Hasta que llegó su hora
Western
Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros los ha asesinado a todos.
24 de febrero de 2018
24 de febrero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sergio Leone. Sinónimo del western más puro, un género que ya hace años que vivió su época dorada y hoy en día, lejos de aquello, su presencia es prácticamente residual. Precisamente el director italiano fue uno de los realizadores que dio más fama y popularidad al western con su archiconocida trilogía del dólar, que además sirvió para lanzar al estrellato a otro icono del género: Clint Eastwood. Después de esto nos dejó "Hasta que llegó su hora", un último canto al género por parte de Leone buscando algo diferente a sus trabajos anteriores.
Ya desde el principio la película parte de una escena introductoria espectacular y fuera de lo común. Durante más de 10 minutos de metraje, que a su vez hacen de títulos de crédito, el director se recrea en planos y momentos de forma exquisita. Sin artificios, prácticamente sin diálogo alguno, la atmósfera de tensión se siente, se nota, se palpa en el ambiente. No es la única escena memorable que nos espera, pero sí el preludio de lo que está por venir. Posteriormente podremos disfrutar de otras maravillas como cierto flashback o un duelo final increíblemente ejecutado.
Sin lugar a dudas Leone realiza un ejercicio de puro cine. La acción justa y necesaria, no muchos diálogos (pero con bastantes frases destacables), un uso magistral de los silencios, de potenciar los sentimientos y emociones de la forma más primaria valiéndose para ello del poder de la mirada y una espectacular fusión de la música del genial Ennio Morricone con cada escena. Una combinación de elementos para crear uno de los mejores westerns de la historia del cine.
Se le podría acusar de excesiva duración, ya que se va a las casi tres horas, incluso de lentitud, pero hay que entender que "Hasta que llegó su hora" tiene un estilo propio y único en el que esas características van inherentes. Una película para paladear sin prisa y perderse en cada uno de sus recovecos.
El reparto es simplemente espectacular, una conjunción de estrellas de la época que absorbió casi la mitad del presupuesto total de la cinta. Sin un verdadero protagonista (al menos a nivel de aparición en pantalla), personalmente destacaría el trabajo de Henry Fonda dando vida al perverso Frank. Acostumbrado a otro tipo de papeles más "agradables", Fonda borda en este caso a un personaje que es todo lo contrario a lo que hasta ese momento había hecho en su carrera. No es el único que sobresale, también hay que nombrar a Charles Bronson como el enigmático y eficiente Harmónica y a un Jason Robards que realiza uno de las mejores labores de su carrera en la piel de Cheyenne, llevando la frase "menos es más" a su máxima expresión. Sin olvidar por supuesto a una bella Claudia Cardinale, que lejos de limitarse al típico papel de mujer florero en este género, se muestra como una mujer fuerte y resuelta con su personaje de Jill.
Ya desde el principio la película parte de una escena introductoria espectacular y fuera de lo común. Durante más de 10 minutos de metraje, que a su vez hacen de títulos de crédito, el director se recrea en planos y momentos de forma exquisita. Sin artificios, prácticamente sin diálogo alguno, la atmósfera de tensión se siente, se nota, se palpa en el ambiente. No es la única escena memorable que nos espera, pero sí el preludio de lo que está por venir. Posteriormente podremos disfrutar de otras maravillas como cierto flashback o un duelo final increíblemente ejecutado.
Sin lugar a dudas Leone realiza un ejercicio de puro cine. La acción justa y necesaria, no muchos diálogos (pero con bastantes frases destacables), un uso magistral de los silencios, de potenciar los sentimientos y emociones de la forma más primaria valiéndose para ello del poder de la mirada y una espectacular fusión de la música del genial Ennio Morricone con cada escena. Una combinación de elementos para crear uno de los mejores westerns de la historia del cine.
Se le podría acusar de excesiva duración, ya que se va a las casi tres horas, incluso de lentitud, pero hay que entender que "Hasta que llegó su hora" tiene un estilo propio y único en el que esas características van inherentes. Una película para paladear sin prisa y perderse en cada uno de sus recovecos.
