bueno, empecemos por el primer punto: la banda sonora. Ennio Morricone ya había compuesto dos grandes bandas sonoras para "Por un puñado de dólares" y "La muerte tenía un precio", pero es en "El bueno, el feo y el malo" donde definitivamente explota todo el potencial. La banda sonora no es solo gran música para ambientar el oeste, sino que encima es una banda que cuenta con simbología. Y es que está a un nivel espectacular: desde el famoso y mítico tema principal, "La Extasis del Oro" o incluso "El trío", que sirve para culminar con ese gran final.
El segundo punto es su historia. Es una película bastante más larga que sus dos precuelas (cerca de las tres horas), pero es una película que tiene mucho más que contar. Por primera vez, Leone nos muestra la guerra civil estadounidense en su esplendor. Ya habíamos tenido menciones ligeras, pero es aquí donde se atreve a enseñar la guerra, casi como diciéndole a los estadounidenses a la cara: "¿Estos son vuestros héroes?". Y otro aspecto que ya se había presentado era el de la moralidad ambigua de los protagonistas, pero en este film se identifica aún más claramente. Los protagonistas son todos hombres de honor bastante cuestionable, incluso el denominado "el bueno" es un estafador que se enriquece timando a las autoridades, no existe esa figura de bondad pura, algo que ya se había remarcado en las dos precuelas.
Y encima las actuaciones. Clint Eastwood sigue siendo un hombre de pocas palabras, pero su mirada intensa y sus acciones sirven para crear a un personaje carismático. Lee Van Cleef vuelve a ser un pistolero con el que tener mucho cuidado, siendo el más moralmente podrido de los tres. Y Eli Wallach es un personaje que se divide en tres dimensiones: un bandido hábil y deshonorable, un ingenioso y cómico buscafortunas y una persona que se ha visto empujado a la mala vida. Todos ellos son grandes actores para conformar nuestro trío protagonista.
"El bueno, el feo y el malo" es el spaghetti western ejemplificado en una película. A medida que hizo las anteriores películas, Leone fue definiendo cada vez más como quería que fueran y es en esta cinta donde pone toda la carne en el asador. Un guion extenso, que casi se burla de los estadounidenses, con tres protagonistas muy carismáticos y unos grandes actores detrás de ellos y la banda sonora de Ennio Morricone que alcanza unos nuevos niveles de grandeza hacen que esta película sea prácticamente insuperable.
21 de agosto de 2019
21 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandísima película con mi actor favorito en uno de sus grandes papeles, Clint Eastwood.
Pudiera parecer que por su extensión, casi tres horas, se pudiera hacer pesada pero nada más lejos de la realidad, está muy bien narrada y cada parte me parece imprescindible, por lo que no es una película larga, largas son las que tienen partes prescindibles, o son prescindibles en todo su ser.
Por otro lado me parece fascinante la relación entre los dos personajes principales, sin entrar en spoilers, a lo largo del filme es cambiante, pero siempre bajo unos mismos sólidos principios.
Pudiera parecer que por su extensión, casi tres horas, se pudiera hacer pesada pero nada más lejos de la realidad, está muy bien narrada y cada parte me parece imprescindible, por lo que no es una película larga, largas son las que tienen partes prescindibles, o son prescindibles en todo su ser.
Por otro lado me parece fascinante la relación entre los dos personajes principales, sin entrar en spoilers, a lo largo del filme es cambiante, pero siempre bajo unos mismos sólidos principios.
1 de junio de 2020
1 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, obra culmen del género del spaghetti western. Después de rodar Por un puñado de dólares (1964) y La muerte tenía un precio (1965), Leone decidió terminar su inmensa trilogía del dólar con esta soberbia película. Es indudable que las películas del director italiano no son aptas para competir en los premios de la Academia, a los actores no les van a conceder la preciada estatuilla, ni a los guiones, ni a la fotografía, ni mucho menos al director, pero realmente a Leone no le importaba, quería contar algo, transmitir con su cámara, y siempre lo consiguió, incluso luchando contra productoras y estudios cinematográficos.
Para mí el mayor ejemplo de todo ello es esta película. Leone construye una película a partir de tres personajes que ya forman parte del imaginario popular como son Sentencia, el Rubio y Tuco. Realmente siempre me pregunté el porqué de los calificativos del título, porque hay que reconocer que los tres son unos sanguinarios asesinos, despiadados, que realmente lo único que les importa es el dinero, matando a todo aquel que se interponga en su camino.
Si es verdad que Sentencia es más despiadado, no tiene moral ni conciencia, a diferencia de los otros dos. El Rubio sin embargo, aunque parco en palabras, parece que tiene su trozo de corazoncillo, aunque raramente lo demuestra. Pero sin duda el personaje crucial de la película, para mí, es Tuco. El gran Eli Wallach interpreta el papel de su vida, a medias entre cómico y asesino, sus escenas son puro arte, de hecho tiene un papel creo yo mucho más destacado que los demás, su participación es más extensa.
