Hierro 3
7.7
33,109
Drama. Romance
Tae-suk es un joven que ocupa temporalmente viviendas cuyos habitantes están ausentes. Nunca roba ni ocasiona daños en los hogares de sus involuntarios anfitriones. En realidad, es una especie de fantasma que duerme en camas ajenas, come algo de las neveras de esos extraños y retribuye su forzada hospitalidad haciendo la colada o arreglando alguna que otra avería doméstica. Sun-hwa, que en tiempos fue una hermosa modelo, se ha visto ... [+]
18 de abril de 2008
18 de abril de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las cosas que más me gustó de esta película es que es corta. No quiero que suene mal, digamos que tiene el tiempo justo, no le sobra ni le falta un segundo. Es una de esas películas que no repite la idea ni sobrecarga la historia con momentos innecesarios.
Hierro 3 se desarrolla en silencio, porque está tan bien contada desde lo visual (con tiempo para ver las manos, los ojos) que cualquier línea de texto molestaría.
Es interesante ver cómo las escenas de violencia física (que abundan) no modifican en nada la historia ya que ésta pasa por otro lado. Esto contrasta completamente con películas de la misma nacionalidad como Oldboy donde gran parte de su encanto pasa por escenas de ese estilo, sin embargo, Hierro 3 parece reírse de esa visión mostrando que la violencia es incapaz de torcer la sensibilidad de la película.
Tierna, simple, profunda y sentida.
Muy buena.
Salud!
Hierro 3 se desarrolla en silencio, porque está tan bien contada desde lo visual (con tiempo para ver las manos, los ojos) que cualquier línea de texto molestaría.
Es interesante ver cómo las escenas de violencia física (que abundan) no modifican en nada la historia ya que ésta pasa por otro lado. Esto contrasta completamente con películas de la misma nacionalidad como Oldboy donde gran parte de su encanto pasa por escenas de ese estilo, sin embargo, Hierro 3 parece reírse de esa visión mostrando que la violencia es incapaz de torcer la sensibilidad de la película.
Tierna, simple, profunda y sentida.
Muy buena.
Salud!
13 de junio de 2008
13 de junio de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preciosista, detallista y fantasmal (en el sentido de pasar desapercibido) película con uno de los mejores finales que he visto; de como superar los obstáculos cuando las personas e instituciones te son injustas. Con unas maravillosas escenas metafóricas contemplamos la extraña pero verdadera relación de los protagonistas.
Doctor Hackenbush.
Doctor Hackenbush.
25 de julio de 2008
25 de julio de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta hace relativamente pocas décadas, el cine oriental nos llegaba con cuentagotas y siempre teníamos como referencia las (grandes) obras de los maestros Kurosawa, Mizoguchi, Ozu y otros. Pero aún siendo estupendos cineastas, hay otros buenos directores en la actualidad, no sólo japoneses sino representantes de todos los países orientales, de China, a Taiwan pasando por Hong-Kong, la India y Malasia y sin olvidar a Corea. De allí justamente es el director de esta película Kim Ki-Duk.
En apariencia, el director parece contarnos una película muy sencilla sobre un joven que se dedica a ocupar casas ajenas temporalmente deshabitadas, que un buen día encuentra a una compañera de correrías. Sin embargo, en este film de Kim Ki-Duk hay mucho más.
Durante gran parte del metraje, vemos al protagonista en su ritual habitual de colarse en las casas ajenas. Sin embargo, su actitud no es la de un ladrón. Casi al contrario, como si fuera un fantasma, se dedica a insuflar de vida lugares vacios, recorriéndolos silenciosamente, haciendo la colada, ordenando e incluso reparando algunos de sus aparatos. En esta vida de vacío en vacío, el protagonista se encuentra con su verdadera alma gemela, una mujer recluida en su casa, de hecho un fantasma como él, pero atrapada entre el lujo y la comodidad a que la tiene acostumbrada su despótico marido.
Es en este momento donde se produce el verdadero movimiento de una película en la que aparentemente no pasa nada. Vemos como su protagonista va de casa en casa para hacernos una idea de cómo es su vida, pero también servirá de contraste para ver la evolución de su personaje desde el momento en que se encuentra con ella. De hecho, él mismo tiene un vacío en su interior que va disimulando viviendo, o incluso suplantando, las vidas de otras personas en la vivienda de éstos. Sin embargo, cuando la conoce, ella es la que entra en su “casa” colmando ese vacío interior, es entonces cuando él se completa totalmente y puede ser realmente un “fantasma” en casi todos los sentidos.
