El último duelo
7.0
25,230
Drama. Intriga
Francia, 1386. Narra el enfrentamiento entre el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) y el escudero Jacques LeGris (Adam Driver), al acusar el primero al segundo de abusar de su esposa, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). El Rey Carlos VI decide que la mejor forma de solucionar el conflicto es un duelo a muerte. El que gane será el poseedor de la verdad y, en caso de que venza LeGris, la esposa del caballero será quemada como castigo por falsas acusaciones. [+]
27 de marzo de 2022
27 de marzo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ridley Scott se maneja como pez en el agua con las películas ambientadas en la edad media y así lo deja claro su filmografía. Es un cine complicado en todos los sentidos, vestuario, localizaciones, etc
El último duelo basado en hechos reales, no lo olvidemos, nos cuenta la historia de dos escuderos que por un tiempo fueron casi hermanos, luchando espalda con espalda, pero que en un momento dado y con una mujer de por medio, se enemistan de tal manera que se enfrentan en un duelo a muerte. ¿El motivo? El honor de la esposa de uno de ellos.
La peculiaridad de la historia es que Ridley Scott nos la presenta como una obra de teatro, dividida en varios actos y en cada acto las tres partes cuentan la misma historia, vista desde los ojos de cada protagonista. Desde que leí sobre esto, me pareció algo que podía funcionar, como he visto en otras películas, pero aquí la verdad es que me confunde más, que aclararme. Porque son tan parecidas las cosas, que no se si de verdad era necesario.
A parte, Matt Damon no lo veo cómodo en estos papeles, no sé la razón la verdad, pero es así. Y ver a Ben Affleck es mejor director que actor, esto no es nuevo, pero si encima me lo pones con ese pelo rubio ridículo, ya la hemos pifiado.
Creo que la cosa habría funcionado con menos metraje y contando las cosas de una forma menos confusa.
El último duelo basado en hechos reales, no lo olvidemos, nos cuenta la historia de dos escuderos que por un tiempo fueron casi hermanos, luchando espalda con espalda, pero que en un momento dado y con una mujer de por medio, se enemistan de tal manera que se enfrentan en un duelo a muerte. ¿El motivo? El honor de la esposa de uno de ellos.
La peculiaridad de la historia es que Ridley Scott nos la presenta como una obra de teatro, dividida en varios actos y en cada acto las tres partes cuentan la misma historia, vista desde los ojos de cada protagonista. Desde que leí sobre esto, me pareció algo que podía funcionar, como he visto en otras películas, pero aquí la verdad es que me confunde más, que aclararme. Porque son tan parecidas las cosas, que no se si de verdad era necesario.
A parte, Matt Damon no lo veo cómodo en estos papeles, no sé la razón la verdad, pero es así. Y ver a Ben Affleck es mejor director que actor, esto no es nuevo, pero si encima me lo pones con ese pelo rubio ridículo, ya la hemos pifiado.
Creo que la cosa habría funcionado con menos metraje y contando las cosas de una forma menos confusa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final uno se queda con la duda de si la violación existió o no, ya que en el último momento lo confiesa, pero la película no aclara, lo deja en el aire.
29 de julio de 2022
29 de julio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con los indigestibles truños épico-medievales que nos ha hecho tragar Ridley Scott prácticamente con embudo durante los últimos años, y por respeto y educación no diré nombres ni apellidos, "El último duelo" casi que es una rica y jugosa tortilla de patata con su cestito de pan y todo.
No voy a enrollarme mucho. En su momento uno de los grandes debates entorno a la cinta fue el asunto de la narración. ¿Le beneficiaba o le perjudicaba?, ese era el tema. A mi personalmente lo de contar la misma historia tres veces, desde los diferentes puntos de vista de sus tres protagonistas, no solo me ha gustado sino que me ha funcionado. Ver como cambian pequeños detalles según el prisma desde el que se observa me parece muy interesante. Iba a decir que entiendo a quien prefiriese una narración más lineal. Pero no. No lo entiendo. Así que no lo diré.
Y poco más, ya dije que no me alargaría. Bien la ambientación, bien el reparto, muy bien el tercer acto… A ver, hay algunos estilismos que telita, tienen casi entidad propia. Pero bueno, al final hasta a eso le he hecho oídos ciegos. En fin, que hubiera estado bien pillar "El último duelo" en cines.
