Trainspotting
8.0
138,592
Drama
Mark Renton, un joven escocés de Edimburgo, y sus amigos son adictos a la heroína, lo que significa que viven fuera de la realidad, en un mundo aparte. Dentro del grupo hay un psicópata alcohólico y violento, un joven desesperado, un mujeriego con un conocimiento enciclopédico sobre Sean Connery y un entusiasta de las caminatas y de Iggy Pop. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2010
8 de septiembre de 2010
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Básicamente Trainspotting trata de las desventuras de tres yonkis y sus peculiares y enfermizos amigos, centrándose principalmente en el personaje interpretado por Ewan McGregor y su omnipresente voz en off. Posee los ingredientes necesarios para convertirse en una película de culto (como así ha sido): tema llamativo, ritmo dinámico, personajes disfuncionales, banda sonora pegadiza etc... Lo cual no garantiza que sea una buena película, pero encontrarás a un montón de gente que te dirá que mola un huevo. Por suerte en este caso sí que lo es.
La temática de las drogas no es algo novedoso, pero creo que el tratamiento sí que lo es: no hay paternalismos; no hay recreación en las miserias de la adicción (que por supuesto están presentes) en busca de la compasión del espectador; no hay una condena rotunda e hipócrita; no hay una apología supuestamente hedonista y parcial. Hay actos y consecuencias. Y para explicárnoslos en primera persona nadie mejor que un yonki reconocido contándonos sus patéticos intentos de desengancharse y llevar una vida respetable; la inevitable caída en la delincuencia; el alejamiento de los que crees tus amigos... Como bien dice el personaje de Ewan McGregor, la gente se droga por placer, no porque sean gilipollas sin matices. Y esto es lo que mucha gente no entiende. En un entorno sin expectativas apetecibles de futuro hay quien elige la salida fácil, la evasión inmediata. Tu vecino no se pasa la vida apoyado en la barra del bar porque simplemente sea un patético borracho sin más. Seguramente lo haga porque su vida es una mierda y el alcohol le ayuda a alvidarse por unos moentos de ella. Porque emborracharse es un placer digan lo que digan (si no no lo hariamos TODOS los fines de semana). No es difícil extrapolar esto a drogas más duras. Y pasan factura, por supuesto, como todo lo bueno; y la película no lo obvia. Y ahí es cuando el espectador debe juzgar, no asumir sin más como borregos.
El ritmo dinámico, unos diálogos ocurrentes y el combinar situaciones cómicas con momentos sórdidos y con escenas oníricas o directamente surrealistas que en ningún momento resultan forzadas, ridículas o innecesarias como sucede en muchos casos (es más, ayudan a identificarte aunque sea levemente con sensaciones como el subidón o el mono provocados por la heroína) ayudan a que la película se vea en un suspiro.
(Sigue en el spoiler, no se desvela nada)
La temática de las drogas no es algo novedoso, pero creo que el tratamiento sí que lo es: no hay paternalismos; no hay recreación en las miserias de la adicción (que por supuesto están presentes) en busca de la compasión del espectador; no hay una condena rotunda e hipócrita; no hay una apología supuestamente hedonista y parcial. Hay actos y consecuencias. Y para explicárnoslos en primera persona nadie mejor que un yonki reconocido contándonos sus patéticos intentos de desengancharse y llevar una vida respetable; la inevitable caída en la delincuencia; el alejamiento de los que crees tus amigos... Como bien dice el personaje de Ewan McGregor, la gente se droga por placer, no porque sean gilipollas sin matices. Y esto es lo que mucha gente no entiende. En un entorno sin expectativas apetecibles de futuro hay quien elige la salida fácil, la evasión inmediata. Tu vecino no se pasa la vida apoyado en la barra del bar porque simplemente sea un patético borracho sin más. Seguramente lo haga porque su vida es una mierda y el alcohol le ayuda a alvidarse por unos moentos de ella. Porque emborracharse es un placer digan lo que digan (si no no lo hariamos TODOS los fines de semana). No es difícil extrapolar esto a drogas más duras. Y pasan factura, por supuesto, como todo lo bueno; y la película no lo obvia. Y ahí es cuando el espectador debe juzgar, no asumir sin más como borregos.
