Oliver Stone vuelve a su esencia, con todo lo bueno y lo malo que esa frase conlleva. Cogiendo el material de un bestseller escrito por Don Winslow, el cineasta nos lleva a una improbable y rocambolesca historia que juntará el destino de un triunvirato de amor libre con una temible facción del cartel mexicano. Misteriosamente, este sueño psicodélico, violento y con sexo latente, tiene momentos muy logrados.

Sobresale la presencia de Salma Hayek y Benicio del Toro, quizás los dos intérpretes más hábiles de todo este entramado, capaces de darle fuerza a oscura y sus personajes. También se permiten guiños socarrones de humor negro divertidos, como el sonido de música de fondo del inolvidable "Chavo del 8" en algunos de los compases más terribles de la trama.

Sin embargo, a Stone y su equipo se las va a ir la cabeza y mucho. Con una premisa atractiva (como estos mafiosos mexicanos enseñan, involuntariamente, a estos tres posmodernos cómo se consigue que tu enemigo haga lo que quieres), creo que en sus mejores tiempos, el director de "Alejandro Magno" habría podido hacer algo mucho más deslumbrante.

Lo que nos queda es un absorbente anuncio, una imagen de póster, buenas noticias como traer de vuelta a John Travolta pero... Poco más, la estampa es tan imponente como decepcionante el resultado final.

Sus rocambolescos giros tampoco permiten cogerle más cariño en el proceso.

Qué bueno eres Oliver Stone.
La película fluye como una seda. Pasa con las buenas, las demás se arrastran.
Benicio del Toro les da por el saco a todos los yanquis (y también no yanquis) en la historia, e interpretativamente no hablemos; pasa por encima de los jovenzuelos sin despeinarse y a Travolta le da una paliza soberana. Salma Hayek hace lo propio en el reparto femenino.
Terminan en un paraíso tropical los tres yanquicitos felices comiendo perdices, ¿por cuanto tiempo? El que pase hasta que los chicos se enteren de que Benicio se benefició a Ofelia.

¡Que bueno! ¡Que grata película! No tenía ni idea de lo que me disponía a ver y la sorpresa ha sido más que satisfactoria. Argumento elaborado, acción a raudales (y de calidad), unos personajes que te enganchan desde el principio, y muy bien rodada (eso sí, muy cool y comercial). Quizá el final sea algo forzado y confuso, pero aun así sigue pareciéndome una buena opción palomitera. ALTAMENTE RECOMENDABLE

Leyendo las críticas oficiales extractadas en FilmAffinity, uno piensa que en "Salvajes" va a encontrar algo parecido a "Asesinos natos". Y no. Nada más lejos.

Para empezar, en un sentido narrativo y de montaje "Salvajes" es absolutamente normal. Es decir, que no tiene nada de "desquiciada" ni mucho menos de "alucinatoria". Es una película lineal, con su principio, su nudo y su desenlace, sin más violencia -salvo una escena bastante cruda pero necesaria- que cualquier otra del género.

En cuanto a la historia en sí, y desde mi punto de vista, estamos ante una de las mejores, más sensibles, más humanas y a la vez más trepidantes cintas de acción en el mundo de la droga. El trío protagonista supone una mezcla de caracteres cinematográficamente perfecta. Salma Hayek y Benicio del Toro, enormes como siempre en sus papeles de mala y malísimo. Y, por si faltaba algo, un correcto John Travolta encarna aquí a un personaje monumental que nos recuerda que, gracias a gente como Oliver Stone y Paul Greengrass, el cine de acción puede existir más allá de las machadas fascistoides y descerebradas de Silvester Stallone y Bruce Willis.

Así que, lo dicho: olvídese de las críticas oficiales, porque lo único que pretenden es que usted que no se vuelva tan salvaje como sus tres protagonistas. Pero es que los salvajes como ellos hacen falta...