El orfanato
6.7
96,723
Terror. Intriga. Fantástico
Laura se instala con su familia en el orfanato en el que creció de niña. Su propósito es abrir una residencia para niños discapacitados. El ambiente del viejo caserón despierta la imaginación de su hijo, que empieza a dejarse arrastrar por la fantasía. Los juegos del niño inquietan cada vez más a Laura, que empieza a sospechar que en la casa hay algo que amenaza su familia. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2021
2 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película El orfanato lleva implícita una idea que me parece muy interesante: el paralelismo entre la historia de Peter Pan y su país de Nunca Jamás con la de los niños...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...que mueren siendo niños y que, efectivamente, no crecen porque permanecen niños en la memoria de sus padres
Si se hubiera profundizado en esta dirección, en vez de perderse en un batiburrillo de lugares comunes y clichés propios de un cine de terror ya muy manido, la película creo que podría haber sido otra cosa bastante más original.
En síntesis, el argumento sería algo así:
Una niña en un orfanato, años 40-50, vive acostumbrada a que la enfermedad y la muerte se vaya llevando a algunos de sus compañeros de juego, o mejor aún, vive acostumbrada a que, de repente, algún amigo “desaparezca”, sin que nadie le cuente la verdad de lo ocurrido.
Un buen día, esta niña es adoptada y empieza una vida más o menos “normal”, o no.
Cuando se hace adulta, los recuerdos confusos de su infancia en el orfanato, posiblemente mezclados con un sentimiento de culpa por haber escapado de ese mundo sórdido abandonando allí a unos compañeros menos afortunados, la incitan a volver.
Tiene un hijo al que no cuenta la verdad (que es adoptado y que tiene sida) y, más adelante, intentará reconvertir el antiguo orfanato en un centro de ayuda a otros niños desfavorecidos, porque el niño que ha adoptado es también un niño desfavorecido, con amigos imaginarios posiblemente por falta de amigos reales.
Un día este niño encuentra el informe en el que descubre lo que su madre le ha ocultado y ahí es cuando decide que no quiere crecer porque crecer supone perder la inocencia y perder también su mundo mágico.
El niño muere y su deseo de no crecer se cumple.
La madre, entonces, comprende que solo podrá recuperar a su hijo si se atreve a creer y a vivir la fantasía del niño junto a sus amigos, los otros niños perdidos de su infancia que habitan el orfanato de la misma forma en que su hijo lo habita ahora.
Y decide ir a buscarlos para cuidar de todos. Se suicida.
La madre, obviamente, es Wendy, que en esta versión del cuento vuelve a Nunca Jamás en vez de aceptar su papel de adulta en el mundo real.
Su hijo, también obviamente, es Peter Pan.
Si se hubiera profundizado en esta dirección, en vez de perderse en un batiburrillo de lugares comunes y clichés propios de un cine de terror ya muy manido, la película creo que podría haber sido otra cosa bastante más original.
En síntesis, el argumento sería algo así:
Una niña en un orfanato, años 40-50, vive acostumbrada a que la enfermedad y la muerte se vaya llevando a algunos de sus compañeros de juego, o mejor aún, vive acostumbrada a que, de repente, algún amigo “desaparezca”, sin que nadie le cuente la verdad de lo ocurrido.
Un buen día, esta niña es adoptada y empieza una vida más o menos “normal”, o no.
Cuando se hace adulta, los recuerdos confusos de su infancia en el orfanato, posiblemente mezclados con un sentimiento de culpa por haber escapado de ese mundo sórdido abandonando allí a unos compañeros menos afortunados, la incitan a volver.
Tiene un hijo al que no cuenta la verdad (que es adoptado y que tiene sida) y, más adelante, intentará reconvertir el antiguo orfanato en un centro de ayuda a otros niños desfavorecidos, porque el niño que ha adoptado es también un niño desfavorecido, con amigos imaginarios posiblemente por falta de amigos reales.
Un día este niño encuentra el informe en el que descubre lo que su madre le ha ocultado y ahí es cuando decide que no quiere crecer porque crecer supone perder la inocencia y perder también su mundo mágico.
El niño muere y su deseo de no crecer se cumple.
La madre, entonces, comprende que solo podrá recuperar a su hijo si se atreve a creer y a vivir la fantasía del niño junto a sus amigos, los otros niños perdidos de su infancia que habitan el orfanato de la misma forma en que su hijo lo habita ahora.
Y decide ir a buscarlos para cuidar de todos. Se suicida.
La madre, obviamente, es Wendy, que en esta versión del cuento vuelve a Nunca Jamás en vez de aceptar su papel de adulta en el mundo real.
