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Equilibrium

Ciencia ficción. Thriller. Acción En un régimen totalitario de una sociedad futura, se ha conseguido eliminar la guerra a base de suprimir todas las emociones: los libros, el arte y la música están estrictamente prohibidos, y los sentimientos se consideran crímenes que deben ser castigados con la muerte. Clerick John Preston (Christian Bale) es un agente del gobierno cuya misión consiste en ejecutar a quienes desobedezcan estas reglas; sin embargo, en un cierto momento, ... [+]
Críticas 187
Críticas ordenadas por utilidad
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7
1 de agosto de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supe de la existencia de Equilibrium buscando por Internet. La película tenía a su favor el hecho de que fuese inédita en España, así que se ganó mi interés. Busqué por Youtube y encontré muchos vídeos dedicados al Gun-Kata, el arte de combate que se usa en la película. Pensé, al ver las idas de olla que ví en esos vídeos, que la película sería auténtico cine cutre con algunas frikadas para recordar. Pero me equivoqué.

Porque, aunque la idea de una sociedad fría, de corte fascista y que prohíbe el sentimiento la hemos visto hasta la saciedad (Matrix, 1984, Blade Runner, V de Vendetta, Hijos de los Hombres...), aquí está muy bien llevada.
Por cierto, a partir de aquí todo van a ser SPOILERS del argumento.
Preston (Christian Bale) es un clérigo, un agente de la ley cuya función es vigilar que ningún ser humano sienta gracias a la aplicación de la droga Prozium. Su frialdad y perfección en las misiones es temeraria. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando es él quien olvida tomar su propia dosis de Prozium?
Tras la introducción, surge el quid de la historia. Preston rompe por error su frasco de Prozium y no puede reponerlo. En ese momento comienza a tener primeros indicios de sentimiento. Estos indicios se muestran de forma gradual y consiguiendo que nos enganchemos a la historia. A partir de ahí se muestran escenas bellísimas tanto visualmente como en el contenido: Preston arañando el cristal para poder ver el amanecer, pasando la mano por un pasamanos para poder sentir algo, ordenando de nuevo su escritorio, llorando al escuchar música y disfrutando de una bola de nieve... El verdugo, el agente más frío de la nueva sociedad, se ha vuelto humano.
Y así la historia continúa. La propia carga dramática se hace más compleja y profunda, al intentar Preston aunar el hecho de que sienta con su propia reputación y su labor como clérigo). Hay escenas de acción, que no desentonan en el conjunto ya que la historia narra cómo un hombre entrenado para ser un perfecto luchador se enfrenta al sistema. Se permite incluso a sugerir una relación de amor entre Preston y una mujer detenida por conservar obras de arte (lo que da lugar a una de las escenas más emotivas de la película).
Pero, justo cuando la película ya ha conseguido tu atención y ha sabido crear una historia absorbente y muy bien construída, comienza a cojear.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A medida que se acerca el tramo final, y aunque todavía conserva momentos excelentes (la ya mencionado incinaración), el guión alcanza casi el fracaso. Se intenta crear una sorpresa final que se hunde estrepitósamente por ridícula y sin sentido. La acción se vuele ya disparatada y excesiva. El conflicto desaparece y se vuelve una excusa para que Preston mate al Líder. Y la película acaba: el resultado final sigue siendo bueno, pero algo no va bien.
Una idea muy trillada que da lugar a un guión calculado y muy bien elaborado, con la dosis justas de amor, acción y drama. Pero luego acaba por volverse demasiado ruidoso, estrepitoso y excesivo, surrealista e imposible. Sin duda unos veinte minutos más, lo suficiente como para llegar a las dos horas, habrían venido genial para rematar las pocas tramas que no quedaron bien resueltas; pero bien es cierto que también el eliminar las paridas de la acción final hubiese sido mucho mejor.

La BSO cumple con una música casi electrónica pero que no escasea en coros y ritmos perfectos para las escenas de acción. Al no existir doblaje para España la película se mantiene en VOS.

Kurt Wimmer comienza su carrera con un trabajo efectivo en las escenas alejadas de la acción, ya que cuando comienza a rodar estas falla. Todos los momentos de acción abusan de los disparos sin blanco fijo, los mismos agujeros en la pared, la fantasía desorbitada, el montaje acelerado, las coreografías poco originales y, en resumen, el poco carisma que desprenden. Casi parecen concseiones con tal de buscar la comercialidad del proyecto.
Las actuaciones son todas correctas. Christian Bale se desenvuelve con Preston, un personaje que va desde la inexpresividad hasta los arrebatos de sentimiento y que Bale consigue dominar.
Los efectos especiales, aunque canten un poco, cumplen y muestran un mundo frío y desolador.

Aunque a priori parece una película descerebrada, no lo es; por lo menos, no hasta los minutos finales. Ofrece una historia elaborada que bebe directamente de muchas fuentes. Su condición de estreno inédito la hace aún más interesante. Lástima que al final los excesos estropeen lo que pudo ser una brillante película de ciencia ficción pero que se queda en una buena película de ciencia ficción.

Lo mejor:

-Por su profundidad, el plano de Preston arañando el plástico de su evntana para ver la luz del Sol.
-La acción bien comedida de buena parte de la cinta.
-La propia actuación de Bale.
-El guión, mucho más de lo que aparenta.

Lo peor:

-La sub-trama de la Resistencia, que no termina por ser creíble.
-La acción final: burda, irreal, excesiva...
-Que aún no haya llegado a España y tengamos que verla por medios como el Emule.
8
3 de noviembre de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me uno a la polémica del por qué no se ha estrenado en España, la calidad que tiene creo que la puede ver cualquiera, y hasta es bastante comercial. Habrá que buscar causas políticas y religiosas porque de otra forma no se explica.

