Piso de soltero
8.4
83,823
Comedia. Romance. Drama
C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
19 de mayo de 2021
19 de mayo de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
The apartment (1960), o Piso de soltero, es una extraordinaria película dirigida por Billy Wilder que cuenta la historia de un hombre que busca ascender en el trabajo para lo que presta su departamento a los ejecutivos de la compañía como albergue por una noche. Se trata de una comedia con muchos elementos de drama y un guión excepcional.
Por Nicolás Bianchi
Sencilla y espléndida a la vez en el campo visual, The apartment presenta una trama compleja en la que todos los puntos se conectan. No hay, además, una sola línea de diálogo que no cumpla con un propósito específico o se use posteriormente para el remate de alguna situación. La película logra contar una historia con la liviandad de una comedia y la tensión de un drama, en la que sobrevuela cierto aire melancólico.
C. C. Baxter o Bud (Jack Lemon) es un meticuloso empleado contable de una gran compañía de seguros que anhela un ascenso, para lo que no solo trabaja horas extra que no le pagan sino que además cede por las noches su departamento para los ejecutivos de la empresa que viven distintas aventuras extramatrimoniales. Lo que al principio se presenta con cierta gracia es en verdad un conflicto de peso para el personaje que debe pasar las noches en la calle, se engripa y comienza a tener problemas con la dueña y los vecinos por los ruidos nocturnos.
El juego, entre lo que puede ser cómico y lo que no, se profundiza cuando Bud empieza a sentirse interesado por Fran (Shirley MacLaine), una de las ascensoristas de la compañía que a la vez es la amante del señor Sheldrake (Fred MacMurray), jefe ejecutivo y también usuario del departamento de Bud. Así, el protagonista verá como su carrera profesional comienza a prosperar pero a la vez experimenta el sinsabor de un amor, en principio, no correspondido.
Sin plantearlo frontalmente el film da cuenta de una situación problemática y cuestionable, como es la utilización de las mujeres que hacen los ejecutivos en general y Sheldrake en particular. Son relaciones desiguales, entre hombres poderosos, adinerados y secretarias, telefonistas, empleadas de bajo nivel. Es, en la historia, lo que se estila, lo que todos hacen, pero de ninguna manera se puede considerar que la película lo celebre.
Por otro lado la soltería es un problema para Bud. Primero porque nadie considera importante su vida y privacidad al no haber formado todavía una familia. Los jefes de la compañía no solo es que están por encima de él en la jerarquía corporativa sino que además ningunean su situación. De hecho lo respetan solo cuando creen que está en pareja con alguien. A su vez, Bud no cree estar en una posición suficiente para poder aspirar a casarse con una mujer como Fran (que se podría considerar pobre o con un puesto menor pero que es muy bonita).
La actuación de Jack Lemmon es tan extraordinaria como todo en el film. En cada cuadro su personaje comunica los sentimientos que lo atraviesan, sin dejar el tono cómico pero a la vez con el rigor del drama. En ese juego de matices, presente en toda la trama y acentuado en el protagonista, está uno de los grandes valores de la película, que fluye durante todo su metraje y no deja una sola puerta de las que abre sin cerrar. No hay, desde el punto de vista de quien firma, ningún aspecto cuestionable que impida considerar a The apartment como una de las grandes películas de la historia del cine.
Por Nicolás Bianchi
Sencilla y espléndida a la vez en el campo visual, The apartment presenta una trama compleja en la que todos los puntos se conectan. No hay, además, una sola línea de diálogo que no cumpla con un propósito específico o se use posteriormente para el remate de alguna situación. La película logra contar una historia con la liviandad de una comedia y la tensión de un drama, en la que sobrevuela cierto aire melancólico.
C. C. Baxter o Bud (Jack Lemon) es un meticuloso empleado contable de una gran compañía de seguros que anhela un ascenso, para lo que no solo trabaja horas extra que no le pagan sino que además cede por las noches su departamento para los ejecutivos de la empresa que viven distintas aventuras extramatrimoniales. Lo que al principio se presenta con cierta gracia es en verdad un conflicto de peso para el personaje que debe pasar las noches en la calle, se engripa y comienza a tener problemas con la dueña y los vecinos por los ruidos nocturnos.