El reparto es simplemente espectacular, una conjunción de estrellas de la época que absorbió casi la mitad del presupuesto total de la cinta. Sin un verdadero protagonista (al menos a nivel de aparición en pantalla), personalmente destacaría el trabajo de Henry Fonda dando vida al perverso Frank. Acostumbrado a otro tipo de papeles más "agradables", Fonda borda en este caso a un personaje que es todo lo contrario a lo que hasta ese momento había hecho en su carrera. No es el único que sobresale, también hay que nombrar a Charles Bronson como el enigmático y eficiente Harmónica y a un Jason Robards que realiza uno de las mejores labores de su carrera en la piel de Cheyenne, llevando la frase "menos es más" a su máxima expresión. Sin olvidar por supuesto a una bella Claudia Cardinale, que lejos de limitarse al típico papel de mujer florero en este género, se muestra como una mujer fuerte y resuelta con su personaje de Jill.
23 de diciembre de 2018
23 de diciembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Quién va a fiarse del que lleva cinturón y tirantes a la vez... si no se fía de sus propios pantalones."
El magistral western de Sergio Leone, primera película del director italiano que sitúa la violencia en un contexto político, contiene todos los elementos estilísticos del Spaguetti Western tan característico.
Concentrado en ese inicio fascinantemente lento, rico en detalles, una mosca y una gotera se convierte en protagonistas del decorado, el silencio, el calor que soportan esos rudos hombres esperando el ferrocarril. Una tensión dramática perfecta: primeros planos, tomas panorámicas del vasto paisaje vacío, diálogos escasos y dilatación del tiempo.
Escribió el guión junto a Bernardo Bertolucci (Novecento) y Dario Argento (Suspiria), especializado en el cine de terror. En el cine de Leone, hasta las escenas más brutales son una obra de arte. La película se comparó con una ópera porque Ennio Morricone compuso un tema musical para casa uno de los protagonistas. Sergio Leone afirmó que su visión era invertir el mito del lejano Oeste, que acostumbraba a hablar de héroes gloriosos, queriendo barrer todas las mentiras que existían sobre la historia de la colonización de EE.UU. Su obra trata de la sangre y el dinero sucio que fluyó en el proceso de civilización del país.
Uno de esas novedades era el cambio de rol de Henry Fonda, otrora "el bueno" de los western, y aquí interpretando a Frank, el asesino insondable de ojos azules. "Lo que veréis en esta película no tiene nada que ver con un clásico western de Hollywood", parecía que quería decir Leone al público con la sangrienta primera escena de Fonda. La prostituta de lujo Claudia Cardinale, la sensualidad personificada, ayudada por Armónica y Desperado Cheyenne, extraordinarios Bronson y Robards, forman el cuarteto protagonista en este canto del cisne de un género genuino.
En la actualidad, 'Hasta que llegó su hora' parece un filme perfecto en todos los aspectos: reparto, construcción narrativa, tensión dramática, estética, pausa calculada y primeros planos característicos, inolvidable música, flashbacks, zoom... Leone saca toda su artillería técnica para su ópera western. Incluso su sobresaliente "Trilogía del dólar", parece un estudio previo para una gran jugada definitiva.
El magistral western de Sergio Leone, primera película del director italiano que sitúa la violencia en un contexto político, contiene todos los elementos estilísticos del Spaguetti Western tan característico.
Concentrado en ese inicio fascinantemente lento, rico en detalles, una mosca y una gotera se convierte en protagonistas del decorado, el silencio, el calor que soportan esos rudos hombres esperando el ferrocarril. Una tensión dramática perfecta: primeros planos, tomas panorámicas del vasto paisaje vacío, diálogos escasos y dilatación del tiempo.
Escribió el guión junto a Bernardo Bertolucci (Novecento) y Dario Argento (Suspiria), especializado en el cine de terror. En el cine de Leone, hasta las escenas más brutales son una obra de arte. La película se comparó con una ópera porque Ennio Morricone compuso un tema musical para casa uno de los protagonistas. Sergio Leone afirmó que su visión era invertir el mito del lejano Oeste, que acostumbraba a hablar de héroes gloriosos, queriendo barrer todas las mentiras que existían sobre la historia de la colonización de EE.UU. Su obra trata de la sangre y el dinero sucio que fluyó en el proceso de civilización del país.