Su hijo, también obviamente, es Peter Pan.
26 de agosto de 2021
26 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guillermo del Toro asumió la producción ejecutiva de esto, haciendo de nuevo sus "pinitos" cinematográficos en España, bajo la tutela siempre atenta de la hegemonía política, y un año después de que sus cámaras enrojecieran de vergüenza, en ese alarde de servilismo al pagador que fue el laberinto del fauno.
Para ello, dejó la labor direccional a lo que a todas luces es uno de esos hábiles artesanos, muy en la línea de Almenábar y otros, que tarde o temprano acaban siendo reclamados por los grandes estudios ultramar, en lo que fue su ópera prima.
"El orfanato" por lo tanto es un loable intento de aproximarse a lo más granado del género, desde la óptica holliwoodiense (desgraciadamente tan loable como fallido).
En una época en que ya estaba todo dicho dentro de dicho género, Bayona, acepta el órdago, y presenta sin rubor alguno una historia gótico-romántica de los tiempos de "Maricastaña", de las que contaban antes las abuelas en la noche de "todos los Santos", insertando en ella todos los clichés manoseados a lo largo de décadas, por cientos de artesanos, incluyendo al mismísimo Roger Corman, sin prescindir de uno solo de ellos. (Desde el recurso de casas vetustas con empapelados que dan mal rollo, pasando por las fotos en blanco y negro de siniestra antigüedad, Dibujos infantiles chungos, sombras de pies a través del quicio de puertas cuyas manivelas se abren solas en primer plano, pasando por médium (Una casi momificada Geraldine Chaplin) que da tumbos por la casa solapada en la semipenumbra verdosa de las cámaras de visión nocturna, cuan diligente colaboradora de Iker Jiménez, y terminando por columpios y balancines que se mueven por si solos al son de la herrumbre. Uuuuuhhh..!
Toda la singladura conduce a una final tan improvisado como fuera de contexto, en forma de "Happy end" bastante chorroso que deriva a la película desde el supuesto género al que pertenece (o eso dicen) al terreno del "melo patatero" traicionando de alguna manera a un espectador, que, a falta de recursos estilísticos innovadores o medianamente interesantes, esperaba cuando menos un desenlace mínimamente inquietante o sorpresivo, y no una solución traspasada por adocenada cursilería.
En el papel protagonista, una de las actrices más repipís de España. (Véase Los serrano)
Floja...pero que muy floja...
Para ello, dejó la labor direccional a lo que a todas luces es uno de esos hábiles artesanos, muy en la línea de Almenábar y otros, que tarde o temprano acaban siendo reclamados por los grandes estudios ultramar, en lo que fue su ópera prima.
"El orfanato" por lo tanto es un loable intento de aproximarse a lo más granado del género, desde la óptica holliwoodiense (desgraciadamente tan loable como fallido).
En una época en que ya estaba todo dicho dentro de dicho género, Bayona, acepta el órdago, y presenta sin rubor alguno una historia gótico-romántica de los tiempos de "Maricastaña", de las que contaban antes las abuelas en la noche de "todos los Santos", insertando en ella todos los clichés manoseados a lo largo de décadas, por cientos de artesanos, incluyendo al mismísimo Roger Corman, sin prescindir de uno solo de ellos. (Desde el recurso de casas vetustas con empapelados que dan mal rollo, pasando por las fotos en blanco y negro de siniestra antigüedad, Dibujos infantiles chungos, sombras de pies a través del quicio de puertas cuyas manivelas se abren solas en primer plano, pasando por médium (Una casi momificada Geraldine Chaplin) que da tumbos por la casa solapada en la semipenumbra verdosa de las cámaras de visión nocturna, cuan diligente colaboradora de Iker Jiménez, y terminando por columpios y balancines que se mueven por si solos al son de la herrumbre. Uuuuuhhh..!
Toda la singladura conduce a una final tan improvisado como fuera de contexto, en forma de "Happy end" bastante chorroso que deriva a la película desde el supuesto género al que pertenece (o eso dicen) al terreno del "melo patatero" traicionando de alguna manera a un espectador, que, a falta de recursos estilísticos innovadores o medianamente interesantes, esperaba cuando menos un desenlace mínimamente inquietante o sorpresivo, y no una solución traspasada por adocenada cursilería.
En el papel protagonista, una de las actrices más repipís de España. (Véase Los serrano)
Floja...pero que muy floja...
