Clerks
7.4
56,180
8 de marzo de 2018
8 de marzo de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la pregunta que todos nos hacemos hacia el principio de la película, y cuando ésta termina sabemos perfectamente la respuesta: es la tienda por la que algún día me gustaría pasar.
¿Pero a quién no?
Fue a los 24 años e inspirado por Spike Lee, Richard Linklater y Hal Hartley cuando Kevin Smith decidió vender la mayor parte de su colección de cómics, usar muchas tarjetas de crédito, gastar todos sus ahorros y otras triquiñuelas para hacer su primera película. Junto a Scott Mosier convenció a un montón de amigos, usó un equipo de bajísima calidad, el lugar donde trabajaba como escenario y unos 27.000 dólares y se dispuso a grabar mientras por la mañana tenía que volver a ponerse a trabajar (si aguantaba despierto era por pura dedicación y entusiasmo). Y esta épica observación de la existencia en granulado y áspero blanco y negro dividido en nueve segmentos evocando la "Divina Comedia" se basa en una cámara fija filmando a personas que no dejan de hablar.
Al tiempo que un dependiente cualquiera de una tienda de barrio cualquiera intenta, aunque por los medios inadecuados, poner en orden su triste vida, eso vemos: personas del momento, que conversan con toda naturalidad de sus inquietudes, esperanzas, amoríos, de lo que les molesta, lo que les excita o lo que, sencillamente, les hace vivir, por eso es tan fácil identificarse con ellos. Smith demuestra talento para escribir sobre cosas auténticas, coge su cámara, se queda en la calle, que apesta a zapatos viejos, droga y basura y capta al vuelo a unos protagonistas que asisten al desmoronamiento de su microuniverso por sus propias malas decisiones o bien a su evolución vital para, por la fuerza, pasar a la edad adulta, creando así un fiel y tosco retrato de, sobre todo, la joven, cambiante y pesimista generación de los '90.
Apoyado en este crudo realismo a ras de acera nos encierra en una cínica y desoladora atmósfera pero desatando su estrafalario y rebelde imaginario donde el disparate, el absurdo y el mal gusto se unen al ingenio afilado, el sentimiento inconformista y contestatario, el afán por la repetición, las coincidencias y las desviaciones sexuales expuestas con libertad, unos diálogos frescos y vivos, que saben a verdad y a violencia, una gran banda sonora "punk"/"grunge" y un puñado de referencias autobiográficas y cinéfilas. Aquí ya encontramos los múltiples elementos que conformarían el universo "smithiano" para la posteridad (el Quick Stop, el hockey, "Star Wars", personajes y hechos que irían apareciendo en films posteriores, lo que les hace pertenecer mágicamente al mismo mundo).
Una de las grandes bazas son los actores, por quienes uno acaba simpatizando. Brian O'Halloran y Jeff Anderson forman una pareja perfecta, el cobarde, autocompasivo y sufrido Dante de uno y el descarado y visceral Randal de otro, igual de tontos y detestables a la vez que carismáticos; mientras tanto uno no puede más que sucumbir a Marilyn Ghigliotti (cuya Veronica es la única estable y comprensiva) y la tristemente fallecida Lisa Spoonauer (en su encantadora buscona con los pies en la tierra Caitlin), y adorar a Jay y Bob, hedonistas callejeros de chándal barato sin pasado ni futuro, sólo presente, encarnados por Jason Mewes y el propio Smith (aún sumamente quieto e imperturbable, sin mover un músculo de la cara).
¿Y cómo olvidar el pintoresco grupo de actores que circula por la película?, en realidad miembros del equipo técnico y amigos y familiares del director. La suerte estaba de parte de "Clerks", que recaudó unos 3 millones y además contó con el beneplácito de Harvey Weinstein, lo que dio paso al comienzo de una prometedora carrera...pero ninguna de sus comedias posteriores, ni siquiera esa tardía y un tanto pobre secuela, estarían a la altura de su debut. Éste, influencia seminal para futuros cineastas, y pese a lo que algunos puedan pensar, permanece en el tiempo como el testigo de una determinada época y cultura, realizado en el momento y lugar idóneos.
Es, por méritos propios, una obra vital del cine independiente de la década, y, para muchos la mejor que hay. Los que intentamos dedicarnos al cine pero carecemos de presupuesto o medios entendemos las dificultades por las que pasó el nativo de New Jersey cuando se aventuró a dar vida a un guión, y no es nada fácil, porque también las hemos pasado. Hay que sentir una gran admiración por él, ya que, con lo poco que tenía, realizó su obra en cuatro semanas y durmiendo apenas dos horas seguidas al día, una obra donde atrapó el instante de una época y un lugar en lo que tenía de más fugaz y le dio un valor de eternidad.
