Sonido de libertad
6.6
6,614
Thriller. Drama
Narra la historia de Tim Ballard, un ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos que trabajaba en el departamento de delitos sexuales persiguiendo pedófilos. Tratando de intentar salvar a un niña secuestrada y obligada a prostituirse, Tim viajó a Latinoamérica, sumergiéndose en el submundo del tráfico sexual de menores. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2023
24 de julio de 2023
101 de 160 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de pasar a la peli, resulta relevante (y en este caso, muy...) entender que ha movilizado a tantos grupos, tanto conservadores como progresistas, para ensalsar o difamar esta obra:
Los realizadores de la misma. Básicamente. Dicen que la fuente importa, y si ésta misma parte de fuertes tendencias políticas, pues tendremos un duelo de trincheras para captar votos. Sound ha visto la luz mediante inversiones de varios miembros autodeclarados "conservadores"; sumado a un Jim Caviezel que desde "La pasión de Cristo" ya no lo quieren ver ni en figuritas por los lares de Hollywood. Para contaminar aún más el ambiente, se involucró al grupo QAnon, de la extrema derecha norteamericana. Grupo habitué de teorías conspirativas sobre elites, tráfico y sacrificio de menores, adenocromos y demases.
Un verdadero salseo político que no iba a dejar indiferente a ningún partido.
¿Y la peli? La peli está muy bien. No busca destacar en nada, porque su intención no es estética ni narrativa (aunque de esto hay, ya lo veremos). Es una peli de denuncia que mediante un formato testimonial/ficcionado muestra a un agente federal que se filtra en redes de trata para intentar liberar a los niños esclavos. De tono sobrio, grave pero sin golpes bajos, Jim Caviezel actúa medido bajo un tema delicado. Su voluntad para enfrentar esta injusticia irá encontrando trabas burocráticas, haciendo que el trabajo se vuelva más y más riesgoso.
El guión es correcto, de narrativa clásica. Pronto surgen los primeros indicios de porque tanto alboroto político: frases como "los niños son de Dios y de nadie más" iban a caer mal en la agenda woke industrial, rematadamente anticristiana. A este respecto, la cinta resalta este tipo de frases demasiado seguido, posicionándose. Su protagonista es hombre, rubio y de buena fé...que más decir. Alaridos por doquier, frente a semejante herejía.
Para concluir: pelis fabricadas para algo un poco más importante que competir por óscares que ya no le importan a nadie. Por cierto, que hay poderosos detrás del tráfico de menores no es ninguna conspiración reptiliana. Ya hay casos documentados, extrañas lagunas informativas y gente con mucha voluntad para suicidarse en los momentos menos convenientes...
Los realizadores de la misma. Básicamente. Dicen que la fuente importa, y si ésta misma parte de fuertes tendencias políticas, pues tendremos un duelo de trincheras para captar votos. Sound ha visto la luz mediante inversiones de varios miembros autodeclarados "conservadores"; sumado a un Jim Caviezel que desde "La pasión de Cristo" ya no lo quieren ver ni en figuritas por los lares de Hollywood. Para contaminar aún más el ambiente, se involucró al grupo QAnon, de la extrema derecha norteamericana. Grupo habitué de teorías conspirativas sobre elites, tráfico y sacrificio de menores, adenocromos y demases.
Un verdadero salseo político que no iba a dejar indiferente a ningún partido.
¿Y la peli? La peli está muy bien. No busca destacar en nada, porque su intención no es estética ni narrativa (aunque de esto hay, ya lo veremos). Es una peli de denuncia que mediante un formato testimonial/ficcionado muestra a un agente federal que se filtra en redes de trata para intentar liberar a los niños esclavos. De tono sobrio, grave pero sin golpes bajos, Jim Caviezel actúa medido bajo un tema delicado. Su voluntad para enfrentar esta injusticia irá encontrando trabas burocráticas, haciendo que el trabajo se vuelva más y más riesgoso.
El guión es correcto, de narrativa clásica. Pronto surgen los primeros indicios de porque tanto alboroto político: frases como "los niños son de Dios y de nadie más" iban a caer mal en la agenda woke industrial, rematadamente anticristiana. A este respecto, la cinta resalta este tipo de frases demasiado seguido, posicionándose. Su protagonista es hombre, rubio y de buena fé...que más decir. Alaridos por doquier, frente a semejante herejía.