Uno de esas novedades era el cambio de rol de Henry Fonda, otrora "el bueno" de los western, y aquí interpretando a Frank, el asesino insondable de ojos azules. "Lo que veréis en esta película no tiene nada que ver con un clásico western de Hollywood", parecía que quería decir Leone al público con la sangrienta primera escena de Fonda. La prostituta de lujo Claudia Cardinale, la sensualidad personificada, ayudada por Armónica y Desperado Cheyenne, extraordinarios Bronson y Robards, forman el cuarteto protagonista en este canto del cisne de un género genuino.
En la actualidad, 'Hasta que llegó su hora' parece un filme perfecto en todos los aspectos: reparto, construcción narrativa, tensión dramática, estética, pausa calculada y primeros planos característicos, inolvidable música, flashbacks, zoom... Leone saca toda su artillería técnica para su ópera western. Incluso su sobresaliente "Trilogía del dólar", parece un estudio previo para una gran jugada definitiva.
6 de septiembre de 2019
6 de septiembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en el que un joven director italiano jugó a ser nada más y nada menos que John Ford...y casi lo consiguió.
Si Ford tenía la trilogía de la caballería (Fort Apache, La legión invencible y Río Grande), Leone no se quedó atrás y forjó su propia trilogía del spaguetti western (Por un puñado de dólares, La Muerte tenía un precio y El Bueno el Feo y el Malo). Al contrario de Ford, en que cada película de su trilogía es un poco peor que la anterior, en Leone sucede justo lo contrario, y así, "El bueno, el feo y el malo" es la mejor de las tres y toda una obra maestra del género (o subgénero, depende del punto de vista).
De esta manera, justo cuando todo el mundo creía que Leone ya no podía superar su obra "El bueno, el feo y el malo", va y se saca de la chistera la que es, sin duda, uno de los tres o cuatro mejores westerns de todos los tiempos: "Hasta que llegó su hora".
Estamos, por tanto, ante el que sin duda es el mejor western no americano de todos los tiempos. Y decimos no americano, no por sus actores (que casi todos lo son), o por su ambientación (Monument Valley), sino por su equipo artístico, su música (Morricone sólo ha estado mejor en Cinema Paradiso) y su concepto del ritmo, una danza de la muerte en la que todos sus protagonistas, en un momento u otro, acaban encontrándola: Fonda a manos de Bronson, Robards a manos de Fonda, Ferzetti por la tuberculosis, Strode, Elam y Stander a manos de Bronson, en la que sin duda es la mejor presentación o teaser que se haya realizado nunca de una película. Y finalmente, está Bronson, que muere lo que él representa: el salvaje oeste en manos de la civilización.
La única que sobrevive en esta obra de venganza es la "mamma" Cardinale: una prostituta que heredó una hacienda con el único pozo de agua en medio del desierto, que en uno u otro momento es cortejada por todos, hasta llegar a ese final que no cuento para no hacer spoiler.
No hay duda de que Leone sabía como hacer cine, y aunque el metraje pueda parecer un tanto excesivo (debido sin duda a la dilatación de las escenas en el tiempo tan típicas del cine de Leone), la película es 100% redonda y mejora en cada nuevo visionado.
Hay que ver, por lo menos una vez en la vida, esta inmensa obra de arte por varias razones:
- Robards y Bronson nunca estuvieron tan bien. Era previsible en el primero. Todo lo contrario en el segundo.
- Ver a Fonda, con sus ojos azules, haciendo un papel de malo, es algo muy difícil. Y encima, en esta película, está sublime. Es de las mejores interpretaciones de Fonda que yo recuerde (si acaso se le puede acercar en Pasión de los fuertes).
- Es la mejor interpretación de la Cardinale en su carrera. Jamás una mujer ha tenido tanto poderío ni ha estado tan pletórica en un western como Claudia en éste.
- Por el travelling con la grúa de la llegada del tren a la estación. Lo hubiera firmado el propio Hitchcock.
- Por cómo está fotografiada. Monument Valley es un personaje más de la película. Aquí sí que supera a Ford.
- Por su banda sonora, en la que cada personaje tiene una melodía distinta, y que sin duda es una de las dos o tres mejores de la historia del western.
- Por el homenaje que constituye a John Ford, en todos los sentidos.
