Blancanieves
7.0
21,649
Drama
Versión libre, de carácter gótico, del popular cuento de los hermanos Grimm, que ha sido ambientada en España durante los años 20. Blancanieves es Carmen, una bella joven con una infancia atormentada por su terrible madrastra Encarna. Huyendo de su pasado, Carmen emprenderá un apasionante viaje acompañada por sus nuevos amigos: una troupe de Enanos Toreros. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2012
11 de octubre de 2012
41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Blancanieves y los siete enanitos de Walt Disney es una obra maestra, del año 1939, en color y hablada sea dicho de paso. Para demostrarlo tan solo hay que fijarse en la escena inicial en la que el príncipe llega al jardín de la casa donde vive Blancanieves, descabalga de su caballo y coge una paloma para besarla, de modo que ésta le lleve el beso a la bella que lo observa, medio escondida, desde un balcón. Mientras todo esto ocurre, la cámara en un momento dado se distrae de ellos y se dirige hacia una oscura mujer, la madrastra que, agazapada y de negro, observa con rabia desde otra ventana la escena enternecedora que he descrito. Todo esto contado sin mediar palabra.
Pablo Berger ha optado para contar su versión de Blancanieves por prescindir de las palabras, no en una escena, sino en toda la película. Decía Godard que un travelling es un cuestión moral, y con esto quería decir que si un director escoge para contar algo un travelling, y no, por ejemplo, un plano fijo, lo tiene que hacer porque así lo pide la historia. Dudo mucho que una versión del cuento de los hermanos Grimm tenga justificada esa elección en blanco y negro y muda, por muchos homenajes que se quieran rendir. Quizás lo tuvo en “The Artist”, que iba precisamente sobre el paso del cine mudo al sonoro, pero aquí parece más un alarde técnico y artístico sin gran fundamento, y perfecta excusa para presentarnos un guion con tantos agujeros como un queso gruyer. Y con ello no quiere decir que en el cine mudo los guiones no fueran sólidos, que los hubo muchos y muy buenos, pero sí que en el inicio del cine muchas veces eran mero esqueleto armado sin mucho fundamento para mostrar unas imágenes en movimiento más o menos interesantes, intercaladas de rótulos que hacían avanzar la acción casi a toque de corneta.
Sé que nado a contracorriente, pero a mí este film me ha dejado más bien frío. Veo en él un guion tramposo que avanza a golpe del capricho del director buscando así el impacto en el espectador; es decir, una escena concreta no es consecuencia de la anterior ni causa de la siguiente. No estoy pidiendo que tenga una lógica humana; aceptaría de buenísimo grado una lógica de cuento, pero que se respete y no coja atajos peligrosos, una lógica interna podríamos decir.
El aislamiento imposible al que se ve sometido el matador, las visitas continuas de su hija, la escena de la manzana, las fotos con el matador muerto, la escena final, y en general casi todo el film está cosido con hilo grueso e incurriendo en grandes contradicciones, lo que resulta más fácil que el hecho de haber escrito un buen guion, lógicamente. No quiero acabar, no obstante, sin reconocerle cierto mérito a la película, por arriesgada y atípica, y por su estética gótica y años veinte bastante logrados, que en los tiempos que corren no es poco, pero para mí no suficiente
Pablo Berger ha optado para contar su versión de Blancanieves por prescindir de las palabras, no en una escena, sino en toda la película. Decía Godard que un travelling es un cuestión moral, y con esto quería decir que si un director escoge para contar algo un travelling, y no, por ejemplo, un plano fijo, lo tiene que hacer porque así lo pide la historia. Dudo mucho que una versión del cuento de los hermanos Grimm tenga justificada esa elección en blanco y negro y muda, por muchos homenajes que se quieran rendir. Quizás lo tuvo en “The Artist”, que iba precisamente sobre el paso del cine mudo al sonoro, pero aquí parece más un alarde técnico y artístico sin gran fundamento, y perfecta excusa para presentarnos un guion con tantos agujeros como un queso gruyer. Y con ello no quiere decir que en el cine mudo los guiones no fueran sólidos, que los hubo muchos y muy buenos, pero sí que en el inicio del cine muchas veces eran mero esqueleto armado sin mucho fundamento para mostrar unas imágenes en movimiento más o menos interesantes, intercaladas de rótulos que hacían avanzar la acción casi a toque de corneta.
