Platoon
7.7
70,273
Bélico
Chris (Charlie Sheen) es un joven e inexperto soldado norteamericano es enviado a la frontera entre Vietnam y Camboya para incorporarse a un pelotón, en pleno frente de batalla contra las tropas norvietnamitas. Además de la crueldad de la guerra, tendrá que sufrir las difíciles relaciones con sus camaradas... Oscarizada primera entrega de la trilogía de Stone sobre la guerra de Vietnam. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2024
2 de marzo de 2024
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Eso es lo que en un momento dado, mientras escribe a sus familiares, dice Taylor: "Estos hombres son el alma, el corazón de América...".
Su opinión cambiará en poco tiempo cuando ese corazón quede cubierto de barro y sangre. Y de alma no quedará tampoco nada.
Dudo que Oliver Stone viera ningún alma ni corazón en sus días de servicio en Vietnam; si vio algo fue la degradación psicológica, física y emocional de un chico que marchó de la ciudad a las tripas del Infierno. Al retroceder hasta su primer trabajo, "Last Year in Vietnam", nos damos de bruces con lo que hay dentro de su cabeza y su espíritu, ambos destrozados; desde aquellos días, tras su regreso, deseaba poder relatar sus experiencias, desgraciadamente el proyecto que conocemos como "Platoon" necesitó 16 años de maduración, pasar por muchas reescrituras, por muchas manos (incluidas las de Jim Morrison antes de fallecer), por muchas otras experiencias de aprendizaje en el mundo del cine...
Al entrar en la película, si nunca hemos visto nada relacionado con Vietnam, lo hacemos con ojos inocentes, los de Taylor, los del jovencito Charlie Sheen, que son, básicamente, los del mismo Stone. Entramos como señoritos de ciudad, tal vez no pensando en lo peor, un idealismo basura; el anterior escribe el guión metiéndose en la piel del protagonista y dándose otro nombre: un idealista de familia rica que se siente perdido, deja de cursar estudios y se va a Vietnam a hacer algo. Un cruzado, dice aquí el personaje de Keith David, y seguiremos su evolución en la contienda del mismo modo que fue filmada la película: cronológicamente.
Stone, que ya había comprobado las penurias de un rodaje a "gran escala" en "Salvador", atravesó no pocos episodios de paranoia durante el de "Platoon" en una Filipinas dañada por la tormenta política del presidente Marcos; se podría decir que para aquél la guerra seguía muy presente. Esa sensación de cruda autenticidad, pero siempre perfeccionada por una labor técnica fascinante gracias a Bruno Rubeo (al diseño de producción), Georges Delerue (a la música) y Robert Richardson (a la fotografía), se respira en cada centímetro del plano y en la mirada de cada actor, exhaustivamente entrenados para experimentar la dureza que vivían sus personajes.
No hay más historia que la suya en "Platoon". No hay intrigas, ni grandes arcos intimistas...esto es Vietnam, puro y duro. El centro es la terrible rutina y el terrible escenario que va describiendo Taylor, y a los que debe amoldarse perdiendo su humanidad por el camino, tras tragar barro, pisar los cadáveres de miembros de un bando y otro, agujerear la cabeza a algún soldado del Ejército Popular o, como llegan a hacer algunos de sus compañeros, asesinar y violar a mujeres y tal vez también a niños. Stone se recrea en lo más importante: la pérdida de la razón y el odio alimentado por una venganza en nombre de no se sabe muy bien qué.
No hay banderas en los pantanos de Tay Ninh, los chicos (una troupe de jovencitos donde reconocemos a Kevin Dillon, Forest Whitaker, Johnny Depp, Corey Glover, John McGinley o Reg Johnson) reniegan de su país, porque no existe el sentimiento de patriotismo, sólo la realidad: unos hombres de distinto color de piel están matando americanos sin conciencia ni piedad. Conclusión: hay que hacer lo mismo. El retrato que se da no es tanto a nivel colectivo como en "La Colina de la Hamburguesa" (realizada antes pero estrenada después), sino que siempre decide centrarse en el álter-ego de Stone, Taylor.
