Metrópolis
8.2
39,934
Ciencia ficción. Drama
Futuro, año 2000. En la megalópolis de Metrópolis la sociedad se divide en dos clases, los ricos que tienen el poder y los medios de producción, rodeados de lujos, espacios amplios y jardines, y los obreros, condenados a vivir en condiciones dramáticas recluidos en un gueto subterráneo, donde se encuentra el corazón industrial de la ciudad. Un día Freder (Alfred Abel), el hijo del todopoderoso Joh Fredersen (Gustav Frohlich), el hombre ... [+]
16 de septiembre de 2018
16 de septiembre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón".
Un monumento cinematográfico 'made in' Fritz Lang. Una metáfora brutal sobre la sociedad tremendamente industrializada, dependiente de las máquinas y las fábricas para permitirse un nivel de vida por encima de sus expectativas que deshumaniza al extremo a los obreros, que no dejan de ser otra cosa que el arma que genera la riqueza que la élite disfruta, mientras ellos perecen bajo las inhumanas condiciones a las que son sometidos. Crudo retrato del marxismo en su más pura esencia, reflejando a dos clases perfectamente diferenciadas, enfrentadas en la lucha por el poder y la libertad.
Este clima de tensión se exacerba con el inminente estallido de una revolución por parte de los trabajadores, una rebelión que les costará mucho más que la libertad que nunca han poseído. Esta atmósfera de presión va creciendo conforme se muestran las condiciones laborales de los obreros en la fábrica, llegando a reflejarlos como una masa informe de músculo - metal - muerte, mientras caminan hacia su calvario como si marcharan hacia el mismísimo infierno. Un contraste especialmente desproporcionado y devastador, al observar el lado opuesto de la ecuación: el ostentoso nivel de vida que mantienen los que gobiernan las fábricas y, por ende, la metrópolis. Mientras la clase adinerada y poderosa de la ciudad vive en impresionantes rascacielos en la superficie, la casta de trabajadores vive bajo la ciudad, confinados junto al corazón industrial. Aunque la situación parece cambiar cuando Freder, hijo del dueño de la fábrica, se enamora perdidamente de María, una mujer humilde que le hace replantearse todos sus ideales, encontrando en este sentimiento la fuerza necesaria para intentar evitar la destrucción de su mundo.
También se pueden apreciar ciertos paralelismos y simbolismos tomados de la cristiandad, como la similitud entre la leyenda de la construcción de la Torre de Babel que María relata y la construcción de la ciudad por parte de los obreros - esclavos, al igual que en la antigua Babilonia. María (el nombre no obedece al azar) se erige como la mesías, la encargada de difundir un mensaje de paz y armonía con el que enfrentar a los opresores. Caracterizada como un ángel, aconseja siempre tomar el camino menos dañino y evitar una sangrienta confrontación en la que ellos serán los que saldrán perdiendo, atrapados para siempre en las catacumbas. Ese Apocalipsis siempre presente, silencioso, pero escondido bajo la trama a la espera del momento más oportuno, cuando las máquinas - robots irrumpan en el horizonte al grito de: ''¡La muerte toma la ciudad!.''
La arquitectura de la obra es totalmente impresionante, con una fotografía preciosa de unos rascacielos que guardan mucha semejanza con los de Nueva York y unos efectos especiales que no parecen de 1927, por su calidad y modernidad. Ciencia ficción en estado puro.
Quizás lo que más miedo da del filme es la sensación de proximidad que me ataca el alma, como si esta deshumanizada y espantosa ''Megalópolis'' ambientada en ese 2026, sea tan solo un eco de nuestro futuro más próximo. En definitiva, 'Metrópolis' se convierte en un monumento cinematográfico producto de un visionario adelantado a su tiempo.
PD: Como dato curioso, Chaplin confesó que esta película fue su inspiración a la hora de crear su imperecedera 'Tiempos modernos'.
