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Watchmen

Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Thriller. Drama Estados Unidos, años 80. La Guerra Fría está en su apogeo, y los superhéroes, que antes habían sido admirados, ahora son perseguidos por la ley. Un día aparece muerto uno de ellos, "El Comediante", que trabajaba para la CIA. Su amigo Rorschach, el único héroe enmascarado en activo, emprenderá la investigación de su muerte, tras la que se oculta algo muy importante. Esperadísima adaptación del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons (1986). (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 421
Críticas ordenadas por utilidad
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8
13 de marzo de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es cultura, de esto no cabe la menor duda, pero también, y se hace poco hincapié al respecto, da mucha cultura. Por ejemplo, yo, en las últimas semanas, he sabido, gracias al cine, que hubo centenares de judíos que lograron sobrevivir en los bosques de Bielorrusia durante la Segunda Guerra Mundial (Resistencia); he conocido detalles del atentado a Hitler que no sabía (Valkiria); he tenido noticia de un hecho insólito, pero muy revelador de la Americana feliz de los años 20 (El intercambio), o me he enterado de la existencia de un cómic, “Watchmen”, de mediados de los 80.

Reconozco que en cuestión de cómics yo me quedé con los de Marvel, que son mis héroes, y son no hay superhéroe posterior que me lo cambie; pero dicho esto, tengo que decir que me ha gustado mucho esta versión cinematográfica de ese cómic o novela gráfica que no he leído. A pesar de su larga duración, a pesar de presentarnos unos superhéroes sin apenas poderes, vestidos de forma bastante cutre, cuando no desnudos, la película ha atrapado mi atención desde el principio, y eso que no se lo he puesto fácil, y no me la ha devuelto hasta el final.

Ese aire de misterio sin resolver durante gran parte de la película, esos cabos por atar que no parecen anudarse nunca, lejos de distanciarte, te adentran en el film, de estética semejante a “Blade runner”, y ambientado en unos años ochenta que no existieron, combinando muy eficazmente lo histórico y la ficción. También llegas a apreciar a esos seres enmascarados, tan diferentes a los de Marvel, políticamente tan poco correctos, tan poco pulcros en sus formas, tan esclavos de la naturaleza humana.

El final brilla a gran altura y es la perfecta guinda al pastel que nos acaba de servir Zack Snyder, el director de “300”, quién lo diría. No acabaré sin citar al enmascarado que más me ha gustado, no en vano, el director lo ha designado como portavoz del grupo. Me refiero a Roscharch, física y mentalmente el más enmascarado de todos, el más inconformista de ellos; un ser aparentemente vulgar, que no tendría papel en los cómics de Marvel, pero que me ha cautivado hasta el punto que al salir de la sala de cine, supe que algo de su ser se había colado en mis adentros.
8
14 de marzo de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
He estado leyendo algunas de las criticas en la prensa y la web sobre Watchmen y, en general, aquellas escritas por los "críticos profesionales" no dejan a la película en muy buen lugar. Ni muy mal tampoco. El aprobado ramplón es la nota más común, calificación que, en realidad está diciendo "es una más para el cajón del olvido".
Pues a mí si me a gustado. Y por lo que veo (aliviado) en esta página web, no soy el único.
Estimados críticos: cuando se sienta uno a ver una película como esta no se puede olvidar lo que es en realidad y básicamente el cine: el arte de contar una historia en imágenes. Y en eso precisamente sobresale Watchmen, en su aspecto visual, su atmósfera. No se puede olvidar que esta película proviene de un comic. Y ahí Zack Snyder se encontró con un desafío colosal: trasladar al cine al que se considera mejor comic de la historia. Y el tremendo trabajo realizado en la translación se nota en todo el film. El inicio de la película es realmente extraordinario, realizando un repaso de los orígenes de los superheroes, allá por los años 30 o 40, con imágenes breves, casi fotográficas y ya en ese momento te das cuenta que no estas viendo una más de superheroes dando supertortas. Y es que el planteamiento es tremendamente interesante : ¿Que pasaría si los superheroes existiesen de verdad? Pero no en un mundo de cine, sino en el mundo real, con políticos reales (Nixon, que se aprovecha de ellos para ganar la guerra de Vietnam y salir reelegido), con sentimientos reales (ira, deseo, ansia de violencia,psicopatías, miedo), sufriendo problemas humanos reales (violación, soledad.. hasta "gatillazos" en la cama). Cada personaje esta muy bien retratado y algunos como Rorschach tiene una interpretación realmente notable. Visualmente es impresionante y no es una película de acción con una pelea cada dos minutos. Eso si, cuando toca sangre, el director no deja una gota de reserva en el frasco. Pero no echa ni una de más de lo necesario. Toda la violencia y la sangre que se muestra es la que pide la situación que, no lo olvidemos, proviene de un comic.
Pero no todo es positivo. La película es demasiado larga, probablemente por la tremenda fidelidad al comic original que el director quiso darle. En ciertos momentos, especialmente en el desenlace, el guión de la película se embarra y resulta complejo seguir la trama. Tiene, también, algunas escenas gratuitas que solo se justifican por su aspecto visual y no aportan nada a la historia.
En resumen. Watchmen es una película de superheroes totalmente distinta a cualquier otra que me gusto mucho pero... que no recomendaría a cualquiera, porque se nota que no es para todos los gustos como, por ejemplo, Spiderman o Ironman. Un buen puñado de momentos soberbios que me dejaron con la sensación de que el comic original (que por desgracia aun no he leído) debe ser extraordinario
5
19 de marzo de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo de pequeño no era seguidor de los superhéroes de esta película. De hecho la primera vez que he oído hablar de ellos ha sido hace un mes. "Éste es el momento, vamos a conocerlos", me dije, y fui al cine.

