Luces de la ciudad
8.6
33,793
28 de febrero de 2011
28 de febrero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen películas, como Luces de la ciudad de Charles Chaplin, que son difíciles de comentar por la sencilla razón de que, en ellas, prácticamente todo está resuelto de forma genuina. Podemos catalogar como obra maestra a Luces de la ciudad sin tan siquiera sonrojarnos, porque estamos ante cine en mayúsculas, arte puro y duro.
El maestro del gag visual demuestra que conoce y maneja el lenguaje cinematográfico como nadie, y nos cuenta las cosas tal y como debe hacerlo un profesional, un cineasta de raza. Cada secuencia, cada escena, cada plano, cada fotograma lleva impreso el sello “Made in Chaplin”, que hace la película inconfundiblemente preciosa, bella y tierna como nada en el mundo.
Ya sólo la primera escena de la película, en la que se nos presenta el personaje, constituye de por sí toda una lección de estilo y saber hacer, y maravillándonos con el resto de la película es como acabamos por comprender por qué Charles Chaplin es toda una leyenda de la Historia del Cine. Él es el cine.
En Luces de la ciudad, Chaplin interpreta a un vagabundo que se enamora de una pobre vendedora de flores ciega (Virginia Cherrill), a quien tendrá que ayudar a pagar las letras de su piso para que no la desahucien.
Como no podía ser de otra forma en el genio, en medio de enternecedoras imágenes que nos tocan en lo más profundo de nuestros corazones, las críticas al cine sonoro se hacen patentes en graciosísimas escenas que aún a día de hoy permanecen imborrables en las páginas de la Historia del Cine.
Luces de la ciudad eriza el vello de los brazos, es una obra necesaria, una película que cuesta creer que haya sido hecha por un mortal.
El maestro del gag visual demuestra que conoce y maneja el lenguaje cinematográfico como nadie, y nos cuenta las cosas tal y como debe hacerlo un profesional, un cineasta de raza. Cada secuencia, cada escena, cada plano, cada fotograma lleva impreso el sello “Made in Chaplin”, que hace la película inconfundiblemente preciosa, bella y tierna como nada en el mundo.
Ya sólo la primera escena de la película, en la que se nos presenta el personaje, constituye de por sí toda una lección de estilo y saber hacer, y maravillándonos con el resto de la película es como acabamos por comprender por qué Charles Chaplin es toda una leyenda de la Historia del Cine. Él es el cine.
En Luces de la ciudad, Chaplin interpreta a un vagabundo que se enamora de una pobre vendedora de flores ciega (Virginia Cherrill), a quien tendrá que ayudar a pagar las letras de su piso para que no la desahucien.
Como no podía ser de otra forma en el genio, en medio de enternecedoras imágenes que nos tocan en lo más profundo de nuestros corazones, las críticas al cine sonoro se hacen patentes en graciosísimas escenas que aún a día de hoy permanecen imborrables en las páginas de la Historia del Cine.
Luces de la ciudad eriza el vello de los brazos, es una obra necesaria, una película que cuesta creer que haya sido hecha por un mortal.
3 de mayo de 2012
3 de mayo de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película demuestra que el lenguaje oral a veces es simplemente accesorio e ineficaz incluso. Hubiese podido realizarse en sonoro, imposible, una obra maestra así estaba destinada a hacerse en mudo. Me gusta el aire de lo español que por no sé qué gracia se cuela de rondón en la película: como la música de la violetera o Edgar Neville haciendo de policía, impresionante. El final, sobrecogedor.
23 de junio de 2012
23 de junio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, genial película, Chaplin muestra una vez más como es posible transmitir sin usar palabras con una historia maravillosa y con un final que aunque algo previsible es realmente bonito y enternecedor.
Lo bueno de esta película es que es a la vez comedia y drama y ademas tiene una historia de amor magnífica, amor sin condiciones el que muestra el vagabundo por la vendedora ambulante de la que se ha enamorado, la ignorancia de esta que debido a que es ciega y a los esfuerzos del vagabundo por ayudarla cree que este debe ser rico, también a destacar la amistad que va y viene a interés del ricachón y que depende de que vaya sobrio o no,jaja.
De verdad que la película es completísima, tiene muchos pequeños detalles que hacen que merezca y mucho la pena, las actuaciones de todos son fantásticas y tanto la música, como la fotografía y la ambientación son realmente destacables, en fin, que recomiendo esta película a todo el mundo.
Lo bueno de esta película es que es a la vez comedia y drama y ademas tiene una historia de amor magnífica, amor sin condiciones el que muestra el vagabundo por la vendedora ambulante de la que se ha enamorado, la ignorancia de esta que debido a que es ciega y a los esfuerzos del vagabundo por ayudarla cree que este debe ser rico, también a destacar la amistad que va y viene a interés del ricachón y que depende de que vaya sobrio o no,jaja.
