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El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos

Fantástico. Aventuras. Acción Después de haber recuperado el reino del Dragón Smaug en la montaña, la Compañía ha desencadenado, sin querer, una potencia maligna. Un Smaug enfurecido vuela hacia la Ciudad del Lago para acabar con cualquier resto de vida. Obsesionado con las enormes riquezas en su poder, el rey enano Thorin se vuelve codicioso, mientras Bilbo intenta hacerle entrar en razón haciendo algo desesperado y peligroso. Pero hay aún mayores peligros por ... [+]
Críticas 274
Críticas ordenadas por utilidad
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1
20 de enero de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, por dónde empezar?. por considerar que el Sr. Jackson como un cineasta brillante, ya ha colmado todas las expectativas, al alargar hasta máximos inhumanos, un libro de doscientas páginas, en más de nueve largas, insufribles y odiosas horas, donde, desde principio a fin, todas las podemos resumir en la misma historia. Un Hobbit (raza de personajes que no necesitan zapatos), tiene una misión que le encarga un mago que no recuerdo haberlo visto hacer magia, y ahora, salen una serie de personajes o razas, que de menor a mayor, van persiguiendo al hobbit hacia una montaña, pasando por bosques o por ríos de manera larrrga y aburrida, ya que no consigue en ningún momento que me interese lo más mínimo, todo ello, cerrando las persecuciones los orcos o los trolls, (esto se puede aplicar a cualquiera de las tres "películas"). Haced la prueba y veis el resultado, el de la barba blanca enredando, el hobbit más bueno que el pan, y a partir de ahí, toda las películas corriendo a través de bosques o ríos hacia una montaña, da igual cual.
Mención especial requiere el exagerado, insufrible y mal realizado CGI, creo que se dice en círculos expertos, pero salta a la vista, que muchísimo metraje, está hecho exclusivamente por ordenador.

1/10
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mención de honor para esa lucha en el hielo donde una mole de unos tres metros por dos de ancho, cae repetidas veces sobre la capa hielo de un lago, sin hacer mella en él, para romperlo ha de ser a base muchas salvajadas, eso sí, cuando arrastra al Orco hacia las profundidades, no hay ningún problema en atravesarlo para calvarlo en el pie del Rey corazon de roble, (de eso no se da cuenta nadie).
para que aburra a una seguidora acérrima del universo Tolkien, ya se han tenido que esforzar.
5
1 de febrero de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es demasiado predecible este final, se venía anticipando desde la primera entrega. Luego de observar como Smaug estaba pintado, aún siendo el enemigo principal de El Hobbit, finalmente se expusieron las cartas. Jackson se guardó para el desenlace ese cuatro de copas que intentó por todos los medios de camuflarlo de ancho de espadas.

Imposible camuflar la intención pasatista y comercial de toda la trilogía. Desde el vamos, al enterarnos de que ese librito de Tolkien sería no una sino tres pelis, ya sabíamos a lo que íbamos. Pero eso no quita que conceptualmente El Hobbit haya sido mal parida. Una cosa es tomarse licencias al estilo "hazte fama y échate a dormir", y otra muy distinta es hacer de toda las pelis una enorme licencia.

La batalla de los cinco ejércitos es la cara honesta de la trilogía: íbamos a ver un desmadre que se reveló más tarde que pronto. Y quizás también hemos visto la tendencia confirmada de que Jackson estira sus pelis con CGI para tapar que no tiene poder de creación narrativa propiamente dicho. Cuando lo intenta (la escena alucinada de Thorin y su ambición) le queda un pastiche grasoso. Lo peor es que el espectador piensa "esta escena es pésima, devolveme al CGI". O sea, que no tiene nada y lo tapa con...computadoras.