Sé que nado a contracorriente, pero a mí este film me ha dejado más bien frío. Veo en él un guion tramposo que avanza a golpe del capricho del director buscando así el impacto en el espectador; es decir, una escena concreta no es consecuencia de la anterior ni causa de la siguiente. No estoy pidiendo que tenga una lógica humana; aceptaría de buenísimo grado una lógica de cuento, pero que se respete y no coja atajos peligrosos, una lógica interna podríamos decir.
El aislamiento imposible al que se ve sometido el matador, las visitas continuas de su hija, la escena de la manzana, las fotos con el matador muerto, la escena final, y en general casi todo el film está cosido con hilo grueso e incurriendo en grandes contradicciones, lo que resulta más fácil que el hecho de haber escrito un buen guion, lógicamente. No quiero acabar, no obstante, sin reconocerle cierto mérito a la película, por arriesgada y atípica, y por su estética gótica y años veinte bastante logrados, que en los tiempos que corren no es poco, pero para mí no suficiente
14 de octubre de 2012
14 de octubre de 2012
36 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Berger, el director, llevaba mas de un lustro detrás de hacer esta película temeraria y casi suicida. Y por casualidades de la vida se le adelanto "The Artist" en la cartelera - y en la recepción entusiasta de la critica. Pero lo que pudiera parecer un handicap, creo que le ha venido bien a "Blancanieves", ya que permite apreciar incluso con mayor nitidez, la magnitud del éxito de esta formidable película española.
Recreación poderosamente original del cuento homónimo, produce admiración y perplejidad el inmenso talento del director por dotar de imágenes de una garra y destreza pocas veces vista en el cine español, además haciendo un uso pasmoso, novedoso e irresistible de la mas rancia iconografía hispánica - los denostados toros, lo flamenco, las mantillas, ... - hasta convertirla en una originalísima recreación de una España inverosímilmente real y fascinante. Ahora que tan desacreditado que esta -por los politicastros de turno - España y lo español, produce verdadero asombro y gratitud que se haga un uso tan creativo, tan poderoso, tan hipnótico y tan universal de la despreciada imaginería cañi.
Entretenida, mucho mas inteligente y original que su predecesora muda francesa, con uno de los finales mas poderosos, melancólicos, inolvidables y trágicos del cine reciente, que da una vuelta de tuerca truculenta y negra al cuento original, elevando el riesgo de la cinta pero multiplicando la trascendente inmortalidad del resultado final.
Grande, muy grande, casi perfecta, impresionante y original, permanece en la retina - y el corazón del espectador - mucho mas allá de la mera proyección de la cinta. Casi me arriesgo amvatinizar que estamos ante una obra maestra, una de las mas memorables películas del cine español de todos los tiempos.
Vayan a verla, no se la pierdan, no se dejen desanimar por su fingida mudez (se olvida que es muda a los pocos minutos de metraje), ni por su impactante fotografía en blanco y negro, ni por la memorable mala interpretada por una inconmensurable Maribel Verdu... Vayan a verla y disfrútenla como un niño, con los oídos bien abiertos para escuhar el estruendo y la desolación del silencio final...
Memorable.