Para concluir: pelis fabricadas para algo un poco más importante que competir por óscares que ya no le importan a nadie. Por cierto, que hay poderosos detrás del tráfico de menores no es ninguna conspiración reptiliana. Ya hay casos documentados, extrañas lagunas informativas y gente con mucha voluntad para suicidarse en los momentos menos convenientes...
6 de agosto de 2023
6 de agosto de 2023
51 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos por partes, en primer lugar y "rigiéndome" exclusivamente en términos cinematográficos sobre este film debo decir que es un interesante thriller dirigido por Alejandro Monteverde y protagonizado por un convincente Jim Caviezel, además trata sobre un delicado tema con valentía y sin medias tintas, aunque sin excederse tampoco en el mismo.
Si, admito que soy de los que también piensan que hay ocasiones en que determinadas películas sufren de distintos factores, sean para fracasar y pasar inadvertidos o como en este caso particular para convertirse en un inesperado ''éxito" de taquilla, acompañado como no podía ser de otra manera, de una enorme "polémica" a su paso.
Dicha "polémica" es en realidad una "telaraña" de circunstancias que giraron alrededor de la producción, sumado a "sospechosas" decisiones por parte de la productora, la inclusión de diversas posturas políticas o ya la paralización de su distribución, crearon un auténtico "caldo de cultivo" para que iniciara una ola en donde todo tipo de conspiraciones eran más que bienvenidas.
Y por si fuese poco el tema principal que trata el film es ya por si solo bastante delicado de tocar, sin embargo se lo hace de un modo directo e incluso de forma temeraria en determinado tramo se toma la molestia y tiempo de nombrar "culpables", no específicamente señala nombres, pero si de modo general, a "grosso modo".
En segundo lugar lo que pienso al respecto sobre ese tema, o mejor dicho ese problema que trata el largometraje, es sin duda una cruda y feroz realidad, que es difícil de ver porque es REAL, hiere el alma, golpea la conciencia y duele, sobre todo a quienes son padres de familia, y en definitiva a quienes fuimos niños alguna vez, osea todos.
Y muy a mi pesar ese dato estadístico que aparece en una escena lastimosamente es cierto y en la actualidad el esclavismo en todas sus formas (especialmente en el ámbito sexual) existe y genera cada año millones de dólares en ganancias en base de la explotación y sufrimiento de seres humanos, en algunos casos separados a la fuerza de su familia.
Hasta ahí se podría "justificar" la tesis que proponen sus productores, sin embargo ya lo dice cierto dicho "el infierno esta lleno de buenas intenciones" y "Sound of Freedom" no es la excepción; y hago hincapié en esto porque por cada acierto en su denuncia hacia este vil negocio, a ratos se ve un poco "manchado" por cierto efectismo "adoctrinador".
Y cuando hablo de efectismo, no me refiero al tema de la explotación sexual infantil en si misma, sino al evidente y nada disimulado mensaje que, como no podía ser de otra manera toma como principal base el proselitismo religioso para hacernos creer que los culpables pertenecen exclusivamente a un "bando" bien identificado y para ser más precisos de corte bastante "progresista".
Una cosa es denunciar algo a través del arte y otra muy distinta que la idea que tratas de transmitir pierda parte de su sentido porque estas utilizando dicho medio para convencer al espectador de que tu, y solamente tu tienes la razón y más todavía si el sector religioso interviene en dicho mensaje final.
Ojo, no estoy diciendo que la propuesta termina por ser otra película a la que su fondo "canibaliza" su forma por completo y en donde el producto final se ve muy descompensado, porque afortunadamente quienes están detrás, saben ponerle "el freno" a tiempo a sus intenciones más primitivas.
Porque es un tema que debería tratarse incluso más seguido en muchas producciones, pero es raro que algo así haya podido ver la luz, puesto que el proyecto estaba terminado (según sus propios implicados indican) en 2018, pero simplemente la "Major" que estuvo detrás (por alguna razón) no quiso que se estrenase jamás.
No quiero ser "conspiranoico", pero hay ciertas cosas que insisto, se dieron de tal forma para que los cuestionamientos sobre dicha producción se hagan notar demasiado y por ende la conspiración se arme de un modo tan incontrolable hasta crear una gigantesca montaña.