No voy a enrollarme mucho. En su momento uno de los grandes debates entorno a la cinta fue el asunto de la narración. ¿Le beneficiaba o le perjudicaba?, ese era el tema. A mi personalmente lo de contar la misma historia tres veces, desde los diferentes puntos de vista de sus tres protagonistas, no solo me ha gustado sino que me ha funcionado. Ver como cambian pequeños detalles según el prisma desde el que se observa me parece muy interesante. Iba a decir que entiendo a quien prefiriese una narración más lineal. Pero no. No lo entiendo. Así que no lo diré.
Y poco más, ya dije que no me alargaría. Bien la ambientación, bien el reparto, muy bien el tercer acto… A ver, hay algunos estilismos que telita, tienen casi entidad propia. Pero bueno, al final hasta a eso le he hecho oídos ciegos. En fin, que hubiera estado bien pillar "El último duelo" en cines.
13 de enero de 2023
13 de enero de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una peli extraña, desde luego el que hizo el poster y le puso el título le hizo el peor favor a la película posible porque no le hace justicia.
La vi sin saber de lo que iba y me ha sorprendido. La ambientación sobresaliente, el guión muy interesante y las actuaciones... son lo mejor y lo peor de la película. Todo tiene un leve deje de teatralidad y refuerza a los actores. Sorprendente Damon, sobrio Ben Affleck, un Diver para mí muy decepcionante, que no consigue afinar con la nota del personaje en casi toda la película salvo en momentos puntuales. Pero para mí la estrella de la película es Jodie Comer, a la cual no conocía y su actuación me parece memorable, de Oscar.
Lo mejor que se puede decir de la película es que aporta algo, no como la mayoría de productos de hollywood actuales. Si la ves sin expectativas es muy probable que te guste.
La vi sin saber de lo que iba y me ha sorprendido. La ambientación sobresaliente, el guión muy interesante y las actuaciones... son lo mejor y lo peor de la película. Todo tiene un leve deje de teatralidad y refuerza a los actores. Sorprendente Damon, sobrio Ben Affleck, un Diver para mí muy decepcionante, que no consigue afinar con la nota del personaje en casi toda la película salvo en momentos puntuales. Pero para mí la estrella de la película es Jodie Comer, a la cual no conocía y su actuación me parece memorable, de Oscar.
Lo mejor que se puede decir de la película es que aporta algo, no como la mayoría de productos de hollywood actuales. Si la ves sin expectativas es muy probable que te guste.
21 de marzo de 2024
21 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El caso es que la película empieza bien. La idea y el planteamiento es interesante y el recurso de las versiones de los tres personajes implicados sobre la violación que constituye el tema central de la historia, captan la atención en la primera mitad. Sin embargo, llega un momento en que se revela como un panfleto woke entre tantos otros. Y no es por ser feminista. El feminismo, con independencia de lo que se piense, puede tratarse de manera más o menos interesante, como en Johnny Guitar, en Orlando, o más recientemente en Pobres criaturas. Lo woke se define por un uso torpe de la ideología, colocada en primer plano a costa cualquier otra consideración, a costa de los valores propios del cine como arte.
Cuando en ese esquema sacado de Rashomon, el de las distintas versiones de un mismo hecho, llega la de ella, ya no es una versión, ya es “La Verdad”, así, remarcado en subtítulo para que no haya sutileza alguna, para que no tengas que pensar nada, para que no haya duda, para que quede claro a los niños y a los de mente limitada, para que no haya juego alguno con las posibilidades. Pocas veces ha costado tan poco esfuerzo la autodestrucción de una película debido a intereses ajenos al arte cinematográfico. Me acuerdo de “La duda” en el extremo opuesto, donde el personaje de Meryl Streep va ganando en interés, y pasa de ser una mujer estricta y odiosa a mostrar la cara más humana posible, manteniéndose por lo demás en toda la película la tensión por la duda sobre los hechos, que no llegan a revelarse.