Mientras Jackson estuvo amparado por el fondo ya escrito del ESDLA, todo parecía una obra de arte. Y en cierta forma lo fue. Al quedar expuesto por vacíos narrativos (expuesto él solito al provocar tres pelis) nos quedó Legolas corriendo sobre piedras que se derrumban. Una peli sin piso.
5
17 de diciembre de 2014 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ver El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos se confirma lo que muchos pensamos de esta trilogía de El Hobbit que Peter Jackson nos presenta últimamente de forma habitual en navidades. Por un lado, que el guión es estirado hasta la saciedad para poder llenarse el “bolsón” estrenando tres películas en navidades de algo que se podía haber hecho en una película o a lo sumo dos, y por otro lado que Jackson sigue cometiendo los mismos errores.

La película muestra lo mejor y lo peor de Peter Jackson así como todos sus excesos, a veces no se si estoy viendo elfos o superhéroes de la saga Marvel. En el arranque de esta tercera entrega Peter Jackson nos sitúa en la ciudad del Lago y el ataque que el dragón Smaug está realizando contra la ciudad. Esto servirá para meternos de lleno en las aventuras de la Tierra Media.

Como decía, es obvio, que la película está alargada argumentalmente con varias tramas para poder llegar a sus 144 minutos de duración. La relación entre la hermosa elfa Tauriel (Evangeline Lilly) y el enano Kili (Aidan Turner) no sólo no me parece creíble sino que me parece hasta ridícula. Desde luego sirve para alargar más la trama, al menos uno se alegra la vista en cada plano de Evangeline Lilly.

En cuanto al reparto de actores, Jackson cuenta con todo el plantel que ha ido acompañando a la trilogía y dota de más protagonismo al bardo interpretado por Luke Evans que se erige finalmente como el héroe de la ciudad del lago. Otro personaje del lago que aporta el lado cómico es Alfrid el Consejero interpretado con solvencia por Ryan Gage. Entre los nuevos personajes destacamos al enano Dáin, el primo de Thorin escudo de Roble que llega de las Colinas del Hierro y que hará su entrada triunfal al campo de batalla a lomos de lo que parece ser un “cerdo” enorme. Esta montura se une a otras curiosas como la del Rey Elfo Thranduil interpretado correctamente por Lee Pace que tiene su momento de gloria.

Richard Armitage está correcto en la interpretación de Thorin, el único personaje que puede tener algo de complejidad al tener que interpretar como se va corrompiendo por la codicia del oro de la montaña. Gandalf haciendo las mismas muecas de siempre y el resto de reparto, Bilbo, los enanos, Galadriel, Elrond, Saruman, en el tono habitual. Destacan los dos jefes orcos Azog y Bolg tanto en sus movimientos y aspecto atroz como su salvajismo que queda patente en algunas escenas. Aunque no se pueda apreciar, Azog lo interpreta Manu Bennett conocido por haber interpretado el papel de Crixo en todas las temporadas de Spartacus: Blood and Sand.

Visualmente sigue siendo bastante eficiente y cumple con las expectativas pese a que personalmente esté aburrido de ver ciertos recursos que se repiten tras ver seis entregas de la Tierra Media. Jackson para engancharnos y estirar el chicle decide plantarnos 45 minutos de batalla épica entre los cinco ejércitos que se pelean por el control de Erebor, la ciudad enana. Una ciudad que precisamente resulta un punto estratégico en el avance de las tropas de Sauron para poder recuperar el antiguo reino de Angmar.

Es precisamente en la batalla épica (que hará las delicias de los fans) donde vemos lo mejor y lo peor. El armamento enemigo así como sus huestes nos presentarán momentos épicos pero por otro lado algunas escenas excesivas a cargo del mismo personaje de siempre harán que salgamos y venga a nuestra cabeza la palabra más temida, fantasmada. Estoy hablando como no, de Legolas.

La música de Howard Shore en esta película pasa prácticamente desapercibida, realmente no se queda grabada como si pasó en El Señor de los Anillos.