Además de Caviezel en el reparto se dejan ver Mira Sorvino, Kurt Fuller, Bill Camp, Scott Haze, José Zúñiga, Eduardo Verastegui, Gustavo Sánchez Parra, Manny Perez y Gary Basaraba.
En resumen, creo que estamos frente a un film que aunque muestra cierta "inclinación religiosa", pero funciona como un thriller de denuncia al exponer de forma directa el infierno que viven sus pequeños protagonistas y conmueve porque lo vivimos casi que en carne propia.
Podría seguir dando mi humilde punto de vista, pero creo que me he dado a entender y lo esencial esta ahí.
Si, admito que soy de los que también piensan que hay ocasiones en que determinadas películas sufren de distintos factores, sean para fracasar y pasar inadvertidos o como en este caso particular para convertirse en un inesperado ''éxito" de taquilla, acompañado como no podía ser de otra manera, de una enorme "polémica" a su paso.
Dicha "polémica" es en realidad una "telaraña" de circunstancias que giraron alrededor de la producción, sumado a "sospechosas" decisiones por parte de la productora, la inclusión de diversas posturas políticas o ya la paralización de su distribución, crearon un auténtico "caldo de cultivo" para que iniciara una ola en donde todo tipo de conspiraciones eran más que bienvenidas.
Y por si fuese poco el tema principal que trata el film es ya por si solo bastante delicado de tocar, sin embargo se lo hace de un modo directo e incluso de forma temeraria en determinado tramo se toma la molestia y tiempo de nombrar "culpables", no específicamente señala nombres, pero si de modo general, a "grosso modo".
En segundo lugar lo que pienso al respecto sobre ese tema, o mejor dicho ese problema que trata el largometraje, es sin duda una cruda y feroz realidad, que es difícil de ver porque es REAL, hiere el alma, golpea la conciencia y duele, sobre todo a quienes son padres de familia, y en definitiva a quienes fuimos niños alguna vez, osea todos.
Y muy a mi pesar ese dato estadístico que aparece en una escena lastimosamente es cierto y en la actualidad el esclavismo en todas sus formas (especialmente en el ámbito sexual) existe y genera cada año millones de dólares en ganancias en base de la explotación y sufrimiento de seres humanos, en algunos casos separados a la fuerza de su familia.
Hasta ahí se podría "justificar" la tesis que proponen sus productores, sin embargo ya lo dice cierto dicho "el infierno esta lleno de buenas intenciones" y "Sound of Freedom" no es la excepción; y hago hincapié en esto porque por cada acierto en su denuncia hacia este vil negocio, a ratos se ve un poco "manchado" por cierto efectismo "adoctrinador".
Y cuando hablo de efectismo, no me refiero al tema de la explotación sexual infantil en si misma, sino al evidente y nada disimulado mensaje que, como no podía ser de otra manera toma como principal base el proselitismo religioso para hacernos creer que los culpables pertenecen exclusivamente a un "bando" bien identificado y para ser más precisos de corte bastante "progresista".
Una cosa es denunciar algo a través del arte y otra muy distinta que la idea que tratas de transmitir pierda parte de su sentido porque estas utilizando dicho medio para convencer al espectador de que tu, y solamente tu tienes la razón y más todavía si el sector religioso interviene en dicho mensaje final.
Ojo, no estoy diciendo que la propuesta termina por ser otra película a la que su fondo "canibaliza" su forma por completo y en donde el producto final se ve muy descompensado, porque afortunadamente quienes están detrás, saben ponerle "el freno" a tiempo a sus intenciones más primitivas.
Porque es un tema que debería tratarse incluso más seguido en muchas producciones, pero es raro que algo así haya podido ver la luz, puesto que el proyecto estaba terminado (según sus propios implicados indican) en 2018, pero simplemente la "Major" que estuvo detrás (por alguna razón) no quiso que se estrenase jamás.
No quiero ser "conspiranoico", pero hay ciertas cosas que insisto, se dieron de tal forma para que los cuestionamientos sobre dicha producción se hagan notar demasiado y por ende la conspiración se arme de un modo tan incontrolable hasta crear una gigantesca montaña.