Un monumento cinematográfico 'made in' Fritz Lang. Una metáfora brutal sobre la sociedad tremendamente industrializada, dependiente de las máquinas y las fábricas para permitirse un nivel de vida por encima de sus expectativas que deshumaniza al extremo a los obreros, que no dejan de ser otra cosa que el arma que genera la riqueza que la élite disfruta, mientras ellos perecen bajo las inhumanas condiciones a las que son sometidos. Crudo retrato del marxismo en su más pura esencia, reflejando a dos clases perfectamente diferenciadas, enfrentadas en la lucha por el poder y la libertad.
Este clima de tensión se exacerba con el inminente estallido de una revolución por parte de los trabajadores, una rebelión que les costará mucho más que la libertad que nunca han poseído. Esta atmósfera de presión va creciendo conforme se muestran las condiciones laborales de los obreros en la fábrica, llegando a reflejarlos como una masa informe de músculo - metal - muerte, mientras caminan hacia su calvario como si marcharan hacia el mismísimo infierno. Un contraste especialmente desproporcionado y devastador, al observar el lado opuesto de la ecuación: el ostentoso nivel de vida que mantienen los que gobiernan las fábricas y, por ende, la metrópolis. Mientras la clase adinerada y poderosa de la ciudad vive en impresionantes rascacielos en la superficie, la casta de trabajadores vive bajo la ciudad, confinados junto al corazón industrial. Aunque la situación parece cambiar cuando Freder, hijo del dueño de la fábrica, se enamora perdidamente de María, una mujer humilde que le hace replantearse todos sus ideales, encontrando en este sentimiento la fuerza necesaria para intentar evitar la destrucción de su mundo.
También se pueden apreciar ciertos paralelismos y simbolismos tomados de la cristiandad, como la similitud entre la leyenda de la construcción de la Torre de Babel que María relata y la construcción de la ciudad por parte de los obreros - esclavos, al igual que en la antigua Babilonia. María (el nombre no obedece al azar) se erige como la mesías, la encargada de difundir un mensaje de paz y armonía con el que enfrentar a los opresores. Caracterizada como un ángel, aconseja siempre tomar el camino menos dañino y evitar una sangrienta confrontación en la que ellos serán los que saldrán perdiendo, atrapados para siempre en las catacumbas. Ese Apocalipsis siempre presente, silencioso, pero escondido bajo la trama a la espera del momento más oportuno, cuando las máquinas - robots irrumpan en el horizonte al grito de: ''¡La muerte toma la ciudad!.''
La arquitectura de la obra es totalmente impresionante, con una fotografía preciosa de unos rascacielos que guardan mucha semejanza con los de Nueva York y unos efectos especiales que no parecen de 1927, por su calidad y modernidad. Ciencia ficción en estado puro.
Quizás lo que más miedo da del filme es la sensación de proximidad que me ataca el alma, como si esta deshumanizada y espantosa ''Megalópolis'' ambientada en ese 2026, sea tan solo un eco de nuestro futuro más próximo. En definitiva, 'Metrópolis' se convierte en un monumento cinematográfico producto de un visionario adelantado a su tiempo.
PD: Como dato curioso, Chaplin confesó que esta película fue su inspiración a la hora de crear su imperecedera 'Tiempos modernos'.
29 de septiembre de 2010
29 de septiembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terry Gilliam, director en el que prima la imaginación por encima de todo, afirma que una película tiene multitud de interpretaciones porque el espectador rellena con su imaginación los huecos que ha visto en dicha película. Esta es la magia del cine, la interpretación que cada uno de nosotros tenemos acerca de determinadas películas.
Metrópolis es la visión de la novela de la esposa de Fritz Lang: un futuro apocalíptico encerrado tras una ingenua historia de amor, una historia muy simple en la que se da una total libertad al espectador para que deje volar su imaginación. Fritz Lang fue estudiante de bellas artes, es por ello que en el desarrollo de la película está muy presente su sensibilidad artística.
Metrópolis ha sido y es una fuente de inspiración para multitud de películas del género de la ciencia ficción.
