Casino Royale
6.9
79,214
Acción. Thriller
La primera misión del agente británico James Bond (Daniel Craig) como agente 007 lo lleva hasta Le Chiffre (Mads Mikkelsen), banquero de los terroristas de todo el mundo. Para detenerlo y desmantelar la red terrorista, Bond debe derrotarlo en una arriesgada partida de póquer en el Casino Royale. Al principio a Bond le disgusta Vesper Lynd (Eva Green), la hermosa oficial del Tesoro que debe vigilar el dinero del gobierno. Pero, a medida ... [+]
18 de enero de 2007
18 de enero de 2007
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un siete que le he puesto a Casino Royale, pero en algún momento se queda en un seis escaso.
En primer lugar decir que es más ambiciosa, compleja e interesante que cualquiera de las que ha hecho Pierce Brosnan. Que Daniel Craig tiene una presencia física arrolladora, y que hace de James Bond un personaje mucho más interesante. Que el espectáculo y la acción siguen ahí pero resulta más creíble (excepto en la soberbia persecución africana). Que la chica Bond, Eva Green, es una maravilla, y que la relación que mantiene con 007 humaniza bastante personaje. Que la tortura a la que es sometido Bond (secuencia escalofriante donde las haya) pasara a la historia. Y que además se le da más protagonismo a M, o lo que es lo mismo, tenemos más tiempo en pantalla a la siempre fascinante Judi Dench.
Con todo esto parece que la película es de 9. Pues no. Y diré por qué. Porque el pocker es un rollo y la partida de la película resulta interminable. Porque el malo, pese a la lagrimilla del ojo, no está a la altura de la película. Porque el paréntesis romántico hacia el final de la película rompe totalmente con el ritmo de la historia (que ya estaba bastante tocado con lo del pocker). Y porque al final se echa de menos un climax por todo lo alto (los últimos diez minutos, después de lo de Venecia, son de anticlimax total).
En primer lugar decir que es más ambiciosa, compleja e interesante que cualquiera de las que ha hecho Pierce Brosnan. Que Daniel Craig tiene una presencia física arrolladora, y que hace de James Bond un personaje mucho más interesante. Que el espectáculo y la acción siguen ahí pero resulta más creíble (excepto en la soberbia persecución africana). Que la chica Bond, Eva Green, es una maravilla, y que la relación que mantiene con 007 humaniza bastante personaje. Que la tortura a la que es sometido Bond (secuencia escalofriante donde las haya) pasara a la historia. Y que además se le da más protagonismo a M, o lo que es lo mismo, tenemos más tiempo en pantalla a la siempre fascinante Judi Dench.
Con todo esto parece que la película es de 9. Pues no. Y diré por qué. Porque el pocker es un rollo y la partida de la película resulta interminable. Porque el malo, pese a la lagrimilla del ojo, no está a la altura de la película. Porque el paréntesis romántico hacia el final de la película rompe totalmente con el ritmo de la historia (que ya estaba bastante tocado con lo del pocker). Y porque al final se echa de menos un climax por todo lo alto (los últimos diez minutos, después de lo de Venecia, son de anticlimax total).
31 de marzo de 2007
31 de marzo de 2007
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin señoras y señores tenemos un nuevo Agente 007.
Los guionistas se han dado cuenta de que si ponemos a pelear a Bourne (Matt Damon) con James Bond (Pierce Brosman), el primero le daría una soberana paliza al segundo, por la sencilla razón de que el Agente 007 se había convertido últimamente en una especie de Inspector Gadget guapo, rodeado de artilugios sofisticados de cara a la galería.
Pues bien, ha nacido un nuevo Bond, más serio, más humano. Al final de la película aparece con los nudillos magullados de tanta pelea, y sí, se llega incluso a despeinar.
Esperemos que la saga continúe por este camino, porque con Daniel Craig como Bond se ha resuperado al mejor Agente 007.