Además de Caviezel en el reparto se dejan ver Mira Sorvino, Kurt Fuller, Bill Camp, Scott Haze, José Zúñiga, Eduardo Verastegui, Gustavo Sánchez Parra, Manny Perez y Gary Basaraba.
En resumen, creo que estamos frente a un film que aunque muestra cierta "inclinación religiosa", pero funciona como un thriller de denuncia al exponer de forma directa el infierno que viven sus pequeños protagonistas y conmueve porque lo vivimos casi que en carne propia.
Podría seguir dando mi humilde punto de vista, pero creo que me he dado a entender y lo esencial esta ahí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A pesar de supuestamente nombra a "élites acaudaladas" formadas por grupos de millonarios pervertidos, se hace una referencia al caso del abominable Jeffrey Epstein y su "isla privada" en donde acudía miembros de las más altas esferas norteamericanas para abusar de niños y niñas.
11 de octubre de 2023
11 de octubre de 2023
43 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al fin una película que se atreve a relatar los problemas de la trata de seres humanos. Una película necesaria y valiente, debería ser obligatoria su visualización y difusión.
El hecho de que sea una historia real brinda a la película un contenido aún más humano y nos ofrece la posibilidad de ver de primera mano aquello que ocurre y que muchos se esfuerzan en tapar.
La recomiendo 100 %
El hecho de que sea una historia real brinda a la película un contenido aún más humano y nos ofrece la posibilidad de ver de primera mano aquello que ocurre y que muchos se esfuerzan en tapar.
La recomiendo 100 %
14 de octubre de 2023
14 de octubre de 2023
56 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto ‘Sound of freedom’ sin ningún tipo de expectativa y ajena completamente a la polémica que la rodea (de cuya existencia me entero leyendo a posteriori las críticas de los usuarios de FA).
Me limitaré a hablar de la película en lo que concierne a su calidad cinematográfica, la cual es bastante mediocre en todos los aspectos, exceptuando la fotografía.
Resulta loable que quiera remover conciencias respecto al tráfico sexual de menores. Lo hace a través de la historia real del estadounidense Tim Ballard, el cual, dejando a su numerosa familia atrás, se fue a Colombia a rescatar niños de la trata. Se merece todo el reconocimiento este hombre, desde luego. Lamentablemente, se ha hecho a través de una película muy floja.
Que en el mundo se trafica con seres humanos, con niños, para su explotación sexual, lo sabemos todos. Ahora bien, ¿aporta esta película algo extra al conocimiento de ese hecho? En absoluto.
Ni siquiera nos presenta en condiciones la historia de Tim Ballard. Pasa de puntillas, de forma burda y muy superficial, por todo, tirando bastante de clichés. Desarrollo de la historia y de los personajes más simple que el mecanismo de un botijo, y como a trompicones. Una falta de profundidad que hace que cueste implicarse y empatizar con lo que te cuenta y sus protagonistas. Los villanos son de risa. Mira Sorvino interpreta a la mujer de Ballard; en su lugar podrían haber puesto un CGI que ni nos habríamos enterado, tal es su relevancia en la historia.
Ni siquiera sirve para conocer un poco acerca del tema que plantea. En ciertas escenas incluso suena una música marchosa, como de aventuras, que parece que estés viendo ‘Ocean’s Eleven’, con un grupito de colegas dispuestos a emprender fechorías, en vez de tratarse de un tema sórdido.
Jim Caviezel se pasa de llorón, lo cual agobia porque no son lágrimas de las que conmueven, sino de las que dan cringe.
En cierto momento noté un tufillo católico conservador yanqui, respecto a lo cual vi que no iba del todo errada al leer a posterior acerca de este filme.
No la recomiendo, no por nada ideológico ni similares, sino porque es, a pesar de sus buenas intenciones, una mala película.
Me limitaré a hablar de la película en lo que concierne a su calidad cinematográfica, la cual es bastante mediocre en todos los aspectos, exceptuando la fotografía.
Resulta loable que quiera remover conciencias respecto al tráfico sexual de menores. Lo hace a través de la historia real del estadounidense Tim Ballard, el cual, dejando a su numerosa familia atrás, se fue a Colombia a rescatar niños de la trata. Se merece todo el reconocimiento este hombre, desde luego. Lamentablemente, se ha hecho a través de una película muy floja.
