El juez
6.5
17,494
Drama
Hank Palmer (Robert Downey Jr.), un importante abogado, regresa a su hogar tras la muerte de su madre. Se entera entonces de que su padre (Robert Duvall), que es el juez del pueblo y de quien está distanciado, es sospechoso de haber cometido un crimen. Su decisión de investigar el caso lo lleva poco a poco a restablecer con los suyos una relación que estaba rota. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2018
2 de julio de 2018
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Dos terroríficas horas de puro tedio, con todos los tópicos más insufribles americanos. Demasiado regalo la nominación al Oscar del pésimo actor Robert D. Jr.; no se salva nada ni la actuación del gran actor Robert Duvall. Todo muy mediocre, digno drama de serie B, para las tardes del fin de semana. Mira que soy benévolo con mis votaciones pero a esta película un pasable y raspado. Tras los primeros quince minutos que me dio la sensación de una buena película, todo ha ido cuesta abajo y sin frenos... larguísima farsa, sembrada de todas las caricaturas morales, para engañar a los espectadores con alta sensibilidad, pero el cine bien hecho es otra cosa... y por parodiar algo creo que el hermano con autismo con su cámara hubiera hecho mejor cualquier corto...
22 de abril de 2019
22 de abril de 2019
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Es meritorio que en estos días donde los buenos guiones aparecen manoseados, maquillados o simplemente aguados, podamos reconocer una gran hechura en el de esta cinta. Papeles a la altura de los actores, (el recíproco no sería meritorio con el maravilloso elenco) y una muy buena historia la convierten en una agradable sorpresa; disfrutable de principio a fin.
Todo encaja y nada, ni nadie, destaca demasiado sobre el resto, en el bien entendido que no es, para nada, una película de las que llaman "corales".
Todo encaja y nada, ni nadie, destaca demasiado sobre el resto, en el bien entendido que no es, para nada, una película de las que llaman "corales".
18 de diciembre de 2019
18 de diciembre de 2019
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Los errores no se olvidan jamás. Los grandes errores, esos que no necesitan que la gente te los recuerde, se adhieren a tu interior y moldean tu carácter, por temor a volver a cometerlos. Por eso, cualquier oportunidad de redimirse debe ser aprovechada. Y para un juez de un pequeño pueblo de Indiana, con 42 años de justicia inmaculada a sus espaldas, el borrón de haber dejado en libertad a un joven que agredió a su novia y que, días después de pisar la calle, acabó matándola tiene que ser corregido, reparado. La oportunidad llega una noche de lluvia, con el infame montado en bicicleta frente a los faros de su coche en una carretera secundaria, lejos de miradas ajenas. ¿Qué camino elegir: integridad o ajusticiamiento? ¿Cuánto pesa aquella falta en alguien que lo único que desea es que, el día de su muerte, las banderas ondeen a media asta?
Su hijo, un abogado cínico y ventajista de Chicago, es en quien se centra 'El juez'. Al igual que su padre, también cometió un error en su juventud, que lo llevó a poner tierra de por medio y huir de un hogar de severidad asfixiante y huérfano de afecto. Debido a la muerte de su madre, vuelve al pueblo y se enfrenta a su progenitor, al que defenderá cuando sea acusado de asesinato, en un intento de corregir los años pasados en los que dio la espalda a la familia.
A David Dobkin, director de comedias ligeras como 'De boda en boda', la película le viene grande. Excesivamente grande. Con un guion que salta sin red del 'trhiller' judicial al melodrama familiar, cargado además con pinceladas cómicas, el realizador norteamericano filma un proyecto mediocre que no está a la altura de su reparto. Incapaz de centrarse en un aspecto, en 141 minutos de metraje embute a las bravas todo tipo de géneros y tramas: vuelta a casa, redención en la relación paternofilial, intriga en la resolución del caso, problemas matrimoniales con una hija pequeña de por medio, encuentro con una exnovia que tuvo un retraso de esos que se asimilan en nueve meses, trauma interior por un accidente que truncó la vida de su hermano... No obstante, para evitar desconcertar al público, Dobkin satura cada secuencia con una banda sonora pegajosa que dicta al espectador lo que debe sentir en cada momento. Un error más en todo este embrollo, ya que las confrontaciones entre los dos protagonistas eran lo único que se podía salvar.