Equilibrium da la sensación de ser una mezcla de películas famosas de ciencia ficción, sobre todo Matrix y 1984. Lejos de ser un refrito, mantiene el buen nivel durante todo el metraje, incluso convirtiéndose en una obra de referencia dentro del género.
8
24 de marzo de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un mundo sin sentimientos. Esto es a lo que se ha visto abocada la humanidad que ha conseguido sobrevivir a la tercera guerra mundial. Organizada bajo una férrea estructura de poder, la población debe rendir sus libertades, sus emociones, el arte, la música, los libros y todo aquello que pueda evocar algún sentimiento, para poder así también ahuyentar el fantasma de la guerra y la destrucción. Es un duro precio a pagar porque se pierde tanto el afecto, como el odio, como la felicidad, como los celos. En definitiva todo aquello que nos hace humanos, que nos hace capaces de lo peor y de lo mejor.
Podemos enmarcar la película junta a otras recientes recreaciones de mundos totalitarios basados en el futuro, aunque sin duda esta esta no les tiene nada que envidiar y solo está superada por la primera parte de Matrix. Si la comparamos con Ultravioleta, tenemos aquí un guión muy superior y sin tanta saturación de escenas absurdas para mostrarnos las capacidades de los efectos especiales por ordenador, no puede entender como en ambas películas el guionista y el director es Kurt Wimmer. Si la comparamos con Aeon Flux las diferencias no son tan abismales, pero le gana en entretenimiento e interpretación de los actores.
El guión tiene muchos puntos en común con otras películas del mismo género como las ya mencionadas, pero es suficientemente denso, está tan correctamente trabajado, que no se siente repetitivo. Nos adorna la historia con acción, y consigue que nos preguntemos como ha podido ser que la sociedad permita la manipulación a la que es sometida.
El director, muy acertadamente, prima el desarrollo de los personajes y hace un trabajo más que correcto con las secuencias de acción. Consigue un ritmo que te atrapa desde el principio. Una ambientación que merece ser elogiada por la consistencia en las formas. Desde la sobriedad de las ropas que usan, los edificios que ves con exteriores faltos de adornos e interiores puramente funcionales hasta los coches desprovistos de complementos y de un solo color, el blanco todo está pensado para remarcar esa opresión hacia los que se excluyen de la unidad. Aunque el presupuesto sea limitado, tiene buenas escenas de acción y efectos especiales para el momento.
La interpretación de Christian Bale es muy convincente, sostiene de forma efectiva a la película. Su personaje está mucho más cercano al de Batman que al de rico inmaduro de Shaft. Sean Bean resulta genial en el poco tiempo que está en pantalla, un actor muy a tener en cuenta. La sorpresa de la película es la actuación de Matthew Harbour que sobrepasa lo que en un principio podrías esperar.
Una joya escondida, que por desgracia no ha tenido la difusión que se merece en España. Disfrutarla es un deber para todos aquellos que gusten de una buena historia basada en un mundo distópico y para los aficionados a la ciencia ficción en general.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como curiosidad decir que la droga que usan en la película para mantener el orden y librarse de los sentimientos se llama Prozium. Tiene un nombre compuesto de Prozac y Valium que son otros dos fármacos que tienen efectos calmantes.
7
17 de abril de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film que no se hizo muy sonado en nuestro país. Una verdadera lástima, teniendo en cuenta el hilo narrativo, la visión futurista y las trepidantes luchas cuerpo a cuerpo.

Podría definir la película como una mezcla de distopías novelísticas: Me recordó mucho a la sobriedad de Orwell en su 1984, con la uniformidad como ley y la observación constante; no obstante en sus giros sobre la ofensiva de los sentimientos hay un paralelismo a la novela Un mundo feliz, de Aldous Huxley. La destrucción, por su parte, recoge y plasma la desolación de Farenheit 451, de Ray Bradbury.

Hablamos de grandes clásicos de la ciencia-ficción, cuya mezcla en la película produce un sugerente efecto hipnótico: nos absorbe en su febril narración del futuro de la humanidad.

A destacar la actuación de Christian Bale en su papel del clérigo Grammaton y la nueva modalidad de combate llamada Arma Kata.
7
27 de noviembre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suelo tener un cierto repelús a la ciencia-ficción futurista, pero esta ida de olla y comida de polla me ha gustado. Una película que bebe ligeramente de 'Matrix' en donde vemos cómo madura satisfactoriamente su -absurda- premisa inicial. Ya digo, el concepto del guión es un auténtico cuento chino de mucho cuidado, pero todo está llevado con tal maestría y elegancia que a medida que va avanzando la cosa, eso de decir adiós para siempre a las emociones resulta incluso hasta veraz. Si la trama no se centrase tanto en Bale, explorase más ámbitos en los secundarios y respondiera más preguntas sería un auténtico bombazo de película.

Aparte de eso, muy poco que reprochar al conjnto. Pensaba que me encontraría con la típica "independientada" USA lanzada directamente al mercado doméstico por razones obvias, pero ojito porque nada que envidiar a 'Matrix', que es su hermana melliza. Incluso el reparto gana aquí por goleada, nada más y nada menos que Dominic Purcell, William Fichtner, Sean Bean, Emily Watson y cómo no, Christian Bale cogiendo el timón del protagonismo.

En general es una película muy conseguida, que aunque no da ningún pie a pensar si lo que ocurre en la misma sucederá algún día en nuestro mundo, sí que invita a algunas reflexiones éticas sobre la mentalidad del ser humano en general. Me ha resultado interesante y me ha mantenido pegado a la pantalla.
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