Que en el mundo se trafica con seres humanos, con niños, para su explotación sexual, lo sabemos todos. Ahora bien, ¿aporta esta película algo extra al conocimiento de ese hecho? En absoluto.
Ni siquiera nos presenta en condiciones la historia de Tim Ballard. Pasa de puntillas, de forma burda y muy superficial, por todo, tirando bastante de clichés. Desarrollo de la historia y de los personajes más simple que el mecanismo de un botijo, y como a trompicones. Una falta de profundidad que hace que cueste implicarse y empatizar con lo que te cuenta y sus protagonistas. Los villanos son de risa. Mira Sorvino interpreta a la mujer de Ballard; en su lugar podrían haber puesto un CGI que ni nos habríamos enterado, tal es su relevancia en la historia.
Ni siquiera sirve para conocer un poco acerca del tema que plantea. En ciertas escenas incluso suena una música marchosa, como de aventuras, que parece que estés viendo ‘Ocean’s Eleven’, con un grupito de colegas dispuestos a emprender fechorías, en vez de tratarse de un tema sórdido.
Jim Caviezel se pasa de llorón, lo cual agobia porque no son lágrimas de las que conmueven, sino de las que dan cringe.
En cierto momento noté un tufillo católico conservador yanqui, respecto a lo cual vi que no iba del todo errada al leer a posterior acerca de este filme.
No la recomiendo, no por nada ideológico ni similares, sino porque es, a pesar de sus buenas intenciones, una mala película.
19 de agosto de 2023
19 de agosto de 2023
51 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
TIMOTHY BALLARD, CON el gran apoyo de su esposa Katherine, se llama en la vida real el mormón policía, héroe de una organización actual contra tráfico y porno infantil "Operation Underground Railroad" (=tren subterráneo; ese "submundo"), cuyo desafío está retratado en este subgénero de documental ficcionado.
El atractivo de la inocencia de los niños es la tentación de los pederastas, y el negocio de prostituirlos se prueba muy rentable para sus mafias muy armadas, en una corrupción con tentáculos.
Ésta es la denuncia bien relatada y actuada, particularmente por Jim Caviezel ("La Pasión de Cristo", Dir. Mel Gibson, 2004), Bill Camp haciendo de "Vampiro" y los niños, principalmente Lucas Ávila como "Miguel" y Cristal Aparicio como "Rocío", quien toca la música del "Sonido"...
Un mensaje clarísimo para cuidar más a los pequeños, que recuerda al develador video de la canción "Runaway train", del grupo Soul Asylum, de 1992. Un llamado a no ser ingenuos en confiar a nuestros inocentes a gente "simpática", y a nunca caer en la ambición de usarlos para un negocio de modelaje. Ahí hay parte de la culpa, por complicidad.
Este tipo de esclavitudes contra los niños y sus familias están aumentando, a pesar de los esfuerzos políticos, policiales y de civiles organizados. Pero para hacer y responder a un llamado a la liberación de aquéllas (=Sound of freedom) algo podemos hacer cada uno de nosotros, personalmente...
Andrés González Schain y esposa M. Kein de G.+...
El atractivo de la inocencia de los niños es la tentación de los pederastas, y el negocio de prostituirlos se prueba muy rentable para sus mafias muy armadas, en una corrupción con tentáculos.
Ésta es la denuncia bien relatada y actuada, particularmente por Jim Caviezel ("La Pasión de Cristo", Dir. Mel Gibson, 2004), Bill Camp haciendo de "Vampiro" y los niños, principalmente Lucas Ávila como "Miguel" y Cristal Aparicio como "Rocío", quien toca la música del "Sonido"...
Un mensaje clarísimo para cuidar más a los pequeños, que recuerda al develador video de la canción "Runaway train", del grupo Soul Asylum, de 1992. Un llamado a no ser ingenuos en confiar a nuestros inocentes a gente "simpática", y a nunca caer en la ambición de usarlos para un negocio de modelaje. Ahí hay parte de la culpa, por complicidad.
Este tipo de esclavitudes contra los niños y sus familias están aumentando, a pesar de los esfuerzos políticos, policiales y de civiles organizados. Pero para hacer y responder a un llamado a la liberación de aquéllas (=Sound of freedom) algo podemos hacer cada uno de nosotros, personalmente...
Andrés González Schain y esposa M. Kein de G.+...
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