El gran Gatsby
2013 

6.2
46,254
Drama. Romance
Nueva York, años 20. En la alta sociedad norteamericana, llama la atención la presencia de Jay Gatsby, un hombre misterioso e inmensamente rico, al que todos consideran un advenedizo, lo que no impide que acudan a sus fastuosas fiestas en su gran mansión de Long Island. Gatsby vive obsesionado con la idea de recuperar al amor que dejó escapar años atrás. Para ello se hará amigo de su vecino recién llegado, el joven Nick Carraway. (FILMAFFINITY) [+]
7 de junio de 2013
7 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es falsa de toda falsedad, ¡pero no es el cine una falsa construcción?. La película no es gran cosa, pero tiene momentos, sobre todo de corte visual de montaje e incluso de apabullante uso de la cámara. Pero es un juego narrativo pirotécnico, tan de moda esto días, pero ¿si no hay guiones y buenos relatos, que van a hacer? Si hasta los guionistas de Homeland parecen Dalton Trumbo o Gore Vidal.
Gatsby pasado por el Moulin Rouge. Con una parte de excesivo y casi kitch colorín y una segunda de un dramatismo a la actual confundiendo para no variar, lo sombrío con lo desgraciado.
Puede que pille el espíritu, aunque lo moderniza en la carpintería dramática. El guateque en el piso de NY es casi una opereta en sí mismo, pero, ¡¡lo que hubiera hecho Almodolar con esa parte!!. Ya se sabe Dios da mocos a quien no tiene moquero. Y en resumiendo una adaptación bastante leal a la novela aunque eso no le salva de un cierto descarrile.
Como película es mediocre, como espectáculo de fuegos artificiales eléctricos, electrónicos e informáticos tiene su interés. Y vayamos por partes (Jack the Ripper). Dirección ególatra y espejeante. Guión, bueno de la adaptación de Fitgerald, que por cierto no es para mí su mejor novela, ni siquiera “Suave es la noche”, la mejor es This Side of Paradise (a mi modesto entender). Los actores. Di Caprio afectado en la afectación, da el tipo. No es tan atractivo como Redford pero me gustó. Carey Mulligan hace de la mona e insulsa Daisy (odiosa en todas sus versiones), el personaje de Buchanan bien interpretado por un buen Joel Edgerton, pero exageradamente maniqueo y envarado y bueno los demás no están mal. Excepto el tal Maguire, si , ¡el hombre araña!. Con una cara de lila a las tres aspeando el cambio de tren en la estación de Venta de Baños. Un tontarra insufrible. La música en una peli de Luhrmann un elemento central, Está bien, el recurso a música actual en bailes y coreografías “Belle-Epoque”, no es nuevo pero seamos modernacos, le da cierta fuerza, y vale para que la digieran los jovenzanos entre palomita y palomita. Enorme Emeli Sande (escuchad su canción Clown), bien en general todo lo demás y mención especial para mi adorada Lana del Rey, la más falsa entre las falsas con esa manera de cantar moneando, que la hace tan adorable, tan debilidad chansioner. La imagen bastante conseguida aunque con guiños al videoclip y a los anuncios.
Pero hay algo que agradecer entre tanta rafia. Casi sin querer los guionistas dejan el sueño americano en el frontal del bosque y aunque poco se detienen en el problema emocional de Jay Gatsby. Un hombre enamorado de una mujer casada (que en la novela me pareció nuclear en la historia). Cuando un tipo se enamora de una mujer casada con otro, puede ser lo más abyecto o pasar por una vida emotiva incalculable. Dicen que no hay amor y pasión como la que se siente por una mujer en estas circunstancias. Y tiene todavía mucho que escribir y reflexionar la diferencia entre querer y poder querer. Hay dos frases excelentes para comprender la enjundia del asunto. Dice Daisy “Ojalá hubiera hecho todo lo inimaginable contigo”. Típica en las mujeres casadas que quieren a otro que no es el propio y siempre a toro pasado y todo después de elegir el edredón emocional del dinero. Y la otra que me pareció entonces cuando lo ley y hoy por motivos simétricos me ha vuelto a maravillar; Dice el narrador: “The extraordinary gift for hope”. Si, un hombre perdidamente enamorado de una mujer casada tiene un extraordinario don para la esperanza. La esperanza no es lo último que se pierde como diría un chusco. Es una suerte de ilusión muy especial y que no es que cambien la vida del hombre. Le hace vivir. De tal manera que al final la mirada de Di Caprio hacia el teléfono es la del hombre más enamorado posible, una chispa de esperanza y una chispa de desdicha. Al fin y al cabo en el fondo sabe que ella se va a ir a su hermosa casa de su hermoso entorno residencial y va a dormir, para siempre con su marido.
Si amiguitos, por eso Gatsby mira arrobado el rayo verde (Le rayon vert de los atardeceres, el homenaje al maestro francés, como el otro homenaje en ese momento posterior flotando en la piscina……Claro, ¡¡Eureka!!.... El Crepúsculo de los Dioses
Gatsby pasado por el Moulin Rouge. Con una parte de excesivo y casi kitch colorín y una segunda de un dramatismo a la actual confundiendo para no variar, lo sombrío con lo desgraciado.
