Dogville
7.5
69,616
Drama. Thriller
Grace llega al remoto pueblo de Dogville huyendo de una banda de gángsters. Persuadidos por las palabras de Tom, que se ha erigido en portavoz de la comunidad, los vecinos se avienen a ocultarla. Grace, a cambio, trabaja para ellos. Sin embargo, cuando Dogville sea sometido a una intensa vigilancia policial para dar con la fugitiva, sus habitantes exigirán a Grace otros servicios que les compensen del peligro que corren al darle cobijo. ... [+]
8 de junio de 2013
8 de junio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer que al principio no me convencía mucho el escenario planteado por Von Trier. Sin embargo, conforme la película avanzaba, le iba cogiendo el gusto. Por un lado, es fundamental que sea "abierto", ya que a fin de cuentas, el pueblo representa un "todo", y por otro lado, me parece un ejemplo sublime de que no es necesario un gran desembolso para hacer una gran película, es un homenaje al teatro, al cine puro. (Toma nota Hollywood). Sobresaliente Kidman.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Además de una clara moraleja, lo realmente trascendente de esta película es que hace partícipe al espectador. Nos hace partícipes en la primera votación, deseando que Grace se quede, nos hace partícipes del sufrimiento de esta, (hace que te preguntes : ¿Por qué no se revela?, y lo más importante, nos hace partícipes "deseando" que se decida a vengarse. No me negareis que más de uno deseaba exactamente ese final. Y he ahí dónde radica la mayor moraleja, también nosotros somos unos cabrones, también nosotros formamos parte de este mundo de mierda.
15 de diciembre de 2014
15 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya conocía algo (en realidad, poco) del cine de Lars Von Trier. Antes de acercarme a “Dogville”, ya sabía de su gusto por lo transgresor en su escandalosa “Anticristo” (2009), así que me encontraba predispuesto a enfrentarme a cualquier ida de olla del director danés. Así fue como comencé a ver “Dogville” y me encontré con todo un canto al minimalismo y, sobre todo, con uno de los análisis más complejos y profundos de la naturaleza humana que se han visto en la gran pantalla.
No hace falta ser un intelectual para ver la película de Von Trier, pero hay que desprenderse de cualquier prejuicio y darle una oportunidad desde el mismo prólogo. No es muy común que una película de casi tres horas de duración se desarrolle única y exclusivamente en un plató en el que se ha dibujado en el suelo el plano de una ciudad, con las casas y el nombre de sus propietarios, y su calle principal, la calle del Elmo. Los personajes viven en ese espacio dibujado con tiza como si fuera real, y de hecho “Dogville” parece real aunque no lo veamos porque Von Trier logra que nos lo creamos. El hecho de desprenderse de un recurso tan básico en el cine como es la escenografía no es problema para desarrollar la historia de los habitantes de ese pueblo, los cuales dan cobijo a una forastera, Grace (Nicole Kidman), a la que persiguen unos matones. La mujer en seguida agradecerá esa muestra de acogida y se integrará en la vecindad con la condición de que ayude a los demás a base de trabajar para ellos en diversas tareas, pero cada vecino tiene su moral, su pensamiento y su opinión acerca de encubrir a una fugitiva.
El filme se desarrolla en nueve capítulos y un prólogo. Conforme van avanzando los capítulos, la vida de Grace en el pueblo y el comportamiento de los vecinos para con ella va pasando por distintas fases, con el denominador común de un paulatino empobrecimiento de la confianza mutua. Von Trier traduce esto de la forma más escandalosa posible, como es habitual en él, mediante la violación (incluso literal) de Grace como persona, tanto mental como física, hasta llegar a un punto en el que la ofuscación y el miedo de “Dogville” la relegan a la peor condición: los habitantes se despojan de culpabilidad mientras que Grace la recibe con humillante sumisión, como un calvario merecido y aceptado, arrastrando las culpas de los demás con una cadena atada al cuello.