Y todo esto lo cuenta el director con una economía de medios asombrosas, sólo con la ayuda de las imágenes, en un film sin apenas diálogos, de hecho el protagonista no dice ni una sola palabra, hablando por él sus gestos y su mirada. Es imposible sustraerse a la fuerza de las imágenes que el film de Kim Ki-Duk transmiten con profundos sentimientos como la soledad, la tristeza, la comunicación, el amor, etc. En una puesta en escena casi minimalista, pero perfectamente estudiada y muy inteligentemente dispuesta.
Este es uno de esos films en los que realmente lo que te cuenta no es tan importante como las reflexiones a que te lleva lo que vemos.
En apariencia, el director parece contarnos una película muy sencilla sobre un joven que se dedica a ocupar casas ajenas temporalmente deshabitadas, que un buen día encuentra a una compañera de correrías. Sin embargo, en este film de Kim Ki-Duk hay mucho más.
Durante gran parte del metraje, vemos al protagonista en su ritual habitual de colarse en las casas ajenas. Sin embargo, su actitud no es la de un ladrón. Casi al contrario, como si fuera un fantasma, se dedica a insuflar de vida lugares vacios, recorriéndolos silenciosamente, haciendo la colada, ordenando e incluso reparando algunos de sus aparatos. En esta vida de vacío en vacío, el protagonista se encuentra con su verdadera alma gemela, una mujer recluida en su casa, de hecho un fantasma como él, pero atrapada entre el lujo y la comodidad a que la tiene acostumbrada su despótico marido.
Es en este momento donde se produce el verdadero movimiento de una película en la que aparentemente no pasa nada. Vemos como su protagonista va de casa en casa para hacernos una idea de cómo es su vida, pero también servirá de contraste para ver la evolución de su personaje desde el momento en que se encuentra con ella. De hecho, él mismo tiene un vacío en su interior que va disimulando viviendo, o incluso suplantando, las vidas de otras personas en la vivienda de éstos. Sin embargo, cuando la conoce, ella es la que entra en su “casa” colmando ese vacío interior, es entonces cuando él se completa totalmente y puede ser realmente un “fantasma” en casi todos los sentidos.
Y todo esto lo cuenta el director con una economía de medios asombrosas, sólo con la ayuda de las imágenes, en un film sin apenas diálogos, de hecho el protagonista no dice ni una sola palabra, hablando por él sus gestos y su mirada. Es imposible sustraerse a la fuerza de las imágenes que el film de Kim Ki-Duk transmiten con profundos sentimientos como la soledad, la tristeza, la comunicación, el amor, etc. En una puesta en escena casi minimalista, pero perfectamente estudiada y muy inteligentemente dispuesta.
Este es uno de esos films en los que realmente lo que te cuenta no es tan importante como las reflexiones a que te lleva lo que vemos.
15 de febrero de 2009
15 de febrero de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No sé si soy un hombre que sueña que soy una mariposa... o si soy una mariposa que sueña que soy un hombre”. Esto se preguntaba el maestro, Chuang Tse, luego de “despertar” de un intenso sueño en el que se veía a sí mismo como una mariposa. Porque, nada es tan relativo como lo que llamamos realidad, pues, ésta es tan variable como el conjunto de ideas que conserva cada mente humana. Pero, esto sólo es así dentro del campo de las percepciones, única dimensión a la que, por ahora, los humanos comunes tenemos acceso, aunque, es bien seguro que, al final de nuestro ciclo terrenal, nos será dado conocer la verdadera realidad, porque, para desplazarse, desde la A hasta la B, hay muchos caminos posibles… pero sólo existe una línea recta.
La película del director coreano, Kim Ki-duk (quien también escribiera el guion), es la historia de un “fantasma”. Un muchacho que ha decidido vivir sin un hogar y sin más propiedad que una motocicleta y un maletín, con los que se desplaza buscando apartamentos cuyos ocupantes se encuentren de viaje y que él identifica con el volante de comidas que él mismo ha colocado y que permanece intacto en las cerraduras.
Ya adentro, el muchacho se ducha, come algo balanceado y cumple con los oficios que encuentra necesarios: lavar, regar las plantas, ordenar o reparar todo aparato que se encuentre descompuesto. Sólo entonces, hace uso de algunas cosas y duerme plácidamente. Cuando presiente que llegan sus moradores, se marcha sin llevarse ni un solo objeto que allí pertenezca.
En una de aquellas visitas, conoce a Sun-hwa, una ex-modelo encerrada por su marido en una elegante casa y maltratada por él de manera degradante. Usando un palo Hierro 3 -no muy usual en el golf-, con el que se ha venido entrenando, el chico devuelve mal por mal, y la liberada mujer se marcha con él para dar inicio al más silencioso romance de la historia del cine sonoro, donde sólo las acciones dan cuenta del lazo que se va creando entre ellos, y donde, la rutina, las desgracias y una que otra paliza causada por los moradores, también tendrán lugar.