El juego, entre lo que puede ser cómico y lo que no, se profundiza cuando Bud empieza a sentirse interesado por Fran (Shirley MacLaine), una de las ascensoristas de la compañía que a la vez es la amante del señor Sheldrake (Fred MacMurray), jefe ejecutivo y también usuario del departamento de Bud. Así, el protagonista verá como su carrera profesional comienza a prosperar pero a la vez experimenta el sinsabor de un amor, en principio, no correspondido.
Sin plantearlo frontalmente el film da cuenta de una situación problemática y cuestionable, como es la utilización de las mujeres que hacen los ejecutivos en general y Sheldrake en particular. Son relaciones desiguales, entre hombres poderosos, adinerados y secretarias, telefonistas, empleadas de bajo nivel. Es, en la historia, lo que se estila, lo que todos hacen, pero de ninguna manera se puede considerar que la película lo celebre.
Por otro lado la soltería es un problema para Bud. Primero porque nadie considera importante su vida y privacidad al no haber formado todavía una familia. Los jefes de la compañía no solo es que están por encima de él en la jerarquía corporativa sino que además ningunean su situación. De hecho lo respetan solo cuando creen que está en pareja con alguien. A su vez, Bud no cree estar en una posición suficiente para poder aspirar a casarse con una mujer como Fran (que se podría considerar pobre o con un puesto menor pero que es muy bonita).
La actuación de Jack Lemmon es tan extraordinaria como todo en el film. En cada cuadro su personaje comunica los sentimientos que lo atraviesan, sin dejar el tono cómico pero a la vez con el rigor del drama. En ese juego de matices, presente en toda la trama y acentuado en el protagonista, está uno de los grandes valores de la película, que fluye durante todo su metraje y no deja una sola puerta de las que abre sin cerrar. No hay, desde el punto de vista de quien firma, ningún aspecto cuestionable que impida considerar a The apartment como una de las grandes películas de la historia del cine.
26 de febrero de 2007
26 de febrero de 2007
27 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que poca gente habrá acabado de mala leche después de ver "El apartamento". Pués bién yo sí. En primer lugar porque me parece una obra tremendamente sobrevalorada, incluso a ratos aburrida y repetitiva. Luego siempre se habla de las magníficas actuaciones. Pue´s yo las calificaría de simplemente correctas. Jack Lemmon está a ratos excesivo e histriónico y Shirley MacLaine, pues no voy a negar que está guapísima pero eso no es óbice para decir que también está plana y con unos registros muy limitados.
Pero para acabar de rematar la función me repateó de forma considerable el mensaje que se nos transmite. Siempre he pensado que sólo hay algo peor que un looser y eso es un looser que va de triunfador, y esta película es un homenaje y una glorificación de este tipo de personajes. (sigue en spoiler)
Pero para acabar de rematar la función me repateó de forma considerable el mensaje que se nos transmite. Siempre he pensado que sólo hay algo peor que un looser y eso es un looser que va de triunfador, y esta película es un homenaje y una glorificación de este tipo de personajes. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que no puede ser, es que se premie al personaje de Jack Lemmon con ascensos en la empresa y que nunca dude de que lo que hace es inmoral. Lo único que hace es lamentarse porque no puede disfrutar de su apartamento.
Y ya para acabar, festival del humor , Jack Lemmon enmorado, lerdo y en paro. La MacLaine rehaciendo su vida cómo si nada y lo peor, el gran triumfador de la función, el jefe que consigue seguir siendo un triunfador, consigue el divorcio, todo le va bién y podrá seguir seduciendo y engañando a las chicas como si tal cosa.
Lo mejor: el ambiente de stress en la oficina
Lo peor: un mensaje patético.
