Los Fabelman
7.0
17,007
Drama
Film semiautobiográfico de la propia infancia y juventud de Spielberg. Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad. [+]
27 de septiembre de 2023
27 de septiembre de 2023
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ví en la página "Los Fabelman" porque no me llamaba mucho pero hoy al darla en la tele decidí verla siendo del genial Steven Spielberg.
Al comienzo empezaba 4 de 10 pero a medida que avanzaba fue de menos a más 10 de 10.
Admito que las actuaciones son geniales y la actuación de Seth Rogen es magistral.
Es muy entretenida sobre Los Fabelman una familia que decide filmar una película.
Es una de las mejores películas del año.
Me encantó esta película sobre el cine.
Al ser larga no aburre sino todo lo contrario: Es muy entretenida.
Pulgar arriba.
Al comienzo empezaba 4 de 10 pero a medida que avanzaba fue de menos a más 10 de 10.
Admito que las actuaciones son geniales y la actuación de Seth Rogen es magistral.
Es muy entretenida sobre Los Fabelman una familia que decide filmar una película.
Es una de las mejores películas del año.
Me encantó esta película sobre el cine.
Al ser larga no aburre sino todo lo contrario: Es muy entretenida.
Pulgar arriba.
10 de junio de 2023
10 de junio de 2023
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1977 mi abuela paterna y yo fuimos al cine Astoria de Bilbao a ver "Encuentros en la Tercera Fase" una de las mejores películas de ciencia ficción, y para mí, fue la primera película que veía en ese gran cine,
Desde entonces prácticamente todas las películas que he visto de este gran director de cine, las he visto en este cine que cerró definitivamente en el año 1999.
Desde el punto de vista de este legendario director, esta presente película es la mejor obra sobre el mundo del cine, desde su punto de vista, y también es una especie de manual de cómo se debe o hacía cine desde niño, hasta su adolescencia en la Norteamérica de las décadas de los años 50 y 60.
Todo está genialmente descrito y mostrado en la presente película, con ciertas licencias en los nombres de los personajes, en vez de los Spielberg son los Falberman.
Yo sin lugar a dudas, le hubiera dado el Óscar a Spielberg en la gala de este año, se lo merecía y se lo merece por el conjunto de su obra, ama su oficio y le encanta el cine, prueba de ello, es la presente película.
Desde entonces prácticamente todas las películas que he visto de este gran director de cine, las he visto en este cine que cerró definitivamente en el año 1999.
Desde el punto de vista de este legendario director, esta presente película es la mejor obra sobre el mundo del cine, desde su punto de vista, y también es una especie de manual de cómo se debe o hacía cine desde niño, hasta su adolescencia en la Norteamérica de las décadas de los años 50 y 60.
Todo está genialmente descrito y mostrado en la presente película, con ciertas licencias en los nombres de los personajes, en vez de los Spielberg son los Falberman.
Yo sin lugar a dudas, le hubiera dado el Óscar a Spielberg en la gala de este año, se lo merecía y se lo merece por el conjunto de su obra, ama su oficio y le encanta el cine, prueba de ello, es la presente película.
10 de noviembre de 2022
10 de noviembre de 2022
12 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El trailer de la película es engañoso. Pareciera que podría ser un biopic que abarca infancia y adolescencia de Spielberg (con otro nombre y apellido), o su descubrimiento por el amor a ver cine. Pero no. Es un drama familiar en donde el detonante de ese drama es su madre y de paso, nos habla de su amor pero por hacer películas.
El guion sabe meter momentos cómicos como alivio entre el drama familiar intenso, además de que las interpretaciones de todo su elenco, todo, es fabuloso. Tanto adultos como niños hacen un ensamble atinado y tienen su momento de brillar. Es por supuesto Michelle Williams que se luce más con un par de secuencias que gritan Oscar. Y no es nada descabellado que se lo den, ya que a pesar de la competencia que parece ser habrá este año, lo de ella es una interpretación de esas que te roban el corazón y el alma. Claro que es principal, por lo que aplaudo la decisión de evitar el fraude de categoría. Jude Hirsh solo tiene una escena y es memorable, y Pual Dano hace un trabajo correcto al filo de lo que exije su personaje. Gabriel Labelle podría ser facilmente la revelación del año.
