El Reino
2018 

7.3
32,385
Thriller. Intriga. Drama
Manuel (Antonio de la Torre), un influyente vicesecretario autonómico que lo tiene todo a favor para dar el salto a la política nacional, observa cómo su perfecta vida se desmorona a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción junto a Paco, uno de sus mejores amigos. Mientras los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de las dimensiones del escándalo, el partido cierra filas y únicamente Paco sale ... [+]
29 de septiembre de 2018
29 de septiembre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos hartos de oír hablar de corrupción de los políticos. Son años -ya demasiados- viendo la degeneración y podredumbre que campa en el espectro político, cualquiera que sea su signo. Por ello, una película que aborde este tema parecería innecesaria o poco interesante. Sin embargo, este magnífico director que es Sorogoyen, consigue impactarnos con esta cinta, como si de repente los ciudadanos normales percibiéramos de golpe, sin sutileza alguna, hasta donde ha llegado y, sobre todo hasta donde es capaz de llegar una persona metida en ese submundo. Da igual si tienes valores o no -Manuel parece tenerlos- si eres más o menos buena gente, nada de eso importa en El Reino. Si entras allí vas a robar, mentir, defraudar y hacer lo que sea para conservar tu posición. Y si intentas salir o desbaratar el status de tus colegas, o traicionarlos lo pagaras hasta con la vida.
Todo esto, que sabíamos pero que es algo que por repetido nos va resbalando un poco, nos lo muestra la pelicula y salimos de allí como si nos hubieran dado un mazazo. Esa fue mi sensación al menos. El director es un maestro en lo suyo y se vale de un magnífico guión, unos actores soberbios, unos planos con cámara en mano agobiante por momentos y una música que eleva aún más la tensión. El resultado es esa sensación de agobio, miedo y desesperación que compartimos con Manuel, cuyo sentimiento no es precisamente el de ser delincuente, sino víctima. El final, inmejorable. Mención especial Antonio De la Torre, colosal actor, no se puede transmitir mejor lo que está viviendo el personaje. Algunas escenas, sobre todo cuando están reunidos los políticos, parecen tan reales que podrían haber sido grabadas con cámara oculta. Película imprescindible
Todo esto, que sabíamos pero que es algo que por repetido nos va resbalando un poco, nos lo muestra la pelicula y salimos de allí como si nos hubieran dado un mazazo. Esa fue mi sensación al menos. El director es un maestro en lo suyo y se vale de un magnífico guión, unos actores soberbios, unos planos con cámara en mano agobiante por momentos y una música que eleva aún más la tensión. El resultado es esa sensación de agobio, miedo y desesperación que compartimos con Manuel, cuyo sentimiento no es precisamente el de ser delincuente, sino víctima. El final, inmejorable. Mención especial Antonio De la Torre, colosal actor, no se puede transmitir mejor lo que está viviendo el personaje. Algunas escenas, sobre todo cuando están reunidos los políticos, parecen tan reales que podrían haber sido grabadas con cámara oculta. Película imprescindible
30 de septiembre de 2018
30 de septiembre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Puede una película golpearte (Metafóricamente hablando) tanto, y de tal forma, que te deje noqueado durante unos instantes, pensativo en tu butaca mientras asimilas lo que acabas de ver? ¿Puede hacerte reflexionar sobre todo lo que ha sucedido en los últimos diez años (por ejemplo)? Pues Rodrigo Sorogoyen lo logra y si no lo hace, es porque no has estado atento a todo lo que pasaba.
‘El Reino’ es esa clase de película de la que todo el mundo va a estar hablando entre los círculos cinéfilos. Una perfecta reflexión sobre los tiempos que corren en los que se obvian siglas de partidos y nombres en clave, pero se mantiene la trama y algunos de los sucesos que aún, hoy en día, siguen sin estar esclarecidos. Ese es uno de los grandes aciertos del film, el de no poner nombres propios, el de “si esto te revuelve la bilis pues echa un vistazo a tu alrededor porque está pasando AHORA MISMO”.
Descubrimos personajes tan deleznables como poderosos, absolutamente corrompidos, que se burlan de compañeros de partido mientras comen una buena mariscada al lado del mar. Entre ellos descubrimos a Manuel, otra vez Antonio de la Torre en modo “destroyer”, en modo “monstruo absoluto de la interpretación”. El tío aguanta los primeros planos como nadie y consigue que hasta sienta un poco de lástima por un individuo de su calaña.
Pues bien, el suceder de los acontecimientos le llevará a ser el apestado del partido. Esos mismos compañeros que comen con él, no querrán verle ni en pintura. Sin complejidades, sin fuegos de artificio, todo rodado con mucho realismo y con muchísimo oficio.
Cabe destacar si cabe, dentro de la tensión creciente durante todo el metraje (gracias en parte a esa música, al principio desconcertante, luego necesaria), la escena del piso y cómo su director es capaz de hacerte pasar un mal/buen rato, de que sudes la gota gorda como está sudándola su personaje principal.
