Revenant: El renacido
2015 

7.2
73,907
Aventuras. Western
Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
27 de marzo de 2016
27 de marzo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que la actuación de DiCaprio merece el Óscar recibido, la película prometía más de lo que acabó dando. Con una fotografía fabulosa pero un guión demasiado simplón, acabas cansándote de ver en todo momento al mismo actor en pantalla. Esperaba mucho más dado el bombo que se le había dado.
10 de abril de 2016
10 de abril de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guión copiado, modifica sustancialmente lo que dice hechos reales. Permanecer en un río helado, notablemente herido, más de 5 minutos no se lo cree ni .... Los hechos, "reales" ((¡¿!?) no consideran la venganza, si en esta película. Don Leonardo recibe un premio por arrastrarse perfectamente durante el 90% del tiempo de proyeccion del renacido, para retornar como un aparecido.
Buena foto, con paisajes muy fríos.
Te tiene que gustar porque el director es difícil,??????????
Una película insoportable
Buena foto, con paisajes muy fríos.
Te tiene que gustar porque el director es difícil,??????????
Una película insoportable
19 de abril de 2016
19 de abril de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no acabo de saber si estoy enamorado de Iñárritu o de Lubezki. Creo que más del segundo que del primero. En cualquier caso, tras caer rendido a sus pies por Birdman tenía ciertos temores con esta The Revenant. Además, su marco es de los que me suele aburrir, y seré sincero, es una película que probablemente hubiera esquivado si no hubiera tenido la repercusión que ha tenido. Para mí claramente lo mejor de 2015.
The Revenant es una película dura, pero que se aleja del sufrimiento gratuito. Un sufrimiento que alimenta un sentimiento de venganza durante toda la película y que tiene una resolución acertada -simplemente acertada, podría haber sido un poco mejor-. Es como si Iñárritu se hubiera pasado un tiempo viendo alguna que otra película coreana de descenso a los infiernos y resurgir en forma de venganza a cualquier precio. No, The Revenant no es mejor que Oldboy como historia de venganza, pero su apartado técnico es tan sumamente prodigioso que eleva la categoría de cine a otras esferas.
Porque ver The Revenant me ha producido la sensación de estar viendo una película hecha en 2030. Como cuando ves un episodio de Farmacia de Guardia y luego ves un capítulo de cualquier serie contemporánea. El salto entre esta película y cualquier película -y no hablo de películas amateur, hablo de superproducciones- es tan grande que uno se pregunta si merece la pena seguir viendo cine. Para colmo, todo se logra con una fotografía realista, sin grandes trucos ni artificios más allá de los amaneceres y atardeceres que te da la madre naturaleza.
Además de la fotografía de Lubezki, hay que destacar el ritmo narrativo. Para mí idóneo. De verdad que no alcanzo a entender todos aquellos que hablan de miradas vacías, de minutos de relleno y de mil cosas más porque en The Revenant me pareció que ocurrían tantísimas cosas que hasta se me hizo corta. Esperaba momentos de tedio por su duración y por sus críticas recibidas, pero no fue así. La realidad, una película tan intensa como bonita es de ver.
DiCaprio está muy bien, aunque coincido en que quizá no sea su mejor película por todas las consecuencias que derivan de una actuación méramente física. Se encarga también Iñárritu de que esté bien, no nos engañemos, con una cámara que se encarga de acompañarle en todo momento con giros de 360 grados usándole a él de trípode. No era plan desaprovechar los increíbles parajes del rodaje, y aunque quizá pueda ser algo ventajista hace bien.
En definitiva, me ha gustado incluso más que Birdman. Menos pretenciosa que ésta, y yo que me alegro. The Revenant es una película que emocionalmente no aporta nada que no pudieras sentir con otra, pero tiene todas las cantidades de épica, cinematografía y mil artes más que le puedo pedir a una película como ésta.
The Revenant es una película dura, pero que se aleja del sufrimiento gratuito. Un sufrimiento que alimenta un sentimiento de venganza durante toda la película y que tiene una resolución acertada -simplemente acertada, podría haber sido un poco mejor-. Es como si Iñárritu se hubiera pasado un tiempo viendo alguna que otra película coreana de descenso a los infiernos y resurgir en forma de venganza a cualquier precio. No, The Revenant no es mejor que Oldboy como historia de venganza, pero su apartado técnico es tan sumamente prodigioso que eleva la categoría de cine a otras esferas.
