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Slumdog Millionaire

Drama. Romance Jamal Malik (Dev Patel) es un adolescente pobre de los suburbios de Bombay que participa en la versión hindú del popular programa "¿Quién quiere ser millonario?". A punto de conseguir 20 millones de rupias, que es el premio máximo del concurso, el joven es interrogado por la policía, que sospecha que está haciendo trampas. Pero para cada una de las preguntas, Jamal tiene una respuesta. (FILMAFFINITY)
Críticas 508
Críticas ordenadas por utilidad
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10
23 de marzo de 2009 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se estaba viendo venir, que tarde o temprano a este director manchesteriano, Danny Boyle, su trabajo le precedería. Como pasa con las obras de los grandes directores, de la altura de Kim Ki-Duk o Jean-Pierre Jeunet, que difícilmente pueden superarse sus propios trabajos.
Pero quien lo iba a decir, que la mejor película de Boyle vendría de la mano de la factoría Bollywood. Que con la ayuda de su novel compañero indio, Loveleen Tandan, en ''Slumdog Millioneir'' con mucha acción, aventura, critica social. Todo mezclado con la versión hindú de un programa famoso en todo el mundo...¿quieres ser millonario? Está sorprendente mezcla, que en un principio suena a extravagante, consigue ser inquietante durante todo el metraje y conectar fácilmente con el espectador. Y no solo eso, sino que ha conseguido hacerse con nada más ni nada menos que 8 estatuillas (las que me están ayudando a recuperar la confianza en los Oscars) mejor película, dirección, banda sonora original, guión adaptado, montaje, sonido, canción y fotografía.
Definitivamente, le va a costar mucho a Danny Boyle superarse esta película, que aun siendo su opera prima ''Transpoting'' (considerada por muchos un hito en el cine de culto), no deja de ser demasiado densa y dura para un publico más convencional.
7
20 de junio de 2009 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es increible, la historia no tiene ningún sentido, hay que partir de esa base. Aún así está llena de verdad, las calles, los niños, la pobreza y en medio de todo eso lo mejor y lo peor de la raza humana. El concurso es una excusa para hacer un viaje por la India y encontrarnos allí la avaricia, la pobreza extrema, el espíritu de supervivencia y sobretodo el amor, como motor de la vida y como único objetivo del aspirante a millonario.
Seguro que se le pueden buscar falllos, sensiblería, justicia divina.... Pero da igual, el mensaje llega y cumple su objetivo, emocionar.
10
8 de marzo de 2011 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Homenaje estupendo y bello a la premisa de ilusión también se vive... aun se puede creer en la magia, en los imposibles, y Boyle logra transportarnos a un lugar donde soñar aun es posible, descubriendo a unos personajes que crecen con el espectador mientras se va creando un mundo mejor. Cuento de hadas donde se premia la bondad, humildad y aquellos valores que cuesta conservar en una sociedad consumista y desgastada.
Edulcorada o no, desprende buenas intenciones a raudales, comercial sin lugar a dudas, premiada con acierto, y buen criterio.
8
21 de abril de 2011 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film se centra en Jamal Malik, un joven indio casi analfabeto que participa en un conocido concurso televisivo y que sorprendentemente consigue responder a una pregunta tras otra.
A través de diversos "flashbacks" vamos conociendo no sólo el motivo concreto por el que Jamal conoce la respuesta a determinada pregunta, sino también la difícil vida de éste en uno de los lugares más pobres y miserables del planeta. Con la escusa de conocer dichos motivos, vemos que Jamal es un superviviente, que ha conseguido sortear los peligros no solo de la miseria y el hambre sino también de la intolerancia religiosa, y otros personajes de dudosa catadura moral (en un episodio que es una versión reactualizada y modernizada de Dickens). Y a pesar de haber sobrevivido a todo ello, Jamal es una persona "pura" con un halo de ingenuidad casi irreal. En el fondo, lo único que le mueve es su amor incondicional por Latika, otra huérfana como él, cuyo rastro persigue incansablemente, sin que parezca importarle el materialismo de la sociedad que le rodea (parece que lo que busca es el amor verdadero).
La cara opuesta de Jamal es su hermano Salim, quien pese a pasar por las mismas experiencias que su hermano, ha acabado "engullido" por el entorno. Es muy interesante la forma en que el director nos va introduciendo, casi sin que nos demos cuenta, en temáticas y aspectos para los que nos hemos "inmunizado". Se ha querido buscar una similitud con "Ciudad de Dios", pero, si bien, ambos films retratan la cotidianeidad de la miseria, el enfoque y los planteamientos en cada uno de ellos es muy diferente, así como su estilo visual. Boyle se sirve en buena parte del metraje de la cámara al hombro, buscando captar todo el contexto en que se mueven los protagonistas, aplicando un colorido que intenta ser realista pero al mismo tiempo un tanto oscuro e incluso siniestro. La estampa que compone Boyle de la India no es precisamente la que aparece en las guias turísticas.
