También la lluvia
2010 

7.1
28,441
Drama
Cochabamba, Bolivia. Año 2000. Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) se han propuesto hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos; a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al modesto presupuesto del que disponen; precisamente por eso elige Bolivia, ... [+]
13 de junio de 2023
13 de junio de 2023
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Y 7 años después de su mejor obra, Icíar Bollaín nos sorprende una vez más con un drama social que respira grandeza, desasosiego y pureza. No era fácil para Icíar hacer este tipo de relato en un contexto crítico hacia el mundo del cine haciendo 2 relatos al mismo tiempo -no habia experimentado esta manera de "cine dentro de cine" en su filmografía- pero ha logrado un buen resultado (con sus más y sus menos) continuar 2 relatos, manejar el tempo y conmovernos a través de su maravillosa visión.
Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) con un equipo de rodaje detrás se proponen hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Director y productor pretenden desmitificar al personaje pero disponen de un presupuesto muy bajo y eso les lleva a elegir Bolivia como ambientación (es uno de los países más baratos y con mayor población indígena de Hispanoamérica). Rodada en Cochabamba (un lugar con una ambientación única y un espacio característico) intentan dar rienda suelta para plasmar sus ideas en una película, pero esta ciudad está sometida a unas condiciones indignas; la privatización y venta del agua a una multinacional han sembrado entre la población un malestar tal que hará estallar la Guerra Boliviana del Agua (abril año 2000). Tienen todo el equipo, una visión clara para filmar la película, un objetivo claro... pero su bajo presupuesto y las injusticias producidas en esa ciudad meterán en apuros a la industria, actores y la civilización.
Es una película de fácil descripción debido a su trama pero de una gran dificultad de desarrollo por el abordaje de temas tan importantes y relevantes dentro de nuestra sociedad y, añadido a esto, hacerlo en un país tan perjudicado como es Bolivia. En ella podréis ver la injusticia y lucha constante por la reinvindación de los derechos de los indígenas y la denuncia de las injusticias históricas cometidas durante la época colonial.
El reparto no desentona. Luis Tosar y Karra Elejalde están inmensos, pero Gael García y Arévalo no se quedan tan atrás y es que sus registros son excelentes y su manera de controlar el tono de sus diálogos dan a la película la carga emocional que requiere en cada momento. Aduviri está muy correcto y a este le respaldan en numerosas escenas una larga cantidad de extras que cargan la ambientación.
Trata una gran variedad de temas como la lucha por los derechos de los indígenas, la denuncia de las injusticias históricas cometidas durante la época colonial, el poder monetario de las grandes industrias, etc. Y, en contraparte, Icíar Bollaín nos habla de la diferencia de presupuestos entre el cine hollywodiense y el español, las limitaciones de las películas y de la propia falta ética y moral de la que carecen este tipo de producciones. Esto permite generar concienciación y reflexión en el espectador.
Se esfuerza por contar una historia compleja al entrelazar la filmación de una película dentro de la película con la realidad que la rodea. Esta estructura narrativa desafiante muestra una audacia creativa y busca involucrar al espectador de una manera más profunda. La manera de filmarla acerca mucho al espectador y es que encontramos secuencias largas donde prima el diálogo y la representación de los hechos, uso de cámara en mano y cámara fija que junto a los efectos caseros y la propia manera de rodar esta película dan un aura de realismo y inmersión gratificante.
Uno de sus mejores apartados es la fotografía y dirección. Si bien no destaca por una estética visual innovadora, la película cuenta con una fotografía y una dirección competentes. Las escenas están bien compuestas -cambios de cámara pausados y un buen montaje- y la dirección logra mantener un ritmo adecuado, lo que contribuye a una experiencia cinematográfica sólida.
