Es una película para ser vista con el corazón, donde se destaca el carisma, comedia, drama, romance y la genialidad de Charlie Chaplin transmitiéndonos tanto con tan pocos diálogos en donde lo visual prevalece sobre el sonido. Sin utilizar el cine sonoro, él prefiere sus pantomimas para que nos sensibilicemos hasta las lágrimas con ese pobre vagabundo lleno de buenas intenciones que hará lo imposible para que su amada pueda ver. Tal como he visto, es un cine que mueve risas y lágrimas por igual, que nos desequilibra sentimentalmente con una descripción que maneja de fondo conceptos tales como la desigualdad social y esa rígida barrera entre ricos y pobres mostrándonos una radiografía a modo de crítica de la sociedad de aquel entonces, como lo es el tema del verdadero amor y desinteresado que todo lo puede.
Asimismo con esa entrañable ternura y emotiva inocencia, Charlie Chaplin, nos conmueve con la sencillez de su narrativa, la cuál no debe ser analizada lógicamente, sino que debemos considerarla como una expresión muy efectiva de lo que es la diligencia en procurar el bien ajeno a un a costa del propio.

City Lights es una película que muestra un escenario donde la pobreza es el tema principal y donde se somete al protagonista un pobre vagabundo (Charles Chaplin), el cual da mucho de que hablar por su gran actuación que fue muy dinámica. Porque además de que me trajo sentimientos de alegría, también me produjo tristeza y lastimas. La parte que mas me gusto de la película, fue cuando el se hizo boxeador, en donde tenia que ganar el dinero para salvar a su amada de la calle.

En mi criterio una muy excelente película que ha sabido calar entre todos los gustos y que a mas de uno le ha quitado una sonrisa o un suspiro. Charles Chaplin demuestra con esta película que no importan tantos parlamentos, los seres humanos tenemos diversas formas de expresarnos y esta es una de ella, los gestos.
Charles es un excelente actor que demostró en esta película que no importa que limitaciones tena el amor, solo hay que luchar por alcanzarlo y no dejarlo ir. Hechos de la vida también nos hacen caer en cuenta de lo errores que cometemos, pero lo importante es levantarse y verle el lado positivo a todo y si nos hace bien reírnos un poco.

Particularmente me gusta esta película por la muestra de amor y de amistad incondicional.
La historia de amor resulta especialmente emotiva y describe a las clases desfavorecidas de la época. Al mismo tiempo, algunas subtramas son hilarantes; especialmente los encuentros del vagabundo con un millonario borracho, que le toma como su mejor amigo e incluso se lo lleva a pernoctar a su mansión, pero que cuando se le pasan los efectos del alcohol no se acuerda de él. Para guardar el delicado equilibrio entre risas y lágrimas, Chaplin tuvo que renunciar a siete minutos iniciales de comedia desatada absolutamente geniales, pero que dificultaban enormemente que después el público pudiera conmoverse.

Bella película donde las palabras no hacen falta, ya que con la expresión se deja todo claro. Luces de la ciudad es una gran película que logra la perfección en su habitual búsqueda de una combinación de drama sentimental con mordiente cómica. El amor callado y desinteresado, las barreras sociales y las desigualdades, la soledad y la marginalidad, sirven a Chaplin para crear un nuevo retrato del vagabundo, menos pícaro que otras veces, más digno de compasión, y muy, muy romántico. Con esta película Chaplin deja claro que sigue siendo el rey del cine mudo.