Y ello, gracias al buen hacer de Robert Downey Jr. y Robert Duvall. El primero luce trajes de marca y se excede en sus gestos faciales para potenciar una comicidad que sobra, aunque en su duelo dramático con su compañero de reparto se muestra a la altura. Y Robert Duvall es el que más sustento otorga al filme. Acierta en erigir un personaje férreo en sus convicciones pero achacado por el peso de la edad y de una enfermedad que merma sus capacidades -otra arista argumental más que añadir a la lista anterior-. Billy Bob Thornton y Vincent D’Onofrio también destacan en sus papeles, pero la cinta se centra tanto en los dos protagonistas que casi cuesta calificarlos como secundarios.
Dobkin intentó contentar a todo el mundo con múltiples enfoques, pero su cine carece de una calidad narrativa suficiente para hilvanar semejante conjunción de tramas. Un fallo excusable. Ahora bien, desperdiciar de esta forma el talento de Robert Duvall debería estar penado por ley. Es uno de esos errores que nunca se olvidan.
Diario de Navarra / La séptima mirada
Su hijo, un abogado cínico y ventajista de Chicago, es en quien se centra 'El juez'. Al igual que su padre, también cometió un error en su juventud, que lo llevó a poner tierra de por medio y huir de un hogar de severidad asfixiante y huérfano de afecto. Debido a la muerte de su madre, vuelve al pueblo y se enfrenta a su progenitor, al que defenderá cuando sea acusado de asesinato, en un intento de corregir los años pasados en los que dio la espalda a la familia.
A David Dobkin, director de comedias ligeras como 'De boda en boda', la película le viene grande. Excesivamente grande. Con un guion que salta sin red del 'trhiller' judicial al melodrama familiar, cargado además con pinceladas cómicas, el realizador norteamericano filma un proyecto mediocre que no está a la altura de su reparto. Incapaz de centrarse en un aspecto, en 141 minutos de metraje embute a las bravas todo tipo de géneros y tramas: vuelta a casa, redención en la relación paternofilial, intriga en la resolución del caso, problemas matrimoniales con una hija pequeña de por medio, encuentro con una exnovia que tuvo un retraso de esos que se asimilan en nueve meses, trauma interior por un accidente que truncó la vida de su hermano... No obstante, para evitar desconcertar al público, Dobkin satura cada secuencia con una banda sonora pegajosa que dicta al espectador lo que debe sentir en cada momento. Un error más en todo este embrollo, ya que las confrontaciones entre los dos protagonistas eran lo único que se podía salvar.
Y ello, gracias al buen hacer de Robert Downey Jr. y Robert Duvall. El primero luce trajes de marca y se excede en sus gestos faciales para potenciar una comicidad que sobra, aunque en su duelo dramático con su compañero de reparto se muestra a la altura. Y Robert Duvall es el que más sustento otorga al filme. Acierta en erigir un personaje férreo en sus convicciones pero achacado por el peso de la edad y de una enfermedad que merma sus capacidades -otra arista argumental más que añadir a la lista anterior-. Billy Bob Thornton y Vincent D’Onofrio también destacan en sus papeles, pero la cinta se centra tanto en los dos protagonistas que casi cuesta calificarlos como secundarios.
Dobkin intentó contentar a todo el mundo con múltiples enfoques, pero su cine carece de una calidad narrativa suficiente para hilvanar semejante conjunción de tramas. Un fallo excusable. Ahora bien, desperdiciar de esta forma el talento de Robert Duvall debería estar penado por ley. Es uno de esos errores que nunca se olvidan.
Diario de Navarra / La séptima mirada
10 de junio de 2023
10 de junio de 2023
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Thiller judicial. Interesante y tenso, con raíces familiares.
La tensión entre el padre y el hijo no está del todo bien resuelta, no se explica qué ha ocurrido y qué hay enterrado en esa relación.
El director no me es conocido, tiene cosas en televisión, y no me suena especialmente. Los actores son: Robert Downey Jr., Robert Duvall, Vera Farmiga, Billy Bob Thornton, y Vincent D'Onofrio.
No es gran cosa, además es un poco larga. En los estándares del cine actual 140 minutos sólo lo soportan obras interesantes, y esta no lo es. Se puede ver, pero le sobran 30 minutos mínimos.
La tensión entre el padre y el hijo no está del todo bien resuelta, no se explica qué ha ocurrido y qué hay enterrado en esa relación.
El director no me es conocido, tiene cosas en televisión, y no me suena especialmente. Los actores son: Robert Downey Jr., Robert Duvall, Vera Farmiga, Billy Bob Thornton, y Vincent D'Onofrio.
No es gran cosa, además es un poco larga. En los estándares del cine actual 140 minutos sólo lo soportan obras interesantes, y esta no lo es. Se puede ver, pero le sobran 30 minutos mínimos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un brillante abogado regresa a casa por la muerte de su madre y se reencuentra con su padre, que es juez y que hace años que no ve. No se llevaban bien y la película no se muestra muy expresiva en este punto.