Metrópolis es la visión de la novela de la esposa de Fritz Lang: un futuro apocalíptico encerrado tras una ingenua historia de amor, una historia muy simple en la que se da una total libertad al espectador para que deje volar su imaginación. Fritz Lang fue estudiante de bellas artes, es por ello que en el desarrollo de la película está muy presente su sensibilidad artística.
Metrópolis ha sido y es una fuente de inspiración para multitud de películas del género de la ciencia ficción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que yo he podido leer entre líneas: la alienación a la que están sometidos los obreros de la industria, las máquinas forman parte del ecosistema de la sociedad actual y futura -no podríamos vivir sin ellas, tal y como se plantea en Matrix reloaded-, la fé mueve montañas, el personaje de Hel (Hell, infierno en inglés) se nos presenta como una antimaría-anticristo que sumirá al mundo en el apocalipsis, la deshumanización de la época contemporánea, el peligro de la energía nuclear (la fábrica explota por sobrecalentamiento al igual que Chernobyl que explotó por sobrecalentamiento) y la lucha de clases debe ser resuelta a través de la mediación (tesis-antítesis-síntesis) pensando en el obrero como persona -enfoque humanista-.
30 de diciembre de 2014
30 de diciembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más destacado de este film, es su simbología, magnífica sucesión de simbologías.
Dichas simbologías se envuelven en una atmósfera futurista que poco tiene que ver con el año 2000, en la estética al menos, pero y ¿qué hay del trasfondo?
Un trasfondo, que aunque proyectado en blanco y negro, cuenta una historia en escala de grises. Y esta metáfora será entendida por las personas que la hayan de entender.
En resumen, una historia plagada de simbología, unos mensajes críticos brutales, un océano de maquetas de gran calidad y miles de fotografías que se han de retener en nuestra memoria, para cuando nos encontremos con nuestra realidad sepamos buscarle su significado en relación al argumento de Metrópolis.
Ojalá todo el mundo sepa apreciar esta belleza audiovisual.
Dichas simbologías se envuelven en una atmósfera futurista que poco tiene que ver con el año 2000, en la estética al menos, pero y ¿qué hay del trasfondo?
Un trasfondo, que aunque proyectado en blanco y negro, cuenta una historia en escala de grises. Y esta metáfora será entendida por las personas que la hayan de entender.
En resumen, una historia plagada de simbología, unos mensajes críticos brutales, un océano de maquetas de gran calidad y miles de fotografías que se han de retener en nuestra memoria, para cuando nos encontremos con nuestra realidad sepamos buscarle su significado en relación al argumento de Metrópolis.
Ojalá todo el mundo sepa apreciar esta belleza audiovisual.
19 de enero de 2010
19 de enero de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teniendo en cuenta la peculiaridad de la película, que ha marcado pautas en el cine, creo sinceramente que sería una barbaridad darle menos de un 8. Aparte dejemos los aspectos técnicos y estéticos en plenos años 20 (una verdadera maravilla).
Hay quien critica un argumento y desarrollo algo confusos...quizá habría que explicarles que se trata de una obra EXPRESIONISTA y no cabe duda de que consigue su propósito.
No me extrañó saber que la creadora de la novela en la que se inspiró fuera la propia esposa de Lang. Una pena no poder disfrutar de la versión original...
Hay quien critica un argumento y desarrollo algo confusos...quizá habría que explicarles que se trata de una obra EXPRESIONISTA y no cabe duda de que consigue su propósito.
No me extrañó saber que la creadora de la novela en la que se inspiró fuera la propia esposa de Lang. Una pena no poder disfrutar de la versión original...
26 de febrero de 2011
26 de febrero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda una de las obras maestras del cine de ciencia ficción. Se nota que estábamos ante la corriente de expresionismo alemán en estado puro. Dios y Hombre ante las paradojas de los tiempos que se avecinaban. Premonitoria de algo que un siglo después podría seguir discutiéndose. Recomiendo leer también el libro que da origen a la película.
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