De verdad que la película es completísima, tiene muchos pequeños detalles que hacen que merezca y mucho la pena, las actuaciones de todos son fantásticas y tanto la música, como la fotografía y la ambientación son realmente destacables, en fin, que recomiendo esta película a todo el mundo.
15 de septiembre de 2013
15 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Luces de ciudad" es la obra cumbre del pequeño genio Chaplin, un argumento totalmente surrealista y simple, sí, pero ya sabemos como son las aventuras de una de las mejores "cosas" que ha creado el séptimo arte. El surrealismo y la simpleza de un argumento pueden ser sinónimo de mediocridad en términos cinematográficos, pero eso no ocurre en "Luces de ciudad". Aquí esas dos palabras cobran vida y se transforman en un desfile de acontecimientos insólitos que conllevan a la grandeza y al más puro sentimiento de felicidad.
Jamás me había reído tantísimo con una película cómo con "Luces de ciudad". Pero no sólo he reído hasta que me han saltado las lágrimas de la alegría, también he llorado de la emoción. Que maravilloso es el cine, ¿verdad?.
El ritmo de esta magnífica comedia va "in crescendo", hasta que... llegó ese momento que quería que no llegara jamás, quería seguir derrochando alegría con el tierno vagabundo, pero llegó. El final.
El pequeño gran Charlie no cabía en su gozo, una mirada que transmitía todo lo bonito de este mundo y una sonrisa a la que no le hacía falta hablar. Que ternura... que belleza... que grande eres Charles...
Jamás me había reído tantísimo con una película cómo con "Luces de ciudad". Pero no sólo he reído hasta que me han saltado las lágrimas de la alegría, también he llorado de la emoción. Que maravilloso es el cine, ¿verdad?.
El ritmo de esta magnífica comedia va "in crescendo", hasta que... llegó ese momento que quería que no llegara jamás, quería seguir derrochando alegría con el tierno vagabundo, pero llegó. El final.
El pequeño gran Charlie no cabía en su gozo, una mirada que transmitía todo lo bonito de este mundo y una sonrisa a la que no le hacía falta hablar. Que ternura... que belleza... que grande eres Charles...
23 de septiembre de 2013
23 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectacular filme de Chaplin, que aunque teniendo 80 años de edad luces de la ciudad sigue siendo una película que no deja indiferente a su espectador y aun hoy en día es considerada como una de las mejores de todos los tiempos. Hace poco tiempo el AFI o American Film Institute elevaron a luces de la ciudad como la mejor comedia romántica de todos los tiempos, por delante de obras clásicas como Annie Hall,(Woody Allen, 1977) o Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953), y eso que esta película es muda.La prestigiosa Sight and soun la colocó en el número 50 de las 250 mejores películas de la historia. Chaplin hoy en día sigue siendo recordado como un genio del séptimo arte, mudo y sonoro (El gran dictador y candilejas son sonoras).
La película esta escrita, dirigida, producida y protagonizada por el mismo Chaplin, incluso se dio el lujo de componer la banda sonora que también esta combinada con la composición maestra "La Violetera" (José Padilla, 1914). La dirección de la película es mágica, abundan los planos cortos donde se enfoca de manera principal a Chaplin y/o algún actor secundario. Algo muy de Chaplin, que posiblemente sin que el lo supiera estaba creando una obra para la posteriedad. La dirección esta tapada con el magnifico argumento de la película. El argumento trata de una chica ciega que un día conoce a Chaplin y lo confunde con un hombre rico (hay que recordar que el personaje de Charlot siempre es un vagabundo, aunque con modales de la clase alta) y el se enamora de ella. A partir de aquí toda la película trata sobre las vueltas que le da el destino al pequeño vagabundo y a su "amiga" ciega. Durante toda la trama de la película se hace imposible parpadear, Chaplin sin el uso de palabras esta contando una de las historias mas bonitas de toda la historia del cine y también uno de los finales mas imponentes de la historia del cine. la interpretación de Chaplin es soberbia, sobre todo en las escenas claves de la película y en su soberbio final. durante su interpretación de la película hace acopio de sus mejores expresiones faciales y la actriz secundaria, Virginia Cherrill, que aunque su papel es mas bien hacer de ciega, lo que viene a ser hablar con la mirada perdida, no deja indiferente ya que esta brillante en los puntos clave de la película, sobre todo en el final. En todos estos aspectos la película tiene un sobresaliente.
