Blancanieves
7.0
21,651
Drama
Versión libre, de carácter gótico, del popular cuento de los hermanos Grimm, que ha sido ambientada en España durante los años 20. Blancanieves es Carmen, una bella joven con una infancia atormentada por su terrible madrastra Encarna. Huyendo de su pasado, Carmen emprenderá un apasionante viaje acompañada por sus nuevos amigos: una troupe de Enanos Toreros. (FILMAFFINITY)
28 de septiembre de 2012
28 de septiembre de 2012
29 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos dudaban del proyecto de Blancanieves, existe una masa media en España que desprecia todo lo español simplemente por serlo, lo curioso es que ellos deben creerse que han nacido en Irlanda o en la China, porque ellos son españoles. Bueno, lo que quiero decir es que desprecian todo, aunque luego no tiene problemas en dejarse caer "las bragas" o los "calzones" por productos mediocres como Crepúsculo o las otras dos versiones de Blancanieves (que desde luego tienen poca luces)
A pesar de no ser taurina, no creo que pueda haber película que incluya la iconografía de la tauromaquia en una largometraje mejor, es una auténtica delicia, el bilbaíno Pablo Berger observa desde el norte a una Andalucía de los años veninte, de cortijos y de toros. Su mirada es la de un foráneo, y se nota, pero también se nota que se ha empapado de todo y ha querido transmitir todo lo mejor para su película, dándole además un toque oscuro.
Fantástica fotografía, magnífico montaje, buen ritmo y momentos que se te quedan en la retina. Pero me gustaría destacar el acierto de la Banda Sonora, se dijo que en principio era Alberto Iglesias el autor de la misma, pero éste por cuestiones personales no pudo hacerla, en cambio Alfonso Villaronga hace toda una obra de arte con su composición.
Y, por último el broche de oro es el reparto, un lujo de casting pero destacaría a la joven Sofía Oria (que transmite mucha dulzura) y por supuestísimo esa mala, malísima, mala de profesión y sin perdir perdón que es Maribel Verdú. Una actriz que ha ido creciendo con el paso de los años, aunque ya de jovencita dió muestras de su calidad como actriz dramática (Amantes) pero desde que le tocó la "loteria" con el Laberinto del Fauno está mujer no para de acertar en sus trabajos, por muy pequeños que sean (como De tu ventana a la mía) pocas sombras ha tenido "La Verdú" en estos últimos 6 años pero con Blancanieves llega a lo máximo no se puede estar mejor, transmite perfectamente todas sensaciones, incluso está graciosa de lo cutre que es su personaje a veces, es una versión moderna de La Madrastra, porque esta madrastra no quiere ser la más bella, sino ambiciona fama y dinero, una lectura de lo que podría ser hoy la fama, famosos que son famosos porque sí y no porque destaquen en su profesión. Todo lo contrario que "La Verdú"
En resumen una auntentica maravilla para disfrutarla, si no eres capaz de conectar con esta cinta que pena.
A pesar de no ser taurina, no creo que pueda haber película que incluya la iconografía de la tauromaquia en una largometraje mejor, es una auténtica delicia, el bilbaíno Pablo Berger observa desde el norte a una Andalucía de los años veninte, de cortijos y de toros. Su mirada es la de un foráneo, y se nota, pero también se nota que se ha empapado de todo y ha querido transmitir todo lo mejor para su película, dándole además un toque oscuro.
Fantástica fotografía, magnífico montaje, buen ritmo y momentos que se te quedan en la retina. Pero me gustaría destacar el acierto de la Banda Sonora, se dijo que en principio era Alberto Iglesias el autor de la misma, pero éste por cuestiones personales no pudo hacerla, en cambio Alfonso Villaronga hace toda una obra de arte con su composición.
Y, por último el broche de oro es el reparto, un lujo de casting pero destacaría a la joven Sofía Oria (que transmite mucha dulzura) y por supuestísimo esa mala, malísima, mala de profesión y sin perdir perdón que es Maribel Verdú. Una actriz que ha ido creciendo con el paso de los años, aunque ya de jovencita dió muestras de su calidad como actriz dramática (Amantes) pero desde que le tocó la "loteria" con el Laberinto del Fauno está mujer no para de acertar en sus trabajos, por muy pequeños que sean (como De tu ventana a la mía) pocas sombras ha tenido "La Verdú" en estos últimos 6 años pero con Blancanieves llega a lo máximo no se puede estar mejor, transmite perfectamente todas sensaciones, incluso está graciosa de lo cutre que es su personaje a veces, es una versión moderna de La Madrastra, porque esta madrastra no quiere ser la más bella, sino ambiciona fama y dinero, una lectura de lo que podría ser hoy la fama, famosos que son famosos porque sí y no porque destaquen en su profesión. Todo lo contrario que "La Verdú"
En resumen una auntentica maravilla para disfrutarla, si no eres capaz de conectar con esta cinta que pena.