Los guionistas se han dado cuenta de que si ponemos a pelear a Bourne (Matt Damon) con James Bond (Pierce Brosman), el primero le daría una soberana paliza al segundo, por la sencilla razón de que el Agente 007 se había convertido últimamente en una especie de Inspector Gadget guapo, rodeado de artilugios sofisticados de cara a la galería.
Pues bien, ha nacido un nuevo Bond, más serio, más humano. Al final de la película aparece con los nudillos magullados de tanta pelea, y sí, se llega incluso a despeinar.
Esperemos que la saga continúe por este camino, porque con Daniel Craig como Bond se ha resuperado al mejor Agente 007.
9 de marzo de 2007
9 de marzo de 2007
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante asistencia a un doble bautismo de fuego nos brinda la 21 de las envidiadas correrías bondianas -rellénese este espacio con el consecuente e inevitable chiste fácil- pues es un bautismo de personaje y de actor.
No son gemelos. No son hermanos. Son la misma persona. Nace Bond y nace un nuevo Bond:
Este actor(azo) llamado Craig, Daniel Craig, tiene la apariencia física y psicológica que, a buen seguro, Ian Fleming tenía en mente al pergeñar su novela CASINO ROYALE, ambientada durante la guerra fría al contrario que en esta magnífica cinta, que acontece en la actualidad.
En resumen, vemos el origen de Bond y una nueva -a la par que acertadísima- encarnación. Para mitigar posibles dudas acerca del buen hacer de este santo hombre, revisen las grandiosas e imprescindibles CAMINO A LA PERDICIÓN y MUNICH (LAYER CAKE aun no la he visto, pinta más o menos como las otras y dicen que fue decisiva para que Craig fuera escogido para tan mítico rol).
El arranque-prólogo del film, con este "corto" en blanco y negro que podría titularse EL DOBLE CERO (Y CÓMO CONSEGUIRLO) es rápido, intenso y brutal. La historia que sigue después de dicho "corto" enlaza con él y con sus rudas maneras, dando una lección de anatomía -física y psicológica- de un James Bond haciendo sus primeros pinitos.
Y no olvidemos a las chicas Bond: No son papel mojado. Más bien son de pan mojado y, en el caso de Vesper, también de profundidad psicológica.
Lo que me reí al acabar la escena del aeropuerto, con esa sonrisa cínica de Bond y ese "plof" que suena.
No son gemelos. No son hermanos. Son la misma persona. Nace Bond y nace un nuevo Bond:
Este actor(azo) llamado Craig, Daniel Craig, tiene la apariencia física y psicológica que, a buen seguro, Ian Fleming tenía en mente al pergeñar su novela CASINO ROYALE, ambientada durante la guerra fría al contrario que en esta magnífica cinta, que acontece en la actualidad.
En resumen, vemos el origen de Bond y una nueva -a la par que acertadísima- encarnación. Para mitigar posibles dudas acerca del buen hacer de este santo hombre, revisen las grandiosas e imprescindibles CAMINO A LA PERDICIÓN y MUNICH (LAYER CAKE aun no la he visto, pinta más o menos como las otras y dicen que fue decisiva para que Craig fuera escogido para tan mítico rol).
El arranque-prólogo del film, con este "corto" en blanco y negro que podría titularse EL DOBLE CERO (Y CÓMO CONSEGUIRLO) es rápido, intenso y brutal. La historia que sigue después de dicho "corto" enlaza con él y con sus rudas maneras, dando una lección de anatomía -física y psicológica- de un James Bond haciendo sus primeros pinitos.
Y no olvidemos a las chicas Bond: No son papel mojado. Más bien son de pan mojado y, en el caso de Vesper, también de profundidad psicológica.
Lo que me reí al acabar la escena del aeropuerto, con esa sonrisa cínica de Bond y ese "plof" que suena.