Y lo único que destaca más allá de los pensamientos, las emociones y la deshumanización del protagonista es una lucha entre dos soldados debido a los métodos más humanitarios de uno (Elias) y al carácter psicótico de otro (Barnes), encarnados por unos magistrales Willem Dafoe y Tom Berenger, sin problemas para zamparse al resto del reparto nada más aparecer en pantalla; en realidad son los que inyectan sangre y rabia a la película, ya que es una rivalidad que consigue dividir a los miembros del pelotón incluso con más ahínco que los norvietnamitas (quienes (era de esperar, claro) carecen de ninguna profundidad, son sólo siluetas que emergen de detrás de los árboles o esperan en las sombras).
El guión tampoco presenta ninguna operación ni incursión real que haga avanzar la trama, como tantas veces se ha visto en otros títulos bélicos. Sólo hacia el final, y como pretexto para liberar los demonios y poder llevar a cabo Taylor su venganza por la traición de Barnes, se hará alusión a la cruenta Batalla de Año Nuevo, donde en la madrugada del 1 de Enero de 1.968 soldados del Vietcong pillaron desprevenidas a las patrullas de la 25.ª División de Infantería (a la que pertenecía el director), apostadas en una base en la aldea de Suoi Cut, cuando se había garantizado una supuesta tregua de paz de dos días.
Cruenta además de polémica, porque fue un salvaje enfrentamiento (se recrea tal como ocurrió) y nunca hubo comentarios en los medios norteamericanos sobre ello. Pero sigue siendo la batalla personal de Barnes y Elias lo que mejor ejemplifica hasta qué límites el espíritu y la razón de aquellos hombres se veían reducido a cenizas; sólo quedará una verdad absoluta: cuando Taylor mate se convertirá en el próximo Barnes, y así sucesivamente. La impresionante recaudación y la aceptación crítica dio pie entonces a seguir extendiendo en el cine las aventuras en el maldito Vietnam, pero no muchas obras rezuman el realismo de "Platoon", porque todo lo que se muestra lo vio Stone con sus propios ojos...
Hay una gran diferencia entre los directores que actualmente se lanzan a realizar cine bélico, que sólo han aprendido con el cine, y los de antaño, quienes sirvieron realmente.
Al igual que Fuller, Altman, Fukasaku o Huston, Stone experimentó el dolor, la pérdida y la miseria de la guerra, ese sentimiento, impregnado en las poderosas imágenes de "Platoon", se nos mete en la piel a través de la pantalla y se siente en los huesos.
Su opinión cambiará en poco tiempo cuando ese corazón quede cubierto de barro y sangre. Y de alma no quedará tampoco nada.
Dudo que Oliver Stone viera ningún alma ni corazón en sus días de servicio en Vietnam; si vio algo fue la degradación psicológica, física y emocional de un chico que marchó de la ciudad a las tripas del Infierno. Al retroceder hasta su primer trabajo, "Last Year in Vietnam", nos damos de bruces con lo que hay dentro de su cabeza y su espíritu, ambos destrozados; desde aquellos días, tras su regreso, deseaba poder relatar sus experiencias, desgraciadamente el proyecto que conocemos como "Platoon" necesitó 16 años de maduración, pasar por muchas reescrituras, por muchas manos (incluidas las de Jim Morrison antes de fallecer), por muchas otras experiencias de aprendizaje en el mundo del cine...
Al entrar en la película, si nunca hemos visto nada relacionado con Vietnam, lo hacemos con ojos inocentes, los de Taylor, los del jovencito Charlie Sheen, que son, básicamente, los del mismo Stone. Entramos como señoritos de ciudad, tal vez no pensando en lo peor, un idealismo basura; el anterior escribe el guión metiéndose en la piel del protagonista y dándose otro nombre: un idealista de familia rica que se siente perdido, deja de cursar estudios y se va a Vietnam a hacer algo. Un cruzado, dice aquí el personaje de Keith David, y seguiremos su evolución en la contienda del mismo modo que fue filmada la película: cronológicamente.
Stone, que ya había comprobado las penurias de un rodaje a "gran escala" en "Salvador", atravesó no pocos episodios de paranoia durante el de "Platoon" en una Filipinas dañada por la tormenta política del presidente Marcos; se podría decir que para aquél la guerra seguía muy presente. Esa sensación de cruda autenticidad, pero siempre perfeccionada por una labor técnica fascinante gracias a Bruno Rubeo (al diseño de producción), Georges Delerue (a la música) y Robert Richardson (a la fotografía), se respira en cada centímetro del plano y en la mirada de cada actor, exhaustivamente entrenados para experimentar la dureza que vivían sus personajes.
