Luces de la ciudad
8.6
33,792
28 de septiembre de 2010
28 de septiembre de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que el alcalde inaugura la escultura y aparece el vagabundo, desperezándose, hasta que el rostro de Chaplin se funde en negro en el último fotograma, la película muestra una sucesión de gags a cual más afortunado. Si esto ya es un logro, lo que eleva esta obra por encima de casi todas las demás es la capacidad del cómico británico para, sin decaer el tono ni un instante, componer una tragicomedia de ritmo impecable, con una banda sonora tan tierna como frenética, y algunos de los momentos más hilarantes y conmovedores de la inmensa obra charlotiana.
Y sin decir una palabra.
Genial.
Y sin decir una palabra.
Genial.
22 de noviembre de 2010
22 de noviembre de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una película que he visto como más de diez veces, y que me sigue gustando, sin importar el tiempo transcurrido, es ésta “Luces de la Ciudad”. La actuación de Chaplin es brillante y todo su genio está plasmado en cada escena. Y lo más meritorio es que así como te emociona te divierte apelando a la espontaneidad y sencillez. Chaplin logra conectar con todos los públicos y hace que nadie sea indiferente a su desgarbado y noble personaje, que al igual que Don Quijote, está lleno de un idealismo romántico a prueba de balas. Si hay algo que me ha llamado la atención, y que no capté las primeras veces, es la soledad y tristeza que “Charlot” lleva consigo mismo, y que a pesar de todas sus aventuras y avatares, es incapaz de disipar. Su avidez por la vida es indiscutible, ya que siempre está en movimiento y no se resigna a decretar la derrota ante una adversidad que le marca y persigue, al parecer, reflejo de una infancia infeliz. Chaplin, por otro lado, es un excelente sociólogo de su época y tiempo, y no se conformó con la fama del artista establecido en la cumbre, sino que arriesgó su prestigio asumiendo causas sociales vinculadas a los más desfavorecidos. Su apego por los “de abajo” es más que evidente y se hace presente a todo lo largo de su filmografía. En fin, ésta “Luces de la Ciudad” de 1931 es uno de los registros cinematográficos más perennes y artísticos desde que el cine inició su magia.
20 de abril de 2019
20 de abril de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta obra maestra Charlie Chaplin consigue adentrarse en lo más profundo de los espectadores, es capaz de jugar con sus sentimientos y hacerles simpatizar con el personaje Charlot, que representa la ingenuidad y la bondad humana. Con una duración de aproximadamente 80 minutos Chaplin es capaz de hacernos llorar y reír, al tiempo que describe una sociedad consumida por la codicia y la corrupción. Esta película viajará a través del tiempo sin nunca perder su esencia.
24 de septiembre de 2020
24 de septiembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película redonda. Chaplin tenía que demostrar que su decisión de no hacer hablar a Charlot, en un momento en que todo el mundo del cine se había vuelto loco por la introducción del sonido en las películas, era acertada. Un reto mayúsculo. Y da en el clavo. “Luces de la ciudad” divierte y emociona a partes iguales, en muchas ocasiones hace las dos cosas al mismo tiempo. El ritmo es frenético, propio aún del slapstick. Los gags son geniales, pero se integran en la trama como algo natural, nada forzado. A pesar de que los personajes no hablan, el uso de los intertítulos es muy limitado, apenas se incluyen algunos al principio de cada escena, para situar la acción y no cortarla innecesariamente. Eso sí, “Luces de ciudad” es una película sonora, con un uso milimétrico del sonido, como un recurso más de la narración: discurso inicial, música, himno nacional (divertidísima parodia), silbato, combate de boxeo, disparos… Chaplin evita que los personajes hablen, pero desarrolla el lenguaje cinematográfico con toda su riqueza. La película es muy sensorial (vista, sonido, tacto…), y el espectador lo percibe así, hasta la escena final. Además, Chaplin desarrolla un argumento que contiene un retrato social muy crudo que anticipa el rotundo mensaje de lucha de clases que desarrollará en “Tiempos modernos”. El gran comediante se había convertido en un cineasta con mayúsculas. En fin, “Luces de ciudad” es para mí una obra maestra que se hace más grande cada vez que la veo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El desenlace de la película es uno de mis finales favoritos. El personaje de la chica reconoce a Charlot al principio por el sonido (puerta del coche), y al final por el tacto. La interpretación de Chaplin en esta última escena es genial, su mirada lo dice todo, y nadie mejor que él puede hacer una expresión ambigua de reír y llorar a la vez. La aparente sencillez de los diálogos (“ahora ya puedo ver”) es toda una declaración de principios. El desenlace queda un tanto abierto, y ahí reside también su perfección. Aunque no haya beso, ni príncipe azul, sino sólo antihéroes y seres que luchan día a día por salir adelante, se trata de un happy end con mayúsculas. Una forma modernísima de hacer cine, aunque la película tenga ya 90 años…
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here