La músida de Williams es escasa, pero a reserva de escuchar el soundtrack completo, creo que son composiciones de otros autores clásicos los que sobresalen. Aunque igual y resulta que toda es música de John. De este apartado no estoy seguro quién hizo qué por eso espero con ansias que ya salga en alguna plataforma. A pesar de lo intimo de la historia, eso no es pretexto para que el director de fotografía de cabecera de Spielberg, junto con él mismo, nos regalen momentos verdaderamente sobresalientes que se te quedarán grabados en la retina por mucho tiempo. El montaje es un trabajo delicado que acompaña perfectamente el ritmo de la historia. Montaje, música y fotografía, junto con el mayor giro de la historia de esa película y las actuaciones de su elenco, hacen que exista una de las mejores secuencias en la historia el cine reciente. Una secuencia que por supuesto no voy a describir, pero no la olvidarás nunca.
El guion sabe meter momentos cómicos como alivio entre el drama familiar intenso, además de que las interpretaciones de todo su elenco, todo, es fabuloso. Tanto adultos como niños hacen un ensamble atinado y tienen su momento de brillar. Es por supuesto Michelle Williams que se luce más con un par de secuencias que gritan Oscar. Y no es nada descabellado que se lo den, ya que a pesar de la competencia que parece ser habrá este año, lo de ella es una interpretación de esas que te roban el corazón y el alma. Claro que es principal, por lo que aplaudo la decisión de evitar el fraude de categoría. Jude Hirsh solo tiene una escena y es memorable, y Pual Dano hace un trabajo correcto al filo de lo que exije su personaje. Gabriel Labelle podría ser facilmente la revelación del año.
La músida de Williams es escasa, pero a reserva de escuchar el soundtrack completo, creo que son composiciones de otros autores clásicos los que sobresalen. Aunque igual y resulta que toda es música de John. De este apartado no estoy seguro quién hizo qué por eso espero con ansias que ya salga en alguna plataforma. A pesar de lo intimo de la historia, eso no es pretexto para que el director de fotografía de cabecera de Spielberg, junto con él mismo, nos regalen momentos verdaderamente sobresalientes que se te quedarán grabados en la retina por mucho tiempo. El montaje es un trabajo delicado que acompaña perfectamente el ritmo de la historia. Montaje, música y fotografía, junto con el mayor giro de la historia de esa película y las actuaciones de su elenco, hacen que exista una de las mejores secuencias en la historia el cine reciente. Una secuencia que por supuesto no voy a describir, pero no la olvidarás nunca.
19 de enero de 2023
19 de enero de 2023
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está de moda que los grandes autores retornen a su infancia. Spielberg hila un puñado de anécdotas -de interés desigual-, enmarcadas durante sus primeros años. De lo que en otras películas suyas había dejado pinceladas, aquí ocupa la totalidad del metraje; lo que otras veces fue el subtexto, ahora figura en primer plano.
Hay escenas muy poderosas. Todo lo relacionado con su descubrimiento del cine, su comprensión del medio, la grabación de sus primeros cortos, el encuentro con cierto director, me parece fascinante. La parte familiar, no tanto. Con los padres, encarnados por Michelle Williams y Paul Dano, cuesta empatizar. El hecho nuclear, el acontecimiento traumático sobre el que gravita la trama, se intuye enseguida; cuando llega la revelación, no impacta.
De todas formas Spielberg siempre ha tenido esta cosa de gran narrador. Incluso en los episodios en los que no queda claro lo que quiere contar, entretiene, interesa. Coloca la cámara en el lugar idóneo, la mueve con maestría, y siempre al servicio de la historia. Nunca se olvida del espectador. Te hace apasionarte por lo que a él le apasiona. No siempre acierta, pero cuando lo logra da gusto.