El ritmo dinámico, unos diálogos ocurrentes y el combinar situaciones cómicas con momentos sórdidos y con escenas oníricas o directamente surrealistas que en ningún momento resultan forzadas, ridículas o innecesarias como sucede en muchos casos (es más, ayudan a identificarte aunque sea levemente con sensaciones como el subidón o el mono provocados por la heroína) ayudan a que la película se vea en un suspiro.
(Sigue en el spoiler, no se desvela nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por supuesto, todos los personajes escapan a los parámetros de lo que denominamos "normalidad", no solamente los yonkis. De hecho el personaje más desequilibrado es el psicópata interpretado por Robert Carlyle (buen actor, pero aquí quizá un tanto sobreactuado incluso para un personaje así: aunque esto hace que sea el favorito por muchos; ahí está Johnny Depp en Piratas del Caribe como ejemplo de sobreactuación manifiesta, ridícula y, por supuesto, alabadísima), que se jacta de no meterse mierda en el cuerpo (el alcohol y el tabaco no cuentan, por supuesto), un hijo de puta con todas las letras que encantará a muchos espectadores gracias a su aplicación sistemática de la violencia gratuita (sí, me refiero a vosotros que os partisteis el culo con el accidental tiro en la cabeza al negro del coche de Pulp Fiction). Y no podían faltar los entrañables yonkis, cada unos con sus matices: el pedante, amoral y pragmático Sick Boy, el ingenuo e hiperactivo Spud y el desorientado e inconsecuente Renton. Y también está Tommy, el personaje más patético, que demuestra lo puta que puede ser la vida cuando, tras un mal golpe de fortuna, las cartas juegan en contra de quien menos lo merece.
Y luego está la música. Las enormes "Lust for Life" de Iggy Pop y "Perfect Day" de Lou Reed ya justifican una banda sonora. Elegir a Lou Reed tratándose de un tema como la heroína puede ser algo previsible, pero la elección es irreprochable, ya que la cadencia melancólica y ensoñadora y la melodía ascendente son perfectas para el momento del subidón. También hubiese sido apropiada "Heroin" del mismo Lou Reed, esta vez con la Velvet Underground (y Lou Reed es tan grande en solitario como con la Velvet, diga lo que diga el gilipollas de Sick Boy). También hay algo de chumba chumba, pero eso prefiero obviarlo, a pesar de la brasa que se dio en su época con el tema en cuestión.
Y para terminar, un saludo a Marta, ya que si no fuese por ella no hubiese escrito esta pseudocrítica. Si le gusta a ella ya ha merecido la pena escribirla. Y si no yo hice todo lo que pude. Un beso.
Y luego está la música. Las enormes "Lust for Life" de Iggy Pop y "Perfect Day" de Lou Reed ya justifican una banda sonora. Elegir a Lou Reed tratándose de un tema como la heroína puede ser algo previsible, pero la elección es irreprochable, ya que la cadencia melancólica y ensoñadora y la melodía ascendente son perfectas para el momento del subidón. También hubiese sido apropiada "Heroin" del mismo Lou Reed, esta vez con la Velvet Underground (y Lou Reed es tan grande en solitario como con la Velvet, diga lo que diga el gilipollas de Sick Boy). También hay algo de chumba chumba, pero eso prefiero obviarlo, a pesar de la brasa que se dio en su época con el tema en cuestión.
Y para terminar, un saludo a Marta, ya que si no fuese por ella no hubiese escrito esta pseudocrítica. Si le gusta a ella ya ha merecido la pena escribirla. Y si no yo hice todo lo que pude. Un beso.