Porque ver The Revenant me ha producido la sensación de estar viendo una película hecha en 2030. Como cuando ves un episodio de Farmacia de Guardia y luego ves un capítulo de cualquier serie contemporánea. El salto entre esta película y cualquier película -y no hablo de películas amateur, hablo de superproducciones- es tan grande que uno se pregunta si merece la pena seguir viendo cine. Para colmo, todo se logra con una fotografía realista, sin grandes trucos ni artificios más allá de los amaneceres y atardeceres que te da la madre naturaleza.
Además de la fotografía de Lubezki, hay que destacar el ritmo narrativo. Para mí idóneo. De verdad que no alcanzo a entender todos aquellos que hablan de miradas vacías, de minutos de relleno y de mil cosas más porque en The Revenant me pareció que ocurrían tantísimas cosas que hasta se me hizo corta. Esperaba momentos de tedio por su duración y por sus críticas recibidas, pero no fue así. La realidad, una película tan intensa como bonita es de ver.
DiCaprio está muy bien, aunque coincido en que quizá no sea su mejor película por todas las consecuencias que derivan de una actuación méramente física. Se encarga también Iñárritu de que esté bien, no nos engañemos, con una cámara que se encarga de acompañarle en todo momento con giros de 360 grados usándole a él de trípode. No era plan desaprovechar los increíbles parajes del rodaje, y aunque quizá pueda ser algo ventajista hace bien.
En definitiva, me ha gustado incluso más que Birdman. Menos pretenciosa que ésta, y yo que me alegro. The Revenant es una película que emocionalmente no aporta nada que no pudieras sentir con otra, pero tiene todas las cantidades de épica, cinematografía y mil artes más que le puedo pedir a una película como ésta.
7 de agosto de 2016
7 de agosto de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo le falta y algo le sobra para quedarse a las puertas de ser una obra maestra. Para todos aquellos que la critican con dureza, ya quisiéramos que tan solo un diez por ciento del cine de grandes presupuestos como este estuviese a su altura. Iñárritu ya estaba y aquí lo confirma en el Olympo de los grandes directores, Oscars incluidos, de la historia del cine y como todos ellos con su propia personalidad y sus propios defectos como tiene que ser.
Puede que sea cierto que le falte mayor desarrollo psicológico de los personajes, pero esos tramperos de principios del XIX en simbiosis con un entorno natural inmenso y desbordante, bello, mágico y amenazador vivían más de sus instintos animales primarios que de otras consideraciones "más modernas". Sus ensoñaciones y pensamientos entreverados de nuevas y antiguas religiones hacen que las escenas oníricas a veces no muy bien encajadas en el ritmo no sean tan descabelladas como parecen.
Hardy está a la misma altura que un excelso Di Caprio. Dos actuaciones de gran calado que requieren de métodos, más físico el de DiCaprio, diferentes en consonancia con las vicisitudes de cada uno de ellos.
El tandem Iñárritu / Lubezqui (director de fotografía) es impagable, sobre todo a la hora de conjugar sensibilidad artística con técnica. El resto del equipo de infografía y la música aparentemente inexistente de Nicolai y Sakamoto están a la altura de una naturaleza, auténtico Demiurgo de la cinta, que contempla omnipresente, quizás con tristeza y curiosidad a unas criaturas insignificantes preñadas de las semillas que acabarán arrasándolo.
El McGuffin de la venganza del clásico western mueve una historia de supervivencia real en la que se basa y en la que se ha modificado, como casi siempre, sin pudor la auténtica realidad de los hechos que le ocurrieron a Hugh Glass (1780-1833) un curtido trampero y explorador que nunca se casó ni tuvo hijos y que sobrevivió al ataque de un oso, paradojicamente gracias, a Fitzgerald y Bridges que posteriormente le abandonaron dándolo por muerto. Glass consiguió recorrer los 320 Km en circunstancias extremas que le separaban del fuerte Kiowa y encararse con aquellos que le abandonaron sin llegar a matarlos. Hass moriría diez años después en una refriega con los indios Arikara. Su historia fue popular, relatada en libros y posee un monumento cerca de donde le atacó la osa.
La película "El hombre de una tierra salvaje" (Richard C. Sarafian / 1971) protagonizada por Richard Harris ya había versionado la historia.
El metraje es excesivo, pero entiendo que es una opción artística donde la abundancia de planos secuencia que retrasan la cinta, marca de la casa, potencia la dureza del esfuerzo que un montaje más ágil, más cómodo para el espectador traicionaria la esencia de lo que se cuenta.
