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Un día de furia

Drama En Los Ángeles, durante una jornada especialmente agobiante a causa del calor y del colapso del tráfico, de repente, un ciudadano normal se rebela de manera violenta y destructiva contra todo lo que lo rodea. Bill Foster (Michael Douglas) no es más que un hombre corriente que supera como puede las frustraciones de cada día y que lo único que quiere es regresar a casa. Un oficial del departamento de policía (Robert Duvall) intentará ... [+]
Críticas 128
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9
21 de noviembre de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
Yo creo que esta película ha estado siempre menospreciada. Es una historia realmente buena. Es como si fuera un videojuego; el protagonista va superando fases hasta que llega al jefe final. Pero no es solo eso. Hay distintas capas, como buena película. Tiene una crítica feroz a la sociedad norteamericana, un humor negro en su justa medida y una historia que, al fin y al cabo, es dramática. Michael Douglas nunca ha sido un gran actor, pero aquí el papel le va perfecto. Robert Duvall siempre ha sido un monstruo de la interpretación y aquí no decepciona. La historia está excelentemente bien contada y los personajes perfectamente escritos. La cinta tiene escenas memorables, para el recuerdo. Recomiendo verla varias veces.
30 de noviembre de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
El calor, el fracaso, el tráfico, los suburbios de Los Ángeles, son un coctel explosivo que sólo puede conducir a un día de furia... En una película que va más allá de un thriller, que se desliza hacia lo políticamente incorrecto, en ciertos momentos, aunque sin atreverse del todo, pues siempre se reconduce...

Tenemos al personaje principal (Michael Douglas), vestido y peinado como un probo oficinista de inicio de los sesenta en cualquier ciudad norteamericana, que por fin estalla, que por fin reventará... bueno, no, reventado ya estaba, como veremos según avanza la trama...

Luego está un policía (Robert Duvall) en su último día, antes de la jubilación, que presiente la tragedia que se aproxima y que tratará de evitar por todos los medios ante la burla de sus compañeros que ya no cuentan con él; salvo una excompañera de patrullas (Rachel Ticotin) que aún le aprecia como mentor...

..Y así nos dirigimos hacia lo inevitable, hacia una profunda reflexión sobre el nuevo rumbo tomado por las sociedades occidentales (o al menos, así, quien quiera verlo). No sé si esto fue intención en su realización o simplemente subyace bajo la trama. Pero en fin, véala como usted quiera; como un thriller más, como una severa crítica a "la violencia machista" (como se dice ahora), o... como algo más, como algo que transcurre, en torbellinos, bajo las aparentemente tranquilas aguas de las convenciones sociales...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Amaneció hoy un día caluroso,
y hay un hombre, por el tráfico atrapado,
un hombre, por la vida, defraudado;
que se siente, ahora, ¡tan furioso…!

..Mas que es viejo furor, se hace ostentoso,
en alguien; en su orgullo acribillado.
En alguien; cada vez más denostado.
Parece honrado, pulcro, hacendoso…

..Aunque alberga, El Diablo, en su seno.
Pero un hombre –cual ángel con su lanza–,
ya a retaguardia, vela por los buenos…

Y, desde lejos, ve avanzar “El cieno
del infierno” –que, cuan hostil, avanza,
glosando, su muestrario de venenos–.

Y lo combatirá, con gran denuedo,
hasta arrojarlo, otra vez de nuevo,
a las oscuras simas del Averno…

..Del Averno de los malos sueños...
..Del Averno, abierto,
a las malas intenciones...
7
31 de enero de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
La había visto muy por arriba cuando era pequeño y me acuerdo que no llegué a disfrutarla del todo, así decidí darle otra oportunidad.

Me gustó, sin llegar a maravillarme, el ritmo se mantiene de entrada, a pesar que por momentos un poco se aplana la trama y baja la tensión.

Para la época de estreno creo que estuvo más que bien, hoy ya no hace tanto ruido y puede llegar a pasar desapercibida tranquilamente.
Tiene escenas mediocres y situaciones y/o personajes estereotipados. Repito, para el contexto histórico funcionó como filme, pero hoy para mí es una obra menor.
7
23 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
(7'5/10)

Todos hemos tenido uno de esos días en los que cualquier mínima perturbación prende la mecha hasta hacer explotar nuestra paciencia. Pues esto es lo que nos ofrece Joel Schumacher, pero llevado al extremo del hartazgo vital.

