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El camino de los sueños

Intriga. Drama. Thriller. Romance Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí. (FILMAFFINITY)
Críticas 485
Críticas ordenadas por utilidad
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1
5 de septiembre de 2014
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No importa que Naomi Watts haga un papelón, ni que ciertas escenas tengan una estética muy artística. No me importa.
¿Para qué me voy a engañar a mí mismo? Esta película es incomprensible. Le puedes dar todas las vueltas que quieras. Puedes debatir en foros hasta gastar el teclado. Simplemente, no tiene sentido. El propio director, que parece demente por haber hecho esto, ha reconocido que ni él mismo tiene muy claro lo que quería contar, sobre todo en el desquiciado final. Ni siquiera entendiéndolo todo como un sueño se puede sacar algo en claro o con un mínimo de coherencia.
Así que, ¿es buena? Yo no lo creo. Una cosa es que un argumento lo explique todo muy bien, pero en este caso es todo lo contrario. El sinsentido y el absurdo más grande del mundo es "Mulholland drive". Pero claro, queda muy bien decir que es un peliculón. Supongo que será como esos cuadros de manchas de color que para algunos tienen una expresividad que yo no logro ver.
¡No la entiendo! Y como no la entiendo, no me interesa lo más mínimo, y punto.
Lo único que le veo bueno es la capacidad de atraparte hasta el final, intentando llegar a alguna parte. Y al final, se te queda cara de tonto.
10
11 de enero de 2006
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sensacional en el primer visionado, obra maestra en el segundo. Espléndida película de David Lynch en la que puede parecer que nada tiene sentido y que el director no ha hecho otra cosa que tomarnos el pelo (magistralmente, eso si), pero aun sin entender el sentido de dicho film, el ritmo y las escenas son de una belleza increíbles. Una vez empiezas a atar cabos y ves que el guión está creado con tiralíneas y todo empieza a encajar se convierte en una obra maestra sin lugar a dudas. También cabe destacar la gran actuación de Naomi Watts que está sensacional.
10
19 de febrero de 2006
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillantísimo ejercicio de narración cinematográfica. Una sencilla historia enmarcada en el mundillo del cine hollywoodense narrada de una compleja y bellísima forma por el siempre interesante David Lynch. La interpretación de Naomi Watts es absolutamente magistral y sólo por verla ya merece la pena esta inclasificable película. Hace pensar y mucho ya que lo principal es cómo está contada por encima de qué nos cuenta. Ambas cosas, el cómo y el qué, resultan maravillosamente seductoras y harán las delicias de cualquiera que esté dispuesto a ir un poco más allá de lo que se ve en la pantalla. Uno de los mejores trabajos de David Lynch y seguramente el mejor que hará Watts en toda su carrera. Y es que veo muy difícil que nadie pueda ofrecerle un papel tan interesante y lleno de matices.
4
24 de mayo de 2021
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
179/39(23/05/21) Acabo de ver este film de culto dirigido por el maestro del surrealismo David Lynch (aquí escribe y dirige), que cumple ahora 20 años desde su estreno el 16 de mayo en el Festival de Cine de Cannes, y aun me encuentro bajo su influjo, una maravilla expositiva cadencioso alegórica, con galería de imágenes hipnótico –existencialistas, en mancomunión con melodías lisérgicas por obra del gran Angelo Badalamenti (hace un cameo como mafiosillo) nos evocan lugares ignotos dentro de nuestra epicúrea mente, donde el simbolismo más sibarita se da la mano con la crítica más mordaz y sensibilizada contra la industria del arte, componiendo una reflexión cautivadora sobre el amor y sus derivaciones; Pues bien, lo leído hasta aquí es morralla de gafapastas (solo salvo lo de Badalamenti) propia de los que dicen entender este producto creado por un alter ego del Sastrecillo del cuento de Andersen, que debe estar riéndose en su mansión en Mullholland Drive, mientras acaricia a un gatito negro, pues sabe que tras crear este desvarío sin pies ni cabeza, cual montón de piezas de puzles diferentes y desiguales tamaños, siempre habrá gente (empedernidos y fundamentalistas exégetas) que serán capaces de decir que las piezas encajan.