Aquí es lo contrario. El director se burla del espectador. Le hace creer que tenía unos personajes interesantes, para luego “revelar” que no eran mas que unos brutos vacíos, sin interés alguno cuando al fin llega “la verdad”. Los personajes no pueden estar dibujados con una brocha más gorda. El rey está tan expresamente pensado para ser repelente que no causa repelencia. La protagonista es como una mujer de hoy transportada a la Edad Media contemplando una absurda injusticia, crueldad e hipocresía reinante, con la mente completamente ajena al condicionamiento de la época. El guión parece aquí escrito por Barbijaputa en sus ataques más maniqueos, quedando reducido a esto: “Ella, ser de luz; ellos, malos brutos sin alma”. El despropósito es literal: cuando el propósito es el de representar una cruda realidad, es precisamente cuando todo queda gobernado por la parcialidad y la intención moralista.
Que lo ideológico está en la película por encima de cualquier cosa, también de la simple verdad, se ve claro en detalles, como cuando se dice que el delito de violación “no es contra la mujer, sino contra una propiedad de su esposo”. Una cosa es que en aquellos tiempos el matrimonio supusiera la subordinación, el tutelaje de las mujeres y su falta de libertad, y otra muy distinta es ser una propiedad. Sobre la propiedad, por definición, el derecho es pleno, se puede destruir si se quiere. El asesinato de la esposa, en cambio, ha sido siempre un delito, luego no tiene sentido hablar de propiedad. Y sobre el delito de violación, antes de considerarse más recientemente un atentado contra la libertad sexual, el paradigma legal mayoritario a lo largo del tiempo era el de la “ofensa de la honestidad”, un agravio muchas veces penado con la muerte que se extendía a la familia y al marido, pero cuya víctima no dejaba por eso de ser la mujer (de los hombres como posibles víctimas prácticamente ni se hablaba). También la condena a morir en la hoguera por falso testimonio en una violación parece a priori una falsedad más si se conoce algo sobre la legislación en la Europa medieval.
Por eso, incluso al margen de los valores como película, si se ve que no les importa falsear la realidad, no se puede estar seguro sobre los hechos en los que se basa. Pero no importa mucho, eso es materia para otras investigaciones y otros intereses. Estamos hablando de cine, y el cine debe ser interesante antes que otra cosa.
En fin, el director de Alien y Blade Runner… una pena la destrucción actual del cine.
Cuando en ese esquema sacado de Rashomon, el de las distintas versiones de un mismo hecho, llega la de ella, ya no es una versión, ya es “La Verdad”, así, remarcado en subtítulo para que no haya sutileza alguna, para que no tengas que pensar nada, para que no haya duda, para que quede claro a los niños y a los de mente limitada, para que no haya juego alguno con las posibilidades. Pocas veces ha costado tan poco esfuerzo la autodestrucción de una película debido a intereses ajenos al arte cinematográfico. Me acuerdo de “La duda” en el extremo opuesto, donde el personaje de Meryl Streep va ganando en interés, y pasa de ser una mujer estricta y odiosa a mostrar la cara más humana posible, manteniéndose por lo demás en toda la película la tensión por la duda sobre los hechos, que no llegan a revelarse.
Aquí es lo contrario. El director se burla del espectador. Le hace creer que tenía unos personajes interesantes, para luego “revelar” que no eran mas que unos brutos vacíos, sin interés alguno cuando al fin llega “la verdad”. Los personajes no pueden estar dibujados con una brocha más gorda. El rey está tan expresamente pensado para ser repelente que no causa repelencia. La protagonista es como una mujer de hoy transportada a la Edad Media contemplando una absurda injusticia, crueldad e hipocresía reinante, con la mente completamente ajena al condicionamiento de la época. El guión parece aquí escrito por Barbijaputa en sus ataques más maniqueos, quedando reducido a esto: “Ella, ser de luz; ellos, malos brutos sin alma”. El despropósito es literal: cuando el propósito es el de representar una cruda realidad, es precisamente cuando todo queda gobernado por la parcialidad y la intención moralista.
Que lo ideológico está en la película por encima de cualquier cosa, también de la simple verdad, se ve claro en detalles, como cuando se dice que el delito de violación “no es contra la mujer, sino contra una propiedad de su esposo”. Una cosa es que en aquellos tiempos el matrimonio supusiera la subordinación, el tutelaje de las mujeres y su falta de libertad, y otra muy distinta es ser una propiedad. Sobre la propiedad, por definición, el derecho es pleno, se puede destruir si se quiere. El asesinato de la esposa, en cambio, ha sido siempre un delito, luego no tiene sentido hablar de propiedad. Y sobre el delito de violación, antes de considerarse más recientemente un atentado contra la libertad sexual, el paradigma legal mayoritario a lo largo del tiempo era el de la “ofensa de la honestidad”, un agravio muchas veces penado con la muerte que se extendía a la familia y al marido, pero cuya víctima no dejaba por eso de ser la mujer (de los hombres como posibles víctimas prácticamente ni se hablaba). También la condena a morir en la hoguera por falso testimonio en una violación parece a priori una falsedad más si se conoce algo sobre la legislación en la Europa medieval.