Los jóvenes que quieren hacer cine deberían ver "Clerks", para inspirarse e instruirse.
¿Pero a quién no?
Fue a los 24 años e inspirado por Spike Lee, Richard Linklater y Hal Hartley cuando Kevin Smith decidió vender la mayor parte de su colección de cómics, usar muchas tarjetas de crédito, gastar todos sus ahorros y otras triquiñuelas para hacer su primera película. Junto a Scott Mosier convenció a un montón de amigos, usó un equipo de bajísima calidad, el lugar donde trabajaba como escenario y unos 27.000 dólares y se dispuso a grabar mientras por la mañana tenía que volver a ponerse a trabajar (si aguantaba despierto era por pura dedicación y entusiasmo). Y esta épica observación de la existencia en granulado y áspero blanco y negro dividido en nueve segmentos evocando la "Divina Comedia" se basa en una cámara fija filmando a personas que no dejan de hablar.
Al tiempo que un dependiente cualquiera de una tienda de barrio cualquiera intenta, aunque por los medios inadecuados, poner en orden su triste vida, eso vemos: personas del momento, que conversan con toda naturalidad de sus inquietudes, esperanzas, amoríos, de lo que les molesta, lo que les excita o lo que, sencillamente, les hace vivir, por eso es tan fácil identificarse con ellos. Smith demuestra talento para escribir sobre cosas auténticas, coge su cámara, se queda en la calle, que apesta a zapatos viejos, droga y basura y capta al vuelo a unos protagonistas que asisten al desmoronamiento de su microuniverso por sus propias malas decisiones o bien a su evolución vital para, por la fuerza, pasar a la edad adulta, creando así un fiel y tosco retrato de, sobre todo, la joven, cambiante y pesimista generación de los '90.
Apoyado en este crudo realismo a ras de acera nos encierra en una cínica y desoladora atmósfera pero desatando su estrafalario y rebelde imaginario donde el disparate, el absurdo y el mal gusto se unen al ingenio afilado, el sentimiento inconformista y contestatario, el afán por la repetición, las coincidencias y las desviaciones sexuales expuestas con libertad, unos diálogos frescos y vivos, que saben a verdad y a violencia, una gran banda sonora "punk"/"grunge" y un puñado de referencias autobiográficas y cinéfilas. Aquí ya encontramos los múltiples elementos que conformarían el universo "smithiano" para la posteridad (el Quick Stop, el hockey, "Star Wars", personajes y hechos que irían apareciendo en films posteriores, lo que les hace pertenecer mágicamente al mismo mundo).
Una de las grandes bazas son los actores, por quienes uno acaba simpatizando. Brian O'Halloran y Jeff Anderson forman una pareja perfecta, el cobarde, autocompasivo y sufrido Dante de uno y el descarado y visceral Randal de otro, igual de tontos y detestables a la vez que carismáticos; mientras tanto uno no puede más que sucumbir a Marilyn Ghigliotti (cuya Veronica es la única estable y comprensiva) y la tristemente fallecida Lisa Spoonauer (en su encantadora buscona con los pies en la tierra Caitlin), y adorar a Jay y Bob, hedonistas callejeros de chándal barato sin pasado ni futuro, sólo presente, encarnados por Jason Mewes y el propio Smith (aún sumamente quieto e imperturbable, sin mover un músculo de la cara).
¿Y cómo olvidar el pintoresco grupo de actores que circula por la película?, en realidad miembros del equipo técnico y amigos y familiares del director. La suerte estaba de parte de "Clerks", que recaudó unos 3 millones y además contó con el beneplácito de Harvey Weinstein, lo que dio paso al comienzo de una prometedora carrera...pero ninguna de sus comedias posteriores, ni siquiera esa tardía y un tanto pobre secuela, estarían a la altura de su debut. Éste, influencia seminal para futuros cineastas, y pese a lo que algunos puedan pensar, permanece en el tiempo como el testigo de una determinada época y cultura, realizado en el momento y lugar idóneos.