No hay más historia que la suya en "Platoon". No hay intrigas, ni grandes arcos intimistas...esto es Vietnam, puro y duro. El centro es la terrible rutina y el terrible escenario que va describiendo Taylor, y a los que debe amoldarse perdiendo su humanidad por el camino, tras tragar barro, pisar los cadáveres de miembros de un bando y otro, agujerear la cabeza a algún soldado del Ejército Popular o, como llegan a hacer algunos de sus compañeros, asesinar y violar a mujeres y tal vez también a niños. Stone se recrea en lo más importante: la pérdida de la razón y el odio alimentado por una venganza en nombre de no se sabe muy bien qué.
No hay banderas en los pantanos de Tay Ninh, los chicos (una troupe de jovencitos donde reconocemos a Kevin Dillon, Forest Whitaker, Johnny Depp, Corey Glover, John McGinley o Reg Johnson) reniegan de su país, porque no existe el sentimiento de patriotismo, sólo la realidad: unos hombres de distinto color de piel están matando americanos sin conciencia ni piedad. Conclusión: hay que hacer lo mismo. El retrato que se da no es tanto a nivel colectivo como en "La Colina de la Hamburguesa" (realizada antes pero estrenada después), sino que siempre decide centrarse en el álter-ego de Stone, Taylor.
Y lo único que destaca más allá de los pensamientos, las emociones y la deshumanización del protagonista es una lucha entre dos soldados debido a los métodos más humanitarios de uno (Elias) y al carácter psicótico de otro (Barnes), encarnados por unos magistrales Willem Dafoe y Tom Berenger, sin problemas para zamparse al resto del reparto nada más aparecer en pantalla; en realidad son los que inyectan sangre y rabia a la película, ya que es una rivalidad que consigue dividir a los miembros del pelotón incluso con más ahínco que los norvietnamitas (quienes (era de esperar, claro) carecen de ninguna profundidad, son sólo siluetas que emergen de detrás de los árboles o esperan en las sombras).
El guión tampoco presenta ninguna operación ni incursión real que haga avanzar la trama, como tantas veces se ha visto en otros títulos bélicos. Sólo hacia el final, y como pretexto para liberar los demonios y poder llevar a cabo Taylor su venganza por la traición de Barnes, se hará alusión a la cruenta Batalla de Año Nuevo, donde en la madrugada del 1 de Enero de 1.968 soldados del Vietcong pillaron desprevenidas a las patrullas de la 25.ª División de Infantería (a la que pertenecía el director), apostadas en una base en la aldea de Suoi Cut, cuando se había garantizado una supuesta tregua de paz de dos días.
Cruenta además de polémica, porque fue un salvaje enfrentamiento (se recrea tal como ocurrió) y nunca hubo comentarios en los medios norteamericanos sobre ello. Pero sigue siendo la batalla personal de Barnes y Elias lo que mejor ejemplifica hasta qué límites el espíritu y la razón de aquellos hombres se veían reducido a cenizas; sólo quedará una verdad absoluta: cuando Taylor mate se convertirá en el próximo Barnes, y así sucesivamente. La impresionante recaudación y la aceptación crítica dio pie entonces a seguir extendiendo en el cine las aventuras en el maldito Vietnam, pero no muchas obras rezuman el realismo de "Platoon", porque todo lo que se muestra lo vio Stone con sus propios ojos...
Hay una gran diferencia entre los directores que actualmente se lanzan a realizar cine bélico, que sólo han aprendido con el cine, y los de antaño, quienes sirvieron realmente.
Al igual que Fuller, Altman, Fukasaku o Huston, Stone experimentó el dolor, la pérdida y la miseria de la guerra, ese sentimiento, impregnado en las poderosas imágenes de "Platoon", se nos mete en la piel a través de la pantalla y se siente en los huesos.
4 de febrero de 2025
4 de febrero de 2025
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Tal vez en la época que se estrenó causó impacto, hoy por hoy los años no le cayeron bien como suelen decir. Tiene un arranque lento, entre diálogos y escenas superfluas, lo único que te atrapa son ciertas partes con acción bélica y hasta ahí nomas.
Después también suma el amplio casting -de por ese entonces casi desconocidos o en carrera ascendente- actores. El final es cualquier cosa menos un cierre digno, como que Oliver Stone lo cerró con muy pocas ganas. Por cierto, se extraña el Oliver Stone anterior de mediados de los 90s.
