Mad MenSerie
2007 

Matthew Weiner (Creador), Phil Abraham ...
7.9
34,901
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2007-2015). 7 temporadas. 92 episodios. Aclamada serie dramática que narra los comienzos de una de las más prestigiosas agencias de publicidad de los años sesenta, y centrada en uno de los más misteriosos ejecutivos de la firma, Donald Draper, un hombre con un gran talento. "Mad Men" es la mirada a los hombres que dieron forma a las esperanzas y sueños diarios de los americanos de la época. En 1960 la publicidad era ... [+]
1 de diciembre de 2008
1 de diciembre de 2008
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie tiene varias cosas muy buenas: excelentes actores, excelentes guiones y excelente dirección artística. Pero hay algo que sobresale: su originalidad. Y no me refiero a que transcurra en los años 50, o a la temática general, sino al enfoque. Los personajes son muy complejos y desorienta (para bien, en mi caso) no poder etiquetarlos como en otras series en plan "este es el bueno y ésta la frígida".
11 de julio de 2013
11 de julio de 2013
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva York años sesenta, la gran ciudad. Desde el despacho de Donal Draper se domina –días, atardeceres, noches y madrugadas de trabajo han contemplado el transcurso del tiempo- la gran urbe, engendro policéfalo que nunca duerme pero siempre sueña, las ventanas innumerables que atesoran sucesivos infinitos. Al lado de los grandes ventanales de su oficina -botellas y vasos- el alcohol -colchón de los sentidos- pesadillas no siempre irreales –también hubo cabida para otras drogas- entrada a la gran cueva: el mundo de los sueños.
La seducción –sofisticada flor de la ética- relación del yo con los otros. Voluntad de poder. La publicidad, dominar la mente de las gentes -necesidades que ni siquiera sabían que tenían- corromperles. El monstruo, bello ante el espejo como Dorian Gray, necesita alimentarse de vida ajena: mujeres, flores de un día.
Soledad, fantasmas del pasado. En esta esquina del infierno, en esta casa de putas que fue tu infancia, apenas es posible el amor. No hay esperanza, ni noticias de redención, solo un eterno retorno insatisfecho. Sin saberlo, el águila salaz escarba desesperada con el pico, su propio corazón.
La seducción –sofisticada flor de la ética- relación del yo con los otros. Voluntad de poder. La publicidad, dominar la mente de las gentes -necesidades que ni siquiera sabían que tenían- corromperles. El monstruo, bello ante el espejo como Dorian Gray, necesita alimentarse de vida ajena: mujeres, flores de un día.
Soledad, fantasmas del pasado. En esta esquina del infierno, en esta casa de putas que fue tu infancia, apenas es posible el amor. No hay esperanza, ni noticias de redención, solo un eterno retorno insatisfecho. Sin saberlo, el águila salaz escarba desesperada con el pico, su propio corazón.
25 de junio de 2017
25 de junio de 2017
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda persona que quiera entender el machismo y el patriarcado que todavía hoy nos rodea, aunque sea en sus vestigios y con atroces esfuerzos de conservación, tomese un tiempo de su vida, unas horas a la semana y vea "Mad Men".
Una obra maestra sobre una sociedad que hoy en su inminente muerte, ante un cambio cultural trascendental, nos lastima y nos repugna.
En cada minuto de su duración hay una radiografía social sobre un mundo y sus actores, que afortunadamente, atraviesan en la actualidad, el crepúsculo de su existir.
Y después enseñela a sus hijos.
Así aprenden lo que no hay que hacer nunca mas.
Una obra maestra sobre una sociedad que hoy en su inminente muerte, ante un cambio cultural trascendental, nos lastima y nos repugna.
En cada minuto de su duración hay una radiografía social sobre un mundo y sus actores, que afortunadamente, atraviesan en la actualidad, el crepúsculo de su existir.
Y después enseñela a sus hijos.
Así aprenden lo que no hay que hacer nunca mas.
8 de junio de 2022
8 de junio de 2022
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso.