19 de julio de 2011
19 de julio de 2011
111 de 187 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Trainspotting” es para mí una de esas películas que esconden un misterio. Te la recomiendan varios amigos de distintos ámbitos como lo más de lo más. El argumento no desvela mucho pero no es malo y lees buenas críticas. La portada mola. ¡Tiene un 8,1 en FilmAffinity! No hay razón para no verla.
Así que un día decides dedicarle esos 90 minutos. Empieza la película más o menos acertadamente. Más menos que más. Al rato un tío se mete dentro de una taza del váter más asqueroso de Escocia y eso te produce tanto asco como gracia. Admiras la belleza decrépita de esta escena, pero pronto te das cuenta de que hace un rato que te estás aburriendo. Que los patéticos chistes no hacen gracia. Que te recuerda a “Snatch. Cerdos y diamantes” en su ritmo frenético, pero es si cabe aún peor. Y entonces te dices que 76.500 votaciones positivas no pueden estar equivocadas. Y sigues viéndola en parte por eso, porque mantienes la esperanza, y en parte porque te ha despertado la curiosidad saber si va a haber algún momento lúcido en la cinta. El metraje avanza y empiezas a pensar que no. Más chistes sin gracia, más drogas por aquí, ¿pero qué c*** habrá consumido la gente que le da notas tan altas a esta peli? Bueno, la música es buena. Vale, los actores no lo hacen mal (joder, ¿son unos actorazos de la ostia o tienen esa cara de panoli congénita?).Y se acabó la cinta. Por fin. Quizá haya habido un par de frases inteligentes en toda la película. Quizá solo una. ¿No me habré equivocado de cinta? Parece que no. ¿Pero entonces esa mierda de título que narices tiene que ver?
Entonces, como no te resignas a creer que todo el resto del mundo esté equivocado, después de plantearte entre el deseo y la risa que seas tú quién no esté a la altura de comprender tan gran obra maestra, te pones a leer críticas. ¿Será que habla de las drogas? ¿Será que refleja muy bien la realidad de la heroína? ¡¿Pero qué panda de chutados ha votado esta peli?! Buscas algo sobre “trainspotting”. Ah, es un juego de palabras entre “observar trenes” y “chutarse caballo”. Vaya, ahora le veo sentido: dos sinónimos de “echar a perder tu tiempo”.
Así que un día decides dedicarle esos 90 minutos. Empieza la película más o menos acertadamente. Más menos que más. Al rato un tío se mete dentro de una taza del váter más asqueroso de Escocia y eso te produce tanto asco como gracia. Admiras la belleza decrépita de esta escena, pero pronto te das cuenta de que hace un rato que te estás aburriendo. Que los patéticos chistes no hacen gracia. Que te recuerda a “Snatch. Cerdos y diamantes” en su ritmo frenético, pero es si cabe aún peor. Y entonces te dices que 76.500 votaciones positivas no pueden estar equivocadas. Y sigues viéndola en parte por eso, porque mantienes la esperanza, y en parte porque te ha despertado la curiosidad saber si va a haber algún momento lúcido en la cinta. El metraje avanza y empiezas a pensar que no. Más chistes sin gracia, más drogas por aquí, ¿pero qué c*** habrá consumido la gente que le da notas tan altas a esta peli? Bueno, la música es buena. Vale, los actores no lo hacen mal (joder, ¿son unos actorazos de la ostia o tienen esa cara de panoli congénita?).Y se acabó la cinta. Por fin. Quizá haya habido un par de frases inteligentes en toda la película. Quizá solo una. ¿No me habré equivocado de cinta? Parece que no. ¿Pero entonces esa mierda de título que narices tiene que ver?
Entonces, como no te resignas a creer que todo el resto del mundo esté equivocado, después de plantearte entre el deseo y la risa que seas tú quién no esté a la altura de comprender tan gran obra maestra, te pones a leer críticas. ¿Será que habla de las drogas? ¿Será que refleja muy bien la realidad de la heroína? ¡¿Pero qué panda de chutados ha votado esta peli?! Buscas algo sobre “trainspotting”. Ah, es un juego de palabras entre “observar trenes” y “chutarse caballo”. Vaya, ahora le veo sentido: dos sinónimos de “echar a perder tu tiempo”.