Recreación poderosamente original del cuento homónimo, produce admiración y perplejidad el inmenso talento del director por dotar de imágenes de una garra y destreza pocas veces vista en el cine español, además haciendo un uso pasmoso, novedoso e irresistible de la mas rancia iconografía hispánica - los denostados toros, lo flamenco, las mantillas, ... - hasta convertirla en una originalísima recreación de una España inverosímilmente real y fascinante. Ahora que tan desacreditado que esta -por los politicastros de turno - España y lo español, produce verdadero asombro y gratitud que se haga un uso tan creativo, tan poderoso, tan hipnótico y tan universal de la despreciada imaginería cañi.
Entretenida, mucho mas inteligente y original que su predecesora muda francesa, con uno de los finales mas poderosos, melancólicos, inolvidables y trágicos del cine reciente, que da una vuelta de tuerca truculenta y negra al cuento original, elevando el riesgo de la cinta pero multiplicando la trascendente inmortalidad del resultado final.
Grande, muy grande, casi perfecta, impresionante y original, permanece en la retina - y el corazón del espectador - mucho mas allá de la mera proyección de la cinta. Casi me arriesgo amvatinizar que estamos ante una obra maestra, una de las mas memorables películas del cine español de todos los tiempos.
Vayan a verla, no se la pierdan, no se dejen desanimar por su fingida mudez (se olvida que es muda a los pocos minutos de metraje), ni por su impactante fotografía en blanco y negro, ni por la memorable mala interpretada por una inconmensurable Maribel Verdu... Vayan a verla y disfrútenla como un niño, con los oídos bien abiertos para escuhar el estruendo y la desolación del silencio final...
Memorable.
4 de febrero de 2013
4 de febrero de 2013
39 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero de todo decir que esta es una película estupenda, tiene unos hallazgos asombrosos, y casi todo está a una gran altura. Es una cuasi obra maestra, pero...
Contrariamente a lo que la gente piensa, el cine mudo se filmaba a una velocidad más lenta: a unos 16 fotogramas por segundo. El aumento a 24 fotogramas fue para grabar el sonido en la misma película sin que se resintiese la calidad auditiva.
A partir de entonces la sensación de velocidad del cine mudo paradójicamente se ve en la proyección: al moverse cualquier cosa en un segundo con menos fotogramas parece más veloz al ojo humano.
Pues bien, todo este rollo lo cuento porque el gran fallo de "Blancanieves" creo que viene del intento de paliar esta sensación. Esta es la hipótesis caritativa. La otra es que sencillamente Berger es presa del mal endémico del cine moderno y no se sabe estar quieto.
¿Así que para dar la sensación de velocidad Berger ha decidido hacer una película rápida? Pues no, más bien con prisas. Me explico. Imaginen que van al Museo del Prado. Ahí hay una gran cantidad de arte ¿verdad? Pues en este filme también. Ahora imaginen que les toca un guía con una guinda en el culo, y va embalado a todas partes. Bueno, eso en realidad no es un problema si a uno le dejan tiempo para contemplar cada cuadro. En realidad que en los pasillos el guía vaya rápido no tiene ninguna importancia, hasta se agradece cierta velocidad en lo que en el cine podríamos llamar transiciones.
Pero es que Berger lleva una velocidad normal por el pasillo. Donde te da prisa es delante del cuadro. No se está quieto más de un segundo. Te cambia de plano, o te mueve el objetivo. Todo para intentar imitar el cine mudo de antaño. O sencillamente es porque Berger viene de la publicidad, y es lo que se estila, ni idea de sus motivos.
Ahora imaginen que están delante de un cuadro fantástico del Museo del Pardo. Pero con una condición: sólo lo pueden contemplar durante un segundo antes de cambiar de ángulo de visión o pasar a otro cuadro.
¿Molesta?
Contrariamente a lo que la gente piensa, el cine mudo se filmaba a una velocidad más lenta: a unos 16 fotogramas por segundo. El aumento a 24 fotogramas fue para grabar el sonido en la misma película sin que se resintiese la calidad auditiva.