A pesar de que Mientras la lluvia sea una buena película, tiene problemas visibles que bien pueden pasar desapercibidos y no afectar a la experiencia pero que restan significativamente a la propia solidez. Uno de ellos es la falta de sutileza y profundidad en el tratamiento de sus temas. El enfoque es obvio, convencional. Y el mensaje se transmite al espectador de manera demasiado didáctica y masticada, lo que afecta posteriormente a la narrativa, sus matices y al propio mensaje (lo edulcora). Intentos muy directos de generar una conexión emocional con la audiencia propiciados en momentos muy específicos poco trascendentes para la narrativa lo cual reduce el impacto de la historia y la caracterización de los personajes.
Por momentos parece que la película se va y pretende autocomplacerse en vez de explorar más allá y artificializa los problemas que atañen a la civilización y la narrativa. La voz y la perspectiva de los indígenas es muy plana, no hay detalles de sus motivos, organizaciones, safricios. Todo es un caos con imágenes ciertamente bien logradas pero que representan en gran parte una superficialidad y simpleza, como si de meros objetos de compasión y afecto emocional a los protagonistas se tratasen.
Peca de una falta de coherencia en su estructura narrativa. Es posible que algunos cambios de la ficción y la realidad que se producen de seguido puedan generar confusión en el espectador medio y dificulte la inmersión del mismo. Esto también hace que el mensaje y propósito central de la película se desvanezca por momentos y no sintamos la dureza del mensaje. Y así es que, muchos momentos dramáticos se sienten forzados y poco naturales (comentaré alguno en el spoiler)
En resumen, es una película con una premisa relevante y una ejecución interesante que a momentos se ve frenada por una representación de los hechos y trata de momentos dramáticos muy superficiales. Falta de sutileza, falta de profundidad (aunque correcta) y falta de desarrollo la convierte tristemente en una buena película que quizás tenía potencial para ser más. Pero aquí no nos andamos con dramas, es una buena película, compacta, de fácil visionado y de sensación agradable tras su visionado.
Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) con un equipo de rodaje detrás se proponen hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Director y productor pretenden desmitificar al personaje pero disponen de un presupuesto muy bajo y eso les lleva a elegir Bolivia como ambientación (es uno de los países más baratos y con mayor población indígena de Hispanoamérica). Rodada en Cochabamba (un lugar con una ambientación única y un espacio característico) intentan dar rienda suelta para plasmar sus ideas en una película, pero esta ciudad está sometida a unas condiciones indignas; la privatización y venta del agua a una multinacional han sembrado entre la población un malestar tal que hará estallar la Guerra Boliviana del Agua (abril año 2000). Tienen todo el equipo, una visión clara para filmar la película, un objetivo claro... pero su bajo presupuesto y las injusticias producidas en esa ciudad meterán en apuros a la industria, actores y la civilización.
Es una película de fácil descripción debido a su trama pero de una gran dificultad de desarrollo por el abordaje de temas tan importantes y relevantes dentro de nuestra sociedad y, añadido a esto, hacerlo en un país tan perjudicado como es Bolivia. En ella podréis ver la injusticia y lucha constante por la reinvindación de los derechos de los indígenas y la denuncia de las injusticias históricas cometidas durante la época colonial.
El reparto no desentona. Luis Tosar y Karra Elejalde están inmensos, pero Gael García y Arévalo no se quedan tan atrás y es que sus registros son excelentes y su manera de controlar el tono de sus diálogos dan a la película la carga emocional que requiere en cada momento. Aduviri está muy correcto y a este le respaldan en numerosas escenas una larga cantidad de extras que cargan la ambientación.
Trata una gran variedad de temas como la lucha por los derechos de los indígenas, la denuncia de las injusticias históricas cometidas durante la época colonial, el poder monetario de las grandes industrias, etc. Y, en contraparte, Icíar Bollaín nos habla de la diferencia de presupuestos entre el cine hollywodiense y el español, las limitaciones de las películas y de la propia falta ética y moral de la que carecen este tipo de producciones. Esto permite generar concienciación y reflexión en el espectador.
Se esfuerza por contar una historia compleja al entrelazar la filmación de una película dentro de la película con la realidad que la rodea. Esta estructura narrativa desafiante muestra una audacia creativa y busca involucrar al espectador de una manera más profunda. La manera de filmarla acerca mucho al espectador y es que encontramos secuencias largas donde prima el diálogo y la representación de los hechos, uso de cámara en mano y cámara fija que junto a los efectos caseros y la propia manera de rodar esta película dan un aura de realismo y inmersión gratificante.