20 de abril de 2022
20 de abril de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
J.A. Bayona nos presenta con "El Orfanato" una película de terror e intriga que triunfa a la hora de crear una atmósfera absorbente y una trama que evoluciona con interés. El argumento se desarrolla alternando sustos y giros de la trama para terminar alcanzando un final impactante. Por el camino, lo que más flojea es un guion que se va debilitando conforme avanza la historia, llegando a presentar posibles agujeros importantes al llegar a la conclusión. Aún así, lo que tenemos entre manos es una película de terror con una propuesta thriller que atrapa, una que ya cautivó a crítica y público en el momento de su estreno, allá por el año 2007, y que sigue resultando interesante a día de hoy.
27 de octubre de 2023
27 de octubre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No siendo J.A. Bayona uno de mis cineastas más admirados y valorados, “El orfanato”, precisamente su ópera prima, me parece su mejor película de lejos y un cuento gótico de fantasmas magistral, con un desarrollo en varias dimensiones paralelas prodigioso, además de un canto a la maternidad muy poderoso. Una película que no envejece sino que crece con cada visionado, lo cual no se puede predicar de toda su filmografía.
Sus dos grandes bazas son un prodigioso guión de Sergio G. Sánchez, donde sabe jugar en una línea paranormal y en otra realista de una manera magistral y, por supuesto, el portento visual de J.A. Bayona en la dirección. Ambas cuestiones conjuntan una cinta que supone un hito insuperable en el género de terror, que tantas y tan malas películas produce por doquier.
Esa historia de Laura, una niña que logró salir adoptada de un viejo orfanato, al que vuelve ya adulta, casada y con un hijo, para inaugurar una residencia para niños con discapacidad, en cuya fiesta de inauguración desaparece su propio hijo, es de esas que calan hasta los huesos por tratarse de una de las mejores películas de terror de este siglo.
Sobre todo triunfa en el ambiente creado alrededor del caserón protagonista, que aúna todas las constantes propias del terror gótico ambiental pero otorgándoles una vuelta de tuerca imaginativa, fresca y perfectamente actualizada. A la par no deja de ser un canto a la maternidad exquisito y emocionante. Y ambas cosas funcionan con precisión.
Además de una ambientación perfecta y varias escenas que perdurarán en los anales del cine por su impacto visual terrorífico y profundamente icónico (destacando por encima de todas el juego con los niños), hay que destacar la magistral partitura original de Fernando Velázquez y una portentosa dirección de fotografía inconmensurable de Óscar Faura.
Pero, lógicamente, para que el artefacto funcione a estos niveles siderales hay que contar con un buen elenco actoral y Bayona sabe lo que hace y a quién entrega su película: Belén Rueda, la gran actriz del terror autóctono, y a un niño con amplia y contrastada trayectoria como Roger Princep. Ellos dos son los reyes de la función, perfectamente respaldados por un plantel de secundarios de lujo entre quienes destaco la siempre maravillosa aportación de Geraldine Chaplin como una médium impagable.
Como ocurriera con “Verónica” de Paco Plaza, lo que más valoro de esta cinta es que soporta una lectura realista a la par que una paranormal y eso, en el reinado del cine de terror de la estulticia en el que vivimos, sinceramente no tiene precio.
Sus dos grandes bazas son un prodigioso guión de Sergio G. Sánchez, donde sabe jugar en una línea paranormal y en otra realista de una manera magistral y, por supuesto, el portento visual de J.A. Bayona en la dirección. Ambas cuestiones conjuntan una cinta que supone un hito insuperable en el género de terror, que tantas y tan malas películas produce por doquier.
Esa historia de Laura, una niña que logró salir adoptada de un viejo orfanato, al que vuelve ya adulta, casada y con un hijo, para inaugurar una residencia para niños con discapacidad, en cuya fiesta de inauguración desaparece su propio hijo, es de esas que calan hasta los huesos por tratarse de una de las mejores películas de terror de este siglo.
Sobre todo triunfa en el ambiente creado alrededor del caserón protagonista, que aúna todas las constantes propias del terror gótico ambiental pero otorgándoles una vuelta de tuerca imaginativa, fresca y perfectamente actualizada. A la par no deja de ser un canto a la maternidad exquisito y emocionante. Y ambas cosas funcionan con precisión.
Además de una ambientación perfecta y varias escenas que perdurarán en los anales del cine por su impacto visual terrorífico y profundamente icónico (destacando por encima de todas el juego con los niños), hay que destacar la magistral partitura original de Fernando Velázquez y una portentosa dirección de fotografía inconmensurable de Óscar Faura.