Hay escenas muy poderosas. Todo lo relacionado con su descubrimiento del cine, su comprensión del medio, la grabación de sus primeros cortos, el encuentro con cierto director, me parece fascinante. La parte familiar, no tanto. Con los padres, encarnados por Michelle Williams y Paul Dano, cuesta empatizar. El hecho nuclear, el acontecimiento traumático sobre el que gravita la trama, se intuye enseguida; cuando llega la revelación, no impacta.
De todas formas Spielberg siempre ha tenido esta cosa de gran narrador. Incluso en los episodios en los que no queda claro lo que quiere contar, entretiene, interesa. Coloca la cámara en el lugar idóneo, la mueve con maestría, y siempre al servicio de la historia. Nunca se olvida del espectador. Te hace apasionarte por lo que a él le apasiona. No siempre acierta, pero cuando lo logra da gusto.
7 de enero de 2023
7 de enero de 2023
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigir una autobiografía es un ejercicio arriesgado, porque es difícil no engañar al espectador. Hay varias formas de que esto ocurra: el biografiado puede mentir, su memoria empujarlo a contar falsedades, y la propia naturaleza del cine obligar a alterar los hechos (véanse spoilers 1, 2 y 3). A estos motivos se suma otro específico de esta película: el director es un brillante cuentacuentos (véase spoiler 4).
Apunto esto porque "Los Fabelman" (2022) es una película interesante, con una fuerte componente autobiográfica, pero no exenta de los riesgos citados. Una cinta que, para colmo, es en realidad una pseudo autobiografía, porque Spielberg, coautor del guion, admite haber mezclado sus propias vivencias con hechos ficticios. Porque sí, porque para eso es su película.
Ciertamente, para cualquiera que haya leído algo sobre su vida hay muchos elementos conocidos en esta historia. Distinto es cuántos, con qué intensidad y hasta qué punto sucedieron exactamente así, pues Steven fabula con generosidad (véase spoiler 5).
Sí que es verdad que es una película que se lleva bien, aunque lo mismo su duración es excesiva para lo que cuenta. De hecho, hay subidas, pero también bajadas en el ritmo causadas por momentos que, quizás, para Spielberg eran fundamentales, pero no así para todos los espectadores. Es el peligro de contar tu propia vida, que tus pamplinas emocionales no siempre interesan por igual a los demás.
A pesar de todo no puedo decir que sea mala. Su factura técnica es estupenda, como no puede ser menos en alguien que respira cine. Los actores, por su parte, hacen bien su trabajo. Y el relato sigue un desarrollo que a Steven le encanta, acompañando con la cámara la maduración de un joven que acaba descubriendo el cine y sus técnicas. Alguien que, nos quiere convencer su director, estaba destinado a ser un artista. Pelín pomposo, pero bueno, se lo perdonamos.
En resumen, aquí manda la filosofía del tío Palomo. Si es prudente, será crítico y desconfiado. Si es adepto a las redes sociales y a las series a granel, lo mismo hasta se lo cree a pie juntillas (véase spoiler 6). Por cierto, telita con lo de Seth Rogen. En el cine ser un bastardo explotador no pasa factura.
Apunto esto porque "Los Fabelman" (2022) es una película interesante, con una fuerte componente autobiográfica, pero no exenta de los riesgos citados. Una cinta que, para colmo, es en realidad una pseudo autobiografía, porque Spielberg, coautor del guion, admite haber mezclado sus propias vivencias con hechos ficticios. Porque sí, porque para eso es su película.
Ciertamente, para cualquiera que haya leído algo sobre su vida hay muchos elementos conocidos en esta historia. Distinto es cuántos, con qué intensidad y hasta qué punto sucedieron exactamente así, pues Steven fabula con generosidad (véase spoiler 5).
Sí que es verdad que es una película que se lleva bien, aunque lo mismo su duración es excesiva para lo que cuenta. De hecho, hay subidas, pero también bajadas en el ritmo causadas por momentos que, quizás, para Spielberg eran fundamentales, pero no así para todos los espectadores. Es el peligro de contar tu propia vida, que tus pamplinas emocionales no siempre interesan por igual a los demás.