Puede que pille el espíritu, aunque lo moderniza en la carpintería dramática. El guateque en el piso de NY es casi una opereta en sí mismo, pero, ¡¡lo que hubiera hecho Almodolar con esa parte!!. Ya se sabe Dios da mocos a quien no tiene moquero. Y en resumiendo una adaptación bastante leal a la novela aunque eso no le salva de un cierto descarrile.
Como película es mediocre, como espectáculo de fuegos artificiales eléctricos, electrónicos e informáticos tiene su interés. Y vayamos por partes (Jack the Ripper). Dirección ególatra y espejeante. Guión, bueno de la adaptación de Fitgerald, que por cierto no es para mí su mejor novela, ni siquiera “Suave es la noche”, la mejor es This Side of Paradise (a mi modesto entender). Los actores. Di Caprio afectado en la afectación, da el tipo. No es tan atractivo como Redford pero me gustó. Carey Mulligan hace de la mona e insulsa Daisy (odiosa en todas sus versiones), el personaje de Buchanan bien interpretado por un buen Joel Edgerton, pero exageradamente maniqueo y envarado y bueno los demás no están mal. Excepto el tal Maguire, si , ¡el hombre araña!. Con una cara de lila a las tres aspeando el cambio de tren en la estación de Venta de Baños. Un tontarra insufrible. La música en una peli de Luhrmann un elemento central, Está bien, el recurso a música actual en bailes y coreografías “Belle-Epoque”, no es nuevo pero seamos modernacos, le da cierta fuerza, y vale para que la digieran los jovenzanos entre palomita y palomita. Enorme Emeli Sande (escuchad su canción Clown), bien en general todo lo demás y mención especial para mi adorada Lana del Rey, la más falsa entre las falsas con esa manera de cantar moneando, que la hace tan adorable, tan debilidad chansioner. La imagen bastante conseguida aunque con guiños al videoclip y a los anuncios.
Pero hay algo que agradecer entre tanta rafia. Casi sin querer los guionistas dejan el sueño americano en el frontal del bosque y aunque poco se detienen en el problema emocional de Jay Gatsby. Un hombre enamorado de una mujer casada (que en la novela me pareció nuclear en la historia). Cuando un tipo se enamora de una mujer casada con otro, puede ser lo más abyecto o pasar por una vida emotiva incalculable. Dicen que no hay amor y pasión como la que se siente por una mujer en estas circunstancias. Y tiene todavía mucho que escribir y reflexionar la diferencia entre querer y poder querer. Hay dos frases excelentes para comprender la enjundia del asunto. Dice Daisy “Ojalá hubiera hecho todo lo inimaginable contigo”. Típica en las mujeres casadas que quieren a otro que no es el propio y siempre a toro pasado y todo después de elegir el edredón emocional del dinero. Y la otra que me pareció entonces cuando lo ley y hoy por motivos simétricos me ha vuelto a maravillar; Dice el narrador: “The extraordinary gift for hope”. Si, un hombre perdidamente enamorado de una mujer casada tiene un extraordinario don para la esperanza. La esperanza no es lo último que se pierde como diría un chusco. Es una suerte de ilusión muy especial y que no es que cambien la vida del hombre. Le hace vivir. De tal manera que al final la mirada de Di Caprio hacia el teléfono es la del hombre más enamorado posible, una chispa de esperanza y una chispa de desdicha. Al fin y al cabo en el fondo sabe que ella se va a ir a su hermosa casa de su hermoso entorno residencial y va a dormir, para siempre con su marido.
Si amiguitos, por eso Gatsby mira arrobado el rayo verde (Le rayon vert de los atardeceres, el homenaje al maestro francés, como el otro homenaje en ese momento posterior flotando en la piscina……Claro, ¡¡Eureka!!.... El Crepúsculo de los Dioses
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La mujer del gasolinero, más que atropellada no es "suicidada"?. Digo
La frase de Gatsby cuando explica su vida y le dice al melonaco de MacGuire que "si no la hubiera besado, no me habría enamorado y mi vida hubiera sido otra. Eso si que tiene tralla, pero mucha tralla..
Y lo de los ojos del Doctor Eckleburg a parte de todas esas tontás del sueño americano y tal, no suena un poco a Gran Hermano? (el de Orwell, no el de la tele de mi amigo Piqueras
La frase de Gatsby cuando explica su vida y le dice al melonaco de MacGuire que "si no la hubiera besado, no me habría enamorado y mi vida hubiera sido otra. Eso si que tiene tralla, pero mucha tralla..
Y lo de los ojos del Doctor Eckleburg a parte de todas esas tontás del sueño americano y tal, no suena un poco a Gran Hermano? (el de Orwell, no el de la tele de mi amigo Piqueras
12 de junio de 2013
12 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cineasta Baz Luhrmann ha vuelto 5 años después... y con él vuelve su inconfundible estampa cinematográfica. Pasados 3 minutos ya se comprueba que el film no puede ser de nadie más que de Luhrmann. A estas alturas su etiqueta se vuelve tan característica como reconocible, con su particular visión expositiva (que puede gustar más o menos) del amor imposible de triángulos, cargada de desenfado, triviliadad, pasteleo y humor, y narrada entre abrumadores confetis y bambalinas... de manera que la majestuosa forma siempre acaba teniendo más importancia que el fondo del argumento.