Pero luego, encima, es capaz de terminar con la BOFETADA DE REALIDAD, un golpe directo a la mandíbula del espectador en forma de monólogo de Bárbara Lennie (una bien plantada sucedánea de Ana Pastor) que teja completamente descompuesto. Y aún me dura.
‘El Reino’ es cine español de primera amigos. Más allá de partidos, más allá de insignias. Reflexionad, porque hay mucho sobre lo que discutir y debatir. Y si no estáis de acuerdo, es que no hemos visto la misma película.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
‘El Reino’ es esa clase de película de la que todo el mundo va a estar hablando entre los círculos cinéfilos. Una perfecta reflexión sobre los tiempos que corren en los que se obvian siglas de partidos y nombres en clave, pero se mantiene la trama y algunos de los sucesos que aún, hoy en día, siguen sin estar esclarecidos. Ese es uno de los grandes aciertos del film, el de no poner nombres propios, el de “si esto te revuelve la bilis pues echa un vistazo a tu alrededor porque está pasando AHORA MISMO”.
Descubrimos personajes tan deleznables como poderosos, absolutamente corrompidos, que se burlan de compañeros de partido mientras comen una buena mariscada al lado del mar. Entre ellos descubrimos a Manuel, otra vez Antonio de la Torre en modo “destroyer”, en modo “monstruo absoluto de la interpretación”. El tío aguanta los primeros planos como nadie y consigue que hasta sienta un poco de lástima por un individuo de su calaña.
Pues bien, el suceder de los acontecimientos le llevará a ser el apestado del partido. Esos mismos compañeros que comen con él, no querrán verle ni en pintura. Sin complejidades, sin fuegos de artificio, todo rodado con mucho realismo y con muchísimo oficio.
Cabe destacar si cabe, dentro de la tensión creciente durante todo el metraje (gracias en parte a esa música, al principio desconcertante, luego necesaria), la escena del piso y cómo su director es capaz de hacerte pasar un mal/buen rato, de que sudes la gota gorda como está sudándola su personaje principal.
Pero luego, encima, es capaz de terminar con la BOFETADA DE REALIDAD, un golpe directo a la mandíbula del espectador en forma de monólogo de Bárbara Lennie (una bien plantada sucedánea de Ana Pastor) que teja completamente descompuesto. Y aún me dura.
‘El Reino’ es cine español de primera amigos. Más allá de partidos, más allá de insignias. Reflexionad, porque hay mucho sobre lo que discutir y debatir. Y si no estáis de acuerdo, es que no hemos visto la misma película.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
5 de octubre de 2018
5 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorogoyen teje una red tensa, vibrante, potente, vehemente y entusiasta. La cámara acompaña con ese ritmo trepidante y la música rellena ese movimiento con su base sostenida. Sorprende la capacidad del director de contar sin enseñar, hacernos vivir sin estar. El guion circunvala los actos y estratégicamente creemos que lo vivimos, pero la idea es ver las consecuencias. No vivirlas. Ni antecedentes ni consecuencias directas. Solo las palabras llenan los huecos que intuimos y que compartimos. Un lujo de actores, con claras reminiscencias y comparaciones reales, que invitan al espectador a entender y tenerlos presente. Esos referentes ayudan a darle veracidad. Todo es genérico pero cada espectador intuitivamente busca su modelo aplicable a cada personaje.
Un cine actual, con clara intencionalidad de denuncia que rompe con antecedentes calificatorios previos. El buen gusto y la comedida actuación de sus protagonistas ensalzan la capacidad de transmisión directa al espectador, sin desdeñar las circunstancias actualres creando referentes en cada espectador.
Un cine actual, con clara intencionalidad de denuncia que rompe con antecedentes calificatorios previos. El buen gusto y la comedida actuación de sus protagonistas ensalzan la capacidad de transmisión directa al espectador, sin desdeñar las circunstancias actualres creando referentes en cada espectador.
26 de enero de 2019
26 de enero de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película con grandes interpretaciones, muy buena puesta en escena, pero carente de interés sobre un tema muy manido, en ningún momento te mantiene intrigado, da la impresión que sucede todo lo que sabes que va a suceder, con escenas poco creibles, lo que más me gusto que esta rodada en mi ciudad e iba reconociendo los lugares. Mal guión.
1 de octubre de 2018
1 de octubre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorogoyen se luce con un metraje magnífico que no deja un respiro al espectador. En el elenco, sobresale la interpretación de Antonio De la Torre, que convierte en oro todo lo que toca. Y es que lo hace con maestría, es un gustazo ver actuar a este tipo. Y no me voy a olvidar de Manquiña... vaya maravilla de escena.
Salgo del cine relamiéndome. ¡Gracias!
Salgo del cine relamiéndome. ¡Gracias!
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