El caleidoscopio de comportamientos y pensamientos que expone Von Trier es tan complejo que se podrían escribir ríos de tinta sobre los mismos. La idea básica no es la crítica a la ideología conservadora y paleta de un pueblecito de la América profunda, pues hay muchos “Dogvilles” en todo el mundo, sino más bien la consideración de que el ser humano puede convertir toda la bondad y el entendimiento iniciales en la más absoluta de las crueldades. Muy gráfico es, en este sentido, el brutal final y la magnífica conversación entre James Caan y Nicole Kidman, que replantea todo el filme desde otra perspectiva y ofrece al espectador la posibilidad de elegir, éticamente, de qué parte está.
Sin llegar a ser una obra maestra, Lars Von Trier consigue con “Dogville” comernos el coco en el buen sentido y arriesgar con una puesta en escena, cuanto menos, diferente. Aunque parezca (de hecho lo es) todo un escenario, consigue hacer difusa la frontera entre teatro y buen cine. Muy interesante.
No hace falta ser un intelectual para ver la película de Von Trier, pero hay que desprenderse de cualquier prejuicio y darle una oportunidad desde el mismo prólogo. No es muy común que una película de casi tres horas de duración se desarrolle única y exclusivamente en un plató en el que se ha dibujado en el suelo el plano de una ciudad, con las casas y el nombre de sus propietarios, y su calle principal, la calle del Elmo. Los personajes viven en ese espacio dibujado con tiza como si fuera real, y de hecho “Dogville” parece real aunque no lo veamos porque Von Trier logra que nos lo creamos. El hecho de desprenderse de un recurso tan básico en el cine como es la escenografía no es problema para desarrollar la historia de los habitantes de ese pueblo, los cuales dan cobijo a una forastera, Grace (Nicole Kidman), a la que persiguen unos matones. La mujer en seguida agradecerá esa muestra de acogida y se integrará en la vecindad con la condición de que ayude a los demás a base de trabajar para ellos en diversas tareas, pero cada vecino tiene su moral, su pensamiento y su opinión acerca de encubrir a una fugitiva.
El filme se desarrolla en nueve capítulos y un prólogo. Conforme van avanzando los capítulos, la vida de Grace en el pueblo y el comportamiento de los vecinos para con ella va pasando por distintas fases, con el denominador común de un paulatino empobrecimiento de la confianza mutua. Von Trier traduce esto de la forma más escandalosa posible, como es habitual en él, mediante la violación (incluso literal) de Grace como persona, tanto mental como física, hasta llegar a un punto en el que la ofuscación y el miedo de “Dogville” la relegan a la peor condición: los habitantes se despojan de culpabilidad mientras que Grace la recibe con humillante sumisión, como un calvario merecido y aceptado, arrastrando las culpas de los demás con una cadena atada al cuello.
El caleidoscopio de comportamientos y pensamientos que expone Von Trier es tan complejo que se podrían escribir ríos de tinta sobre los mismos. La idea básica no es la crítica a la ideología conservadora y paleta de un pueblecito de la América profunda, pues hay muchos “Dogvilles” en todo el mundo, sino más bien la consideración de que el ser humano puede convertir toda la bondad y el entendimiento iniciales en la más absoluta de las crueldades. Muy gráfico es, en este sentido, el brutal final y la magnífica conversación entre James Caan y Nicole Kidman, que replantea todo el filme desde otra perspectiva y ofrece al espectador la posibilidad de elegir, éticamente, de qué parte está.
Sin llegar a ser una obra maestra, Lars Von Trier consigue con “Dogville” comernos el coco en el buen sentido y arriesgar con una puesta en escena, cuanto menos, diferente. Aunque parezca (de hecho lo es) todo un escenario, consigue hacer difusa la frontera entre teatro y buen cine. Muy interesante.
31 de diciembre de 2023
31 de diciembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Efectivamente, por buena que sea esta extraordinaria película no podrás recomendarla a casi nadie, a riesgo de que se resienta vuestra amistad.
Dogville podría considerarse cine experimental donde toda la acción transcurre en un escenario teatral con decorados minimalistas que no cambian en toda la película; decorados del tipo que las casas y las calles están indicadas con rayas y textos en el suelo y unos pocos elementos de atrezo.