Bajo la pátina de film de misterio y thriller Lynch despliega un relato lineal durante gran parte de la cinta, entremezclando tres sub tramas: Por un lado está la principal, a la que se le dedica más tiempo, con una mujer (Laura Harring) que tras un accidente de tráfico nocturno queda amnésica y va a parar por azar al apartamento de una joven aspirante a actriz (Naomi Watts), las dos se hacen amigas e intentan descubrir la personalidad de la primera; Por otro lado tenemos a un director de cine (Justin Theroux) que se niega a aceptar de los productores a una actriz para su próxima película, entrando en una espiral de caída libre cuando descubre a su mujer con el limpia-piscinas (Billy Ray Cirus) en la cama; La tercera es la de un asesino a sueldo (Mark Pellegrino), en medio de conversaciones de pesadillas, o de ejecuciones torpes; Ello en una mezcla caótica de tonalidades, donde todo la posible sugestión se la lleva la primera sub historia, pero de pronto llegado al último cuarto (con la entrada en el Club Silencio), la película, que tampoco era nada del otro mundo, desbarra hacia un cuadro de Picasso, dentro de uno de Dalí, incrustado en un laberinto kafkiano, y todo salido de la mente de un perro borracho.

Y llegados a esta parte críptica Lynch se aprovecha de esa curiosidad innata a todo cinéfilo de querer encontrar respuestas a las incógnitas, se surte de colocar situaciones bizarras (cambios de identidades, Cajas de Pandora, canciones tristes, diablos con aspecto de vagabundos-zombis, seres diminutos que salen de bolsas de papel con cacas de perro, estos pasan por debajo de puertas y toman tamaño normal para asustar, y más elementos inverosímiles) extrañas, arbitrarias, donde todo al final resulta por ser tan simple y a la vez tan de mal trilero, que es un (PUTO) sueño/pesadilla, cual gran episodio final (entiéndaseme la ironía) de “Los Serrano”, me siento estafado por un onanista petulante que no tiene la mitad de maestría que se cree para poder embaucarme con sus movimientos de mano donde la bolita se ve la tiene escondida en la manga. Es todo un akelarre de momentos inquietantes que tan bien compone el cineasta de Montana, con otros risibles, sumados a momentos grotescos, todo me queda fragmentado, en muchos casos sucesión viñetas creadas para provocarte preguntas, ya mí me gusta el cine complejo, de hecho, me maravilló la también lynchiana “Carretera perdida” (1997), pero es que el ego parece habérsele subido demasiado y más que jugar a cineasta, juega a reírse del espectador, como demuestran incluso trabajos posteriores como la infumable “Inland Empire” (2006) y la última temporada de “Twin Peaks” (2017), que no he podido pasar del tercer episodio.

Aunque puede todo sea más simple y todo el caos provenga de que son demasiadas ideas sueltas por el metraje que se desarrollarían en capítulos posteriores, a modo de “Twin Peaks”, y es que esta producción estaba destinada a ser una serie de tv, pero al final tornó en film, puede que los muchos ‘michelines’ que hay provengan de ahí.

Mi teoría sobre lo que cuenta la cinta es ‘outsider’: Es David Lynch un director erotómano perverso, como bien ha demostrado a lo largo de su carrera con “Blue Velvet”, “Twin Peaks”, o “Carretera perdida”. Para ello se monta una historia sin pies ni cabeza, que esto siempre da juego por aquello de que si dices que no lo entiendes es que no eres inteligente, pues te callas y pones ojos de maravillarte. Como no hay una sola actriz medio conocida que trague los trucos baratos de este cineasta, debe busca a dos actrices desconocidas para den rienda suelta al afán voyerista de Lych en escenas lésbicas calientes, o masturbatorias, y voilá, tenemos al onanista creador de “El Hombre Elefante” poniendo la ‘trompa’ inhiesta; Añádase que seguro debe ajustar cuentas con la industria del cine de algún modo, pues se saca de la manga la sub trama del director panolis, que seguro tiene gran parecido con el que es la diana de sus dardos mordaces; para adornar de ‘misticismo existencialista’ le suma a su actor fetiche del enano Michael J. Anderson (de “Twin Peaks”), al que le da cuerpo ‘normal’ en una silla de ruedas, y lo coloca con otro de sus mantras fílmicos, como es una gran cortina roja de fondo, nos cuela al Cowboy (Monty Montgomery), al sicario (Mark Pellegrino, Mítico Jacob de la serie tv “Lost”).

Como ya he comentado, el film se concibió originalmente como un piloto de televisión, y una gran parte de la película se rodó en 1999 con el plan de Lynch de mantenerla abierta para una posible serie. Sin embargo, después de ver el corte de Lynch, los ejecutivos de televisión lo rechazaron. Lynch luego proporcionó un final al proyecto, convirtiéndolo en un largometraje... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... El resultado mitad piloto, mitad largometraje, junto con el estilo surrealista característico de Lynch, ha dejado el significado general de los eventos de la película abierto a interpretación. Lynch se ha negado a ofrecer una explicación de sus intenciones para la narrativa, dejando que el público, los críticos y los miembros del elenco especulen sobre lo que sucede. Le dio a la película el lema "Una historia de amor en la ciudad de los sueños".