Es, por méritos propios, una obra vital del cine independiente de la década, y, para muchos la mejor que hay. Los que intentamos dedicarnos al cine pero carecemos de presupuesto o medios entendemos las dificultades por las que pasó el nativo de New Jersey cuando se aventuró a dar vida a un guión, y no es nada fácil, porque también las hemos pasado. Hay que sentir una gran admiración por él, ya que, con lo poco que tenía, realizó su obra en cuatro semanas y durmiendo apenas dos horas seguidas al día, una obra donde atrapó el instante de una época y un lugar en lo que tenía de más fugaz y le dio un valor de eternidad.
Los jóvenes que quieren hacer cine deberían ver "Clerks", para inspirarse e instruirse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como dato anecdótico señalar que Kevin Smith rodaría un final no incluido en "Clerks", cuya situación tiene lugar justo después de la significativa conclusión que se nos plantea (pues, pese a todas las desastrosas circunstancias que han tenido que atravesar los protagonistas, pese a la violenta pelea que tienen en la "Catarsis" de la historia, aceptan con resignación los hechos, asumen con humor el estancamiento existencial en el que ellos mismos han decidido permanecer y se reconcilian).
El caso es que tras el "Desenlace", cuando se marcha Randal de la tienda dejando sólo a Dante, un delincuente entra y dispara a éste último. Un agobiante silencio sepulcral reina en el ambiente. Melancólico, violento y crudo final que subraya el desolador y desencantado escenario de una película cuyo eje argumental es hablar de lo cruda que puede llegar a ser la existencia, sirviendo además de referencia a aquello que Dante decía sobre "El Imperio Contraataca":
"En realidad así es la vida: una serie de finales tristes". Sin embargo esa no parecía la conclusión ideal para una comedia...ni tampoco habría podido Smith realizar la segunda entrega del film 12 años más tarde si ésta se hubiese llegado a dejar en el montaje final.
Pero he de reconocer que yo, por lo menos, prefiero aquel final original descartado.
El caso es que tras el "Desenlace", cuando se marcha Randal de la tienda dejando sólo a Dante, un delincuente entra y dispara a éste último. Un agobiante silencio sepulcral reina en el ambiente. Melancólico, violento y crudo final que subraya el desolador y desencantado escenario de una película cuyo eje argumental es hablar de lo cruda que puede llegar a ser la existencia, sirviendo además de referencia a aquello que Dante decía sobre "El Imperio Contraataca":
"En realidad así es la vida: una serie de finales tristes". Sin embargo esa no parecía la conclusión ideal para una comedia...ni tampoco habría podido Smith realizar la segunda entrega del film 12 años más tarde si ésta se hubiese llegado a dejar en el montaje final.
Pero he de reconocer que yo, por lo menos, prefiero aquel final original descartado.
7 de diciembre de 2005
7 de diciembre de 2005
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película de Kevin Smith, rodada con muy pocos medios, es también su mejor film. Los surrealistas diálogos sobre la cultura pop, los personajes frikis, las referencias a "Star Wars", Jay y Bob el silencioso..... Todo es sencillamente perfecto. Jamás saldrá de tu memoria y puedes verla veinte veces seguidas que seguirás riéndote igual.
9 de noviembre de 2008
9 de noviembre de 2008
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Clerks, empezó todo. Rodada prácticamente de modo íntegro en la tienda donde trabajaba Smith en aquel entonces, da fe de ese famoso dicho en virtud del cual "la necesidad hace maestros". Con cuatro duros y sin medios, tuvo que echar mano de un guión absolutamente brutal, del que han salido algunos de los diálogos más trabajados del cine.
Críticas absurdas como la de -El intelectual- sin más ánimo que el de exponer su ignorancia en público, no merecen respuesta de ningún tipo, pero por si alguna alma cándida se dejara llevar a engaño por éste tipo de personajes, aclararé que ésta cinta se rodó en blanco y negro no por ahorro ni por parecer "más profunda", sino por una falta de presupuesto tan acuciante, que Smith se vió obligado no solo a malvender su colección de cómics, sino a agotar el saldo -con un límite de 2.000 dolares cada una- de unas diez tarjetas de crédito, a emplear los pocos ahorros de que disponía para sus estudios universitarios y a utilizar la miseria que el seguro le dió a Jason Mewes (más conocido como Jay) cuando perdió su coche en una inundación. En definitiva, Smith apostó todo cuanto tenía e incluso lo que no tenía en filmar ésta maravilla con tan solo 27.575 dólares y ¡en 21 días!. Tal acto de valentía -o de inconsciencia- supuso la creación de una de las mejores películas de culto que se han rodado y muchos premios de reconocido prestigio en el ámbito del cine independiente.