Uno de sus mejores apartados es la fotografía y dirección. Si bien no destaca por una estética visual innovadora, la película cuenta con una fotografía y una dirección competentes. Las escenas están bien compuestas -cambios de cámara pausados y un buen montaje- y la dirección logra mantener un ritmo adecuado, lo que contribuye a una experiencia cinematográfica sólida.
A pesar de que Mientras la lluvia sea una buena película, tiene problemas visibles que bien pueden pasar desapercibidos y no afectar a la experiencia pero que restan significativamente a la propia solidez. Uno de ellos es la falta de sutileza y profundidad en el tratamiento de sus temas. El enfoque es obvio, convencional. Y el mensaje se transmite al espectador de manera demasiado didáctica y masticada, lo que afecta posteriormente a la narrativa, sus matices y al propio mensaje (lo edulcora). Intentos muy directos de generar una conexión emocional con la audiencia propiciados en momentos muy específicos poco trascendentes para la narrativa lo cual reduce el impacto de la historia y la caracterización de los personajes.
Por momentos parece que la película se va y pretende autocomplacerse en vez de explorar más allá y artificializa los problemas que atañen a la civilización y la narrativa. La voz y la perspectiva de los indígenas es muy plana, no hay detalles de sus motivos, organizaciones, safricios. Todo es un caos con imágenes ciertamente bien logradas pero que representan en gran parte una superficialidad y simpleza, como si de meros objetos de compasión y afecto emocional a los protagonistas se tratasen.
Peca de una falta de coherencia en su estructura narrativa. Es posible que algunos cambios de la ficción y la realidad que se producen de seguido puedan generar confusión en el espectador medio y dificulte la inmersión del mismo. Esto también hace que el mensaje y propósito central de la película se desvanezca por momentos y no sintamos la dureza del mensaje. Y así es que, muchos momentos dramáticos se sienten forzados y poco naturales (comentaré alguno en el spoiler)
En resumen, es una película con una premisa relevante y una ejecución interesante que a momentos se ve frenada por una representación de los hechos y trata de momentos dramáticos muy superficiales. Falta de sutileza, falta de profundidad (aunque correcta) y falta de desarrollo la convierte tristemente en una buena película que quizás tenía potencial para ser más. Pero aquí no nos andamos con dramas, es una buena película, compacta, de fácil visionado y de sensación agradable tras su visionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay momentos en los que la película es algo pretenciosa. No hay información de como pasan de punto A al B, de cómo los personajes han decidido de cierta manera, el qué los ha hecho evolucionar... Aunque la dirección del climax narrativo y sus consecuencias esté bien lograda, no nos podemos quedar con el molde cuando no sabemos lo que esconde en su interior.
Secuencias técnicamente bien rodadas podrían ser bastantes, como al principio cuando Sebastián y Costa hacen el proceso de elección del reparto, las secuencias de la película que están rodando en todo tipo de escenarios (bosque, lago (bien metido el tema de los hijos culturalmente), la conversación entre el magnate de Bolivia y los productores (maravillosa transición de un escenario a otro) y las secuencias de escape y caos protagonizadas por Tosar que cambian el tono del film.
Secuencias que restan al film, no por estar técnicamente mal rodadas, sino por la psique de los personajes:
-El perdón y las incoherencias del personaje de Aduviri. En ningún momento sabemos quien es su enemigo real y el por qué tiene odio hacia una parte de la población, por qué deja pasar los sucesos fatídicos de la productora, por qué los habitantes se revelan de repente, por una simple huelga?
-Secuencia en la que el equipo de rodaje escapa de la ciudad y deja atrás a Tosar y Sebastián. ¿Qué les hace a unos quedarse y a otros no? El punto de guionizaje se entiende, pero la sensación del espectador es que no entiende el por qué ciertos personajes actúan de una manera y otros de otra, ¿qué les ha llevado a unos empatizar?