Pero, lógicamente, para que el artefacto funcione a estos niveles siderales hay que contar con un buen elenco actoral y Bayona sabe lo que hace y a quién entrega su película: Belén Rueda, la gran actriz del terror autóctono, y a un niño con amplia y contrastada trayectoria como Roger Princep. Ellos dos son los reyes de la función, perfectamente respaldados por un plantel de secundarios de lujo entre quienes destaco la siempre maravillosa aportación de Geraldine Chaplin como una médium impagable.
Como ocurriera con “Verónica” de Paco Plaza, lo que más valoro de esta cinta es que soporta una lectura realista a la par que una paranormal y eso, en el reinado del cine de terror de la estulticia en el que vivimos, sinceramente no tiene precio.
14 de octubre de 2007
14 de octubre de 2007
42 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Sí, por favor, id a verla, la cuota de pantalla del cine español vuelve a estar por los suelos! Nuestro cine patrio necesita por todos los medios un taquillazo antes de que acabe el año para intentar salvar la papeleta. No dejéis que toda esta pedacho promochión que le están dando a bombo y platillo en todos los telediarios, periódicos y emisoras de radio caiga en saco roto. Sed solidarios: se están gastando un huevo en publicidad y esa publicidad hay que pagarla.
Además, no olvidéis que esta gran película viene apadrinada por el genial Guillermo del Toro y que ha sido seleccionada por la academia de los Oscars como candidata a la mejor película de habla no inglesa, lo cual ya es en sí mismo un garante de gran calidad... ¿eh?... ¿cómo?... Uy, no, perdón, que me he equivocado, que me dicen que la peli de momento sólo ha sido seleccionada por la academia de cine español para ver si la americana la selecciona como nominada... Pero bueno, es igual, estoy convencido de que no sólo la nominarán sino que el oscar se lo lleva desde ya de calle, pues bien sabido es que lo que realmente les gusta a los americanos de las cintas extranjeras son esas historias tan originales de este género que ellos en su industria rara vez cultivan y que no es otro sino el de terror, aunque esta vez (y sin que sirva de precedente) piensan ya en hacer su propio "remake".... ¿Estará a la altura de la original? Sin duda, será un gran reto...
En fin, que es imposible resistirse a ver esta terrorífica película de "miedo psicológico", pues cuenta con todos los elementos necesarios para enganchar al espectador: casita siniestra, niño rarito, escenas de la acongojada y sudorosa protagonista paseando por oscuros pasillos en camiseta de tirantes y marcando tetas... amén de un final totalmente inesperado y nunca antes visto. ¿Qué más se puede pedir? YOU ASKED FOR IT!
"Los espectadores no quieren ver algo inteligente e inesperado. Lo inteligente les hace sentirse estúpidos y lo inesperado hace que sientan miedo. La audiencia no quiere ver algo que sea original. Quiere ver lo mismo que ya ha visto tropecientas veces."
-Philip J. Fry, Futurama.-
Además, no olvidéis que esta gran película viene apadrinada por el genial Guillermo del Toro y que ha sido seleccionada por la academia de los Oscars como candidata a la mejor película de habla no inglesa, lo cual ya es en sí mismo un garante de gran calidad... ¿eh?... ¿cómo?... Uy, no, perdón, que me he equivocado, que me dicen que la peli de momento sólo ha sido seleccionada por la academia de cine español para ver si la americana la selecciona como nominada... Pero bueno, es igual, estoy convencido de que no sólo la nominarán sino que el oscar se lo lleva desde ya de calle, pues bien sabido es que lo que realmente les gusta a los americanos de las cintas extranjeras son esas historias tan originales de este género que ellos en su industria rara vez cultivan y que no es otro sino el de terror, aunque esta vez (y sin que sirva de precedente) piensan ya en hacer su propio "remake".... ¿Estará a la altura de la original? Sin duda, será un gran reto...
En fin, que es imposible resistirse a ver esta terrorífica película de "miedo psicológico", pues cuenta con todos los elementos necesarios para enganchar al espectador: casita siniestra, niño rarito, escenas de la acongojada y sudorosa protagonista paseando por oscuros pasillos en camiseta de tirantes y marcando tetas... amén de un final totalmente inesperado y nunca antes visto. ¿Qué más se puede pedir? YOU ASKED FOR IT!
"Los espectadores no quieren ver algo inteligente e inesperado. Lo inteligente les hace sentirse estúpidos y lo inesperado hace que sientan miedo. La audiencia no quiere ver algo que sea original. Quiere ver lo mismo que ya ha visto tropecientas veces."
-Philip J. Fry, Futurama.-
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