Realmente digna de ver.
Críticas absurdas como la de -El intelectual- sin más ánimo que el de exponer su ignorancia en público, no merecen respuesta de ningún tipo, pero por si alguna alma cándida se dejara llevar a engaño por éste tipo de personajes, aclararé que ésta cinta se rodó en blanco y negro no por ahorro ni por parecer "más profunda", sino por una falta de presupuesto tan acuciante, que Smith se vió obligado no solo a malvender su colección de cómics, sino a agotar el saldo -con un límite de 2.000 dolares cada una- de unas diez tarjetas de crédito, a emplear los pocos ahorros de que disponía para sus estudios universitarios y a utilizar la miseria que el seguro le dió a Jason Mewes (más conocido como Jay) cuando perdió su coche en una inundación. En definitiva, Smith apostó todo cuanto tenía e incluso lo que no tenía en filmar ésta maravilla con tan solo 27.575 dólares y ¡en 21 días!. Tal acto de valentía -o de inconsciencia- supuso la creación de una de las mejores películas de culto que se han rodado y muchos premios de reconocido prestigio en el ámbito del cine independiente.
Realmente digna de ver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Impagable el diálogo sobre los autónomos en relación con los trabajadores de la Estrella de la Muerte:
"Randal.- En la primera Estrella de la Muerte sólo estaba el ejército Imperial, a bordo solo había soldados y dignatarios imperialistas.
Dante.- Supongo que sí.
Randal.- Cuando la destruyen el mal recibe su castigo.
Dante.- ¿Y la segunda Estrella qué?
Randal.- La segunda Estrella no estaba terminada, aún la estaban construyendo.
Dante.- ¿Y qué?
Randal.- Que una obra de esa magnitud requeriría muchos más hombres de los que había en el ejército imperial. Seguro que tuvieron que contratar a trabajadores autónomos: albañíles, fontaneros, electricistas…
Dante.- Quieres decir que no eran imperialistas.
Randal.- Exacto. Para poder construirla rápida y en secreto había que contratar a civiles. Un soldado imperial no sabe instalar un retrete, solo sabe matar y llevar uniforme blanco.
Dante.- De acuerdo, contrataron a trabajadores autónomos. ¿Y eso qué importancia tiene?
Randal.- Todos esos inocentes trabajadores también mueren. Son bajas de una guerra que no les atañe. Ponte en su lugar: tú eres un albañil y el gobierno te ofrece un trabajo bien pagado. Tienes esposa e hijos y una casa en los suburbios. Es un contrato con el gobierno, tiene toda clase de ventajas. De repente, aperecen unos rebeldes que van fundiendo todo lo que pillan con sus rayos lásers. A tí ni te va ni te viene, no tienes ideas políticas. Sólo intentas ganarte la vida…
Cliente.- No me gusta interrumpir, pero ¿de qué estáis hablando?
Randal.- Del Retorno del Jedi.
Dante.- Mi amigo quiere convencerme de que los trabajadores autónomos que trabajaban en la segunda Estrella de la Muerte fueron víctimas inocentes de los Rebeldes.
Cliente.- Yo soy un trabajador autónomo: «Reformas del hogar en el acto». Como albañil os diré que las convicciones políticas son decisivas a la hora de aceptar un trabajo.
Randal.- ¿Por ejemplo?
Cliente.- Hace tres semanas me ofrecieron un trabajo. Una mansión preciosa, con una parcela enorme. Sólo había que arreglar las tejas. Me dijeron que si lo terminaba en un día me pagarían el doble. Después me enteré de quién era la casa.
Dante.- ¿De quién era?
Cliente.- De Dominic Bambino.
Randal.- ¿Bambino "cara de niño"? ¿El gangster?
Cliente.- El mismo. La paga era buena, pero el trabajo era peligroso. Yo sé como se las gastan esos tipos, y por eso le pasé el encargo a un amigo.
Dante.- Así se portan los amigos.
Cliente.- A la semana siguiente, la familia Foresci tomó al asalto la casa de 'cara de niño'. A mi amigo lo mataron de un tiro, no pudo acabar la obra.
Randal.- Increíble.
Cliente.- Yo estoy vivo porque sabía el riesgo que corría trabajando para ese cliente. Mi amigo no tuvo tanta suerte. Todos los trabajadores que estaban en esa Estrella de la Muerte sabían el riesgo que corrían, si les mataron fue por su culpa. Hay que hacer caso al corazón, no al bolsillo".