Tan inconfundible es lo que nos ofrece Luhrman dentro de su particular universo, que el 90% del tiempo parece que estemos viendo "Moulin Rouge!" en Nueva York y no otra cosa (ese primer tercio de elipsis narrativas con la voz en off del eterno escritor me recordaron sin remedio a los inicios de "Moulin Rouge!", ese romance imposible me recordó en su tratamiento al de Christian y Satine, a esa mansión de fiestas solo le faltaba la maravillosa Kylie Minogue, etc.). Aun así reconozco que "El gran Gatsby" me ha gustado bastante más que aquel musical, primero porque no tiene el defecto de alargarse en algún vulgar momento musical y segundo porque su guión esta vez tiene algo más de contenido.
Eso se nota que es gracias a la novela. Admito que no la he leído, pero viendo esta adaptación cinematográfica se intuye que la trama esconde el trasfondo de que el sueño americano es pura estafa y fachada (y que el personaje de Daisy es el símbolo de ese sueño visto con gafas de color de rosa)... y solo se puede intuir porque la adaptación no ofrece ese tratamiento hondo y amplio que sí parece tener la novela (la adaptación acaba convirtiendo al relato en "la historia de siempre de Baz Luhrmann"). Aún así el resultado que se nos da en la gran pantalla es el de un guión adecuadamente redondo que sabe abrir, desarrollar y cerrar la trama con puntería, un libreto con personajes llamativos y una trama entretenida con un gran número de itinerarios diversos pero siempre encantadores (y con alguna que otra situación intensa o empática respecto a sus personajes)... y con eso es suficiente, pues Luhrmann pone el resto con una puesta en escena verdaderamente brillante e imaginativa de la que es imposible apartar los ojos.
Reconozco que en sus primeros trabajos lo recargado y exagerado de la puesta en escena de Luhrmann me resultaba de lo más hortera, y la excesiva teatralidad de sus personajes para mí se convertía en ridículas sobreactuaciones. Pero no sé si será que Luhrmann tiene ya cierta madurez cinematográfica, pero donde antes veía una puesta en escena yerma, ahora veo un montaje tanto escénico como fílmico de lo más labrado y equilibrado a la hora de contribuir a una narración placentera.
Luhrman consigue no perder un ápice de su estilo kitsh, pomposo y estrambótico mientras que a su vez en este caso aporta un ensamblaje armónico y ponderado con un ritmo pletórico. El resultado es de una espectacularidad asombrosa y de un arte cautivador.
La cinta aporta una fastuosidad elegante y exquisita, un despliegue de escenarios inconmensurable (lo mejor que he visto en todo el año hasta la fecha), una dirección artística brillante, una fotografía loable y esplendorosa, una edición talentosa, una aporte de recursos estupendo y una banda sonora maravillosa que mezcla jazz, disco y rap (otro sello de Lurmann el incluir ritmos actuales "adelantados" a la época del film) que resulta una delicia y que envuelve a la narración de manera sublime.
A esto se le unen unas actuaciones estupendas (DiCaprio magnético esta vez encaja como un guante en su hierático galán, Maguire vuelve a asentarse en el papel que mejor se le da: el de tipo corriente, Edgerton es un malvado de lo más potente, Debicki sugiere y divierte... tal vez Mulligan sea la que flojee un poco más como "niña boba" y atormentada, pero tampoco es que esté horrible). Los actores contribuyen estupendamente a transmitir el nervio de algunas escenas.
A pesar de esto, el film tampoco evita algún momento de cursilada, infantilismo o ñoñería "marca de la casa" Lurhmann. Pero no llega a empañar un conjunto que se ve que tiene como objetivo hacer disfrutar con su estilo jovial y distraído... y lo logra.
No sé de otras versiones, pero este "Gran Gatsby" parece pensado para su generación: una película sin excesiva madurez en su tratamiento argumental, de espíritu juvenil y simple... pero que es verdaderamente entretenida (e incluso deja algún momento emocionante e inquieto) y lucida, con un artificio y una espectacularidad que, aunque no marque un antes y un después, es fascinante durante su visionado.
Lo mejor: Su deslumbrante puesta en escena (a (muchos) ratos es digna de admiración).
Lo peor: El desarrollo argumental tiene el sello Luhrmann, así que no esperen ningún momento de memorable impacto a seriedad. El doblaje al castellano del personaje de Daisy es irrisorio.
Tan inconfundible es lo que nos ofrece Luhrman dentro de su particular universo, que el 90% del tiempo parece que estemos viendo "Moulin Rouge!" en Nueva York y no otra cosa (ese primer tercio de elipsis narrativas con la voz en off del eterno escritor me recordaron sin remedio a los inicios de "Moulin Rouge!", ese romance imposible me recordó en su tratamiento al de Christian y Satine, a esa mansión de fiestas solo le faltaba la maravillosa Kylie Minogue, etc.). Aun así reconozco que "El gran Gatsby" me ha gustado bastante más que aquel musical, primero porque no tiene el defecto de alargarse en algún vulgar momento musical y segundo porque su guión esta vez tiene algo más de contenido.