Después también suma el amplio casting -de por ese entonces casi desconocidos o en carrera ascendente- actores. El final es cualquier cosa menos un cierre digno, como que Oliver Stone lo cerró con muy pocas ganas. Por cierto, se extraña el Oliver Stone anterior de mediados de los 90s.
18 de abril de 2012
18 de abril de 2012
8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento por "Platoon" pero pese a la buena percha que atesora la película sólo merece un aprobado justo por la intención, más que por el resultado final. Ni el Oscar a la mejor película, ni ciertas ráfagas de creatividad de Oliver Stone, ni al amplio y muy solvente reparto (Charlie Sheen, Tom Berenger, Willem Dafoe, Forest Whitaker o hasta un desconocido Johnny Depp), ni la hermosa banda sonora de Samuel Barber, ni un buen principio y final y ni siquiera algunas imágenes de gran lirismo estético como la de la portada; pues digo, pese a todo, no es posible ocultar un guión prácticamente inexistente, una historia hecha a trompicones o a la pobreza del análisis psicológico de los personajes.
Si comparamos "Platoon" con otras películas como "Apocalipsis Now" o "Corazones de Hierro" podemos apreciar que la cinta de Oliver Stone es bastante más floja que las otras. Como ya digo, en éstas la trama es mucho más atrayente, la reflexión sobre la guerra, sobre el horror, sobre la banalidad del mal es claramente mejor e incluso la dirección es mucho más brillante que en "Platoon". Aquí el relato se circunscribe prácticamente a una historia de malos y buenos, con escasa profundidad y reflexiones más bien pobres. Además, Stone vuelve a introducir sus manías personales con especial interés en el consumo de drogas, que parece bendecir como una práctica un tanto noble.
Como película bélica la acción no es para tirar cohetes y como obra dramática no hay apenas tensión o un verdadero enfrentamiento digno de ese nombre. Al final se queda en una buena música, algunas imágenes que guardar en la retina, algún diálogo medianamente bueno y poco más. Demasiado poco para el tema tratado y los premios recibidos.
Si comparamos "Platoon" con otras películas como "Apocalipsis Now" o "Corazones de Hierro" podemos apreciar que la cinta de Oliver Stone es bastante más floja que las otras. Como ya digo, en éstas la trama es mucho más atrayente, la reflexión sobre la guerra, sobre el horror, sobre la banalidad del mal es claramente mejor e incluso la dirección es mucho más brillante que en "Platoon". Aquí el relato se circunscribe prácticamente a una historia de malos y buenos, con escasa profundidad y reflexiones más bien pobres. Además, Stone vuelve a introducir sus manías personales con especial interés en el consumo de drogas, que parece bendecir como una práctica un tanto noble.
Como película bélica la acción no es para tirar cohetes y como obra dramática no hay apenas tensión o un verdadero enfrentamiento digno de ese nombre. Al final se queda en una buena música, algunas imágenes que guardar en la retina, algún diálogo medianamente bueno y poco más. Demasiado poco para el tema tratado y los premios recibidos.
15 de septiembre de 2012
15 de septiembre de 2012
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película un poco tardía como "denuncia". Como película de acción, vale poco, de hecho, tiene más mérito por haber generado ciertos topicazos del cine de acción más holywoodiense, que por su verosimilitud (Los tipos disparando entre las hierbas corriendo como el mismo Chuck Norris, matando a anónimos orientales que se desparraman por los bosques como en un videojuego para ser aniquilados, gente levantandose de su trinchera y vaciando cargadores eternos sobre los charlies al grito de "¡¡¡morir cerdossss!!!!"...).
Los diálogos, son en su mayoría bochornosos, untados en miel y nata montada, filosofia grandilocuente vacía, hasta hacerte perder el sentido, en un éxtasis de coma diabético.
La primera vez que la vi me pareció mucho mejor, no se si es que esta versión del 25 aiversario esta modificada, con lo que la suelen cagar o que. Pero es que creo que no envejece bien, precisamente por esa increible y caótica filmación de las escenas de guerra y el obviamente melodramático guión, que despues de tanta repetición y parodia posterior ya no se ven tan auténticos.
Es interesante que Stone estuvo en Vietnam... quizás esto es lo que se cocía allí o quizás quería transmitir el sentimiento que recuerda o pensó que debía tener, y se le fue la mano con lo obvio, intentando lograrlo.