A partir de entonces la sensación de velocidad del cine mudo paradójicamente se ve en la proyección: al moverse cualquier cosa en un segundo con menos fotogramas parece más veloz al ojo humano.
Pues bien, todo este rollo lo cuento porque el gran fallo de "Blancanieves" creo que viene del intento de paliar esta sensación. Esta es la hipótesis caritativa. La otra es que sencillamente Berger es presa del mal endémico del cine moderno y no se sabe estar quieto.
¿Así que para dar la sensación de velocidad Berger ha decidido hacer una película rápida? Pues no, más bien con prisas. Me explico. Imaginen que van al Museo del Prado. Ahí hay una gran cantidad de arte ¿verdad? Pues en este filme también. Ahora imaginen que les toca un guía con una guinda en el culo, y va embalado a todas partes. Bueno, eso en realidad no es un problema si a uno le dejan tiempo para contemplar cada cuadro. En realidad que en los pasillos el guía vaya rápido no tiene ninguna importancia, hasta se agradece cierta velocidad en lo que en el cine podríamos llamar transiciones.
Pero es que Berger lleva una velocidad normal por el pasillo. Donde te da prisa es delante del cuadro. No se está quieto más de un segundo. Te cambia de plano, o te mueve el objetivo. Todo para intentar imitar el cine mudo de antaño. O sencillamente es porque Berger viene de la publicidad, y es lo que se estila, ni idea de sus motivos.
Ahora imaginen que están delante de un cuadro fantástico del Museo del Pardo. Pero con una condición: sólo lo pueden contemplar durante un segundo antes de cambiar de ángulo de visión o pasar a otro cuadro.
¿Molesta?
3 de octubre de 2012
3 de octubre de 2012
44 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Berger nos trae un bombón de película. Se nota que está hecha con mucho amor, esmero y trabajo, y esto es lo primero que he podido admirar de la película. Es cierto que le ha podido pesar un poco el no contar con el factor sorpresa, por el precedente de The Artist (aunque también es verdad que es mala suerte, ya que Berger parece ser tenía el proyecto en mente y en marcha desde hacía tiempo), pero el estilo sigue pareciendo original e incluso da a la película un toque de aire fresco.
Así, además del estilo (ya sabemos: cine años 20), lo siguiente que destaca es su singular y original propuesta: presentar una Blancanieves ambientada en Sevilla. La idea, como digo, es brillante, aunque al final quizá la propia historia, que todos conocemos, de Blancanieves lastre un poco el conjunto (a mí me parece una historia plana, simple y demasiado trillada).
Técnicamente, se me queda a medias tintas. Lo que más destaca sin duda es la propia realización, una dirección más que notable. La fotografía de De la Rica es buena, pero no deslumbra (esperaba más de él, la verdad). La música de Vilallonga también es buena, pero no termina de emocionar. Amén de ser demasiado obvia en la gran mayoría de ocasiones.
Así, además del estilo (ya sabemos: cine años 20), lo siguiente que destaca es su singular y original propuesta: presentar una Blancanieves ambientada en Sevilla. La idea, como digo, es brillante, aunque al final quizá la propia historia, que todos conocemos, de Blancanieves lastre un poco el conjunto (a mí me parece una historia plana, simple y demasiado trillada).
Técnicamente, se me queda a medias tintas. Lo que más destaca sin duda es la propia realización, una dirección más que notable. La fotografía de De la Rica es buena, pero no deslumbra (esperaba más de él, la verdad). La música de Vilallonga también es buena, pero no termina de emocionar. Amén de ser demasiado obvia en la gran mayoría de ocasiones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ahora bien, donde flojea más es en el guión, que no aprovecha bien los recursos y no está bien estructurado. Para empezar, otorga demasiado protagonismo a la parte en que Carmencita es una niña (con la actriz Sofía Oria, que hace un papel más que digno, pero cuyo talento no llega ni mucho menos a ser el de Macarena García). La sensación es de comienzo demasiado alargado, como si la película no acabara de arrancar. Además, no consigue perfilar bien la personalidad de ningún personaje, y para hacerlo en el caso del de Verdú recurre a recursos manidos y demasiado maniqueos.