Eso se nota que es gracias a la novela. Admito que no la he leído, pero viendo esta adaptación cinematográfica se intuye que la trama esconde el trasfondo de que el sueño americano es pura estafa y fachada (y que el personaje de Daisy es el símbolo de ese sueño visto con gafas de color de rosa)... y solo se puede intuir porque la adaptación no ofrece ese tratamiento hondo y amplio que sí parece tener la novela (la adaptación acaba convirtiendo al relato en "la historia de siempre de Baz Luhrmann"). Aún así el resultado que se nos da en la gran pantalla es el de un guión adecuadamente redondo que sabe abrir, desarrollar y cerrar la trama con puntería, un libreto con personajes llamativos y una trama entretenida con un gran número de itinerarios diversos pero siempre encantadores (y con alguna que otra situación intensa o empática respecto a sus personajes)... y con eso es suficiente, pues Luhrmann pone el resto con una puesta en escena verdaderamente brillante e imaginativa de la que es imposible apartar los ojos.
Reconozco que en sus primeros trabajos lo recargado y exagerado de la puesta en escena de Luhrmann me resultaba de lo más hortera, y la excesiva teatralidad de sus personajes para mí se convertía en ridículas sobreactuaciones. Pero no sé si será que Luhrmann tiene ya cierta madurez cinematográfica, pero donde antes veía una puesta en escena yerma, ahora veo un montaje tanto escénico como fílmico de lo más labrado y equilibrado a la hora de contribuir a una narración placentera.
Luhrman consigue no perder un ápice de su estilo kitsh, pomposo y estrambótico mientras que a su vez en este caso aporta un ensamblaje armónico y ponderado con un ritmo pletórico. El resultado es de una espectacularidad asombrosa y de un arte cautivador.
La cinta aporta una fastuosidad elegante y exquisita, un despliegue de escenarios inconmensurable (lo mejor que he visto en todo el año hasta la fecha), una dirección artística brillante, una fotografía loable y esplendorosa, una edición talentosa, una aporte de recursos estupendo y una banda sonora maravillosa que mezcla jazz, disco y rap (otro sello de Lurmann el incluir ritmos actuales "adelantados" a la época del film) que resulta una delicia y que envuelve a la narración de manera sublime.
A esto se le unen unas actuaciones estupendas (DiCaprio magnético esta vez encaja como un guante en su hierático galán, Maguire vuelve a asentarse en el papel que mejor se le da: el de tipo corriente, Edgerton es un malvado de lo más potente, Debicki sugiere y divierte... tal vez Mulligan sea la que flojee un poco más como "niña boba" y atormentada, pero tampoco es que esté horrible). Los actores contribuyen estupendamente a transmitir el nervio de algunas escenas.
A pesar de esto, el film tampoco evita algún momento de cursilada, infantilismo o ñoñería "marca de la casa" Lurhmann. Pero no llega a empañar un conjunto que se ve que tiene como objetivo hacer disfrutar con su estilo jovial y distraído... y lo logra.
No sé de otras versiones, pero este "Gran Gatsby" parece pensado para su generación: una película sin excesiva madurez en su tratamiento argumental, de espíritu juvenil y simple... pero que es verdaderamente entretenida (e incluso deja algún momento emocionante e inquieto) y lucida, con un artificio y una espectacularidad que, aunque no marque un antes y un después, es fascinante durante su visionado.
Lo mejor: Su deslumbrante puesta en escena (a (muchos) ratos es digna de admiración).
Lo peor: El desarrollo argumental tiene el sello Luhrmann, así que no esperen ningún momento de memorable impacto a seriedad. El doblaje al castellano del personaje de Daisy es irrisorio.
12 de junio de 2013
12 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy acudí al cine sabiendo que iba a ver una película de Baz Luhrmann y que no podía esperar demasiado. Y así ha sido. Tras más de dos horas de película, al finalizar una se queda con la extraña sensación de que lo que ha visto en realidad está vacío. Tal vez sea por el estilo tan delirante y exagerado que caracteriza al director y que yo tanto detesto. No es peor que otros, pero desde luego no es mi estilo.
La historia que narra me ha parecido sumamente interesante, y probablemente lea la novela de Fitzgerald en breve, porque me ha atrapado. Un hombre al que todos creen conocer, que acuden a sus flamantes fiestas y que hacen todo tipo de conjeturas sobre él, hasta tal punto, como dice Nick Carraway, que no sabes quién es en realidad. En cambio Gatsby sólo tiene una obsesión: recuperar a Daisy, su amor del pasado. Esto me ha parecido el punto fuerte de la película, cómo se empecina en recuperar lo que ha perdido para siempre, porque en realidad no ha amado a la verdadera Daisy, sino al recuerdo que tenía de ella. Me parece muy conmovedor.
Yo tengo un problema con las historias de amor, y es que si no soy capaz de conectar con la personalidad de los personajes y con sus sentimientos, no logro entender por qué se aman. Y eso me pasa con Daisy Buchanan. Me he pasado la mayor parte de la película insultándola, rabiando porque ya quisiera yo que alguien pensara en mí con tanta intensidad como Jay Gatsby. Y en cambio ella es la típica niña bien, superficial, pija e insoportable que sólo te trasmite ganas de estrangularla, que prefiere el lujo al que está acostumbrada, pero que nunca será capaz de sentir nada, ni siquiera el verdadero amor.