Un culebrón (telefilm, telenovela), apto para todos los públicos (especialmente para el público que se jacta de jamás haber sucumbido a su poder de seducción).
Y esa paradoja con mala leche justifica mi voto actual (8), porque tras los dos primeros capítulos (4), no lo entendí. Ahora lo entiendo y lo disfruto.
Los guionistas y todo el proyecto pusieron al alcance de cualquiera (en este caso de las 'élites' influyentes de la CULTURA), un culebrón de los de toda la vida envuelto en glamour, diseño de producción y humo.
Sobre todo eso, mucho humo...
Hace 15 años que deje de fumar, y solo con esta travesura de serie he sentido levemente aquellas ansias de 'echarme un piti'.
Un culebrón (telefilm, telenovela), apto para todos los públicos (especialmente para el público que se jacta de jamás haber sucumbido a su poder de seducción).
Y esa paradoja con mala leche justifica mi voto actual (8), porque tras los dos primeros capítulos (4), no lo entendí. Ahora lo entiendo y lo disfruto.
Los guionistas y todo el proyecto pusieron al alcance de cualquiera (en este caso de las 'élites' influyentes de la CULTURA), un culebrón de los de toda la vida envuelto en glamour, diseño de producción y humo.
Sobre todo eso, mucho humo...
Hace 15 años que deje de fumar, y solo con esta travesura de serie he sentido levemente aquellas ansias de 'echarme un piti'.
24 de mayo de 2021
24 de mayo de 2021
8 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecé a ver Mad Men a pesar de las críticas que había leído sobre el machismo imperante en la serie. A pesar o justo por eso. Normalmente ese tipo de críticas hace que me sienta atraída hacia el producto en cuestión, porque tengo visto y demostrado que con frecuencia suelen ser injustas, irreales y muy poco fiables. Y no me equivocaba.
Mad Men es una serie profundamente feminista, y además esto es tan evidente que sorprende que haya tanta gente pensando justo lo contrario. De los personajes masculinos no hay ni uno que merezca la pena ni como hombre ni como persona. Son todos unos cerdos, unos salidos, unos trápalas de cuidado, mentirosos, egoístas, desmesuradamente ambiciosos, alcohólicos la mayoría, con la sensibilidad en el culo... en fin, unos regalitos. Matthew Weiner da una impresión tan mala de sus congéneres que da la sensación de que los odia a muerte. En cambio ama a las mujeres sin lugar a dudas.
Los personajes femeninos tienen una riqueza emocional, una cantidad de matices que contrasta enormemente con la pobreza, simplicidad y primitivismo de sus compañeros hombres. Desde el primer momento se nota la simpatía que siente el creador hacia las mujeres. Pero es que además conforme va desarrollándose la serie, la evolución de los personajes femeninos es tan intensa que prácticamente devoran a los masculinos. Incluso el propio Don Draper, el puto amo, queda relegado por la fuerza de personajes tan potenntes como Joan o Peggy.
No cabe duda de que buena parte del éxito de Mad Men se debe al carisma de sus intérpretes. Desde el protagonista central, Jon Hamm (la viva reencarnación del inolvidable Cary Grant) hasta las ya referidas féminas que van comiéndole el terreno poco a poco. La rotundidad física de ese mujerón que es Christina Hendricks, que eso no es una mujer; es un volcán, es la madre Tierra, es una diosa. Y frente a ese poderío, la fina belleza de January Jones o la presencia siempre impecable de Elisabeth Moss, dando vida en esta ocasión a la empecinada Peggy, con su lucha denodada por hacerse un hueco profesional en ese mundo de hombres eternamente pegados a una copa.
Y bueno, lo que también enamora es el vestuario. Hay que morir por esos vestidos, esas maravillas de la moda de los 50 y los 60, esos peinados, esos zapatos. Esa Hendricks meneando su impresionante culo (que ríete tú de las Kardashian) y dejando embelesados a su paso a todos los mastuerzos del lugar. Esa elegancia natural de January Jones, tan Grace Kelly ella. Por favor, es que hay modelos que dan ganas de traspasar la pantalla para quitárselos y guardarlos en tu armario. Y luego los decorados taaaaaaaan de cine americano de los 50-60. Recuerdan tanto a clásicos como El apartamento, Irma la dulce, La tentación vive arriba...