Cuando se va a ir a su padre lo detienen acusado de homicidio, al haber atropellado a un chico. No se acuerda de nada, pero, al parecer no había bebido. Es un alcohólico rehabilitado, pero dice que no ha bebido hace 28 años. Pero la duda está presente.
El muerto, al parecer, el fallecido era un señor al que mandó veinte años a prisión por homicidio de una niña. Pero lo peculiar es que con anterioridad había sido acusado de acoso a la misma niña y fue condenado a sólo 30 días. Un error que le marcó toda su carrera de juez.
Cuando se va a ir a su padre lo detienen acusado de homicidio, al haber atropellado a un chico. No se acuerda de nada, pero, al parecer no había bebido. Es un alcohólico rehabilitado, pero dice que no ha bebido hace 28 años. Pero la duda está presente.
El muerto, al parecer, el fallecido era un señor al que mandó veinte años a prisión por homicidio de una niña. Pero lo peculiar es que con anterioridad había sido acusado de acoso a la misma niña y fue condenado a sólo 30 días. Un error que le marcó toda su carrera de juez.
27 de octubre de 2014
27 de octubre de 2014
9 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Juez" es una película hecha a base de tópicos, sin nada que la justifique.
- Primer tópico: película de juicios, como tantas otras.
- Segundo tópico: triunfador que vuelve a su pueblo después de veinte años. Lo hemos visto mil veces.
- Tercero: rencillas y secretos familiares. Lo hemos visto dos mil veces, por lo menos.
Poniendo estos tres ingredientes en una coctelera y agitándola torpemente, sale, por desgracia, esta película.
Por suerte, nos ahorran la mayor parte de la liturgia del juicio, centrándolo en su parte más relevante, como clímax de todo un entramado de rencillas pasadas y de reencuentro del protagonista con sus raíces. El problema es que estos elementos que son la base de todo el relato -el juicio, al fin y al cabo, no es más que una fórmula narrativa para acelerar el desenlace- son pueriles, triviales y de un infantilismo sonrojante, como si el espectador tuviera que creerse las memeces de un guión que oscila entre lo yermo y lo incompetente, por no decir un puro plagio de cien películas igual que ésta y que al menos inventaron y asentaron el género. Esta película, sin embargo, es totalmente innecesaria y no aporta absolutamente nada, como no sea sopor, tedio y la incredulidad de ver cómo nos han engañado para que paguemos la entrada.
Elementos que pueden salvarse:
- La escena del padre y el hijo en el cuarto de baño
- El personaje del hermano menor.
- El efímero personaje de la esposa del protagonista.
El restante 98 % de la película es puro fraude y un atentado a la inteligencia del espectador.
Que Robert Downey actúa bien? Que Robert Duvall también? Ni ésta es su mejor interpretación ni estos dos elementos, que ya deben darse por supuestos, bastan para sostener durante más de cinco minutos la mediocridad de la película.
- Primer tópico: película de juicios, como tantas otras.
- Segundo tópico: triunfador que vuelve a su pueblo después de veinte años. Lo hemos visto mil veces.
- Tercero: rencillas y secretos familiares. Lo hemos visto dos mil veces, por lo menos.
Poniendo estos tres ingredientes en una coctelera y agitándola torpemente, sale, por desgracia, esta película.
Por suerte, nos ahorran la mayor parte de la liturgia del juicio, centrándolo en su parte más relevante, como clímax de todo un entramado de rencillas pasadas y de reencuentro del protagonista con sus raíces. El problema es que estos elementos que son la base de todo el relato -el juicio, al fin y al cabo, no es más que una fórmula narrativa para acelerar el desenlace- son pueriles, triviales y de un infantilismo sonrojante, como si el espectador tuviera que creerse las memeces de un guión que oscila entre lo yermo y lo incompetente, por no decir un puro plagio de cien películas igual que ésta y que al menos inventaron y asentaron el género. Esta película, sin embargo, es totalmente innecesaria y no aporta absolutamente nada, como no sea sopor, tedio y la incredulidad de ver cómo nos han engañado para que paguemos la entrada.
Elementos que pueden salvarse:
- La escena del padre y el hijo en el cuarto de baño
- El personaje del hermano menor.
- El efímero personaje de la esposa del protagonista.
El restante 98 % de la película es puro fraude y un atentado a la inteligencia del espectador.
Que Robert Downey actúa bien? Que Robert Duvall también? Ni ésta es su mejor interpretación ni estos dos elementos, que ya deben darse por supuestos, bastan para sostener durante más de cinco minutos la mediocridad de la película.
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