Aún así, es una película que resulta interesante en algunos aspectos. Pone el dedo en la llaga al retratar un ejercito presuntuoso como el americano, sumido en el caos y el abandono, enfrentándose a un enemigo que no puede vencer, y rodeado de aliados ambiguos, equívocos, no como en la II GM, que lo lleva a una psicosis, bien representada en Berenger -que da bastante la planta y la talla- y que se traduce en todas las barbaridades que se ven en la película: violación, masacre, asesinato, locura, fratricidio...
Quizás la película no sea muy merecedora de admiración por como cuenta las cosas, en lo que está bastante justita a todos los niveles técnicos y de guión, sino por lo que cuenta de la guerra de Vietnam, y quizás por eso aún se la valore con cierta generosidad forzada.
Los diálogos, son en su mayoría bochornosos, untados en miel y nata montada, filosofia grandilocuente vacía, hasta hacerte perder el sentido, en un éxtasis de coma diabético.
La primera vez que la vi me pareció mucho mejor, no se si es que esta versión del 25 aiversario esta modificada, con lo que la suelen cagar o que. Pero es que creo que no envejece bien, precisamente por esa increible y caótica filmación de las escenas de guerra y el obviamente melodramático guión, que despues de tanta repetición y parodia posterior ya no se ven tan auténticos.
Es interesante que Stone estuvo en Vietnam... quizás esto es lo que se cocía allí o quizás quería transmitir el sentimiento que recuerda o pensó que debía tener, y se le fue la mano con lo obvio, intentando lograrlo.
Aún así, es una película que resulta interesante en algunos aspectos. Pone el dedo en la llaga al retratar un ejercito presuntuoso como el americano, sumido en el caos y el abandono, enfrentándose a un enemigo que no puede vencer, y rodeado de aliados ambiguos, equívocos, no como en la II GM, que lo lleva a una psicosis, bien representada en Berenger -que da bastante la planta y la talla- y que se traduce en todas las barbaridades que se ven en la película: violación, masacre, asesinato, locura, fratricidio...
Quizás la película no sea muy merecedora de admiración por como cuenta las cosas, en lo que está bastante justita a todos los niveles técnicos y de guión, sino por lo que cuenta de la guerra de Vietnam, y quizás por eso aún se la valore con cierta generosidad forzada.
26 de julio de 2017
26 de julio de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas son las pelis que tratan la guerra de Vietnam; y curiosamente, todas son americanas...al menos aquí en Occidente éstas son las que tienen tirón y son las que vemos (salvo algún erudito que husmee en las cintas asiáticas).
Creo que todas las que merecen la pena ver nos relatan lo horripilante de la guerra. El argumento no cambia (básicamente porque la guerra fue así). En el cine eso ya no vale.
Platoon me la acabo de ver y me deja indiferente. Tal vez sea por la cantidad de vietman ya ingerido en "Apocalypse Now", "La chaqueta metálica", "El cazador", "Forrest Gump" que ya estoy hecho a ello. No me conmueven como antes. Pero he de decir a su favor que quizás si el orden de visionado hubiera sido distinto puede que mi parecer hubiera sido otro.
Ahora mismo pienso que es bastante light en comparación de las ya nombradas. Sin embargo, con su "continuación" Nacido el 4 de julio, Oliver Stone eleva el listón bastante alto. La mejor de las tres.
Por otro lado, la banda sonora es soberbia pero joder no me la pongas casi en cada escena coño...
En cuanto a interpretaciones, Willem Dafoe.
Creo que todas las que merecen la pena ver nos relatan lo horripilante de la guerra. El argumento no cambia (básicamente porque la guerra fue así). En el cine eso ya no vale.
Platoon me la acabo de ver y me deja indiferente. Tal vez sea por la cantidad de vietman ya ingerido en "Apocalypse Now", "La chaqueta metálica", "El cazador", "Forrest Gump" que ya estoy hecho a ello. No me conmueven como antes. Pero he de decir a su favor que quizás si el orden de visionado hubiera sido distinto puede que mi parecer hubiera sido otro.
Ahora mismo pienso que es bastante light en comparación de las ya nombradas. Sin embargo, con su "continuación" Nacido el 4 de julio, Oliver Stone eleva el listón bastante alto. La mejor de las tres.
Por otro lado, la banda sonora es soberbia pero joder no me la pongas casi en cada escena coño...
En cuanto a interpretaciones, Willem Dafoe.
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