Naranja mecánica
1971 

8.2
170,637
Drama. Ciencia ficción
Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de ... [+]
19 de marzo de 2013
19 de marzo de 2013
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La naranja mecánica se ha convertido por méritos propios en un Must see de manual. Película controvertida donde las haya, una de las obras más fascinantes de Kubrick que llama a las puertas del cielo de las obras maestras (sí, existe).
De hecho, todo empezó con Terry Southern, el guionista de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. Fue él quien recomendó la obra a Kubrirck y este le hincó el diente durante el rodaje. Pese a que en un primer momento Kubrick pidió apoyo económico a la MGM, fue la Warner, la productora que puso el dinero final para el proyecto. La obra ya se veía venir que traería polémica, con lo que el anuncio de la Warner a los medios de que se iba a llevar a cabo la película fue discreto.
Y es que antes incluso de que los críticos y el público viera la película, el debate en torno a la violencia en el cine ya había empezado. Suele suceder cuando desgraciadamente vemos anunciadas aquellas masacres en Estados Unidos, a las que funestamente ya estamos acostumbrados, en las que se suele apuntar a otros culpables en vez de atacar la raíz principal del problema. Con la Naranja mecánica sucedió exactamente igual. Poco antes ya se había estrenado una película igual de polémica (y perfecta) como lo era Perros de Paja, del director Sam Peckinpah. La política entro en el juego y se discutió larga y tendidamente sobre lo que se podía o debía enseñar un medio tan influyente como el cine. Sólo faltaron chispas para que el incendio estallará y así sucedió, cuando diversos descerebrados parecieron imitar los actos salvajes que Alex y su compañía cometían en la película. El debate fue acalorándose y se llegó a los juzgados. En Inglaterra, como en otros países la película fue prohibida durante más de veinte años.
Lo más lamentable de todo es que uno de los muchachos que había cometido ese acto atroz fue interrogado por la supuesta influencia que la película había ejercido en sus actos. Él había reconocido que había leído el libro pero no había visto la película. Se imaginan que se propusiera prohibir la literatura? Algunos lo han intentado (y conseguido), no lo debemos olvidar nunca. Nos guste o no la obra, nunca podemos ponerles límites al arte, pues estaremos limitando nuestra propia libertad expresiva.
Conociendo a Kubrick parece que la publicidad negativa no le parecía importar, pues el boca a boca iba haciendo su efecto y más vale que hablen, aunque sea para mal, como dice el dicho. A la productora también le pareció bien esta publicidad, pues pensaban que la película iba a ser un desastre de todas maneras, así que intentaba buscar la controversia para ver si alguien picaba y conseguir publicidad gratuita. La mayoría de acusaciones se centraron en el pobre Anthony Burgess, el creador de la novela. Fue increpado duramente por gente que lo consideraba un partidario de la violencia. Otra vez el mundo cometió un error. Se acuerdan de aquel escritor al que violan a su mujer? Pues no deja de ser un reflejo del escritor, cuando su mujer fue violada en tiempos de la segunda guerra mundial, perdiendo además el hijo que esperaban. Pensar que él fuera capaz de reírse de una situación así, teniendo en cuenta este hecho, es cuando menos aberrante.
Kubrick vio “if…”, la película inglesa y decidió que era el actor perfecto para el papel (pese a que en la novela Álex era mucho más joven). Por cierto en las dos películas el personaje de Álex tiene unas semejanzas bastante interesantes.
Por otra parte, el rodaje fue complicado para Malcom McDowell que sufrió varios accidentes del rodaje. Durante el rodaje con el experimento Ludovico llegó a perder la visión durante unos días. Kubrick llegó a colocarle la boa que aparece en la película por sopresa, causando pánico en el actor.