La historia que narra me ha parecido sumamente interesante, y probablemente lea la novela de Fitzgerald en breve, porque me ha atrapado. Un hombre al que todos creen conocer, que acuden a sus flamantes fiestas y que hacen todo tipo de conjeturas sobre él, hasta tal punto, como dice Nick Carraway, que no sabes quién es en realidad. En cambio Gatsby sólo tiene una obsesión: recuperar a Daisy, su amor del pasado. Esto me ha parecido el punto fuerte de la película, cómo se empecina en recuperar lo que ha perdido para siempre, porque en realidad no ha amado a la verdadera Daisy, sino al recuerdo que tenía de ella. Me parece muy conmovedor.
Yo tengo un problema con las historias de amor, y es que si no soy capaz de conectar con la personalidad de los personajes y con sus sentimientos, no logro entender por qué se aman. Y eso me pasa con Daisy Buchanan. Me he pasado la mayor parte de la película insultándola, rabiando porque ya quisiera yo que alguien pensara en mí con tanta intensidad como Jay Gatsby. Y en cambio ella es la típica niña bien, superficial, pija e insoportable que sólo te trasmite ganas de estrangularla, que prefiere el lujo al que está acostumbrada, pero que nunca será capaz de sentir nada, ni siquiera el verdadero amor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Porque está claro que dejar que la persona a la que supuestamente amas cargue con la culpa de algo que no ha hecho, ni siquiera acudir a su entierro y huir como una rata asquerosa y cobarde, no es amor. Es ser lo más despreciable del mundo.
A lo largo de todo el metraje deseas hacerle abrirle los ojos a Gatsby, y eso me parece bueno, porque conectas con su historia.
Refiriéndome a la película en sí, ya he dicho que no me gusta el estilo de Luhrmann. He encontrado algunos paralelismos con MOULIN ROUGE, como por ejemplo que el narrador es un hombre que ve los hechos con una distancia en el tiempo, y que escribe sobre lo que recuerda. Hay muchas exageraciones, tantas que a veces da vergüenza ajena (como cuando vemos cómo atropellan a la amante del marido de Daisy). El montaje llega a marear porque se juntan demasiadas imágenes, y no da tiempo a asimilar toda la información que nos llega. Hay frases que no vienen a cuento, algunas tan ñoñas ("¿abrirse con una flor?" ¡Por favor!) que me hicieron soltar una carcajada. La música es muy acertada, aunque darle ese toque moderno a las fiestas no me parece adecuado. Debería ajustarse más a realidad de esa época.
Personalmente me quedo con una de las escenas finales, cuando han disparado a Gatsby y él mira su pecho, después ve la luz verde y cae muerto a la piscina. He podido sentir en carne propia el dolor de Gatsby no porque va a morir, sino porque sabe que ya nunca podrá tener la vida que siempre quiso con Daisy. Ya nunca volverá a ver su adorado rostro.
A lo largo de todo el metraje deseas hacerle abrirle los ojos a Gatsby, y eso me parece bueno, porque conectas con su historia.
Refiriéndome a la película en sí, ya he dicho que no me gusta el estilo de Luhrmann. He encontrado algunos paralelismos con MOULIN ROUGE, como por ejemplo que el narrador es un hombre que ve los hechos con una distancia en el tiempo, y que escribe sobre lo que recuerda. Hay muchas exageraciones, tantas que a veces da vergüenza ajena (como cuando vemos cómo atropellan a la amante del marido de Daisy). El montaje llega a marear porque se juntan demasiadas imágenes, y no da tiempo a asimilar toda la información que nos llega. Hay frases que no vienen a cuento, algunas tan ñoñas ("¿abrirse con una flor?" ¡Por favor!) que me hicieron soltar una carcajada. La música es muy acertada, aunque darle ese toque moderno a las fiestas no me parece adecuado. Debería ajustarse más a realidad de esa época.
Personalmente me quedo con una de las escenas finales, cuando han disparado a Gatsby y él mira su pecho, después ve la luz verde y cae muerto a la piscina. He podido sentir en carne propia el dolor de Gatsby no porque va a morir, sino porque sabe que ya nunca podrá tener la vida que siempre quiso con Daisy. Ya nunca volverá a ver su adorado rostro.
12 de junio de 2013
12 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me duele darle la puntuación que le he puesto. Y no solo porque esperaba más de esta película y que hiciera honor a la historia en que se basa, sino también por las benevolentes críticas de unas amigas con las que suelo coincidir en bastantes gustos. Pero si soy honesta debo aclarar todos los por qués.
La primera parte de la película me ha chirriado bastante, hasta rozar lo grotesco en algunos aspectos, pero no quiero ser injusta y debo admitir que en la última media hora he vislumbrado algo del espíritu del que Franz Scott Fitzgerald dotó a su libro más reconocido. Sé que hay varias versiones y no puedo juzgar, primero porque no me gusta comparar y segundo porque no he visto nada más que la que me ocupa esta crítica. Pero entre sus defensores me encuentro con argumentos del tipo que era necesario contar esta historia a las nuevas generaciones y retratar el colorido y fastuoso mundo de los neoyorkinos años 20 con los adelantos visuales de los que goza el cine actual. Pues bien, no veía mal esta idea pero cual es mi sorpresa cuándo me encuentro con una de las escenas más esperpénticas que recuerdo del cine. Sí, me refiero a la fiesta dónde Nick descubre aspectos sórdidos de la vida del marido de su prima. No sé si seré yo, pero el director nos toma a todos los jóvenes por unos fiesteros amantes del reaggeton o se tomó algo antes de rodas esas escenas. ¿Tan mal suena el jazz como para que no le vaya a gustar a la gente o eche para atrás a la juventud? Si estamos en una película con ambientación en los años 20, al menos algo de realismo (aunque se ve que pedirle esto al director de Moulin Rouge es como esperar a que las ranas se vean obligadas a depilarse). Mi recomendación para Luhrmann es que la próxima vez, si la hubiera, visionase Some like it hot y la ambientación que hizo Billy Wilder de los años de La ley seca.
