Está claro que a estas alturas de la vida, nos han metido el holocausto y toda la segunda guerra mundial hasta en la sopa (de letras) y que el cine ha aprovechado y reaprovechado todo lo que esta barbarie en concreto dejó a su paso.

Ahora estamos en un punto donde la cantidad de películas similares pasadas y presentes se hace tan grande que casi parece que aquello solo fue ficción y nunca ocurrió.

Pero desgraciadamente ocurrió.

Entre todos los productos de la desgraciada segunda guerra mundial aparece El pianista, dirigida por el amigo Polanski, y como quién no quiere la cosa, da una lección de cine basado en un personaje que tiene la necesidad de sobrevivir a todo eso.

El pianista es una película donde las personas son humanas, con independencia del lado al que apoyen. Buscan vivir, fallan, traicionan, se apiadan… como las personas normales, a pesar de estar en situaciones dramáticas límite. La maravilla de El pianista reside en gran parte en esto. En que una lata de guisantes pueda marcar la diferencia entre un muerto y un vivo. En que un gran Brody que borda el papel pueda seguir con sus melodías o no.

Narra de manera excelente la vida de un pianista, y sus sueños frustrados por la atrocidad mas grande en la historia de la humanidad. Te transporta a la piel y los sentimientos de esta familia humillada, de una manera única. Excelente actuación y guión.

Recreación de una gran parte de lo que fue la segunda guerra mundial, su escenario principal fue la persecución contra los judios, este personaje nos enseña que hay que luchar para alcanzar la verdadera libertad a pesar de las circunstancias. Recomendable.

Excelente narración de lo ocurrido en el ghetto de Varsovia, película que cuenta la historia de un pianista polaco, hecho que le pudo haber ocurrido a cualquier individuo (judío) en ese momento, y también seguramente existieron algunos oficiales alemanes como el referido. Las actuaciones son además de creibles, excelentes, y bueno, Polanski es uno de los más grandes directores en el mundo y garantía de que sus productos cinematográficos son de gran calidad.

Tras decidir tomarme un respiro (o el resto de mis días) del cine sobre el holocausto, por resultarme un topic sobreexplotado ya, Polanski vuelve a sorprenderme con su maestría al contar las vicisitudes de este virtuoso pianista en mitad del caos y la monstruosidad provocada por los nazis. No puedes apartar la vista ni un segundo de la pantalla ni dejar de meterte en la piel del protagonista. Adrien Brody está sencillamente magistral.