26 de marzo de 2007
26 de marzo de 2007
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando ves esta película la verdad es que esperas a un Bond distinto de lo que se haya podido hacer hasta la fecha, distinto, porque Daniel Graig es cuanto menos todo lo contrario a los Bonds anteriores, un Bond rubio, con un físico rasurado y unos gestos de aprendiz que para nada tienen que ver con las anteriores entregas, con esos James estirados, clásicos, muy señoriales y sibaritas. Pero sin embargo, al cabo de unos veinte minutos te envuelve tanto la trama que acabas perdonando el cambio de imagen de Bond y te centras en una historia la mar de entretenida y hasta agradable de sobrellevar, donde la intriga y la acción se entremezclan junto con unos paisajes maravillosos para dar como resultado un producto, a todas luces bueno y refrescante.
Las actuaciones están geniales, con unas chicas Bond fantásticas, si bien, algo más de romances no hubiera estado mal, porque hay alguna que es poco menos que figurante.
Se echa en falta quizá esos openings pseudo-eróticos que hacían las delicias de todas las películas de 007, y el gran Q, con sus cachivaches. Así también, resulta original ver a un Bond haciendo parkour al comienzo de la cinta, cosa muy de moda hoy día.
Sin embargo hay una cosa que me dejó fuera de lugar, y es que con la intención de precuela que cuenta esta cinta, me resultó bastante singular ver adelantos técnicos tales como móviles, ordenadores portátiles, y un sin fin de tecnología que la verdad, dudo que pudieran existir en las décadas de los 60-70, pero ya se sabe, el universo Bond está cargado de sorpresas, y estas, por contra de resultar del todo incongruentes hay que tomarlas como vienen, como una forma de enriquecer dicho universo.
En definitiva, buena película, notable aparición de una cara nueva en el papel de James Bond, y entretenida historia que en sí fue la primera en escribirse para la pantalla.
Las actuaciones están geniales, con unas chicas Bond fantásticas, si bien, algo más de romances no hubiera estado mal, porque hay alguna que es poco menos que figurante.
Se echa en falta quizá esos openings pseudo-eróticos que hacían las delicias de todas las películas de 007, y el gran Q, con sus cachivaches. Así también, resulta original ver a un Bond haciendo parkour al comienzo de la cinta, cosa muy de moda hoy día.
Sin embargo hay una cosa que me dejó fuera de lugar, y es que con la intención de precuela que cuenta esta cinta, me resultó bastante singular ver adelantos técnicos tales como móviles, ordenadores portátiles, y un sin fin de tecnología que la verdad, dudo que pudieran existir en las décadas de los 60-70, pero ya se sabe, el universo Bond está cargado de sorpresas, y estas, por contra de resultar del todo incongruentes hay que tomarlas como vienen, como una forma de enriquecer dicho universo.
En definitiva, buena película, notable aparición de una cara nueva en el papel de James Bond, y entretenida historia que en sí fue la primera en escribirse para la pantalla.
2 de abril de 2007
2 de abril de 2007
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a dios recuperamos el prototipo de James Bond. Enamora la cara mala del hombre, su dureza y su incapacidad para mostrar sentiemientos. Daniel Craig es una de las mejores elecciones que se han hecho en 007.
Los primeros 10 minutos hielan la sangre del espectador con las increíbles cabriolas que este hombre es capaz de llevar a cabo. Cuchillos, armas, martini, póker, mujeres que caen rendidas en sus brazos, muertos, peleas, un malo malísimo y un Bond tan guapo que quita el hipo. A esta película no le falta, ni le sobra, ninguno de los tópicos de 007.
Los primeros 10 minutos hielan la sangre del espectador con las increíbles cabriolas que este hombre es capaz de llevar a cabo. Cuchillos, armas, martini, póker, mujeres que caen rendidas en sus brazos, muertos, peleas, un malo malísimo y un Bond tan guapo que quita el hipo. A esta película no le falta, ni le sobra, ninguno de los tópicos de 007.
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