Sin lugar a dudas auténtico western, Leone sabía como nadie mostrar ese polvo y esa suciedad del viejo Oeste, esas caras sin afeitar, esos primeros planos míticos de los ojos, ese sudor resbalando por la cara de los actores, es realmente brillante. Se olvida de escenas cargadas de palabrería ni de mensajes de ningún sentido, simplemente pegan tiros por doquier y asesinan, pero realmente eso es lo que el espectador desea ver en esta clase de películas.
Me parece muy acertado el telón de fondo de la Guerra Civil Americana, de hecho se muestra en innumerables escenas a lo largo de toda la película. Leone nos muestra lo inútil de la guerra, muertes absurdas, sin sentido, de hecho los personajes lo dicen muy a menudo en varias escenas. El cénit de todo ello es la escena del puente, donde ambos bandos, confederados y unionistas, luchan sin cuartel por una mota de polvo en los mapas de los altos mandos militares en una zona sin ningún valor estratégico.
No puedo terminar esta crítica sin citar la música del gran Ennio Morricone, madre mía quien no ha tarareado alguna vez, quien no ha silbado alguna vez la melodía de esta película. La banda sonora llega a su momento culminante al final de la película, en esa última escena ya mítica que forma parte de la historia del séptimo arte sin lugar a dudas. Pasar y disfrutar de la joya del spaghetti western.
Para mí el mayor ejemplo de todo ello es esta película. Leone construye una película a partir de tres personajes que ya forman parte del imaginario popular como son Sentencia, el Rubio y Tuco. Realmente siempre me pregunté el porqué de los calificativos del título, porque hay que reconocer que los tres son unos sanguinarios asesinos, despiadados, que realmente lo único que les importa es el dinero, matando a todo aquel que se interponga en su camino.
Si es verdad que Sentencia es más despiadado, no tiene moral ni conciencia, a diferencia de los otros dos. El Rubio sin embargo, aunque parco en palabras, parece que tiene su trozo de corazoncillo, aunque raramente lo demuestra. Pero sin duda el personaje crucial de la película, para mí, es Tuco. El gran Eli Wallach interpreta el papel de su vida, a medias entre cómico y asesino, sus escenas son puro arte, de hecho tiene un papel creo yo mucho más destacado que los demás, su participación es más extensa.
Sin lugar a dudas auténtico western, Leone sabía como nadie mostrar ese polvo y esa suciedad del viejo Oeste, esas caras sin afeitar, esos primeros planos míticos de los ojos, ese sudor resbalando por la cara de los actores, es realmente brillante. Se olvida de escenas cargadas de palabrería ni de mensajes de ningún sentido, simplemente pegan tiros por doquier y asesinan, pero realmente eso es lo que el espectador desea ver en esta clase de películas.
Me parece muy acertado el telón de fondo de la Guerra Civil Americana, de hecho se muestra en innumerables escenas a lo largo de toda la película. Leone nos muestra lo inútil de la guerra, muertes absurdas, sin sentido, de hecho los personajes lo dicen muy a menudo en varias escenas. El cénit de todo ello es la escena del puente, donde ambos bandos, confederados y unionistas, luchan sin cuartel por una mota de polvo en los mapas de los altos mandos militares en una zona sin ningún valor estratégico.
No puedo terminar esta crítica sin citar la música del gran Ennio Morricone, madre mía quien no ha tarareado alguna vez, quien no ha silbado alguna vez la melodía de esta película. La banda sonora llega a su momento culminante al final de la película, en esa última escena ya mítica que forma parte de la historia del séptimo arte sin lugar a dudas. Pasar y disfrutar de la joya del spaghetti western.
22 de diciembre de 2020
22 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última parte de la Trilogía del Dólar y la culminación del spaghetti western. Es interesante la ironía del título cuando la línea que divide a los tres personajes a los que se refiere está, en realidad, más bien difuminada. Y es que esta película es cínica y poco maniqueísta, y esto se subraya constantemente: también en las reflexiones que ofrece en torno a la guerra. Señalando uno de los pocos aspectos negativos de este film, hay momentos no muy realistas ni elaborados (especialmente en la batalla del puente, aquí encontré algún momento directamente absurdo), aunque las virtudes son mucho más abundantes que los defectos. Espectacular Sergio Leone, espectacular Clint Eastwood… y, por supuesto, hay que mencionar también el duelo final. Seguramente uno de los duelos más famosos de la historia del cine, muy bien acompañado por la banda sonora, con unos planos que se quedan grabados, y merecidamente.
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