Efectivamente Kubrick pensaba que en el futuro nos encontraríamos con situaciones muy parecidas a las que presenta la película. Un mundo en el que la violencia juvenil y el erotismo se convertirían en pilares básicos de la sociedad. Evidentemente la estética de la película está en consecuencia con esta visión futurista o distópica que busca la película. Es uno de los elementos que puede hacer rechazar al espectador de primeras al encontrarse con un mundo tan alejado de sus gustos estéticos. Aún así Kubrick acertó. Sólo hace falta ver la decoración de la casa de “la loca de los gatos”. Para esta estética el director buscaba un acercamiento al estilo artístico que ya por aquellos años dominaba en las altas esferas, el pop art. También hay que señalar que para Kubrick (y eso la película lo sabe reflejar perfectamente) el Pop-art era un arte que había intentado vanamente cortar con la tradición y que se había quedado carente de significado. La película entera es un ataque contra el vacío artístico del siglo XX.
El bien y el mal y sus posibilidades también son representados en la película. Las posibilidades que tiene cada uno para escoger la senda que marcará su vida. La educación como herramienta civilizadora pero a la vez como es utilizada por el sistema para domar a sus ciudadanos. Como no hay punto medio entre la barbarie (el primer Álex) y el establishment que trata a sus ciudadanos como un simple engranaje sin sentimientos se traduce todo en una sociedad insostenible.
La violencia no se presenta de una manera desagradable (como Peckinpah, que también se aleja de los dogmatismos que habían imperado en el cine). Es por este motivo que muchos críticos vieron la película como una defensora del caos y el desorden público. Y es que la violencia es el eje de la película. Todo se mueve por ella, no sólo la utiliza Alex sino el sistema como medio de represión. No es casualidad que los antiguos compañeros de Álex se unan después a la policía. Es una gran demostración que el sistema y la violencia son inherentes y se necesitan entre sí.
http://neokunst.wordpress.com/2013/03/19/ciclo-kubrick-la-naranja-mecanica/
De hecho, todo empezó con Terry Southern, el guionista de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. Fue él quien recomendó la obra a Kubrirck y este le hincó el diente durante el rodaje. Pese a que en un primer momento Kubrick pidió apoyo económico a la MGM, fue la Warner, la productora que puso el dinero final para el proyecto. La obra ya se veía venir que traería polémica, con lo que el anuncio de la Warner a los medios de que se iba a llevar a cabo la película fue discreto.
Y es que antes incluso de que los críticos y el público viera la película, el debate en torno a la violencia en el cine ya había empezado. Suele suceder cuando desgraciadamente vemos anunciadas aquellas masacres en Estados Unidos, a las que funestamente ya estamos acostumbrados, en las que se suele apuntar a otros culpables en vez de atacar la raíz principal del problema. Con la Naranja mecánica sucedió exactamente igual. Poco antes ya se había estrenado una película igual de polémica (y perfecta) como lo era Perros de Paja, del director Sam Peckinpah. La política entro en el juego y se discutió larga y tendidamente sobre lo que se podía o debía enseñar un medio tan influyente como el cine. Sólo faltaron chispas para que el incendio estallará y así sucedió, cuando diversos descerebrados parecieron imitar los actos salvajes que Alex y su compañía cometían en la película. El debate fue acalorándose y se llegó a los juzgados. En Inglaterra, como en otros países la película fue prohibida durante más de veinte años.
Lo más lamentable de todo es que uno de los muchachos que había cometido ese acto atroz fue interrogado por la supuesta influencia que la película había ejercido en sus actos. Él había reconocido que había leído el libro pero no había visto la película. Se imaginan que se propusiera prohibir la literatura? Algunos lo han intentado (y conseguido), no lo debemos olvidar nunca. Nos guste o no la obra, nunca podemos ponerles límites al arte, pues estaremos limitando nuestra propia libertad expresiva.
Conociendo a Kubrick parece que la publicidad negativa no le parecía importar, pues el boca a boca iba haciendo su efecto y más vale que hablen, aunque sea para mal, como dice el dicho. A la productora también le pareció bien esta publicidad, pues pensaban que la película iba a ser un desastre de todas maneras, así que intentaba buscar la controversia para ver si alguien picaba y conseguir publicidad gratuita. La mayoría de acusaciones se centraron en el pobre Anthony Burgess, el creador de la novela. Fue increpado duramente por gente que lo consideraba un partidario de la violencia. Otra vez el mundo cometió un error. Se acuerdan de aquel escritor al que violan a su mujer? Pues no deja de ser un reflejo del escritor, cuando su mujer fue violada en tiempos de la segunda guerra mundial, perdiendo además el hijo que esperaban. Pensar que él fuera capaz de reírse de una situación así, teniendo en cuenta este hecho, es cuando menos aberrante.