- Por sus ingeniosos diálogos ("¿conoces a un hombre que va por ahí tocando una armónica? Es alguien del que no te olvidarías. En vez de hablar, toca. Y cuando debe tocar, habla.". "Mis armas le parecerán simples, pero hacen agujeros lo bastante grandes para resolver los problemas.". "¿Cómo se puede confiar en un hombre que lleva tirantes y cinturón? No se fía ni de sus pantalones.").
- Por el homenaje que le hace Tarantino en su "Malditos bastardos".
- Por el teaser inicial precréditos de 15 minutos en donde, básicamente, no pasa nada, pero introduce perfectamente el estilo Leone. Para quien suscribe esta crítica, es el mejor teaser de la historia del cine.
- Porque la ves y respiras el polvo del desierto.
- Porque es la última película del oeste (C'era una volta il west). Después de ella, el western firmó su defunción, y sólo gracias al gran Clint Eastwood consiguió recuperarse un poco.
Si Ford tenía la trilogía de la caballería (Fort Apache, La legión invencible y Río Grande), Leone no se quedó atrás y forjó su propia trilogía del spaguetti western (Por un puñado de dólares, La Muerte tenía un precio y El Bueno el Feo y el Malo). Al contrario de Ford, en que cada película de su trilogía es un poco peor que la anterior, en Leone sucede justo lo contrario, y así, "El bueno, el feo y el malo" es la mejor de las tres y toda una obra maestra del género (o subgénero, depende del punto de vista).
De esta manera, justo cuando todo el mundo creía que Leone ya no podía superar su obra "El bueno, el feo y el malo", va y se saca de la chistera la que es, sin duda, uno de los tres o cuatro mejores westerns de todos los tiempos: "Hasta que llegó su hora".
Estamos, por tanto, ante el que sin duda es el mejor western no americano de todos los tiempos. Y decimos no americano, no por sus actores (que casi todos lo son), o por su ambientación (Monument Valley), sino por su equipo artístico, su música (Morricone sólo ha estado mejor en Cinema Paradiso) y su concepto del ritmo, una danza de la muerte en la que todos sus protagonistas, en un momento u otro, acaban encontrándola: Fonda a manos de Bronson, Robards a manos de Fonda, Ferzetti por la tuberculosis, Strode, Elam y Stander a manos de Bronson, en la que sin duda es la mejor presentación o teaser que se haya realizado nunca de una película. Y finalmente, está Bronson, que muere lo que él representa: el salvaje oeste en manos de la civilización.
La única que sobrevive en esta obra de venganza es la "mamma" Cardinale: una prostituta que heredó una hacienda con el único pozo de agua en medio del desierto, que en uno u otro momento es cortejada por todos, hasta llegar a ese final que no cuento para no hacer spoiler.
No hay duda de que Leone sabía como hacer cine, y aunque el metraje pueda parecer un tanto excesivo (debido sin duda a la dilatación de las escenas en el tiempo tan típicas del cine de Leone), la película es 100% redonda y mejora en cada nuevo visionado.
Hay que ver, por lo menos una vez en la vida, esta inmensa obra de arte por varias razones:
- Robards y Bronson nunca estuvieron tan bien. Era previsible en el primero. Todo lo contrario en el segundo.
- Ver a Fonda, con sus ojos azules, haciendo un papel de malo, es algo muy difícil. Y encima, en esta película, está sublime. Es de las mejores interpretaciones de Fonda que yo recuerde (si acaso se le puede acercar en Pasión de los fuertes).
- Es la mejor interpretación de la Cardinale en su carrera. Jamás una mujer ha tenido tanto poderío ni ha estado tan pletórica en un western como Claudia en éste.
- Por el travelling con la grúa de la llegada del tren a la estación. Lo hubiera firmado el propio Hitchcock.
- Por cómo está fotografiada. Monument Valley es un personaje más de la película. Aquí sí que supera a Ford.
- Por su banda sonora, en la que cada personaje tiene una melodía distinta, y que sin duda es una de las dos o tres mejores de la historia del western.
- Por el homenaje que constituye a John Ford, en todos los sentidos.
- Por sus ingeniosos diálogos ("¿conoces a un hombre que va por ahí tocando una armónica? Es alguien del que no te olvidarías. En vez de hablar, toca. Y cuando debe tocar, habla.". "Mis armas le parecerán simples, pero hacen agujeros lo bastante grandes para resolver los problemas.". "¿Cómo se puede confiar en un hombre que lleva tirantes y cinturón? No se fía ni de sus pantalones.").