20 de febrero de 2014
20 de febrero de 2014
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre esta parrafada de Mark Renton (Ewan McGregor), el protagonista de “Trainspotting”:
“Cuando estás enganchado tienes una única preocupación, pillar, y cuando te desenganchas, de pronto tienes que preocuparte de un montón de otras mierdas.
No tengo dinero, no puedo ponerme pedo. Tengo dinero, bebo demasiado. No consigo una piba, no hecho un polvo. Tengo una piba, demasiado agobio.
Tienes que preocuparte de las facturas, de la comida, de algún puto equipo de fútbol que nunca gana…”
Y este poema de Nadine Stair, atribuido frecuentemente a Borges:
“Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios”
Hay un término medio en el que muchos de nosotros nos encontramos (ahora habría que añadir a la parrafada de Renton los problemas del paro, la hipoteca, etc.).
Pero, desde luego, si se pudiera escoger, la mayoría nos inclinaríamos por poder vivir como nos propone Stair en su poema “Instantes”.
Ésta es la gran virtud de la obra de Boyle, saber apreciar lo que tenemos, una vida relativamente normal, porque el infierno está sólo a dos pasos, lo que cuesta llamar al timbre de tu camello y darle veinte libras. El nivel de Nadine Stair queda para los más lúcidos y privilegiados de momento…
“Cuando estás enganchado tienes una única preocupación, pillar, y cuando te desenganchas, de pronto tienes que preocuparte de un montón de otras mierdas.
No tengo dinero, no puedo ponerme pedo. Tengo dinero, bebo demasiado. No consigo una piba, no hecho un polvo. Tengo una piba, demasiado agobio.
Tienes que preocuparte de las facturas, de la comida, de algún puto equipo de fútbol que nunca gana…”
Y este poema de Nadine Stair, atribuido frecuentemente a Borges:
“Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios”
Hay un término medio en el que muchos de nosotros nos encontramos (ahora habría que añadir a la parrafada de Renton los problemas del paro, la hipoteca, etc.).
Pero, desde luego, si se pudiera escoger, la mayoría nos inclinaríamos por poder vivir como nos propone Stair en su poema “Instantes”.
Ésta es la gran virtud de la obra de Boyle, saber apreciar lo que tenemos, una vida relativamente normal, porque el infierno está sólo a dos pasos, lo que cuesta llamar al timbre de tu camello y darle veinte libras. El nivel de Nadine Stair queda para los más lúcidos y privilegiados de momento…
23 de julio de 2006
23 de julio de 2006
34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelentes interpretaciones (McGregor y Carlyle sublimes), una banda sonora impresionante, brillantísima fotografía, y una exposición del tema sin prejuicios ni moralinas. Una joya que, dependiendo de tu estado de ánimo, puede divertirte o deprimirte, pero nunca dejarte indiferente. Recomiendo con vehemencia su visionado, por ser una de las pocas películas (sino la única) que tratan sobre las drogas sin emitir juicios morales (tengamos en cuenta que, por ejemplo, el personaje con menos valores humanos es, precisamente, el único que no se droga), aunque tampoco tomando el tema a la ligera.
13 de septiembre de 2011
13 de septiembre de 2011
42 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sobrevaloradísima. Tiene partes graciosas, algunas mejores que otras. Pero a mi parecer no se asoma para nada al 8 y monedas que le dan imdb y filmaffinity. Es una de esas películas que según la mayoría son una obra de arte y para mi son una bazofia impresionante. Por más que le busque y de vueltas sigo con lo mismo... la película no tiene historia, no es más que una pandilla de drogadictos haciendo estupideces... tal vez haya que ser como ellos para apreciar el film, y si es así, me parece lamentable que tanta gente la admire.
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