Un día de furia (1993) es un producto elementalmente entretenido que sigue a Bill Foster, un hombre que quiere llegar a casa, pero una serie de circunstancias adversas lo hacen estallar en una vorágine de ira y destrucción por la ciudad de Los Ángeles. Schumacher expone en Bill la desconexión que siente de su entorno y cómo esa alienación urbana le insufla la frustración necesaria para explotar. La cotidianidad le resulta tan insufrible y carente de sentido que abandona ese redil para sentirse liberado mediante un involuntario (o no) pulso al sistema.

Es clave ver cómo el estadounidense plasma la deshumanización de las grandes ciudades, volviendo al individuo un ser impersonal y aislándolo en una crisis de identidad por verse reducido a un número más en la sociedad.

Por otro lado, el director se toma la molestia de evidenciar cómo muchas de las interacciones de nuestro protagonista son respuestas a una hostilidad sistemática de la sociedad americana.

Toda esta temática de inconformismo ante el sistema convierte a Bill en un hombre profundamente irascible frente a sus incongruencias, llevándolo a rebelarse primero ante lo cotidiano y, progresivamente, a situaciones más complejas.

Michael Douglas, como ese antihéroe difícil de definir, está soberbio y posee un aura amenazante, pero a su vez parcialmente comprensible, ya que su mayor anhelo es volver a la calidez de un matrimonio que el mismo destruyó. Este se carga a los hombros la cinta y la lleva hacia una sólida notabilidad.

Un día de furia (1993) es un gran trabajo sobre cómo el estoicismo y el trabajo personal en uno mismo son capitales para no caer en las inherentes adversidades de la vida, además de ser un producto de entretenimiento más que solvente.
6
8 de junio de 2017 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Douglas es Bill Foster un tipo divorciado y sin empleo que hastiado de todo termina desmoronándose en medio de un atasco y abandona su coche para dirigirse a casa de su ex-mujer a ver a su hija que cumple años ese día.

En su momento causó cierto revuelo al tacharla algunos críticos de racista, sin embargo hay una escena en la que se demuestra que no es así. Es aquella que transcurre en la tienda del nazi interpretado por Frederic Forrest. Éste ayuda a Foster al despistar a la policía que le busca después de varios tiroteos en los que ha estado involucrado. El dependiente fascista simpatiza con él porque piensa que es de su misma cuerda, sin embargo, Foster enseguida le deja claro que no es así.

La primera hora de película promete. La historia es original y resulta creíble pero a partir de la mencionada escena la película flojea con episodios que chirrían y estropean el resultado final. (spoiler)

Douglas con un corte de pelo similar al que lució su padre en Espartaco tiene un aspecto agresivo y realiza un trabajo convincente. El veterano Robert Duvall le da la réplica encarnando al policía encargado de capturarle. Para ello trata de entender su errático comportamiento conociendo a su madre y a su ex-mujer.

El guión critica la agresividad de la gente en las grandes ciudades, de como su falta de educación y respeto se contagia y hace muchas veces el ambiente irrespirable. Criticas también a la violencia en la televisión que hace que niños pequeños sean capaces de manejar un bazoka.

En ocasiones nos identificamos con Foster sobre todo al comienzo porque ¿Quién no ha tenido alguna vez ganas de mandarlo todo a la mierda y largarse a casa?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena en la que Douglas asesina a Frederic Forrest me pareció muy forzada. Foster no es un asesino sino un tipo al límite que pierde los papeles pero no hasta el punto de asesinar a alguien a sangre fría.

Tampoco me convenció la escena en la que el protagonista dispara su bazoka contra las obras del metro y provoca una gran explosión. Entiendo que es el pretexto para que el chaval le ayude a montar el arma pero me pareció muy exagerado. Como también me lo pareció cuando se cuela en el campo de golf y dispara contra un coche y a su dueño le da un infarto y le deja morir allí. O más tarde cuando se mete en una mansión y secuestra a la familia de cuidadores. Este episodio no es más que otra excusa para poner en solfa el dineral que ganan los cirujanos plásticos en la meca del cine.

Lo mismo que al comienzo cuando entra en un ultramarinos regentado por un coreano que habla mal el inglés y tiene unos precios inadmisibles. Es otra excusa para criticar la carestía de la vida en una época en la que la crisis económica azotaba duramente a los Estados Unidos.

Tampoco me pareció convincente el personaje de la mujer de Robert Duvall. Una esposa trastornada por la temprana pérdida de su única hija y a la que su marido pretende ayudar jubilándose antes de tiempo aunque al final opta por cantarle las cuarenta y seguir en el cuerpo.

En resumen, Un día de furia podía haber sido una gran película pero estos fallos ensombrecen la brillante idea inicial.
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