Dejando un poco de lado el tema meramente técnico, me centraré algo más en la historia. El libro de El gran Gatsby muestra el inevitable vaivén de unos personajes entre dos mundos, el primero fastuoso y hueco como un castillo de naipes y el segundo real, deprimente pero con sentimiento (no me extraña que el autor se sintiera necesitado de relatar los entresijos que hay en las relaciones sociales, y cómo a veces la condición humana viene determinada por nuestro entorno y dirige nuestro destino). Este último aspecto creo que si puede palparse en el lugar que subyace de manera sórdida en todo el decorado de la película, es decir, la zona obrera y mugrienta de la periferia neoyorkina. Lugar que entraña lo más soterrado de la humanidad, dónde algunos ricos acostumbraban a tomar aquello que creían suyo, demostrando una vez más la razón que tiene una de las sentencias del libro sobre el mundo de los poderosos. Lugar que sirve a su vez de nexo de unión entre el mundo alocado de Nueva York, con sus fiestas, y la bahía de Long Island dónde un hombre abandonado a sus sueños renuncia a su propia persona con el fin de conseguir aquello que más anhela. Un anhelo convertido en sueño que se aproxima a la realidad, pero que en su cercanía a la victoria nos muestra a los demás por qué hay sueños que no deberían querer materializarse. ¿Por qué? Pues porque el dulce olor que desprende una flor puede saber a almendras amargas si nos arriesgamos a ir contracorriente. El pasado es importante y ha contribuido a ser cómo somos, pero tal y como dice le dice Nick a Gatsby, el pasado no puede repetirse. Y está claro que Gatsby está enquistado en una nube con la que se topó hace cinco años.
La primera parte de la película me ha chirriado bastante, hasta rozar lo grotesco en algunos aspectos, pero no quiero ser injusta y debo admitir que en la última media hora he vislumbrado algo del espíritu del que Franz Scott Fitzgerald dotó a su libro más reconocido. Sé que hay varias versiones y no puedo juzgar, primero porque no me gusta comparar y segundo porque no he visto nada más que la que me ocupa esta crítica. Pero entre sus defensores me encuentro con argumentos del tipo que era necesario contar esta historia a las nuevas generaciones y retratar el colorido y fastuoso mundo de los neoyorkinos años 20 con los adelantos visuales de los que goza el cine actual. Pues bien, no veía mal esta idea pero cual es mi sorpresa cuándo me encuentro con una de las escenas más esperpénticas que recuerdo del cine. Sí, me refiero a la fiesta dónde Nick descubre aspectos sórdidos de la vida del marido de su prima. No sé si seré yo, pero el director nos toma a todos los jóvenes por unos fiesteros amantes del reaggeton o se tomó algo antes de rodas esas escenas. ¿Tan mal suena el jazz como para que no le vaya a gustar a la gente o eche para atrás a la juventud? Si estamos en una película con ambientación en los años 20, al menos algo de realismo (aunque se ve que pedirle esto al director de Moulin Rouge es como esperar a que las ranas se vean obligadas a depilarse). Mi recomendación para Luhrmann es que la próxima vez, si la hubiera, visionase Some like it hot y la ambientación que hizo Billy Wilder de los años de La ley seca.
Dejando un poco de lado el tema meramente técnico, me centraré algo más en la historia. El libro de El gran Gatsby muestra el inevitable vaivén de unos personajes entre dos mundos, el primero fastuoso y hueco como un castillo de naipes y el segundo real, deprimente pero con sentimiento (no me extraña que el autor se sintiera necesitado de relatar los entresijos que hay en las relaciones sociales, y cómo a veces la condición humana viene determinada por nuestro entorno y dirige nuestro destino). Este último aspecto creo que si puede palparse en el lugar que subyace de manera sórdida en todo el decorado de la película, es decir, la zona obrera y mugrienta de la periferia neoyorkina. Lugar que entraña lo más soterrado de la humanidad, dónde algunos ricos acostumbraban a tomar aquello que creían suyo, demostrando una vez más la razón que tiene una de las sentencias del libro sobre el mundo de los poderosos. Lugar que sirve a su vez de nexo de unión entre el mundo alocado de Nueva York, con sus fiestas, y la bahía de Long Island dónde un hombre abandonado a sus sueños renuncia a su propia persona con el fin de conseguir aquello que más anhela. Un anhelo convertido en sueño que se aproxima a la realidad, pero que en su cercanía a la victoria nos muestra a los demás por qué hay sueños que no deberían querer materializarse. ¿Por qué? Pues porque el dulce olor que desprende una flor puede saber a almendras amargas si nos arriesgamos a ir contracorriente. El pasado es importante y ha contribuido a ser cómo somos, pero tal y como dice le dice Nick a Gatsby, el pasado no puede repetirse. Y está claro que Gatsby está enquistado en una nube con la que se topó hace cinco años.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una nube llamada Daisy, que muestra a mi parecer uno de las características más negativas que nos atribuyen a las mujeres, la volubilidad emocional y el interés. Considerándome una mujer del siglo XXI en cuanto a pensamiento, me repele esta imagen que da el libro y la película (algunos no lo ven pero creo que hay escenas que lo dejan bastante claro) de algunas mujeres. Tal vez la personalidad de Daisy no se deba solo a su condición de mujer, sino que su posición social juegue un papel clave. Al igual que los de su clase tan solo acostumbra a divertirse y salirse con la suya, eso sí, el tema de eludir responsabilidades también lo domina bastante bien. La actuación de Mulligan la encuentro en sintonía, me comentaron con quejas que tenía voz de mujer florero y tonta, pero es que Daisy es así. Y qué decir de Tom Buchanan, el personaje está bastante logrado, un hombre bruto, sin escrúpulos y un posible maltratador, tema que deja entrever el libro de manera implícita.