-El final no tan friendly pero edulcorado a través del gancho emocional que representa el agua, es una buena representación pero quita totalmente el tono de la película y la propia credibilidad
Estos son algunos de los ejemplos que trastocan la película, no quise detallar todos aunque faltarían algunos más. El principal problema de esta película es su guión, es capaz de hacer cosas muy bien y es capaz de hacer otras no tan bien. Antes estas adversidades Icíar Bollaín ha logrado realizar una película muy disfrutable, agradable a través de un género no muy explorado en el cine español, y eso, merece un aplauso por mi parte.
Secuencias técnicamente bien rodadas podrían ser bastantes, como al principio cuando Sebastián y Costa hacen el proceso de elección del reparto, las secuencias de la película que están rodando en todo tipo de escenarios (bosque, lago (bien metido el tema de los hijos culturalmente), la conversación entre el magnate de Bolivia y los productores (maravillosa transición de un escenario a otro) y las secuencias de escape y caos protagonizadas por Tosar que cambian el tono del film.
Secuencias que restan al film, no por estar técnicamente mal rodadas, sino por la psique de los personajes:
-El perdón y las incoherencias del personaje de Aduviri. En ningún momento sabemos quien es su enemigo real y el por qué tiene odio hacia una parte de la población, por qué deja pasar los sucesos fatídicos de la productora, por qué los habitantes se revelan de repente, por una simple huelga?
-Secuencia en la que el equipo de rodaje escapa de la ciudad y deja atrás a Tosar y Sebastián. ¿Qué les hace a unos quedarse y a otros no? El punto de guionizaje se entiende, pero la sensación del espectador es que no entiende el por qué ciertos personajes actúan de una manera y otros de otra, ¿qué les ha llevado a unos empatizar?
-El final no tan friendly pero edulcorado a través del gancho emocional que representa el agua, es una buena representación pero quita totalmente el tono de la película y la propia credibilidad
Estos son algunos de los ejemplos que trastocan la película, no quise detallar todos aunque faltarían algunos más. El principal problema de esta película es su guión, es capaz de hacer cosas muy bien y es capaz de hacer otras no tan bien. Antes estas adversidades Icíar Bollaín ha logrado realizar una película muy disfrutable, agradable a través de un género no muy explorado en el cine español, y eso, merece un aplauso por mi parte.
24 de noviembre de 2023
24 de noviembre de 2023
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Lo sé, es para colgarme del árbol más alto del bosque, pero descubrí ésta película ayer haciendo zapping. No me lo puedo perdonar, no entiendo como se me ha pasado, cuando sigo el trabajo de Luis Tosar de manera obsesiva, lo dicho, no tengo perdón. Vayamos al tema.
Me parece que Icíar Bollaín realiza un trabajo espléndido, tanto si lo miramos como una película o como un documental, de ambas maneras nos hace meditar sobre lo visto. Por un lado el intentar hacer una película sobre Cristobal Colón en tierras que conquistó a base de garrotazos, no creo que sea algo que le haga mucha ilusión a los habitantes bolivianos, aunque hayan pasado más de 500 años y sólo se trate de una película. Pero el montaje es tan bueno y se hace tan real, que para ellos es meter el dedo en la llaga nuevamente, por unos míseros 2$.
Por otro lado se vuelve a repetir la historia cuando un grupo de bolivianos, por motivos del agua, deben enfrentarse como antaño a aquellos que portan las armas que llevan pólvora y plomo. Han pasado muchísimos años y parece que no han servido de nada.
Es una maravilla la elección del país para rodar, disfrutaremos de unos paisajes maravillosos, con el extra añadido de usar "gente" de la tierra para hacer todo más auténtico. Sebastián el director (magistralmente interpretado por Gael García) tiene en mente contar unos hechos sin subir a Colón a la cumbre, sino ajustarse a los hechos históricos. Pero por otro lado Costa (espectacular una vez más Luis Tosar) se empeña en ahorrar todo lo que pueda en la película. Me ha sorprendido gratamente Juan Carlos Aduviri, pero muchísimo, no lo conocía y me encantado.
