Es sorprendente el poder que tienen unos planos, una música adecuada y unas palabras que resuenan en la memoria.

Es sorprendente porque con situaciones cotidianas, sin pretensiones ni muchas expectativas, esta película ha logrado tocar una de mis fibras sensibles.

Es una película sobre recordar y revivir una infancia, en tu memoria por supuesto. Aunque ¿quién dice que no la estás reviviendo de nuevo y verdaderamente? Yo al menos, con este filme he revivido la mía. Gracias Hisaishi de corazón por conseguir algo tan difícil como poner una banda sonora a la infancia de toda una legión de cinéfilos, entre los que me incluyo por supuesto.

De entre todas las películas de animación que ya he visto se podría decir que es una de las más originales en relación al contexto espacio-temporal, se podría decir que la dirección artística es lo mejor que tiene. La historia es sencilla pero el detallismo de los dibujos te embriaga. La banda sonora no es nada reprochable así que por todo eso se merece un 7, aunque si fuera solo por la historia tendría un 4 o 5. Punto muy bueno y destacable del guión es el punto feminista de María. Ella es encantadoramente una mujer de la actualidad.

Para los que no son niños puede llegar a aburrir en determinados momentos.

Lo más destacado de este film, es su simbología, magnífica sucesión de simbologías.

Dichas simbologías se envuelven en una atmósfera futurista que poco tiene que ver con el año 2000, en la estética al menos, pero y ¿qué hay del trasfondo?

Un trasfondo, que aunque proyectado en blanco y negro, cuenta una historia en escala de grises. Y esta metáfora será entendida por las personas que la hayan de entender.

En resumen, una historia plagada de simbología, unos mensajes críticos brutales, un océano de maquetas de gran calidad y miles de fotografías que se han de retener en nuestra memoria, para cuando nos encontremos con nuestra realidad sepamos buscarle su significado en relación al argumento de Metrópolis.

Ojalá todo el mundo sepa apreciar esta belleza audiovisual.

Siento comenzar con este título tan pesimista pero la película no ha llegado a conmocionarme, y eso que soy fácil de conmocionar. La banda sonora es bastante aceptable, hay variedad temática pero en el fondo me suena todo a lo mismo, no sé si será por la mezcla final o porque hoy tengo los oídos sordos.

Las actuaciones tienen mi aprobado, los escenarios un Progresa Adecuadamente, el guión un "¿en serio?" y la forma de coordinar el musical, cuya principal dificultad es enlazar la canción propiamente dicha con una escena ausente de trazo musical notable, es un poco menos que decepcionante.

Me esperaba mucho más de este título pero le he dado un 6 porque creo que es una película que merece la pena ver, por la banda sonora y por ese leve paseo por la crítica social referente al tema VIH.

He de incluir varios elogios más, las variadas historias de amor que integran algo más que "chico conoce chica" y el cartel de la película, describe muy bien la esencia de este musical.

Lo dicho, un 6, pero para mí un "Interesante" más que un 6.

Esta película no debería existir, al igual que muchas segundas partes de Disney. A los que tuvieron la ingeniosa idea de hacer esta película les doy mi pésame.

¿Cómo es posible que después de sacar una obra maestra como es la primera parte, por el trasfondo y la música ya que la historia de amor sólo le da ese toque Disney, piensen que estaría bien continuar la historia?

Para mí y un millón de seguidores más de Disney, esta película fue el principio del final de la era Disney. Gracias a Tarzán se recuperó un poco la magia.