- Por el homenaje que le hace Tarantino en su "Malditos bastardos".
- Por el teaser inicial precréditos de 15 minutos en donde, básicamente, no pasa nada, pero introduce perfectamente el estilo Leone. Para quien suscribe esta crítica, es el mejor teaser de la historia del cine.
- Porque la ves y respiras el polvo del desierto.
- Porque es la última película del oeste (C'era una volta il west). Después de ella, el western firmó su defunción, y sólo gracias al gran Clint Eastwood consiguió recuperarse un poco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El duelo final entre Armonica (Bronson) y Fonda es antológico, por cómo está montado, y uno de los mejores de la historia, demostrando que no hacen falta ni diálogos ni grandes efectos técnicos ni especiales para protagonizar un desafío mano a mano entre dos grandes. Genial. Insuperable.
9 de mayo de 2020
9 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una armónica grandiosa, representada por unos espectaculares planos y banda sonora, probablemente mejores que en la "Trilogía del Dólar". Culminada por esos grandes momentos de tensión previos a la explosión de violencia tan característicos de Leone y dos actuaciones que destacan sobre el resto: Claudia Cardinale (una belleza hipnotizante) y Henry Fonda. Sin duda fue uno de los referentes de Tarantino para "Erasé una vez en...Hollywood".
Sin embargo, esa armónica de lujo esconde una música que no alcanza tal nivel. Representada por un argumento no especialmente complejo, con una historia que no termina de fluir y con varios cabos sueltos que dificultan entender las aventuras entrelazadas de los principales personajes. Cruzado el ecuador de la película, es como si mantuvieras la atención más por la esperanza de unas secuencias finales de infarto (que tampoco alcanzan tal nivel) que por la propia historia en sí. Por otro lado entiendo que realizar una película de casi tres horas de duración es una apuesta arriesgada, porque resulta complicado mantener el interés del espectador (por muy buena que sea).
Resumiendo, es como si los planos y la banda sonora jugaran en la Champions League, mientras que el argumento se tuviera que conformar con la Europa League.
Sin embargo, esa armónica de lujo esconde una música que no alcanza tal nivel. Representada por un argumento no especialmente complejo, con una historia que no termina de fluir y con varios cabos sueltos que dificultan entender las aventuras entrelazadas de los principales personajes. Cruzado el ecuador de la película, es como si mantuvieras la atención más por la esperanza de unas secuencias finales de infarto (que tampoco alcanzan tal nivel) que por la propia historia en sí. Por otro lado entiendo que realizar una película de casi tres horas de duración es una apuesta arriesgada, porque resulta complicado mantener el interés del espectador (por muy buena que sea).
Resumiendo, es como si los planos y la banda sonora jugaran en la Champions League, mientras que el argumento se tuviera que conformar con la Europa League.
8 de diciembre de 2020
8 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro de las películas del Oeste, nos encontramos con este memorable, épico y clásico del género, dirigido y escrito por Sergio Leone, además de "banadasonorizado" por el único e inigualable Ennio Morricone.
En primer lugar, no me aclaro con el título porque, aquí, se tradujo como "Hasta que llegó su hora", pero su título original es "Érase una vez en el Oeste". Así que, me vulevo loco. Pero para mí, seguirá siendo el título original por encima de todo.
Es una película que me impactó mucho y que me parece un reflejo del oeste más salvaje que se puede retratar en un film como éste. De hecho es muy superior a la "Trilogía del Dolar" ya que nos lleva a una dimensión diferente de todo lo que ha rodado Sergio Leone de Western. Esta película es una joya, se mire por donde se mire.
En primer lugar, no me aclaro con el título porque, aquí, se tradujo como "Hasta que llegó su hora", pero su título original es "Érase una vez en el Oeste". Así que, me vulevo loco. Pero para mí, seguirá siendo el título original por encima de todo.
Es una película que me impactó mucho y que me parece un reflejo del oeste más salvaje que se puede retratar en un film como éste. De hecho es muy superior a la "Trilogía del Dolar" ya que nos lleva a una dimensión diferente de todo lo que ha rodado Sergio Leone de Western. Esta película es una joya, se mire por donde se mire.
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