Como le sucede al policia en el film, la historia de Jamal es tan absorvente que te acaba interesando cada vez más, de tal forma que a medida que se va desvelando el misterio seguimos con expectación los diferentes pasajes de la vida del joven indio hasta su resolución final. Un final que el propio director, al más puro estilo "Bollywood" acaba subrayando que no es del todo realista (de hecho rompe totalmente con la tónica general, y desde luego sabemos como acabaría dicha historia en realidad), pero al menos nos transmite un mensaje de esperanza. Si bien el film está rodado en la India, con actores indios semiprofesionales, Boyle realiza un film que en sus líneas generales es muy del gusto de Hollywood, con una historia más bien convencional, aunque explicada de una forma original y pretendidamente moderna, además de tocar con acierto temas "serios". Pese a todo, se trata de un film inteligente, de excelente factura y con una calidad bastante superior a la media por lo que merece la pena no perderselo.
1
1 de agosto de 2018 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El trampantojo - en francés Trompe l'oeil, engañar al ojo - es una técnica que trata de provocar en el espectador confusión entre elementos pintados y elementos reales, suscita la sensación de existencia de objetos que en realidad están pintados. Para que se produzca este "engaño momentáneo" es necesario reproducir la imagen tridimensionalmente, no plana.
Danny Boyle es un buen embaucador que a veces está inspirado – Trainspotting, 28 días después – y otras sólo se comporta como un malabarista con un montón de números efectivos. Slumdog millionaire se ha vendido como la película independiente del año y ha arrasado en los Oscars con sus ocho estatuillas... ocho más de las que se merece.
Jamal un joven indio pobre y sin estudios conoce todas las respuestas del multitudinario programa Quién quiere ser millonario y todos dudan de su inocencia.
Slumdog millionaire es falsa, fragmentaria, tramposa y arbitraria y para colmo el final es un pestiño con incoherencias de guión que terminan por rematar la película.
No obstante hay algunos apuntes brillantes:
1) cuando el pequeño Jamal da – literalmente - un salto de mierda por un autógrafo de su ídolo, que anuncia lo putas que lo va a pasar en la vida y lo ruin que es su hermano;
2) la necesaria estructura dramática organizada en flashbacks que va destapando con relativo suspense la razón por la que Jamal conoce las respuestas del programa y a la vez nos cuenta cómo es el protagonista y el amor que siente por Latika;
3) el crescendo del segundo acto, por la habilidad en crear obstáculos creíbles para evitar que los amantes puedan estar juntos; entre ellos el que da pie al mejor momento de la película cuando el hermano de Jamal le arrebata a su querida Latika.
Pero intentar ensamblar el buen cine con los parámetros por los que se rige Bollywood resulta un error de bulto:
1) la película vende la crudeza de la “realidad” india a través de una puesta en escena enloquecida – tal vez queriendo captar el nervio de los bajos fondos tumultuosos de Bombay – de anuncio de la coca-cola que choca con la cotidianidad sincera y desalmada de obras maestras indias como La trilogía de Apu de Satyajid Ray;
2) la bobería bollywoodiense sólo sirve para vender palomitas y no denuncia sino que aplaude – como lo hizo aquí el Landismo – la ruina de la penuria;
3) los personajes son absolutamente planos, sin matices ni contradicciones: o dulces, ingenuos y más buenos que el pan, los protagonistas; o tontos y más malos que la tiña, los antagonistas; por lo que no hay identificación posible con el espectador con dos dedos de frente;
4) el romanticismo vomitivo, tan empalagoso, mentiroso y mediocre como una novela rosa de Corín Tellado;
El buen guionista habla de lo que conoce, de lo que ha vivido. Simon Beaufoy, guionista inglés de Slumdog millionaire también lo fue de la magistral Full monty y si en ella hablaba de la reconversión industrial del norte de Gran Bretaña que trajo paro, pobreza y falta de ilusiones, en ésta no tiene ni idea de lo que habla.
Slumdog Millionaire nada en el absurdo sin rumbo dudando entre una búsqueda timadora de la realidad y el cuento de hadas de La Cenicienta.
Y luego está la desfachatez del final feliz incoherente. Dos preguntas sin respuesta:
¿Por qué se suicida el hermano de Jamal?
Sólo para aumentar los tintes de la tragedia porque nada en la película lleva a pensar en ese cambio de actitud tan molesto y engañabobos.
¿Por qué acierta Jamal la pregunta final?
Que responda acertadamente todas las preguntas tiene una explicación razonable: el destino. Sabe las respuestas porque todas tienen que ver con la vida que ha llevado, es decir, supera los obstáculos gracias a sus propias vivencias y por tanto elimina el deus ex machina, la ayuda divina - lo que recuerda a Los niños del paraíso, la obra maestra de Majid Majidi -. Pero de repente sin venir a cuento en la última pregunta el planteamiento cambia y Jamal, que no sabe la respuesta, se encomienda a los dioses y acierta, cargándose el discurso de la película y dejándolo todo en manos de la suerte, un deus ex machina absurdo y aberrante. Jamal gana a Latika gracias a esa última pregunta y sin que nadie lo sepa – ironía dramática -; ése es su premio, no necesita ganar también el concurso.
Dicen que quien hace trampas jugando al infierno se va caminando... saluda a Satanás Danny Boyle.
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