Para mí, aparte de como ya he dicho de la dirección, el mejor recurso con que cuenta la película es la actriz Macarena García, que es la que mejor está con diferencia, añadiendo cercanía al personaje y desbordando encanto. Pero por culpa de cómo está estructurado el guión, la siento algo desaprovechada, y su personaje no está del todo bien dibujado. Como los de ninguno de los enanos, que pasan casi como mera anécdota por la historia (pienso que se le podría haber sacado muuucho más partido a la relación entre Blancanieves y los enanos...). También trata de incluir ciertos elementos de humor, con resultados pelín sosos.
El resto de actuaciones me parecen discretitas, sin ningún secundario que destaque.
En resumen, la película es agradable de ver, pero me da lástima sentir que el material de partida, que me parece buenísimo, está mal aprovechado, por culpa de un guión mal perfilado y estructurado.
Para mí, aparte de como ya he dicho de la dirección, el mejor recurso con que cuenta la película es la actriz Macarena García, que es la que mejor está con diferencia, añadiendo cercanía al personaje y desbordando encanto. Pero por culpa de cómo está estructurado el guión, la siento algo desaprovechada, y su personaje no está del todo bien dibujado. Como los de ninguno de los enanos, que pasan casi como mera anécdota por la historia (pienso que se le podría haber sacado muuucho más partido a la relación entre Blancanieves y los enanos...). También trata de incluir ciertos elementos de humor, con resultados pelín sosos.
El resto de actuaciones me parecen discretitas, sin ningún secundario que destaque.
En resumen, la película es agradable de ver, pero me da lástima sentir que el material de partida, que me parece buenísimo, está mal aprovechado, por culpa de un guión mal perfilado y estructurado.
15 de octubre de 2012
15 de octubre de 2012
48 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre la copia literal y la adaptación facilona se encuentra esta película cuyo único mérito es la ausencia de color.
El uso del negro sin justificación alguna ligado con unos pésimos intertítulos consiguen un 7,5 en filmaffinity una selección para los Oscar y un desconcertante premio especial del jurado en San Sebastián. Esto sólo muestra una cosa, el público ansiaba el silente blanco y negro.
Irrisoria historia a la "española": cantante-bailaora flamenca con torero, unos inaceptables 6 enanos toreros, simplón circo con blancanieves durmiente... alguien se ha preguntado el ¿Porque? en alguna escena..... imposible encontrar respuesta. Copia demasiado literal que empeora cada vez que se intenta personalizar. Pésima dirección: ¿muerto que respira? ¿una niña arrastra una enorme maleta sin muestras de esfuerzo?.... etc
Lo siento pero este film es como escuchar en vinilo el "no cambie" de "Tamara la mala". Por muy vinilo que sea sólo consigue entretener en momentos de simplez colectiva.
El uso del negro sin justificación alguna ligado con unos pésimos intertítulos consiguen un 7,5 en filmaffinity una selección para los Oscar y un desconcertante premio especial del jurado en San Sebastián. Esto sólo muestra una cosa, el público ansiaba el silente blanco y negro.
Irrisoria historia a la "española": cantante-bailaora flamenca con torero, unos inaceptables 6 enanos toreros, simplón circo con blancanieves durmiente... alguien se ha preguntado el ¿Porque? en alguna escena..... imposible encontrar respuesta. Copia demasiado literal que empeora cada vez que se intenta personalizar. Pésima dirección: ¿muerto que respira? ¿una niña arrastra una enorme maleta sin muestras de esfuerzo?.... etc
Lo siento pero este film es como escuchar en vinilo el "no cambie" de "Tamara la mala". Por muy vinilo que sea sólo consigue entretener en momentos de simplez colectiva.
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