Spoiler:

Creo entender (en mis cortas entendederas) que durante casi dos horas hemos estado viviendo el sueño de la joven rubia (por el sin Dios de nombres me niego a ponerles unos), que está enamorada de la morena, esta (que es actriz) la ha dejado por el director de la película que está rodando. Y el sueño es la idealización del amor puro, donde ella es la heroína (incluso triunfadora, con esa prueba de actuación) frente a la morena. Y si es así (y seguramente no lo sea), que pinta el asesino a sueldo y sus secuencias que aparecen de otra película, que pinta el Diablo-vagabundo, que pinta el tipo en la silla de ruedas, que pinta toda la sub trama ridícula de comedia del mercadillo del director de cine, que pintan los viejos que al principio se despiden de la rubia en el aeropuerto, y luego aparecen como seres diminutos, vuelven a agrandar y acosan cual demonios a la rubia hasta que esta se pega un tiro. Y si quitamos todos esto y tras el lifting se queda en mi versión de los hechos, me pregunto si para contar esta simpleza hacían falta tantos vericuetos freudianos estiradísimos hasta el hartazgo! Es como si no tuviera mucho que contar, y tuviera que adornarlo con pompa y fuegos de artificio psicológicos para elevar lo que en realidad es una nadería.

Ah, está el tramo en el Club Silencio, que pienso (seguramente me equivoco) que puede ser una crítica de Lynch al mundo de Hollywood, y su artificio falsario, donde tras lo que ves solo hay play back, y aunque caigan unos, siempre habrá otros que los sustituyan sin problemas, “Show must go on”.

‘Dentro del lanzamiento original del DVD hay una tarjeta titulada "Las 10 pistas de David Lynch para desbloquear este thriller". Las pistas son: Preste especial atención al comienzo de la película: se revelan al menos dos pistas antes de los créditos; Observe las apariencias de la pantalla roja; Puedes escuchar el título de la película para la que Adam Kesher está audicionando para actrices? Se vuelve a mencionar?; Un accidente es un evento terrible; observe la ubicación del accidente; Quién da una clave y por qué?; Fíjense en la bata, el cenicero, la taza de café; Qué se siente, se realiza y se recoge en el Club Silencio?; El talento solo ayudó a Camilla?; Tenga en cuenta los sucesos que rodean al hombre detrás de Winkie; Dónde está la tía Ruth?’

Lych ha querido jugar (una vez más) al experimento del gato de Schrödinger, donde cualquier respuesta a las preguntas es posible mientras no se levante la caja y veamos cómo está el gato. En este caso esto sería que el propio Lynch diera su versión, pero a esto se niega, con lo que todo queda abierto. Pero lo peor es que como con la serie “Perdidos”, no hay respuesta que pueda dar sentido a lo visto, por tanto, se calla y deja a los demás que se devanen los sesos, y no seré yo uno de ellos, pues esto no es “2001. Una Odisea en el Espacio”, donde todo trascendía de la pantalla, esto es puro trilerismo que no me deja huella.

Lynch obtuvo una nominación al Oscar como Mejor Director (perdió ante Ron Howard por “Una mente maravillosa”, otro film sobre distorsiones mentales). La película lanzó la carrera de Harring, impulsó considerablemente el perfil de Watts en Hollywood y fue el último largometraje protagonizado por la veterana actriz de Hollywood Ann Miller.

No me queda por menos que gritar: El emperador va desnudo!!!

Fuerza y honor!!!
10
12 de junio de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que no deja indiferente, a la vista de las muchas críticas que tiene.
En mi caso, esta película me ha impactado. La encuentro magnética, bella, perturbadora y triste. Es cierto que la primera vez que la vi en el cine no la entendí, me cogió por sorpresa el cambio de identidad de los personajes, pero no obstante la tomé como venía y cada escena me resultaba tremendamente interesante y atractiva. Pero al segundo visionado, con las pistas que me dio el primero, comprendí que todo tenía su lógica. Cuando soñamos, no visualizamos la realidad tal como es, ésta pasa por el filtro de nuestro subconsciente. Así, con esta película pasa lo mismo: los personajes, los hechos, los escenarios, están filtrados por el subconsciente de la protagonista, que sueña, después de hacer algo horrible, que aquello no ha pasado y que la realidad es otra, pero siempre hay elementos de su subconsciente que invaden esta realidad idílica que ella imagina. Los espectadores vemos que en todo aquello hay "algo" raro. Así tenemos la figura negra del principio, que es como una encarnación de su culpa, o el cowboy, personaje enigmático, o el enano, que da a entender que todo aquello no es real, o el teatro, escenario fantasmal donde una mujer llora, lo mismo que la protagonista. Después, cuando despierta, se enfrenta a su dura realidad y va recordando los hechos que la han llevado a su desesperante presente. Para mí todo encaja a la perfección, y de una manera sumamente original. Para mí un 10.
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