Kubrick vio “if…”, la película inglesa y decidió que era el actor perfecto para el papel (pese a que en la novela Álex era mucho más joven). Por cierto en las dos películas el personaje de Álex tiene unas semejanzas bastante interesantes.
Por otra parte, el rodaje fue complicado para Malcom McDowell que sufrió varios accidentes del rodaje. Durante el rodaje con el experimento Ludovico llegó a perder la visión durante unos días. Kubrick llegó a colocarle la boa que aparece en la película por sopresa, causando pánico en el actor.
Efectivamente Kubrick pensaba que en el futuro nos encontraríamos con situaciones muy parecidas a las que presenta la película. Un mundo en el que la violencia juvenil y el erotismo se convertirían en pilares básicos de la sociedad. Evidentemente la estética de la película está en consecuencia con esta visión futurista o distópica que busca la película. Es uno de los elementos que puede hacer rechazar al espectador de primeras al encontrarse con un mundo tan alejado de sus gustos estéticos. Aún así Kubrick acertó. Sólo hace falta ver la decoración de la casa de “la loca de los gatos”. Para esta estética el director buscaba un acercamiento al estilo artístico que ya por aquellos años dominaba en las altas esferas, el pop art. También hay que señalar que para Kubrick (y eso la película lo sabe reflejar perfectamente) el Pop-art era un arte que había intentado vanamente cortar con la tradición y que se había quedado carente de significado. La película entera es un ataque contra el vacío artístico del siglo XX.
El bien y el mal y sus posibilidades también son representados en la película. Las posibilidades que tiene cada uno para escoger la senda que marcará su vida. La educación como herramienta civilizadora pero a la vez como es utilizada por el sistema para domar a sus ciudadanos. Como no hay punto medio entre la barbarie (el primer Álex) y el establishment que trata a sus ciudadanos como un simple engranaje sin sentimientos se traduce todo en una sociedad insostenible.
La violencia no se presenta de una manera desagradable (como Peckinpah, que también se aleja de los dogmatismos que habían imperado en el cine). Es por este motivo que muchos críticos vieron la película como una defensora del caos y el desorden público. Y es que la violencia es el eje de la película. Todo se mueve por ella, no sólo la utiliza Alex sino el sistema como medio de represión. No es casualidad que los antiguos compañeros de Álex se unan después a la policía. Es una gran demostración que el sistema y la violencia son inherentes y se necesitan entre sí.
http://neokunst.wordpress.com/2013/03/19/ciclo-kubrick-la-naranja-mecanica/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El divino, divino Ludwig Van Beethoven. Venerado y aclamado por Álex. Ya en una de las pocas que el director dio en vida dijo que los actos morales y la cultura no tenían porque ser algo estrechamente ligado. El ponía el ejemplo de algunos grandes miembros del partido nazi que pese a su inteligencia no tenían reparos en cometer actos inmorales. Álex encarna este pensamiento. No es un idiota cualquiera, sabe adaptarse a las situaciones y camelarse al que quiera (por ejemplo al cura).
La voz en off sirve para que el personaje principal de su visión personal de lo que las imágenes nos muestran. Es curioso como es capaz de jugar Kubrick con nuestros sentimientos porque en la primera parte de la película el espectador (normal) se pone en contra de Álex pero a medida que se invierten los papeles, el personaje puede suscitar lástima entre nosotros. Kubrick apuesta por la identificación psicológica de Álex con nosotros. Aún a sabiendas que los actos que acomete carecen de moral alguna. Pero amigos, la obra de arte tiene una dimensión propia y es capaz de crear un universo propio. Además la música es también un elemento del que se aprovecha el director para explotar este recurso.
Evidentemente Kubrick no quiso adaptar la segunda versión final de la película, en la que Burgess había añadido un episodio final impostado (por la editorial, que buscaba una vía comercial para el libro) en el que Álex se redime de sus actos en apenas cuatro diálogos. No habría sido un digno final para nuestro protagonista.