En definitiva, la serie me estaba encantando, iba para sobresaliente seguro. Sin embargo la deriva que sigue en la última temporada, sobre todo los últimos 5 capítulos, es francamente decepcionante. Eso ha hecho que mi puntuación haya descendido notablemente. No entiendo qué les pasa a los guionistas en esa temporada, qué bajón, qué locura. Mejor paso a espoiler.
Mad Men es una serie profundamente feminista, y además esto es tan evidente que sorprende que haya tanta gente pensando justo lo contrario. De los personajes masculinos no hay ni uno que merezca la pena ni como hombre ni como persona. Son todos unos cerdos, unos salidos, unos trápalas de cuidado, mentirosos, egoístas, desmesuradamente ambiciosos, alcohólicos la mayoría, con la sensibilidad en el culo... en fin, unos regalitos. Matthew Weiner da una impresión tan mala de sus congéneres que da la sensación de que los odia a muerte. En cambio ama a las mujeres sin lugar a dudas.
Los personajes femeninos tienen una riqueza emocional, una cantidad de matices que contrasta enormemente con la pobreza, simplicidad y primitivismo de sus compañeros hombres. Desde el primer momento se nota la simpatía que siente el creador hacia las mujeres. Pero es que además conforme va desarrollándose la serie, la evolución de los personajes femeninos es tan intensa que prácticamente devoran a los masculinos. Incluso el propio Don Draper, el puto amo, queda relegado por la fuerza de personajes tan potenntes como Joan o Peggy.
No cabe duda de que buena parte del éxito de Mad Men se debe al carisma de sus intérpretes. Desde el protagonista central, Jon Hamm (la viva reencarnación del inolvidable Cary Grant) hasta las ya referidas féminas que van comiéndole el terreno poco a poco. La rotundidad física de ese mujerón que es Christina Hendricks, que eso no es una mujer; es un volcán, es la madre Tierra, es una diosa. Y frente a ese poderío, la fina belleza de January Jones o la presencia siempre impecable de Elisabeth Moss, dando vida en esta ocasión a la empecinada Peggy, con su lucha denodada por hacerse un hueco profesional en ese mundo de hombres eternamente pegados a una copa.
Y bueno, lo que también enamora es el vestuario. Hay que morir por esos vestidos, esas maravillas de la moda de los 50 y los 60, esos peinados, esos zapatos. Esa Hendricks meneando su impresionante culo (que ríete tú de las Kardashian) y dejando embelesados a su paso a todos los mastuerzos del lugar. Esa elegancia natural de January Jones, tan Grace Kelly ella. Por favor, es que hay modelos que dan ganas de traspasar la pantalla para quitárselos y guardarlos en tu armario. Y luego los decorados taaaaaaaan de cine americano de los 50-60. Recuerdan tanto a clásicos como El apartamento, Irma la dulce, La tentación vive arriba...
En definitiva, la serie me estaba encantando, iba para sobresaliente seguro. Sin embargo la deriva que sigue en la última temporada, sobre todo los últimos 5 capítulos, es francamente decepcionante. Eso ha hecho que mi puntuación haya descendido notablemente. No entiendo qué les pasa a los guionistas en esa temporada, qué bajón, qué locura. Mejor paso a espoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El último capítulo es para echarse a llorar. El final de Draper, el puto amo, es terminar en una secta flower power haciendo yoga? Que sólo le ha faltado raparse el pelo y hacerse Hare Krishna, por favor. No perdono que hayan convertido a ese pedazo de personaje en un mamarracho. Vale que la crisis existencial por la que pasa después de la absorción de la empresa tenía que terminar en un final catártico. La muerte habría sido una salida digna. Pero esa escena final sentado en un jardín con un montón de colgados con las yemas de los dedos pegaditas haciendo Ooooooooommmmmm... Nooooooo, por favoooooooor. Don Draper noooooooo. Lo siento, me han matado.
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