Por eso, incluso al margen de los valores como película, si se ve que no les importa falsear la realidad, no se puede estar seguro sobre los hechos en los que se basa. Pero no importa mucho, eso es materia para otras investigaciones y otros intereses. Estamos hablando de cine, y el cine debe ser interesante antes que otra cosa.
En fin, el director de Alien y Blade Runner… una pena la destrucción actual del cine.
9 de agosto de 2024
9 de agosto de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Ridley Scott, escrita por Ben Affleck, Matt Damon y Nicole Holofcener esta brutal adaptación de una historia real sucedida en el Siglo XIV es sin duda una de las mejores obras del originario de South Shields, a pesar de que también fue un (injusto) fracaso en taquilla aquel año.
Edad media, "Marguerite de Carrouges" esposa del "caballero Jean de Carrouges" fue brutalmente abusada por el escudero "Jacques LeGris", dicho suceso es puesto en tela de duda por parte de la corte del Rey Carlos VI y se propone un duelo a muerte entre el perpetrador y el esposo de la victima a fin de que “Dios imponga su verdad”.
Si el escudero sale triunfante quemaran viva a la victima (en este caso la esposa del caballero) por enunciar un "falso testimonio" pero si el el caballero vence, habrá “justicia divina”, pues entonces “Dios se habrá pronunciado” en favor de "la verdad".
En el film veremos tres puntos de vista diferentes, y con cada uno de estos descubriremos que no todo es lo que parece y que según cada versión, "la verdad” se distorsiona a medida que avanzamos con el relato.
En base a esto Scott plantea un sesudo análisis sobre la llamada “post-verdad” en plena edad media, pero a modo de una alegoría en función de muchos de los problemas que consideramos importantes hoy, como la reivindicación de los derechos de la mujer y sobre todo el respeto a "la verdad" de los hechos, el verdadero sentido de la justicia.
Un hecho que no deja de estar presente en todo momento es el trato cruel que se le da a la mujer en términos generales, personificado en "Marguerite", al que pone rostro una imponente Jodie Comer, la actriz británica nos muestra además de su belleza indiscutible, el cariz de fragilidad y temple de un personaje que tuvo el coraje de ser la única voz que se alzó por encima de un hecho atroz, o mejor dicho de una realidad atroz.
Duele ver como este y muchos abusos eran permitidos por sus similares con tal grado de cinismo y porque refleja el grado de hipocresía y machismo en el que se desarrolla este suceso, la cruda adaptación de un hecho real que a pesar de haber pasado mas de 600 años del mismo, se mantiene tristemente en la actualidad, de distinto modo.
Podría seguir hablando sobre ese tema, pero es que el interesante guión de Damon-Affleck-Holofcener pone sobre la mesa otros temas que rodean lo esencial y es el de criticar un “problema” moderno y es la inmediatez de la información que recibimos, no tanto por el hecho de la acumulación o exceso de esto, sino por el solo hecho de creer al 100% los mismos, o como mínimo dudar sobre su veracidad.
Se crea un punto de inflexión a la hora de avaluar el papel de una persona en contra, o mejor dicho “aplastada” por un sistema (de justicia) que como vemos (esto el director lo subraya varias veces) el problema de un sistema judicial es cuando se vicia de preceptos que se “fundan” en mentiras que se van adaptando como “verdades absolutas” a lo largo del tiempo.
Y es mas irritante como a lo largo de dicho tiempo (hasta no hace mucho por muy sorprendente que parezca) se ha intentado minimizar la voz de las mujeres o en el peor de los casos ya se ha quitado de una vez sus derechos y coartado su libertad de pensamiento o peor acción e incuso hasta voluntad propias.
Sobre el aspecto técnico, y visual no hay mucho que acotar más allá del magnífico trabajo que siempre realiza el director británico en esos apartados, desde la espectacular puesta en escena, pasando por los efectos visuales, la fotografía soberbia a cargo del experimentado Dariusz Wolski y la banda sonora de Harry Gregson-Williams.