Por último me veo en la obligación de rendir mi particular homenaje a Nick Carraway y a Jay Gatsby, los verdaderos protagonistas (e interpetados magistralmente por Maguire y Dicaprio). Lo son así en mi mente pues solo considero como genuinos a aquellos que constan de una realidad moral, y eso creo que quería destacar Fitzgerald, la irrealidad en la que viven sumergidas tantas personas por dejarse llevar y la fragilidad de todas las relaciones que entablamos, aspecto llevado al máximo en el entierro de Gatsby y la soledad que acompaña al único hombre que vio en él a alguien humano y digno de respeto. Tanto Nick como Gatsby nacieron y se hicieron a sí mismos, cada uno perseguía su propio sueño americano. Es manifiesto el existencialismo y la deriva moral a la que se dirigía la sociedad americana tras la Gran Guerra. Así lo muestra el libro, pero en la película cuesta concebir esta idea a no ser que el espectador vaya informado. Si al menos las fiestas con música hip-hop, reaggeton y Lana del Rey hubieran servido para retratar ese mundo tan vacío y decadente...Pero no creo que muchos se hayan quedado con esa imagen. Es por eso que he echado de menos momentos que alternasen la jauría humana y el griterío con otros en los que la soledad y el pensamiento intimista fueran protagonistas. Por lo tanto creo que ha faltado profundizar, las fiestas se ven muy visuales, llenas de luz, color y gente contenta...Pero hay algo muy palpable y malévolo en el subsuelo de ese mundo tan fastuoso que ha brillado por su ausencia en la adaptación del directo australiano. Tan solo ha habido dos veces dónde se ha notado esta idea, encarnada en la persona de Nick y su posición dentro y fuera de un mismo mundo a la vez. Pues aunque parezca que no se entera de nada, es el gran protagonista, el narrador que sirve de hilo conductor para irnos mostrando todos los entresijos del relato a través de sus buenas percepciones.
Mi conclusión es que puede que tengamos sueños pero debemos creer en ellos con la máxima sensatez, pues de esta película se desprende que cuándo los sentimientos entran en juego todo nuestro recorrido puede haber sido en vano. De todos modos, la vida es una constante aventura en la que se gana y se pierde, y el perder a veces es necesario para valorar todo con justicia. De esto y de mucho más habla el libro en el que se basa dicha película, fallida es algunos aspectos cruciales pero que tampoco debe desdeñarse, pues el arte es subjetivo y toda aportación suma. Fitzgerald mostró el triunfo de lo material y fatuo sobre el romanticismo y la verdad. Reflejó una continua desazón debido al mundo en el que vivía y hacía dónde nos dirigíamos. Quiero creer que algo de todo ello se deja entrever en esta versión tan moderna. Pero yo, sin duda, me seguiré quedando con la historia que mi mente retuvo hace unos años al leer las palabras de, para mí, uno de los mejores autores de la Generación Perdida.
Por último me veo en la obligación de rendir mi particular homenaje a Nick Carraway y a Jay Gatsby, los verdaderos protagonistas (e interpetados magistralmente por Maguire y Dicaprio). Lo son así en mi mente pues solo considero como genuinos a aquellos que constan de una realidad moral, y eso creo que quería destacar Fitzgerald, la irrealidad en la que viven sumergidas tantas personas por dejarse llevar y la fragilidad de todas las relaciones que entablamos, aspecto llevado al máximo en el entierro de Gatsby y la soledad que acompaña al único hombre que vio en él a alguien humano y digno de respeto. Tanto Nick como Gatsby nacieron y se hicieron a sí mismos, cada uno perseguía su propio sueño americano. Es manifiesto el existencialismo y la deriva moral a la que se dirigía la sociedad americana tras la Gran Guerra. Así lo muestra el libro, pero en la película cuesta concebir esta idea a no ser que el espectador vaya informado. Si al menos las fiestas con música hip-hop, reaggeton y Lana del Rey hubieran servido para retratar ese mundo tan vacío y decadente...Pero no creo que muchos se hayan quedado con esa imagen. Es por eso que he echado de menos momentos que alternasen la jauría humana y el griterío con otros en los que la soledad y el pensamiento intimista fueran protagonistas. Por lo tanto creo que ha faltado profundizar, las fiestas se ven muy visuales, llenas de luz, color y gente contenta...Pero hay algo muy palpable y malévolo en el subsuelo de ese mundo tan fastuoso que ha brillado por su ausencia en la adaptación del directo australiano. Tan solo ha habido dos veces dónde se ha notado esta idea, encarnada en la persona de Nick y su posición dentro y fuera de un mismo mundo a la vez. Pues aunque parezca que no se entera de nada, es el gran protagonista, el narrador que sirve de hilo conductor para irnos mostrando todos los entresijos del relato a través de sus buenas percepciones.