Para fans de Jackson y su versión de la Tierra Media, personalmente ya me he cansado. Ni siquiera me impacta todo lo visto. La película entretiene sin más, como muchas otras. Desde luego si no te gustaron especialmente la primera y la segunda película de esta trilogía no creas que en esta última El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos vas a salir cautivado. No es un broche de oro a la trilogía, es simplemente otra más, más de lo mismo. Si bien es cierto que es superior a la segunda. En cuanto al 3D no me parece necesario gastarse el dinero.

Fuente: http://www.zinefilos.com/estrenos/critica-el-hobbit-la-batalla-de-los-cinco-ejercitos
5
19 de diciembre de 2014 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de haber leído las críticas, de todo tipo fui con pocas ganas de verla pero en el fondo pensando que iba a salir contento y que no sería para tanto las críticas y cual fue mi sorpresa que me quede igual e incluso aún mas decepcionado. En general la peli es "pasable" tiene sus momentos buenos y cosas que si están bien pero después lo típico ya de esta trilogía: relleno y mas relleno y algunas "flipadas". En fin, decepcionado con la última película del hobbit.
5
20 de diciembre de 2014 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unas sesenta páginas, con ilustraciones y una prosa que se lee tan ágilmente como un cuento de los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen. Ése es el segmento que Peter Jackson reserva para el desenlace de su desmesurada adaptación de “El Hobbit”. Desmesura es la palabra perfecta para describir su hazaña. Sesenta páginas convertidas en poco menos de dos horas y media de entretenimiento palomitero. Bastante fiel al original, pero palomitero.

Ya su predecesora lo vaticinaba. Jackson abandonaba gradualmente por entonces el aura infantil y la montaña familiar ochentera que suponía la primera entrega –imbatible a día de hoy como fiel reflejo de lo que era una estupenda adaptación esta novela- para entregarse a los excesos, a la seriedad y la épica. Y este último capítulo de su trilogía viene a confirmarlo. “La batalla de los cinco ejércitos” pretende ser el epílogo épico de una trilogía que jamás debió dividirse en tres partes, intenta rubricarla como “El retorno del rey” consiguiera una década antes.

Pero esto no es “El señor de los anillos”. Ni siquiera es ya “El Hobbit”. Dejó de serlo hace más de una película. Es un blockbuster para grandes masas, para consumir con palomitas y refresco. Tolkien merece siempre algo mejor que eso. Es la visión de un hombre absorbido por su propia concepción del espectáculo, de un director que tiende a confundir la grandeza con el exceso de metraje y de relleno. Lo que queda es la ambición de un cineasta cegado por el poder del anillo tanto como Gollum o Bilbo, o por el influjo del oro tanto como el propio Thorin, de un obseso de lo digital –quizá demasiado obseso, que el conjunto tiene una pinta demasiado artificial- y de la acción de videojuego. Uno puede imaginarse a Jackson tomando las riendas del universo tolkeniano y jugando con él a su antojo. Ahora meto una cabriola de Legolas por aquí, una escena de Saruman por acá, y dejo al público contento.

Y mucho ojo, que esta tendencia a la desmesura estaba ya presente en su primera trilogía, incluso en la posterior “King Kong”, pero en todas había algo que a ésta le falta en cada fotograma, magia. No hay en “La batalla de los cinco ejércitos” nada de magia, ni siquiera el ingenio del neozelandés, que pone el piloto automático consciente de que la historia debe contarse con los recursos de siempre. No nos deja, como ocurriera entonces, con la boca abierta. Al menos, eso sí, su metraje se pasa en un abrir y cerrar de ojos, y al final, por fin, volvemos a casa, de donde nunca debimos haber salido. Porque el hogar debería tener siempre mayor poder que el oro. Aunque no para Peter Jackson.

A favor: que se pasa en un abrir y cerrar de ojos, y que al final volvemos a casa
En contra: que Jackson vuelve a confundir la grandeza con la desmesura
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