Haciendo un uso casi riguroso de la llamada, Ley de Reciprocidad, el fantasmagórico muchacho se cobra cada afrenta de la que ha sido víctima... y éste es, a criterio nuestro, el punto más débil de esta valiosa y especial historia, ya que, la compensación no es, per se, sinónimo de venganza, ni es excluyente de la aceptación o el bondadoso perdón… y más, tratándose aquí de un personaje evidentemente evolucionado.
No obstante, el filme posee una notable originalidad argumental, y es muy convincente esa profunda austeridad en el lenguaje, para dar prelación a unas imágenes significantes por sí mismas. Esto involucra al espectador en la elaboración de su propia lectura y, es quizá la razón por la que no se aviene con todos aquellos que ven con desagrado el uso de su materia gris y prefieren la extrema explicités del común de las películas. Una, por demás, infortunada elección.
En definitiva, <<HIERRO 3>>, es un filme inquietante y, Kim Ki-duk, es un director talentoso del que puede esperarse cualquier tipo de sorpresa.
La película del director coreano, Kim Ki-duk (quien también escribiera el guion), es la historia de un “fantasma”. Un muchacho que ha decidido vivir sin un hogar y sin más propiedad que una motocicleta y un maletín, con los que se desplaza buscando apartamentos cuyos ocupantes se encuentren de viaje y que él identifica con el volante de comidas que él mismo ha colocado y que permanece intacto en las cerraduras.
Ya adentro, el muchacho se ducha, come algo balanceado y cumple con los oficios que encuentra necesarios: lavar, regar las plantas, ordenar o reparar todo aparato que se encuentre descompuesto. Sólo entonces, hace uso de algunas cosas y duerme plácidamente. Cuando presiente que llegan sus moradores, se marcha sin llevarse ni un solo objeto que allí pertenezca.
En una de aquellas visitas, conoce a Sun-hwa, una ex-modelo encerrada por su marido en una elegante casa y maltratada por él de manera degradante. Usando un palo Hierro 3 -no muy usual en el golf-, con el que se ha venido entrenando, el chico devuelve mal por mal, y la liberada mujer se marcha con él para dar inicio al más silencioso romance de la historia del cine sonoro, donde sólo las acciones dan cuenta del lazo que se va creando entre ellos, y donde, la rutina, las desgracias y una que otra paliza causada por los moradores, también tendrán lugar.
Haciendo un uso casi riguroso de la llamada, Ley de Reciprocidad, el fantasmagórico muchacho se cobra cada afrenta de la que ha sido víctima... y éste es, a criterio nuestro, el punto más débil de esta valiosa y especial historia, ya que, la compensación no es, per se, sinónimo de venganza, ni es excluyente de la aceptación o el bondadoso perdón… y más, tratándose aquí de un personaje evidentemente evolucionado.
No obstante, el filme posee una notable originalidad argumental, y es muy convincente esa profunda austeridad en el lenguaje, para dar prelación a unas imágenes significantes por sí mismas. Esto involucra al espectador en la elaboración de su propia lectura y, es quizá la razón por la que no se aviene con todos aquellos que ven con desagrado el uso de su materia gris y prefieren la extrema explicités del común de las películas. Una, por demás, infortunada elección.
En definitiva, <<HIERRO 3>>, es un filme inquietante y, Kim Ki-duk, es un director talentoso del que puede esperarse cualquier tipo de sorpresa.
11 de junio de 2009
11 de junio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cómo podemos estar en silencio
y decir algunas cosas
básicamente eso.
El resto es como un registro de contabilidad
sabes qué debitas y qué acreditas
y el saldo no parace halagüeño
Al final una especie de juego tremendamente realista
Creo que no se trata de amor
sino de dos personas que se parecen y quieren apostar a comunicarse.
Me ha robado algunas sensaciones
Me ha gustado el cuento de la pelotita
sobre todo porque el tonto éste no entiende los regaños silenciosos
y decir algunas cosas
básicamente eso.
El resto es como un registro de contabilidad
sabes qué debitas y qué acreditas
y el saldo no parace halagüeño
Al final una especie de juego tremendamente realista
Creo que no se trata de amor
sino de dos personas que se parecen y quieren apostar a comunicarse.
Me ha robado algunas sensaciones
Me ha gustado el cuento de la pelotita
sobre todo porque el tonto éste no entiende los regaños silenciosos
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