La película es una maravilla en todos los sentidos, con un mensaje final que hace reflexionar al espectador de hoy día.
Me parece que Icíar Bollaín realiza un trabajo espléndido, tanto si lo miramos como una película o como un documental, de ambas maneras nos hace meditar sobre lo visto. Por un lado el intentar hacer una película sobre Cristobal Colón en tierras que conquistó a base de garrotazos, no creo que sea algo que le haga mucha ilusión a los habitantes bolivianos, aunque hayan pasado más de 500 años y sólo se trate de una película. Pero el montaje es tan bueno y se hace tan real, que para ellos es meter el dedo en la llaga nuevamente, por unos míseros 2$.
Por otro lado se vuelve a repetir la historia cuando un grupo de bolivianos, por motivos del agua, deben enfrentarse como antaño a aquellos que portan las armas que llevan pólvora y plomo. Han pasado muchísimos años y parece que no han servido de nada.
Es una maravilla la elección del país para rodar, disfrutaremos de unos paisajes maravillosos, con el extra añadido de usar "gente" de la tierra para hacer todo más auténtico. Sebastián el director (magistralmente interpretado por Gael García) tiene en mente contar unos hechos sin subir a Colón a la cumbre, sino ajustarse a los hechos históricos. Pero por otro lado Costa (espectacular una vez más Luis Tosar) se empeña en ahorrar todo lo que pueda en la película. Me ha sorprendido gratamente Juan Carlos Aduviri, pero muchísimo, no lo conocía y me encantado.
La película es una maravilla en todos los sentidos, con un mensaje final que hace reflexionar al espectador de hoy día.
1 de abril de 2024
1 de abril de 2024
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Desde luego que Icíar Bollaín es una maestra a la hora de narrar y filmar historias como estas. Los actores están todos atinados (inclusive los que apenas tienen metraje) y el guión de Paul Laverty, es medianamente acertado.
Bueno, más o menos.
La parte de la filmación, el productor contra el director, etc...ahí el filme acierta. Sobre todo porque esto acaba pareciendo un documental de Fitzcarraldo y las escenas del rodaje, son cuanto menos apabullantes.
El problema, como la mayoría de cintas de ambos, es que hay un deje social y ahí es donde el filme se pierde. No se equivoquen, la historia es interesante y la trama atractiva. Pero el activismo del filme se limita a cambios de personajes (Tosar tiene un cambio que cuanto menos deja a uno algo perplejo) y a un par de escenas de huelgas.
Y no sé, creo que sería mejor si se mostrase más del efecto del rodaje. Por otro lado, esos cambios entre Tosar y Bernal, aunque interesantes y muestra que uno sólo piensa en el cine y el otro al final tiene un aspecto más humano, no consiguen cuadrar del todo.
Eso sí, en cuanto a la puesta en escena es notable. Y la idea del filme en general es BRILLANTE.
En cuanto a la resolución, loable. Aunque uno veía muchas opciones, pero que conste que sigue siendo un filme patrio a tener en cuenta.
Bueno, más o menos.
La parte de la filmación, el productor contra el director, etc...ahí el filme acierta. Sobre todo porque esto acaba pareciendo un documental de Fitzcarraldo y las escenas del rodaje, son cuanto menos apabullantes.
El problema, como la mayoría de cintas de ambos, es que hay un deje social y ahí es donde el filme se pierde. No se equivoquen, la historia es interesante y la trama atractiva. Pero el activismo del filme se limita a cambios de personajes (Tosar tiene un cambio que cuanto menos deja a uno algo perplejo) y a un par de escenas de huelgas.
Y no sé, creo que sería mejor si se mostrase más del efecto del rodaje. Por otro lado, esos cambios entre Tosar y Bernal, aunque interesantes y muestra que uno sólo piensa en el cine y el otro al final tiene un aspecto más humano, no consiguen cuadrar del todo.