A pesar de todo no puedo decir que sea mala. Su factura técnica es estupenda, como no puede ser menos en alguien que respira cine. Los actores, por su parte, hacen bien su trabajo. Y el relato sigue un desarrollo que a Steven le encanta, acompañando con la cámara la maduración de un joven que acaba descubriendo el cine y sus técnicas. Alguien que, nos quiere convencer su director, estaba destinado a ser un artista. Pelín pomposo, pero bueno, se lo perdonamos.
En resumen, aquí manda la filosofía del tío Palomo. Si es prudente, será crítico y desconfiado. Si es adepto a las redes sociales y a las series a granel, lo mismo hasta se lo cree a pie juntillas (véase spoiler 6). Por cierto, telita con lo de Seth Rogen. En el cine ser un bastardo explotador no pasa factura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1º) El director quizás se sienta tentado a reescribir su propia historia. Esto será especialmente notable en aquellas situaciones sin testigos, en donde cada cual hace de su capa un sayo. ¿Nos tenemos que creer que James Cameron tuvo unas fiebres terribles en Roma que lo llevaron a imaginar un esqueleto de metal emergiendo de las llamas? Máxime habiendo dirigido antes "Xenogenesis" (1978).
En Hollywood es raro quien cuenta toda la verdad sobre su vida.
2º) La memoria dista de ser una cámara fotográfica que refleja objetivamente lo ocurrido. El aprendizaje funciona mediante repetición y ajuste de las sinapsis de modo que, cada vez que recordamos, influimos en lo recuperado. Son cambios imperceptibles, pero que erosionan ese registro. Por ello, los recuerdos muy sobados son, con diferencia, los menos fiables. Tanto es así que los testigos oculares tienen mucho menos peso en los tribunales de lo que el cine nos ha querido hacer creer.
Además, el paso del tiempo y la necesidad de lidiar con nuestro pasado nos impelen a edulcolorarlo, censurando las partes incómodas y los fracasos. En nuestros recuerdos siempre somos más exitosos, felices y sagaces de lo que realmente fuimos. Por eso la nostalgia ochentera es, las más de las veces, una exageración.
3º) La naturaleza finita del metraje y el propio lenguaje cinematográfico imponen sesgos. Toda biografía obliga a escoger unos pocos momentos representativos, obviando el resto en una serie de gigantescas elipsis. Esto fuerza al director a intensificar algunas situaciones para transmitir una idea o, incluso, a construir un suceso ficticio y dramático a base de compactar multitud de recuerdos menores; uno que condense la esencia de lo que se quiere dar a entender.
Es ético, pero solo si el espectador está avisado de no creerse esas epifanías ni esas situaciones tan impactantes. La vida, incluso la de los mejores, nunca es tan espectacular como en el cine, tan dado a los puntos de inflexión vitales. Por el contrario, y salvo traumas, la mayoría de los cambios son el resultado de múltiples influencias repartidas en el tiempo y cocinadas a fuego lento. Las mismas que, semanas o meses después, dan pie a una decisión. Pero, claro, eso aburre, y tampoco abunda el tiempo para contarlo.
4º) Spielberg domina la teoría y práctica cinematográfica como nadie, amén de poseer un conocimiento excelso del espectador. Nadie mejor que él para llevarlo por donde le convenga. ¿Cómo confiar en un brillante embaucador?
5º) Solo hay que atenerse a los diálogos, poses o escenarios para comprender que ni la gente habla así, ni se erigen de forma tan cinematográfica, ni los escenarios son tan pintorescos. Estamos, que nadie lo olvide, ante una recreación estilizada de lo que vagamente ocurrió. Esto es cine, no la realidad.
6º) Hay una web en donde se contrastan elementos de películas históricas/biográficas de Hollywood con la realidad. Según ésta, los hechos relatados aquí son tremendamente precisos, aportando detalles. No obstante, esa conclusión es tramposa, porque compara lo relatado en esta película con... las declaraciones de Spielberg en el pasado. Hombre, eso no vale. La verificación sería creíble si los hechos se cotejasen con fuentes independientes, no con el propio director y coguionista.