Y ya para acabar, festival del humor , Jack Lemmon enmorado, lerdo y en paro. La MacLaine rehaciendo su vida cómo si nada y lo peor, el gran triumfador de la función, el jefe que consigue seguir siendo un triunfador, consigue el divorcio, todo le va bién y podrá seguir seduciendo y engañando a las chicas como si tal cosa.
Lo mejor: el ambiente de stress en la oficina
Lo peor: un mensaje patético.
14 de enero de 2007
14 de enero de 2007
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Fernando Trueba recogió su oscar por Belle- Epoque en 1993, lo dijo claro, mi único dios es Billy Wilder.
Poco después Trueba recibió una llamada de Wilder:
- Hola Fernando soy dios (entre risas), en serio no deberías haber dicho eso.
Yo siento lo mismo que Trueba siento que Wilder es un dios, solo él podía escribir esos guiones inteligentes, ingeniosos, divertidos, guiones redondos sin fisuras, sólo él podía escribir esos diálogos hilarantes, mordaces, fascinantes, quizás penseís que exagero pero realmente siento debilidad por este director.
El Apartamento es una de sus muchas cumbres, la historia de personas comunes que se enfrentan a problemas cotidianos, todo ello sazonado con grandes dosis de humor es simplemente redonda, perfecta, una historia sin grandes artificios que te atrapa, con un elenco de actores de primer orden y una banda sonora simplemente fantástica.
Para Wilder existía una máxima,NO ABURRAS, y vaya si lo consigue en esta cinta, no es casualidad la nota de este film, véanla y disfruten un clásico al que el tiempo parece no afectar.
Poco después Trueba recibió una llamada de Wilder:
- Hola Fernando soy dios (entre risas), en serio no deberías haber dicho eso.
Yo siento lo mismo que Trueba siento que Wilder es un dios, solo él podía escribir esos guiones inteligentes, ingeniosos, divertidos, guiones redondos sin fisuras, sólo él podía escribir esos diálogos hilarantes, mordaces, fascinantes, quizás penseís que exagero pero realmente siento debilidad por este director.
El Apartamento es una de sus muchas cumbres, la historia de personas comunes que se enfrentan a problemas cotidianos, todo ello sazonado con grandes dosis de humor es simplemente redonda, perfecta, una historia sin grandes artificios que te atrapa, con un elenco de actores de primer orden y una banda sonora simplemente fantástica.
Para Wilder existía una máxima,NO ABURRAS, y vaya si lo consigue en esta cinta, no es casualidad la nota de este film, véanla y disfruten un clásico al que el tiempo parece no afectar.
15 de marzo de 2007
15 de marzo de 2007
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Da gusto ver este tipo de películas. Una historia ácida, que critica el abuso de poder y el clasismo social.Pero, aparte de ello, una historia de amor entre Lemonn y Mclaine poco convencional. Que buen actor ha sido Lemonn, encarnando como nadie al hombre medio americano. Como siempre Wilder cuida a sus personajes secundarios, tanto como a los protagonistas (me parece genial el matrimonio vecino de Lemonn) y el drama y la comedia se entremezclan de manera absolutamente coherente. Un saludo
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por último volver a repetir esa historia de amor con ese final (no el tradicional beso) en el que ambos se miran mientras continúan su partida de cartas.
25 de diciembre de 2007
25 de diciembre de 2007
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro de los clásicos de Wilder. Obra inmortal donde las haya, puro cine. Una flecha lanzada directamente al corazón. Al verla, uno se siente amigo eterno de Lemmon, querría estar con él, ayudarle a pasar esos malos momentos.
Además, quien no ha soñado alguna vez que su jefe le pedía las llaves de su apartamento para su uso propio?
Mcclaine esta preciosa, y su rostro angelical ha quedado para siempre en nuestras retinas gracias a esta película.
Por cierto, cuantos cócteles me he tomado ya?.
Además, quien no ha soñado alguna vez que su jefe le pedía las llaves de su apartamento para su uso propio?
Mcclaine esta preciosa, y su rostro angelical ha quedado para siempre en nuestras retinas gracias a esta película.
Por cierto, cuantos cócteles me he tomado ya?.
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