Tras 15 minutos de intriga y desconcierto empecé a ver por donde iban los tiros. Tenía la sensación de que con cada escena me estaban haciendo revelaciones sobre el origen de los personajes que para un seguidor de la saga eran "extraordinarias" y para mí no pasaban de "ah, vale". Luego están los diálogos metafisico-filosóficos, que personalmente no me decían mucho. Yo quería ver más tortas, tiros y t... (la famosa triple T). El final me parece... (ver spoiler).

Por todo esto me habría gustado que regalasen un cómic con la entrada para enterarme mejor de qué iba todo. ¡Que se apunten la idea las distribuidoras para la 2!
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spoiler:
el final me parece original, incluso hippie, aunque lo del "pitufo con superpoderes" (no me diréis que no) tiene una moral y una lógica casi infantil: "me pico y no respiro, si te chivas te mato, me pico y me voy a otra galaxia"
10
21 de marzo de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Malos son los tiempos que corren para esta industria, lo suficientemente penosos e inapelables en cuanto al desaprobado de sus múltiples producciones que muy pocas de corte original se salvan. La que me ocupa hoy, es sin duda, un ejemplo a seguir a toda regla, un majestuoso ejercicio psico-socio-político. No es la típica película de superhéroes, es la atípica película de hombres enmascarados.
Watchmen y Snyder Z. rinden culto a la novela de los 80, con uno de los mejores largometrajes que he podido contemplar en mi joven vida. Su narrativa es excelente, con parsimonía y amplísimo vocabulario variado y rico (cada personaje parece estar recreado al detalle, hasta en lo psicológicamente, debido que cada uno tiene su peculiar forma de hablar y de ver esta alternativa del mundo), el argumento principal es una pura crítica del dolor que causa la verdad y lo insulsa que es la paranoia. Pero no es el argumento principal, lo que a mi parecer, hace de este film una joya del séptimo arte, son sus argumentos secundarios, sus mini-historias de cada personaje y su moral y ética, lo que dislumbra como un rayo en pleno desierto nocturno, ante mis ojos. Es simplemente fascinante, como el más "lunático" es el auténtico héroe, el marxisista brinda su presencia y su expresividad facial (icono de su mente con las proyectivas imágenes del que es uno de los antecesores al TAC cerebral, el doctor Roscharch) para darnos a entender de que el mundo niega a la verdad. El Dr Manhattan y su superlativo poder, nos muestra como el tenerlo todo lo que uno desea, no nos convierte en acreedor del mundo y su existencia temporoespacial. Así, una maraña de historietas conmueven, hacen reir y llorar, nos entretienen,... virtudes atípicas en el cine de hoy, que hacen de Watchmen única con la salvedad de que es la versión en movimiento de una novela. A pesar de ese toque negativo, es borrado de mi mente ya que no es fácil en 175 minutos comprimir tantas emociones y críticas sociopolíticas, con múltiples toques psicológicos y humor, por ello, aplaudo al guionista de la empresa que doy el placer de brindar, a Snyder Z. e incluso a todos y cada uno de los actores. Musicalmente es soberbia, con carencia de obras innovadoras, pero un uso exquisito de las canciones de la época que llama la película.
Diario de una gran película.
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Ejemplo psico-criminalístico: Escena en la que el Comediante asesina a la joven y embarazada vietnamita y como, el superhombre, cómplice de la escena, no hace nada para evitarlo, ya que es capaz de convertir la bala en polvo, el aire en oro,... eso, nos dice soberbiamente, de que es tan culpable quién comete el delito como los testigos presenciales (o cómplices) que no hacen nada por evitarlo
7
25 de marzo de 2009 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una adaptación que ha encantado/gustado/horrorizado en la misma medida a fans y a gente ajena al cómic. Cada uno tiene un concepto diferente de lo que debe ser una buena adaptación, y es difícil llegar a un acuerdo, tal vez por la naturaleza rebelde de la película de Zack Snyder. Y es que Watchmen es una película indecisa, no sublima nunca un objetivo por encima de otro, y acierta y falla en los mismos lugares.