En el reparto contamos con nombres de lujo como la mencionada Jodie Comer, el propio Matt Damon, su eterno colega Ben Affleck, y el siempre certero Adam Driver, un actor tan versátil como impecable, de soporte se dejan ver Marton Csokas, Harriet Walker, Nathaniel Parker Zeljko Ivanek, Alex Lawther y Sam Hazeldine.
Una película que sin duda el tiempo le hará justicia y tratará como debe de ser, como una de las mejores obras de su director.
Edad media, "Marguerite de Carrouges" esposa del "caballero Jean de Carrouges" fue brutalmente abusada por el escudero "Jacques LeGris", dicho suceso es puesto en tela de duda por parte de la corte del Rey Carlos VI y se propone un duelo a muerte entre el perpetrador y el esposo de la victima a fin de que “Dios imponga su verdad”.
Si el escudero sale triunfante quemaran viva a la victima (en este caso la esposa del caballero) por enunciar un "falso testimonio" pero si el el caballero vence, habrá “justicia divina”, pues entonces “Dios se habrá pronunciado” en favor de "la verdad".
En el film veremos tres puntos de vista diferentes, y con cada uno de estos descubriremos que no todo es lo que parece y que según cada versión, "la verdad” se distorsiona a medida que avanzamos con el relato.
En base a esto Scott plantea un sesudo análisis sobre la llamada “post-verdad” en plena edad media, pero a modo de una alegoría en función de muchos de los problemas que consideramos importantes hoy, como la reivindicación de los derechos de la mujer y sobre todo el respeto a "la verdad" de los hechos, el verdadero sentido de la justicia.
Un hecho que no deja de estar presente en todo momento es el trato cruel que se le da a la mujer en términos generales, personificado en "Marguerite", al que pone rostro una imponente Jodie Comer, la actriz británica nos muestra además de su belleza indiscutible, el cariz de fragilidad y temple de un personaje que tuvo el coraje de ser la única voz que se alzó por encima de un hecho atroz, o mejor dicho de una realidad atroz.
Duele ver como este y muchos abusos eran permitidos por sus similares con tal grado de cinismo y porque refleja el grado de hipocresía y machismo en el que se desarrolla este suceso, la cruda adaptación de un hecho real que a pesar de haber pasado mas de 600 años del mismo, se mantiene tristemente en la actualidad, de distinto modo.
Podría seguir hablando sobre ese tema, pero es que el interesante guión de Damon-Affleck-Holofcener pone sobre la mesa otros temas que rodean lo esencial y es el de criticar un “problema” moderno y es la inmediatez de la información que recibimos, no tanto por el hecho de la acumulación o exceso de esto, sino por el solo hecho de creer al 100% los mismos, o como mínimo dudar sobre su veracidad.
Se crea un punto de inflexión a la hora de avaluar el papel de una persona en contra, o mejor dicho “aplastada” por un sistema (de justicia) que como vemos (esto el director lo subraya varias veces) el problema de un sistema judicial es cuando se vicia de preceptos que se “fundan” en mentiras que se van adaptando como “verdades absolutas” a lo largo del tiempo.
Y es mas irritante como a lo largo de dicho tiempo (hasta no hace mucho por muy sorprendente que parezca) se ha intentado minimizar la voz de las mujeres o en el peor de los casos ya se ha quitado de una vez sus derechos y coartado su libertad de pensamiento o peor acción e incuso hasta voluntad propias.
Sobre el aspecto técnico, y visual no hay mucho que acotar más allá del magnífico trabajo que siempre realiza el director británico en esos apartados, desde la espectacular puesta en escena, pasando por los efectos visuales, la fotografía soberbia a cargo del experimentado Dariusz Wolski y la banda sonora de Harry Gregson-Williams.
En el reparto contamos con nombres de lujo como la mencionada Jodie Comer, el propio Matt Damon, su eterno colega Ben Affleck, y el siempre certero Adam Driver, un actor tan versátil como impecable, de soporte se dejan ver Marton Csokas, Harriet Walker, Nathaniel Parker Zeljko Ivanek, Alex Lawther y Sam Hazeldine.
Una película que sin duda el tiempo le hará justicia y tratará como debe de ser, como una de las mejores obras de su director.
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