Es de extrañar que una obra maestra como esta no tenga ningún Óscar. En 1931 la ganadora del Óscar a mejor película fue cimarrón (Wesley Ruggles, 1931 y también fue la primera película sonora en ganar un Óscar). Con el paso del tiempo cimarrón se a convertido en una obra clásica, pero para luces de la ciudad el tiempo la ha consagrado como una obra maestra y una película imprescindible para cualquier cinéfilo o incluso critico de cine o persona normal. Aunque la obra no cuente con ningún Óscar, ya de por sí tuvo un estreno muy mediático ya que Chaplin invitó al estreno de esa gran película al físico Albert Einstein, que al salir dejó estas impresionantes declaraciones que no pasaron desapercibidas: "alguien que estudie todas mis teorías con el paso del tiempo las podrá olvidar, alguien que vea esta película con el paso del tiempo no olvidará lo que hace sentir".
Parece todo muy bonito hablando sobre esta película ahora, en 2012, pero en 1931 Chaplin estaba muy inseguro sobre la acogida que recibiría la película por parte del publico y de la crítica. Chaplin haciendo una película muda en pleno apogeo del cine sonoro. Algunos lo catalogaron de “loco” pero Chaplin por aquel entonces estaba "en racha". En 1921 había hecho la que es considerada como su primera obra maestra, “The Kid” (El chico, 1921) y posteriormente sacó la mágica “The Gold Rush” (La quimera del oro, 1925) y “The Circus” (El circo, 1929, es su única película ganadora de un Óscar).
Película imprescindible, película hecha para los que quieren reír o quieren llorar, película hecha para no parpadear, película hecha para valorar lo que tenemos y a nuestros seres, película que... hay que ver DOS veces en la vida.
La película esta escrita, dirigida, producida y protagonizada por el mismo Chaplin, incluso se dio el lujo de componer la banda sonora que también esta combinada con la composición maestra "La Violetera" (José Padilla, 1914). La dirección de la película es mágica, abundan los planos cortos donde se enfoca de manera principal a Chaplin y/o algún actor secundario. Algo muy de Chaplin, que posiblemente sin que el lo supiera estaba creando una obra para la posteriedad. La dirección esta tapada con el magnifico argumento de la película. El argumento trata de una chica ciega que un día conoce a Chaplin y lo confunde con un hombre rico (hay que recordar que el personaje de Charlot siempre es un vagabundo, aunque con modales de la clase alta) y el se enamora de ella. A partir de aquí toda la película trata sobre las vueltas que le da el destino al pequeño vagabundo y a su "amiga" ciega. Durante toda la trama de la película se hace imposible parpadear, Chaplin sin el uso de palabras esta contando una de las historias mas bonitas de toda la historia del cine y también uno de los finales mas imponentes de la historia del cine. la interpretación de Chaplin es soberbia, sobre todo en las escenas claves de la película y en su soberbio final. durante su interpretación de la película hace acopio de sus mejores expresiones faciales y la actriz secundaria, Virginia Cherrill, que aunque su papel es mas bien hacer de ciega, lo que viene a ser hablar con la mirada perdida, no deja indiferente ya que esta brillante en los puntos clave de la película, sobre todo en el final. En todos estos aspectos la película tiene un sobresaliente.
Es de extrañar que una obra maestra como esta no tenga ningún Óscar. En 1931 la ganadora del Óscar a mejor película fue cimarrón (Wesley Ruggles, 1931 y también fue la primera película sonora en ganar un Óscar). Con el paso del tiempo cimarrón se a convertido en una obra clásica, pero para luces de la ciudad el tiempo la ha consagrado como una obra maestra y una película imprescindible para cualquier cinéfilo o incluso critico de cine o persona normal. Aunque la obra no cuente con ningún Óscar, ya de por sí tuvo un estreno muy mediático ya que Chaplin invitó al estreno de esa gran película al físico Albert Einstein, que al salir dejó estas impresionantes declaraciones que no pasaron desapercibidas: "alguien que estudie todas mis teorías con el paso del tiempo las podrá olvidar, alguien que vea esta película con el paso del tiempo no olvidará lo que hace sentir".
Parece todo muy bonito hablando sobre esta película ahora, en 2012, pero en 1931 Chaplin estaba muy inseguro sobre la acogida que recibiría la película por parte del publico y de la crítica. Chaplin haciendo una película muda en pleno apogeo del cine sonoro. Algunos lo catalogaron de “loco” pero Chaplin por aquel entonces estaba "en racha". En 1921 había hecho la que es considerada como su primera obra maestra, “The Kid” (El chico, 1921) y posteriormente sacó la mágica “The Gold Rush” (La quimera del oro, 1925) y “The Circus” (El circo, 1929, es su única película ganadora de un Óscar).
Película imprescindible, película hecha para los que quieren reír o quieren llorar, película hecha para no parpadear, película hecha para valorar lo que tenemos y a nuestros seres, película que... hay que ver DOS veces en la vida.
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