Luces de la ciudad
8.6
33,792
17 de septiembre de 2009
17 de septiembre de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En concreto, la primera definición de amor para la RAE no es sino "sentimiento intenso del ser humano, que partiendo de su propia insuficiencia, busca la unión con otro ser". Puede parecer una frase fría, y podríamos pensar que Chaplin ejemplifica más bien un amor platónico, pero yo diría que no.
El personaje de Chaplin, demuestra primero su insuficiencia, y desde ella busca remediarla con una amada. Y ¿cuál es la función de ésta? no es otra que olvidar lo torpe que es en su vida.
No hay nada nuevo, por tanto, en el mensaje de esta película, pero la forma de narrarlo es tan bella, que la convierte en una obra maravillosa.
Por otro lado, como todo lo que toca ese gran genio que es Charles Chaplin.
El personaje de Chaplin, demuestra primero su insuficiencia, y desde ella busca remediarla con una amada. Y ¿cuál es la función de ésta? no es otra que olvidar lo torpe que es en su vida.
No hay nada nuevo, por tanto, en el mensaje de esta película, pero la forma de narrarlo es tan bella, que la convierte en una obra maravillosa.
Por otro lado, como todo lo que toca ese gran genio que es Charles Chaplin.
12 de marzo de 2011
12 de marzo de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a repasar la trama, ya que existen muchísimas críticas describiendo el argumento del film, solo me limitaré a expresar o intentar expresar mi emoción después de disfrutar tan bella película. Más allá de los gags, que son en su mayoría muy graciosos me quedo con la agradable ternura que envuelve a la película desde el principio hasta el final. Una vez más Chaplin vuelve a tocar el tema de la pobreza, con una sutileza notable, y cuando ejerce una crítica a la desigualdad social no resulta ni demagogo ni chabacano, sino que por el contrario, apelaba al humor puro, sin agresión hacia nadie, sin insultos ni facilismos. Estoy conmovido realmente, y jamás pensé que un film mudo pudiera causarme esta sensación de alegría por un lado, por haber visto una obra tan adorable, tan enternecedora, y por el otro de cierta tristeza, por saber el que destino de mucha gente en el mundo ha sido y es el opuesto al de esta maravillosa florista, necesitada de amor, y quien dependía de su trabajo para pode vivir. Desgraciadamente la vida es más dura y no aparecen demasiados Charlots para salvar a las personas de un suicidio o a una mujer ciega y pobre de ser desalojada de su casa.
Por último, me ha parecido genial el detalle no pequeño del cambio de personalidad del millonario al pasar de su estado de embriaguez, donde solía ser bueno y desprendido, al estado de sobriedad, donde recuperaba su arrogancia y su desprecio por este personaje tan fantástico como fue el Charlot de Chaplin.
Por último, me ha parecido genial el detalle no pequeño del cambio de personalidad del millonario al pasar de su estado de embriaguez, donde solía ser bueno y desprendido, al estado de sobriedad, donde recuperaba su arrogancia y su desprecio por este personaje tan fantástico como fue el Charlot de Chaplin.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final es perfecto, sencillamente por un detalle que hoy escaparía a cualquier director de Hollywood y es que cuando la florista después de recuperar la vista y poder prosperar gracias al dinero conseguido por Charlot, el cuál pasa un tiempo en la cárcel por haber sido acusado de robo injustamente, reconoce a su antiguo enamorado, lo mira con ternura y él a ella, y no media ni un beso, ni una palabra de más; solo se miran, el vagabundo y la bella mujer y se extasían y comunican por sus ojos, ella de infinita gratitud y compasión y él de puro amor y felicidad.
3 de mayo de 2014
3 de mayo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emotiva película de Chaplin llena de humor, amor y amistad. Los tres sentimientos más bonitos del mundo explotados con habilidad durante todo su metraje. La película básicamente se divide en dos direcciones paralelas que son su relación con el millonario alcohólico, por un lado y con la joven ciega, por otro. Casi sin quererlo, el pequeño vagabundo se convierte en el mayor aliado de los dos.
Las escenas con la chica son hermosas, con unas expresiones de Charlot que lo dicen todo. La historia de un amor verdadero en la que hay sentimientos más poderosos que los sentidos físicos como la vista. En cuanto a las del millonario se refleja que su felicidad es cuando comparte un rato con su amigo y no cuando se emborracha. Una persona que tiene dinero a espuertas, pero que no es feliz. Sino sólo cuando se reencuentra con una persona que le ha salvado su vida.
En definitiva, una película para sonreír, llorar y emocionarse. Desde el principio hasta uno de los finales más conmovedores que se puedan recordar.
Las escenas con la chica son hermosas, con unas expresiones de Charlot que lo dicen todo. La historia de un amor verdadero en la que hay sentimientos más poderosos que los sentidos físicos como la vista. En cuanto a las del millonario se refleja que su felicidad es cuando comparte un rato con su amigo y no cuando se emborracha. Una persona que tiene dinero a espuertas, pero que no es feliz. Sino sólo cuando se reencuentra con una persona que le ha salvado su vida.
En definitiva, una película para sonreír, llorar y emocionarse. Desde el principio hasta uno de los finales más conmovedores que se puedan recordar.
15 de noviembre de 2020
15 de noviembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conciencia. Representada
La belleza, evocada.
El drama, vivido.
Estamos probablemente dentro del ciclo más icónico de Charles Chaplin, no tengo palabras suficientes para describir esta maravillosa película cargada de humanidad, de gracia, y sobre todo de una inocencia absolutamente cristalina, pura, sublimemente plasmada.
Es un orgullo haber visto la que es para mí, la mejor obra de Chaplin, o al menos una de las tres mejores. En el pódium está, eso seguro.
La belleza, evocada.
El drama, vivido.
Estamos probablemente dentro del ciclo más icónico de Charles Chaplin, no tengo palabras suficientes para describir esta maravillosa película cargada de humanidad, de gracia, y sobre todo de una inocencia absolutamente cristalina, pura, sublimemente plasmada.
Es un orgullo haber visto la que es para mí, la mejor obra de Chaplin, o al menos una de las tres mejores. En el pódium está, eso seguro.
4 de junio de 2008
4 de junio de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Chaplin tienen un poderosa, oculta y potente virtud: tienen capacidad para permanecer asombrando al espectador sin que el paso del tiempo altere en lo más mínimo la esencia de su mensaje. Y como si de la fuente de un manantial se tratase, volvemos a él con la seguridad de que nunca nos asaltará la decepción, ni el cansancio, ni el hartazgo. Todo lo contrario. Asisitir, en este caso a "Luces de la Ciudad", es un ejercicio que invita al sosiego y a la huida de un mundo moderno hundido en la falsedad y la miseria. Y aquí viene la sorpresa: Chaplin revoluciona y sigue cuestionando en pleno siglo XXI los cimientos sobre los que vivimos dejándonos la puerta abierta al cambio. Aún estamos a tiempo de conseguirlo.
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