La presentación de personajes es generosa para quien no haya leído el cómic (tal vez demasiado, ya que llega a interrumpir la progresión de la historia), pero luego encontramos detalles que no se explican (el origen de Bubastis, el por qué de la máscara de Rorschach…). Es decir, atienden al público ajeno al cómic para luego ignorarlo. A su vez, se hacen concesiones al mainstream para luego huir de él. Podemos encontrar contradicciones así repartidas por toda la película. Todas ellas nos alejan más de saber si Watchmen es buena (como adaptación y como película). ¿Cómo podemos hablar de eso cuando el propio director no tiene claro si quiere hacer una buena adaptación o una buena película? Sin embargo, es en las pequeñas licencias que se toma Snyder donde encontramos destellos de cine auténtico: la puerta que va y viene en el baño de la cárcel mientras avistamos la cara de horror del enano ante una muerte segura, los títulos de crédito iniciales, el aumento de intensidad en el final de cierto personaje (en el cómic resulta muy repentino), añadiendo otro a escena que da importancia a su pérdida. Para mí, todo esto es mucho más apreciable que la vocación de literalidad cuasi-absoluta del resto del metraje, que sin embargo funciona bastante bien en la primera hora.

En una escena del cómic, después del rescate y estando en casa de Dan, Laurie se topa con un frasco que le regaló Jon y desea que vuelva. Acto seguido este aparece. En la película apenas han salido de la nave cuando Jon hace acto de presencia. Esta es una señal de la prisa con la que se sucederán todos los hechos posteriores, dejando a un lado el relativo equilibrio que había alumbrado el metraje hasta entonces.

Hay una opinión generalizada de que Matthew Goode no está a la altura de Ozymandias, pero yo no creo que el problema sea del actor. Se revelan datos sobre su admiración a Alejandro Magno en un momento inapropiado, como si fuera un diálogo trivial más, y lo mismo en otra escena con sus siervos. Uno ya se ha olvidado de eso para el final, que es cuando llega su momento. Lo que refuerza el tramo final del cómic es el detenimiento y mesura con el que se muestra la ideología de Ozymandias, haciendo que asimilemos cada concepto y lo integremos en su personalidad. Ahora bien, lo que en el cómic era detenimiento en la película es esquematismo, de modo que cuando quieren poner una idea aleatoria en voz de Ozymandias, esta pierde su valor, ya no refleja el todo de su ideología, es sólo palabrería y se queda en nada.
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Algo muy parecido sucede con el Dr. Manhattan, salvo que con este emplean más tiempo indagando en su pasado. Aún así, el episodio en Marte no consigue fascinar. De nuevo, las prisas. El poner algunas ideas en boca de los personajes, olvidándose de otras, y olvidándose de que esas otras pueden ser las que den sentido y hondura a las primeras. Todo esto es comprensible teniendo en cuenta la duración de la película, pero no justificable. No podemos ser condescendientes sólo por la dificultad que implica llevar a buen puerto una adaptación como esta. Lo que no funciona no funciona, y punto.

Otra cosa, la violencia. Hay una escena que está fuera de lugar, excesiva a todas luces. Me refiero a esa en la que Laurie y Dan pelean por primera vez en un callejón. Podemos ver navajas en el cuello, un brazo partiéndose a cámara lenta… Por otro lado, tenemos la escena del primer caso de Rorschach, que también acaba con violencia explícita. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos escenas? En la primera la violencia no es más que un capricho del director, algo gratuito que no afecta a la trama, mientras que en la segunda la violencia tiene un fin, ayuda a reflejar la deshumanización a la que Rorschach se ve abocado por crímenes aún más inhumanos. Luego tenemos escenas como la de Laurie y Dan peleando en la cárcel, que revelan la evidencia de que Snyder no ha sabido huir de sus tics, tal vez estilizados, pero fuera de contexto y enfrentados al mensaje que supuestamente quiere dar.

Me imagino a Snyder en un salón, rodeado de las piezas que conformarán su película. Con el sudor frío en la frente, desesperado, murmurando “esta y esta tienen que estar”, “de esta otra puedo prescindir”. Como el formato no le permite incluir todas las piezas, elige. Con algunas acierta, con otras no. Se aleja para ver el resultado. ¿Qué le ha quedado? Un collage atropellado y chapucero, pero en el que quedan trozos aprovechables. Entre ideas, personajes, principios estéticos y escenas que se cruzan y contrastan por su diversa eficacia, podemos ver algo de la intención deconstructiva de Alan Moore, de la nostalgia que sienten los personajes, de la decadencia de la sociedad y del ser humano en general, y esto nos lleva a pensar que el esfuerzo de Snyder tal vez no haya sido en vano. Tal vez haya merecido la pena.
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