Peliculón no solo por sus casi 3 horas de duración (si, 177 minutos!!) sino por la potente y extensa crítica a la sociedad, la religión y las relaciones humanas; realizada simbólicamente con hirientes parodias de diferentes situaciones que muestran las miserias humanas en esta ciudad de perros que representa al mundo.
Película arriesgada que apuntala una fantástica Nicole Kidman en el que posiblemente sea el papel protagonista más largo de la historia del cine, presente en prácticamente todas las escenas.
Y dicho esto llegamos al corazón de la película, que es su crítica social, y que por ser simbólica se presta a que cada uno la interprete a su manera y saque sus propias conclusiones; como las reviews de Filmafinity no entran mucho en el simbolismo y la que me dio ChatGPT es buena pero insuficiente voy a escribir la mía para mi, y por si alguien la lee la pongo en los spoilers.
Dogville podría considerarse cine experimental donde toda la acción transcurre en un escenario teatral con decorados minimalistas que no cambian en toda la película; decorados del tipo que las casas y las calles están indicadas con rayas y textos en el suelo y unos pocos elementos de atrezo.
Peliculón no solo por sus casi 3 horas de duración (si, 177 minutos!!) sino por la potente y extensa crítica a la sociedad, la religión y las relaciones humanas; realizada simbólicamente con hirientes parodias de diferentes situaciones que muestran las miserias humanas en esta ciudad de perros que representa al mundo.
Película arriesgada que apuntala una fantástica Nicole Kidman en el que posiblemente sea el papel protagonista más largo de la historia del cine, presente en prácticamente todas las escenas.
Y dicho esto llegamos al corazón de la película, que es su crítica social, y que por ser simbólica se presta a que cada uno la interprete a su manera y saque sus propias conclusiones; como las reviews de Filmafinity no entran mucho en el simbolismo y la que me dio ChatGPT es buena pero insuficiente voy a escribir la mía para mi, y por si alguien la lee la pongo en los spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El primer símbolo es el escenario en si mismo, un pueblo cuyas casas no tienen paredes y explicaciones con voz en off que dan al espectador una perspectiva omnipresente, en que todo lo ve y lo sabe, para que pueda juzgar desde una posición Divina.
El personaje de Nicole Kidman representa la Gracia de Dios, que lleva un mensaje de amor al prójimo y benevolencia al valle de lágrimas y miserias que representa el triste pueblo de Dogville; Grace abandona el Paraíso (la capital) para redimir a los hombres y transmitir las enseñanzas del Nuevo Testamento, y como Jesucristo, acaba sufriendo su penitencia a manos de los que quería ayudar.
El personaje de Tom es la Religión organizada, que se apodera de Grace para sus propios fines -ayudar con el supuesto problema con el "recibir" que tiene el pueblo- pero que en realidad busca satisfacer su deseo de influencia y control de la sociedad, manipulando a unos y otros, incluso a costa de permitir los abusos a los débiles y en muchas ocasiones siendo el facilitador y perpetuador de los mismos. Es narcisista, incapaz de amar de verdad a Grace y en el fondo frustrado porque no tiene los principios sólidos del moralista que pretende ser -ella acaba declarándose pero el elude la intimidad, nunca se compromete y como mucho quiere beneficiársela-. La Iglesia es finalmente castigada por Grace, ya convertida en Dios, con un disparo en la cabeza -"hay cosas que tiene que hacer una misma"-.
Con las asambleas del pueblo se critica también a la Democracia como principio purificador -o blanqueador- de decisiones que aunque mayoritarias pueden ser éticamente reprobables, como la esclavitud o la segregación racial en Estados Unidos.
Tampoco se libra el Capitalismo imperialista que explota a los más débiles haciéndoles trabajar más por menos -"Como ahora estás buscada, tendrás que esforzarte el doble", justifica la "Iglesia"-; y creando desigualdades especialmente con los oprimidos, -entiéndase aquí los inmigrantes que llegan huyendo de los "gangsters"- y que los problemas que arrastran justifican los abusos, para los que siempre hay una disculpa intelectual -"Es el negocio del transporte el que me obliga a aplicar un recargo"- de la misma manera que no somos responsables de lo que ocurre en el Tercer Mundo o en nuestros campos de cultivo, pero la realidad es que hay personas que cosen nuestras camisetas y zapatillas en nuestro beneficio en unas condiciones que nos parecerían inaceptables para nosotros.