En cuanto a la gala de los premios Oscars, poco que decir. No tenían el suficiente valor para darle el premio a la película y optaron por otra digna (aunque ni en sueños se acerca al nivel artístico) película como “French Connection” del director del “Excorcista” William Friedkin,
La voz en off sirve para que el personaje principal de su visión personal de lo que las imágenes nos muestran. Es curioso como es capaz de jugar Kubrick con nuestros sentimientos porque en la primera parte de la película el espectador (normal) se pone en contra de Álex pero a medida que se invierten los papeles, el personaje puede suscitar lástima entre nosotros. Kubrick apuesta por la identificación psicológica de Álex con nosotros. Aún a sabiendas que los actos que acomete carecen de moral alguna. Pero amigos, la obra de arte tiene una dimensión propia y es capaz de crear un universo propio. Además la música es también un elemento del que se aprovecha el director para explotar este recurso.
Evidentemente Kubrick no quiso adaptar la segunda versión final de la película, en la que Burgess había añadido un episodio final impostado (por la editorial, que buscaba una vía comercial para el libro) en el que Álex se redime de sus actos en apenas cuatro diálogos. No habría sido un digno final para nuestro protagonista.
En cuanto a la gala de los premios Oscars, poco que decir. No tenían el suficiente valor para darle el premio a la película y optaron por otra digna (aunque ni en sueños se acerca al nivel artístico) película como “French Connection” del director del “Excorcista” William Friedkin,
25 de agosto de 2005
25 de agosto de 2005
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica, audaz, elegante, extraña y sobretodo sociológicamente muy rica. Desvela los entresijos de una banda de jóvenes violentos y los mecanismos que les mueven a rebelarse contra la sociedad con un odio inusitado. Para cinéfilos de paladar fino y neurona hiperactiva.
24 de octubre de 2005
24 de octubre de 2005
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unas cuantas imágenes impactantes y desagradables que dejarán perplejo a mas de uno.
Indiscutible muestra de violencia y degradación del género humano, en una de las más míticas y espectaculares obras de Kubrick, que nos trae una crítica a la razón del hombre y el libre albedrío que estos poseen. El guión es excepcional bien realizado y que no permite aburrimiento, es más uno tiene un cierto agrado por Alex, aunque cometa todos esas atrocidades. Destaco momentos del film, aunque hay muchos destacables desde lo visual y la violencia, como en el que Alex dice “cómo pueden hacerle eso a Beethoven, él sólo compuso música” mientras le pasaban una película violenta del genocidio y los campos de concentración, tal vez una parodia, de Kubrick, de su propia película.
Una excelente actuación de nuestro personaje principal lleno de maldad y una excelente banda sonora de nuestro amigo Ludwig van Beethoven, hacen de este film una gran joya, una obra de arte. Nota 9,5 de 10.
Indiscutible muestra de violencia y degradación del género humano, en una de las más míticas y espectaculares obras de Kubrick, que nos trae una crítica a la razón del hombre y el libre albedrío que estos poseen. El guión es excepcional bien realizado y que no permite aburrimiento, es más uno tiene un cierto agrado por Alex, aunque cometa todos esas atrocidades. Destaco momentos del film, aunque hay muchos destacables desde lo visual y la violencia, como en el que Alex dice “cómo pueden hacerle eso a Beethoven, él sólo compuso música” mientras le pasaban una película violenta del genocidio y los campos de concentración, tal vez una parodia, de Kubrick, de su propia película.
Una excelente actuación de nuestro personaje principal lleno de maldad y una excelente banda sonora de nuestro amigo Ludwig van Beethoven, hacen de este film una gran joya, una obra de arte. Nota 9,5 de 10.
3 de septiembre de 2006
3 de septiembre de 2006
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si alguna vez me preguntan sobre una película perfecta, una insuperable, que esté bien interpretada, es muy realista, y que está entre las mejores del cine, les hablare de está. Insuperable. Kubrick es un genio que no tiene comparación.
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