También indica que el propio Spielberg no ha querido revelar qué partes son ciertas y cuáles otras son inventadas por él, pues las comparaciones que hace dicha web no abarcan, ni de lejos, cada escena. En otras palabras, que hay material que solo Steven sabe si es real o no. El argumento usado para justificar dicho silencio es que Spielberg siempre evitó referir este trabajo como uno "basado en", sino "semiautobiográfico". Al parecer eso es suficiente para tirar la piedra y esconder la mano.
En Hollywood es raro quien cuenta toda la verdad sobre su vida.
2º) La memoria dista de ser una cámara fotográfica que refleja objetivamente lo ocurrido. El aprendizaje funciona mediante repetición y ajuste de las sinapsis de modo que, cada vez que recordamos, influimos en lo recuperado. Son cambios imperceptibles, pero que erosionan ese registro. Por ello, los recuerdos muy sobados son, con diferencia, los menos fiables. Tanto es así que los testigos oculares tienen mucho menos peso en los tribunales de lo que el cine nos ha querido hacer creer.
Además, el paso del tiempo y la necesidad de lidiar con nuestro pasado nos impelen a edulcolorarlo, censurando las partes incómodas y los fracasos. En nuestros recuerdos siempre somos más exitosos, felices y sagaces de lo que realmente fuimos. Por eso la nostalgia ochentera es, las más de las veces, una exageración.
3º) La naturaleza finita del metraje y el propio lenguaje cinematográfico imponen sesgos. Toda biografía obliga a escoger unos pocos momentos representativos, obviando el resto en una serie de gigantescas elipsis. Esto fuerza al director a intensificar algunas situaciones para transmitir una idea o, incluso, a construir un suceso ficticio y dramático a base de compactar multitud de recuerdos menores; uno que condense la esencia de lo que se quiere dar a entender.
Es ético, pero solo si el espectador está avisado de no creerse esas epifanías ni esas situaciones tan impactantes. La vida, incluso la de los mejores, nunca es tan espectacular como en el cine, tan dado a los puntos de inflexión vitales. Por el contrario, y salvo traumas, la mayoría de los cambios son el resultado de múltiples influencias repartidas en el tiempo y cocinadas a fuego lento. Las mismas que, semanas o meses después, dan pie a una decisión. Pero, claro, eso aburre, y tampoco abunda el tiempo para contarlo.
4º) Spielberg domina la teoría y práctica cinematográfica como nadie, amén de poseer un conocimiento excelso del espectador. Nadie mejor que él para llevarlo por donde le convenga. ¿Cómo confiar en un brillante embaucador?
5º) Solo hay que atenerse a los diálogos, poses o escenarios para comprender que ni la gente habla así, ni se erigen de forma tan cinematográfica, ni los escenarios son tan pintorescos. Estamos, que nadie lo olvide, ante una recreación estilizada de lo que vagamente ocurrió. Esto es cine, no la realidad.
6º) Hay una web en donde se contrastan elementos de películas históricas/biográficas de Hollywood con la realidad. Según ésta, los hechos relatados aquí son tremendamente precisos, aportando detalles. No obstante, esa conclusión es tramposa, porque compara lo relatado en esta película con... las declaraciones de Spielberg en el pasado. Hombre, eso no vale. La verificación sería creíble si los hechos se cotejasen con fuentes independientes, no con el propio director y coguionista.
También indica que el propio Spielberg no ha querido revelar qué partes son ciertas y cuáles otras son inventadas por él, pues las comparaciones que hace dicha web no abarcan, ni de lejos, cada escena. En otras palabras, que hay material que solo Steven sabe si es real o no. El argumento usado para justificar dicho silencio es que Spielberg siempre evitó referir este trabajo como uno "basado en", sino "semiautobiográfico". Al parecer eso es suficiente para tirar la piedra y esconder la mano.
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