Mi conclusión es que puede que tengamos sueños pero debemos creer en ellos con la máxima sensatez, pues de esta película se desprende que cuándo los sentimientos entran en juego todo nuestro recorrido puede haber sido en vano. De todos modos, la vida es una constante aventura en la que se gana y se pierde, y el perder a veces es necesario para valorar todo con justicia. De esto y de mucho más habla el libro en el que se basa dicha película, fallida es algunos aspectos cruciales pero que tampoco debe desdeñarse, pues el arte es subjetivo y toda aportación suma. Fitzgerald mostró el triunfo de lo material y fatuo sobre el romanticismo y la verdad. Reflejó una continua desazón debido al mundo en el que vivía y hacía dónde nos dirigíamos. Quiero creer que algo de todo ello se deja entrever en esta versión tan moderna. Pero yo, sin duda, me seguiré quedando con la historia que mi mente retuvo hace unos años al leer las palabras de, para mí, uno de los mejores autores de la Generación Perdida.
14 de junio de 2013
14 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por curioso que pueda parecer, esta es la primera película que veo de este muy conocido director australiano, y es que sinceramente de sus obras anteriores ninguna me ha llamado la atención, la cosa no ha cambiado luego de ver a Gatsby, que por cierto decidí verla por tres razones: DiCaprio, Mulligan y por el importante texto en que se basa.
Pues sí, me embarque a ver algo del cine de Luhrmann, que ya algo había leído sobre su forma de trabajar, poco minutos tuvieron que pasar para confirmar y caer en cuenta en la acartonada (pero adornada con colores brillantes), dirección fantasiosa y casi infantil de este hombre, cuanto exceso.
Tanto como las excedidas fiestas del personaje principal, coreografías exageradas y falsas, secuencias caricaturescas, suntuosa a más no poder, con una cámara que parece no poder quedarse quieta (que se les olvidó comprar el trípode y se acordaron hasta el final), hasta llegar al punto de marear, ni quiero pensar que fue verla en 3D.
Todo se acompaña con una música, que en el 75% de los casos se siente mucho, sobreexpuesta y peor aún, que no calza con la época, cuando vi a Jay-Z dentro de los productores todo empezó a calzar, pero por otro lado, la verdad, hasta da cierta pena.
De la trama de la película, que va de un misterioso hombre millonario con una vida bastante retraída pero que hace unas enormes fiestas llenas de exceso y lujuria, todo con un objetivo muy claro y que se va develando conforme pasa el tiempo.
El Gatsby de Luhrmann es una obra que tiene sus mejores momentos en los minutos finales, cuando se acaba la majestuosidad, cuando se torna un poco más serio todo el asunto y el drama crece, pero esto no salva al film, ni lo salva la actuación de DiCaprio, por lo que termina siendo una gran desilusión.
No sé, tenía muchas ansias de ver esta película, por las tres razones antes mencionadas, las críticas que la flojeaban bastante me fueron bajando las expectativas, por eso a pesar de que llevaba rato en el cine no la había ido a ver y bueno, la desilusión se confirma, quizá si hubiera visto algo antes de este director no me hubiera ilusionado tanto.
Pues sí, me embarque a ver algo del cine de Luhrmann, que ya algo había leído sobre su forma de trabajar, poco minutos tuvieron que pasar para confirmar y caer en cuenta en la acartonada (pero adornada con colores brillantes), dirección fantasiosa y casi infantil de este hombre, cuanto exceso.
Tanto como las excedidas fiestas del personaje principal, coreografías exageradas y falsas, secuencias caricaturescas, suntuosa a más no poder, con una cámara que parece no poder quedarse quieta (que se les olvidó comprar el trípode y se acordaron hasta el final), hasta llegar al punto de marear, ni quiero pensar que fue verla en 3D.
Todo se acompaña con una música, que en el 75% de los casos se siente mucho, sobreexpuesta y peor aún, que no calza con la época, cuando vi a Jay-Z dentro de los productores todo empezó a calzar, pero por otro lado, la verdad, hasta da cierta pena.
De la trama de la película, que va de un misterioso hombre millonario con una vida bastante retraída pero que hace unas enormes fiestas llenas de exceso y lujuria, todo con un objetivo muy claro y que se va develando conforme pasa el tiempo.
El Gatsby de Luhrmann es una obra que tiene sus mejores momentos en los minutos finales, cuando se acaba la majestuosidad, cuando se torna un poco más serio todo el asunto y el drama crece, pero esto no salva al film, ni lo salva la actuación de DiCaprio, por lo que termina siendo una gran desilusión.
No sé, tenía muchas ansias de ver esta película, por las tres razones antes mencionadas, las críticas que la flojeaban bastante me fueron bajando las expectativas, por eso a pesar de que llevaba rato en el cine no la había ido a ver y bueno, la desilusión se confirma, quizá si hubiera visto algo antes de este director no me hubiera ilusionado tanto.
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