Por supuesto se muestra la discriminación de la mujer con los abusos físicos a los que los hombres someten a Grace, pero de manera menos obvia también la sociedad en general cuando culpabilizan a la víctima -"sedujiste a mi marido"- y la hacen arrastrar pesadas cadenas que lastran y hacen penoso su trabajo, que mayoritariamente es de cuidadora.
No voy a entrar en cada personaje, -que cada uno tiene lo suyo, tres horas dan para mucho- pero no se puede olvidar al "Padre" gangster de Grace, lo que lo convierte en el Dios del Antiguo Testamento, un Dios justo pero inmisericorde que solo se muestra -"ya podemos correr las cortinas"- cuando llega el Juicio Final y se aplica el "ojo por ojo" -impresionantes las escenas donde Mrs. Henson rompe las 7 amadas figuritas de Grace, poniendo a prueba su estoicismo, y la venganza simétrica con la muerte de sus 7 hijos-; Un Dios que comparte su poder con su amada hija pródiga no sin antes aleccionarla en que "poner la otra mejilla" es injusto e improductivo y muestra de soberbia, así como también critica al buenismo que justifica desmanes por las condiciones en las que han vivido colectivos desfavorecidos -"los perros pueden aprender muchas cosas, siempre que no perdonemos cuando cometen errores que les dictan sus instintos-.
Espero que mi crítica te sea te utilidad y que "disfrutes" esta notable película.
El personaje de Nicole Kidman representa la Gracia de Dios, que lleva un mensaje de amor al prójimo y benevolencia al valle de lágrimas y miserias que representa el triste pueblo de Dogville; Grace abandona el Paraíso (la capital) para redimir a los hombres y transmitir las enseñanzas del Nuevo Testamento, y como Jesucristo, acaba sufriendo su penitencia a manos de los que quería ayudar.
El personaje de Tom es la Religión organizada, que se apodera de Grace para sus propios fines -ayudar con el supuesto problema con el "recibir" que tiene el pueblo- pero que en realidad busca satisfacer su deseo de influencia y control de la sociedad, manipulando a unos y otros, incluso a costa de permitir los abusos a los débiles y en muchas ocasiones siendo el facilitador y perpetuador de los mismos. Es narcisista, incapaz de amar de verdad a Grace y en el fondo frustrado porque no tiene los principios sólidos del moralista que pretende ser -ella acaba declarándose pero el elude la intimidad, nunca se compromete y como mucho quiere beneficiársela-. La Iglesia es finalmente castigada por Grace, ya convertida en Dios, con un disparo en la cabeza -"hay cosas que tiene que hacer una misma"-.
Con las asambleas del pueblo se critica también a la Democracia como principio purificador -o blanqueador- de decisiones que aunque mayoritarias pueden ser éticamente reprobables, como la esclavitud o la segregación racial en Estados Unidos.
Tampoco se libra el Capitalismo imperialista que explota a los más débiles haciéndoles trabajar más por menos -"Como ahora estás buscada, tendrás que esforzarte el doble", justifica la "Iglesia"-; y creando desigualdades especialmente con los oprimidos, -entiéndase aquí los inmigrantes que llegan huyendo de los "gangsters"- y que los problemas que arrastran justifican los abusos, para los que siempre hay una disculpa intelectual -"Es el negocio del transporte el que me obliga a aplicar un recargo"- de la misma manera que no somos responsables de lo que ocurre en el Tercer Mundo o en nuestros campos de cultivo, pero la realidad es que hay personas que cosen nuestras camisetas y zapatillas en nuestro beneficio en unas condiciones que nos parecerían inaceptables para nosotros.
Por supuesto se muestra la discriminación de la mujer con los abusos físicos a los que los hombres someten a Grace, pero de manera menos obvia también la sociedad en general cuando culpabilizan a la víctima -"sedujiste a mi marido"- y la hacen arrastrar pesadas cadenas que lastran y hacen penoso su trabajo, que mayoritariamente es de cuidadora.