Eso sí, en cuanto a la puesta en escena es notable. Y la idea del filme en general es BRILLANTE.
En cuanto a la resolución, loable. Aunque uno veía muchas opciones, pero que conste que sigue siendo un filme patrio a tener en cuenta.
11 de enero de 2011
11 de enero de 2011
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
"También la lluvia" es una de esas películas que quieren decirlo todo y acaban por no decir nada. Una sale del cine con la lagrimilla asomando –ver a una niña herida, a los indígenas peleando por el agua... da pena, lógicamente– pero, a medida que pasa el tiempo, el efecto de la película es mínimo. Queda el vacío.
Pretendidamente compleja en la forma, la peli tiene su más cercano referente en "Los abrazos rotos". A ver: es una peli que cuenta que se está haciendo otra peli y, entre tanto, alguien va haciendo un documental que captura instantes del rodaje de la peli y de los actores y el equipo. Es decir, juego de perspectivas, barroquismo. Nada nuevo o que no se haya hecho ya con mucha maestría. Y sí, las formas están para cogerlas y usarlas –Quevedo no inventó el soneto y los escribió maravillosos–. Quiero decir, no tengo nada en contra de esta forma de contar, sólo la describo. Y también digo que es demasiado soporte formal para tan poco contendido. Es decir, mucha parrilla para tan poca carne en el asador.
Pretendidamente compleja en la forma, la peli tiene su más cercano referente en "Los abrazos rotos". A ver: es una peli que cuenta que se está haciendo otra peli y, entre tanto, alguien va haciendo un documental que captura instantes del rodaje de la peli y de los actores y el equipo. Es decir, juego de perspectivas, barroquismo. Nada nuevo o que no se haya hecho ya con mucha maestría. Y sí, las formas están para cogerlas y usarlas –Quevedo no inventó el soneto y los escribió maravillosos–. Quiero decir, no tengo nada en contra de esta forma de contar, sólo la describo. Y también digo que es demasiado soporte formal para tan poco contendido. Es decir, mucha parrilla para tan poca carne en el asador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿De qué va la película? Gael García Bernal –que está buenísimo– es un director de cine que está rodando en Cochabamba (Bolivia) una película sobre el descubrimiento. Con él está Luis Tosar –tiene mis respetos como actor–, un productor sin escrúpulos. Y tres actores: dos menores que interpretan a Montesinos y Bartolomé de las Casas en la película que rueda Gael y uno enorme que interpreta a Colón (Karra Elejalde).
A ver. La cosa es la siguiente. Necesitan indígenas para hacer de extras, se monta una revuelta por el agua, la peli peligra, el productor se pone nervioso, el director no tanto porque es un tío más comprometido y al final el que se compromete es el productor que parecía más malo porque le enternece ver a una niña herida. Bueno, mejor contado de lo que lo cuento yo, pero así más o menos.
Los dos que hacen en la peli de Montesinos y Bartolomé de las Casas quieren huir y el que hace de Colón, que es un borracho de vuelta de todo, está ahí para decir las verdades a pesar de estar resignado a interpretar un papel ridículo.
Chirría que Gael, que en la peli queda retratado como un tío conocedor del mundo indígena, esté haciendo una película tan lineal, en la que retrata a un Colón sinvergüenza y cruel, sin profundidad ni hondura, sin principios. Si hasta el actor que interpreta a Colón pide que le den escenas para mostrar sus zozobras, sus dudas... Es increíble que un tío que llora cuando lee el guión se niegue a hacer una película menos "planita".
Tiene de bueno la banda sonora, de Alberto Iglesias. Un verdadero genio, como indica su currículum: "Los abrazos rotos", "Che", "Volver", "La mala educación", "El jardinero fiel"... Tiene de bueno a Juan Carlos Aduviri –el indígena rebelde en la realidad (es el cabecilla de la revuelta por el agua) y en la peli que se está rodando–. Y quizá tenga de bueno la intención: haciendo un paralelismo entre lo que pasa en una zona de Bolivia –porque una empresa internacional viene a gestionar el agua– y lo que hicieron los descubridores españoles se pretende decir que hace cinco siglos por una cosa y hoy por otra la población indígena siempre está jodida. Pero es que yo tengo un problema: no me gustan las películas con intención tan clara, y menos si no consiguen causar efecto.