"Randal.- En la primera Estrella de la Muerte sólo estaba el ejército Imperial, a bordo solo había soldados y dignatarios imperialistas.
Dante.- Supongo que sí.
Randal.- Cuando la destruyen el mal recibe su castigo.
Dante.- ¿Y la segunda Estrella qué?
Randal.- La segunda Estrella no estaba terminada, aún la estaban construyendo.
Dante.- ¿Y qué?
Randal.- Que una obra de esa magnitud requeriría muchos más hombres de los que había en el ejército imperial. Seguro que tuvieron que contratar a trabajadores autónomos: albañíles, fontaneros, electricistas…
Dante.- Quieres decir que no eran imperialistas.
Randal.- Exacto. Para poder construirla rápida y en secreto había que contratar a civiles. Un soldado imperial no sabe instalar un retrete, solo sabe matar y llevar uniforme blanco.
Dante.- De acuerdo, contrataron a trabajadores autónomos. ¿Y eso qué importancia tiene?
Randal.- Todos esos inocentes trabajadores también mueren. Son bajas de una guerra que no les atañe. Ponte en su lugar: tú eres un albañil y el gobierno te ofrece un trabajo bien pagado. Tienes esposa e hijos y una casa en los suburbios. Es un contrato con el gobierno, tiene toda clase de ventajas. De repente, aperecen unos rebeldes que van fundiendo todo lo que pillan con sus rayos lásers. A tí ni te va ni te viene, no tienes ideas políticas. Sólo intentas ganarte la vida…
Cliente.- No me gusta interrumpir, pero ¿de qué estáis hablando?
Randal.- Del Retorno del Jedi.
Dante.- Mi amigo quiere convencerme de que los trabajadores autónomos que trabajaban en la segunda Estrella de la Muerte fueron víctimas inocentes de los Rebeldes.
Cliente.- Yo soy un trabajador autónomo: «Reformas del hogar en el acto». Como albañil os diré que las convicciones políticas son decisivas a la hora de aceptar un trabajo.
Randal.- ¿Por ejemplo?
Cliente.- Hace tres semanas me ofrecieron un trabajo. Una mansión preciosa, con una parcela enorme. Sólo había que arreglar las tejas. Me dijeron que si lo terminaba en un día me pagarían el doble. Después me enteré de quién era la casa.
Dante.- ¿De quién era?
Cliente.- De Dominic Bambino.
Randal.- ¿Bambino "cara de niño"? ¿El gangster?
Cliente.- El mismo. La paga era buena, pero el trabajo era peligroso. Yo sé como se las gastan esos tipos, y por eso le pasé el encargo a un amigo.
Dante.- Así se portan los amigos.
Cliente.- A la semana siguiente, la familia Foresci tomó al asalto la casa de 'cara de niño'. A mi amigo lo mataron de un tiro, no pudo acabar la obra.
Randal.- Increíble.
Cliente.- Yo estoy vivo porque sabía el riesgo que corría trabajando para ese cliente. Mi amigo no tuvo tanta suerte. Todos los trabajadores que estaban en esa Estrella de la Muerte sabían el riesgo que corrían, si les mataron fue por su culpa. Hay que hacer caso al corazón, no al bolsillo".
24 de septiembre de 2010
24 de septiembre de 2010
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
24 horas pasadas con un chaval en una tienda. Pues sí, con bien poquito se puede sacar un buen largometraje. Clerks va recorriendo todos los estados y circunstancias por las que va avanzando el protagonista a lo largo del día; blasfemia, irritación... Circunstancias por las que uno se pregunta, ¿pero como no se rebela ante todo eso? y como le dice su compañero del videoclub: "Te da miedo romper con el microcosmos que te has creado".
Me gusta la escena de la conclusión sobre los trabajadores autónomos y el retorno del jedi.
Con un lenguaje soez, reflejando a la calle, y esos puntos irónicos muy divertidos, la película te hace pasar un buen rato y además te permite sacar conclusiones.
Me gusta la escena de la conclusión sobre los trabajadores autónomos y el retorno del jedi.
Con un lenguaje soez, reflejando a la calle, y esos puntos irónicos muy divertidos, la película te hace pasar un buen rato y además te permite sacar conclusiones.
24 de agosto de 2005
24 de agosto de 2005
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fresca, original, irreverente, divertida y políticamente incorrecta. Es increíble lo que se puede hacer con una buena idea y cuatro perras. Es de esas películas que verás y comentarás con los amigos. Y cuanto más la veas, más te gustará.
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