Iñárritu podría haber hecho otra película en la que empatizáramos más con el protagonista y fuera menos "fría", pero el artista, sea de la disciplina que fuere, si se lo puede permitir, no debe pensar en contentar al público
Puede que sea cierto que le falte mayor desarrollo psicológico de los personajes, pero esos tramperos de principios del XIX en simbiosis con un entorno natural inmenso y desbordante, bello, mágico y amenazador vivían más de sus instintos animales primarios que de otras consideraciones "más modernas". Sus ensoñaciones y pensamientos entreverados de nuevas y antiguas religiones hacen que las escenas oníricas a veces no muy bien encajadas en el ritmo no sean tan descabelladas como parecen.
Hardy está a la misma altura que un excelso Di Caprio. Dos actuaciones de gran calado que requieren de métodos, más físico el de DiCaprio, diferentes en consonancia con las vicisitudes de cada uno de ellos.
El tandem Iñárritu / Lubezqui (director de fotografía) es impagable, sobre todo a la hora de conjugar sensibilidad artística con técnica. El resto del equipo de infografía y la música aparentemente inexistente de Nicolai y Sakamoto están a la altura de una naturaleza, auténtico Demiurgo de la cinta, que contempla omnipresente, quizás con tristeza y curiosidad a unas criaturas insignificantes preñadas de las semillas que acabarán arrasándolo.
El McGuffin de la venganza del clásico western mueve una historia de supervivencia real en la que se basa y en la que se ha modificado, como casi siempre, sin pudor la auténtica realidad de los hechos que le ocurrieron a Hugh Glass (1780-1833) un curtido trampero y explorador que nunca se casó ni tuvo hijos y que sobrevivió al ataque de un oso, paradojicamente gracias, a Fitzgerald y Bridges que posteriormente le abandonaron dándolo por muerto. Glass consiguió recorrer los 320 Km en circunstancias extremas que le separaban del fuerte Kiowa y encararse con aquellos que le abandonaron sin llegar a matarlos. Hass moriría diez años después en una refriega con los indios Arikara. Su historia fue popular, relatada en libros y posee un monumento cerca de donde le atacó la osa.
La película "El hombre de una tierra salvaje" (Richard C. Sarafian / 1971) protagonizada por Richard Harris ya había versionado la historia.
El metraje es excesivo, pero entiendo que es una opción artística donde la abundancia de planos secuencia que retrasan la cinta, marca de la casa, potencia la dureza del esfuerzo que un montaje más ágil, más cómodo para el espectador traicionaria la esencia de lo que se cuenta.
Iñárritu podría haber hecho otra película en la que empatizáramos más con el protagonista y fuera menos "fría", pero el artista, sea de la disciplina que fuere, si se lo puede permitir, no debe pensar en contentar al público
8 de agosto de 2016
8 de agosto de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada generación tiene ciertas películas que han resultado un referente, para recordar. Quizás El Renacido no sea perfecta ni mucho menos, pero tiene ese aroma para coger una chincheta y ponerla como recomendación en ese cine de aventuras.
Más de dos horas bien utilizadas, y aunque la película va decayendo un poco y las escenas de gran calado se expriman en la primera media hora, la dirección de González Iñárritu es impecable, porque si bien es verdad que da la sensación en las que faltan momentos de más acción, también es cierto que es más una película de supervivencia (a modo de El Pianista por ejemplo).
Decir que muchos momentos del largometraje puede llevar al espectador a confusión, ya que nos da la sensación de que estamos visionando una película de Terrence Malick: una fotografía perfecta, muchas pausas para viajar al pasado, momentos espirituales, etc. Sin embargo no empalagan, están fantásticamente coordinados y armonizados durante toda la película ya que guarda un sentido con el personaje que en encarna Di Caprio.
Yo creo que es cine de verdad.
Más de dos horas bien utilizadas, y aunque la película va decayendo un poco y las escenas de gran calado se expriman en la primera media hora, la dirección de González Iñárritu es impecable, porque si bien es verdad que da la sensación en las que faltan momentos de más acción, también es cierto que es más una película de supervivencia (a modo de El Pianista por ejemplo).
Decir que muchos momentos del largometraje puede llevar al espectador a confusión, ya que nos da la sensación de que estamos visionando una película de Terrence Malick: una fotografía perfecta, muchas pausas para viajar al pasado, momentos espirituales, etc. Sin embargo no empalagan, están fantásticamente coordinados y armonizados durante toda la película ya que guarda un sentido con el personaje que en encarna Di Caprio.
Yo creo que es cine de verdad.
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