Puntuación: un 5 pelao
A ver. La cosa es la siguiente. Necesitan indígenas para hacer de extras, se monta una revuelta por el agua, la peli peligra, el productor se pone nervioso, el director no tanto porque es un tío más comprometido y al final el que se compromete es el productor que parecía más malo porque le enternece ver a una niña herida. Bueno, mejor contado de lo que lo cuento yo, pero así más o menos.
Los dos que hacen en la peli de Montesinos y Bartolomé de las Casas quieren huir y el que hace de Colón, que es un borracho de vuelta de todo, está ahí para decir las verdades a pesar de estar resignado a interpretar un papel ridículo.
Chirría que Gael, que en la peli queda retratado como un tío conocedor del mundo indígena, esté haciendo una película tan lineal, en la que retrata a un Colón sinvergüenza y cruel, sin profundidad ni hondura, sin principios. Si hasta el actor que interpreta a Colón pide que le den escenas para mostrar sus zozobras, sus dudas... Es increíble que un tío que llora cuando lee el guión se niegue a hacer una película menos "planita".
Tiene de bueno la banda sonora, de Alberto Iglesias. Un verdadero genio, como indica su currículum: "Los abrazos rotos", "Che", "Volver", "La mala educación", "El jardinero fiel"... Tiene de bueno a Juan Carlos Aduviri –el indígena rebelde en la realidad (es el cabecilla de la revuelta por el agua) y en la peli que se está rodando–. Y quizá tenga de bueno la intención: haciendo un paralelismo entre lo que pasa en una zona de Bolivia –porque una empresa internacional viene a gestionar el agua– y lo que hicieron los descubridores españoles se pretende decir que hace cinco siglos por una cosa y hoy por otra la población indígena siempre está jodida. Pero es que yo tengo un problema: no me gustan las películas con intención tan clara, y menos si no consiguen causar efecto.
Puntuación: un 5 pelao
26 de octubre de 2010
26 de octubre de 2010
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva obra de Icíar Bollaín es una película competente que, si bien no es sobresaliente, ofrece un ejercicio muy atractivo de cine dentro del cine combinado con cine social al narrar paralelamente las vicisitudes de un equipo cinematográfico español que rueda una película en Bolivia, con la de las reivindicaciones sociales de la población indígena del país, lo que fue conocido como “la guerra del agua”.
Ambas historias, y una tercera: la de la película que se rueda dentro, sobre la figura de Cristóbal Colón, Fray Bartolomé de las Casas y la conquista de América, confluyen muy correctamente y funcionan en su intención de mostrar cómo las luchas y reivindicaciones de la población indígena continúan, bajo los condicionantes actuales, más de quinientos años después del descubrimiento del Nuevo Mundo.
En la labor interpretativa, la película se beneficia de un reparto en el que destacan Carlos Santos como Fray Bartolomé de las Casas, el boliviano Juan Carlos Aduviri y el siempre solvente Luis Tosar, que aunque haya ofrecido antes mejores trabajos siempre aporta un plus de credibilidad y fuerza a la narración y a sus personajes.
Ambas historias, y una tercera: la de la película que se rueda dentro, sobre la figura de Cristóbal Colón, Fray Bartolomé de las Casas y la conquista de América, confluyen muy correctamente y funcionan en su intención de mostrar cómo las luchas y reivindicaciones de la población indígena continúan, bajo los condicionantes actuales, más de quinientos años después del descubrimiento del Nuevo Mundo.
En la labor interpretativa, la película se beneficia de un reparto en el que destacan Carlos Santos como Fray Bartolomé de las Casas, el boliviano Juan Carlos Aduviri y el siempre solvente Luis Tosar, que aunque haya ofrecido antes mejores trabajos siempre aporta un plus de credibilidad y fuerza a la narración y a sus personajes.
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