No voy a entrar en cada personaje, -que cada uno tiene lo suyo, tres horas dan para mucho- pero no se puede olvidar al "Padre" gangster de Grace, lo que lo convierte en el Dios del Antiguo Testamento, un Dios justo pero inmisericorde que solo se muestra -"ya podemos correr las cortinas"- cuando llega el Juicio Final y se aplica el "ojo por ojo" -impresionantes las escenas donde Mrs. Henson rompe las 7 amadas figuritas de Grace, poniendo a prueba su estoicismo, y la venganza simétrica con la muerte de sus 7 hijos-; Un Dios que comparte su poder con su amada hija pródiga no sin antes aleccionarla en que "poner la otra mejilla" es injusto e improductivo y muestra de soberbia, así como también critica al buenismo que justifica desmanes por las condiciones en las que han vivido colectivos desfavorecidos -"los perros pueden aprender muchas cosas, siempre que no perdonemos cuando cometen errores que les dictan sus instintos-.
Espero que mi crítica te sea te utilidad y que "disfrutes" esta notable película.
25 de octubre de 2007
25 de octubre de 2007
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Están todos equivocados aquellos que creen que es la primera obra de teatro peliculizada vista en un ecrán, es el mas puro y sencillo ejercicio de cine experimental que se conozca haya producido tamaña película. Sí existen casa y puertas pero eso no importa, existen olmos y grosellas, pero eso no importa, en fín todo lo que rodea a Dogville no importa. Y es que no importa porque lo único que nos debe interesar es las personas que agitan la mano y con un leve palmotazo, con toda la dulzura del mundo destrozan lo que ven. Lars Von Trier es una especie de taxidermista del rompecabezas subconsiente del ser humano, y refleja perfectamente en esta cinta la estupidez del humano, movido por los más sublimes perceptos de tolerancia y castidad desde ellos hacia Dios, el hombre de Dogville no dista mucho de lo que hoy vemos por las notícias ¿Dice la trama,que está ambientada en la década de los 30? es contemporanea al tiempo que se le vea, el ser humano es un animal que solo sabe maltraterse a sí mismo y a sus semejantes con los fines mas altruístas que nos podemos imaginar. El final cual némesis no es más que el colofón de lo que normalmente ocurriría si una persona es vejada a ese grado, todo tiene su precio y todos somos responsables de nuestros actos y muchas veces como lo muestra esta cinta las peores brutalidades se cometen por las mejores intenciones. Brillante película, escalofriante estoicismo de la Kidman en un papel bordado solo para ella, y una dirección excelente (Algo de Bergman esta presente) en fín Una Obra de Arte que apreciar.
15 de septiembre de 2005
15 de septiembre de 2005
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi Dogville no tenía palabras para expresar todo lo que sentía, solo describía como poco a poco me había ido acercando a la pantalla de mi salón fascinado por lo que estaba viendo y como mis lágrimas caían por mis mejillas mientras me daba gracias a mi mismo de que me gustase tanto el cine...Porque Dogville no tiene otro nombre: Cine.
Dogville es solo un pueblecito dejado de la mano de Dios pero que representa a la perfección el mundo entero, y sus tremendas imperfecciones que con la cabeza tan alta los seres humanos nos empeñamos en añadir, va directa a la conciencia de cada uno, dejando al espectador por los suelos, porque aunque lo neguemos, en algún momento de nuestra vida hemos sido tan perversos como esos pueblerinos.
Es una absoluta obra maestra, a la que hay que añadir su gran originalidad de la puesta en escena y unas actuaciones soberbias.
Dogville es solo un pueblecito dejado de la mano de Dios pero que representa a la perfección el mundo entero, y sus tremendas imperfecciones que con la cabeza tan alta los seres humanos nos empeñamos en añadir, va directa a la conciencia de cada uno, dejando al espectador por los suelos, porque aunque lo neguemos, en algún momento de nuestra vida hemos sido tan perversos como esos pueblerinos.
Es una absoluta obra maestra, a la que hay que añadir su gran originalidad de la puesta en escena y unas actuaciones soberbias.
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