8 de octubre de 2012
8 de octubre de 2012
27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este año hemos tenido empacho de una de las más populares princesas Disney, cada una con su estilo y reivindicación. La visión de Tarsem Singh iba enfocada como homenaje a la comedia spoof y al cine bollywoodiense. Por otro lado, Kristen Stewart era una princesa guerrera en un espacio ilimitado de fantasías, recordando ese blanco corcel que aparecía inverosimilmente en una costa desolada hasta un todopoderoso unicornio que Dios sabe por qué, reclamaba a Stewart como "La elegida".
Pablo Berger lleva una idea que tenía planteada ocho años atrás y que casualmente en estas fechas ha dado a luz. Cuenta con la España más patriota y tradicional de los años 20 narrando la hitoria de Carmencita: risueña, inocente y con sangre española, hija de un exprestigioso torero y de una difunta bailarina andaluza. Frente a ella está su madrastra, una mujer avariciosa, fría y ensimismada en su belleza. A partir de aquí, todos conocemos el cuento clásico. La madrastra mandaba asesinar a Blancanieves y ésta conseguía huir y formar una familia con siete enanitos. El fin de la madrastra era acabar con ella por la amenaza que le suponía su belleza. En la cinta de Berger, los bienes económicos reemplazan la belleza."Te llamaremos Blancanieves, como la del cuento", dijo uno de los enanitos y se recurre al realismo manipulado, la realidad transformada en cuento como fruto de la casualidad. Aún con los inverosímiles asesinatos sin consecuencias penales que logra la madrastra o la herencia que tan fácilmente consigue, todo sucede con realismo hasta llegar al tramo final, en donde la fantasía cobra existencia, con sentido o sin él ya es otro cantar y de objeto algo hueco a analizar.
Se ha reivindicado que la producción técnica es espléndida, posiblemente una de las más cuidadas que han habido en el cine español; el expresionismo simbolizado en el buen contraste del negro y el blanco así como en las exageradas miradas de cada actor. Planos bien encuadrados y una banda sonora efusiva en los momentos más declive. Sin embargo, 'Blancanieves' sólo contiene referencias patriotas conservadoras y por eso, la única manera de entender su tonalidad gótica es por exclusiva estética formal. No hay razón por la cual la historia no pudiera contarse con formato a color, más allá de revivir una época dorada. Comentar además que los títulos intermediarios se sitúan en escenas en donde las palabras son innecesarias, bastaba con las expresiones.
Hay escenas forzadas que resultan sensibleras y se confunden con el concepto de 'expresionismo'. La cinta termina por resultar vacía en contenido que logre ser sugerente, sin haber valores, ideas o conceptos más allá de lo que implica el orgullo de ser español: Una oda a la religión católica, a los bailes andaluces y al supuesto arte que conlleva torear. La moraleja sobre la inocencia frente a la vanidad ya fue retratada con mejor claridad metafórica en el clásico de Disney, aquí veo renovación, no reinvención. Y mucho menos me parece que esté a la altura de 'The Artist', la exaltación nacionalista prima y ciega demasiado, que queréis que os diga.
Casualmente la peor valorada de las tres Blancanieves es la más inteligente, cómica e innovadora.
Pablo Berger lleva una idea que tenía planteada ocho años atrás y que casualmente en estas fechas ha dado a luz. Cuenta con la España más patriota y tradicional de los años 20 narrando la hitoria de Carmencita: risueña, inocente y con sangre española, hija de un exprestigioso torero y de una difunta bailarina andaluza. Frente a ella está su madrastra, una mujer avariciosa, fría y ensimismada en su belleza. A partir de aquí, todos conocemos el cuento clásico. La madrastra mandaba asesinar a Blancanieves y ésta conseguía huir y formar una familia con siete enanitos. El fin de la madrastra era acabar con ella por la amenaza que le suponía su belleza. En la cinta de Berger, los bienes económicos reemplazan la belleza."Te llamaremos Blancanieves, como la del cuento", dijo uno de los enanitos y se recurre al realismo manipulado, la realidad transformada en cuento como fruto de la casualidad. Aún con los inverosímiles asesinatos sin consecuencias penales que logra la madrastra o la herencia que tan fácilmente consigue, todo sucede con realismo hasta llegar al tramo final, en donde la fantasía cobra existencia, con sentido o sin él ya es otro cantar y de objeto algo hueco a analizar.
Se ha reivindicado que la producción técnica es espléndida, posiblemente una de las más cuidadas que han habido en el cine español; el expresionismo simbolizado en el buen contraste del negro y el blanco así como en las exageradas miradas de cada actor. Planos bien encuadrados y una banda sonora efusiva en los momentos más declive. Sin embargo, 'Blancanieves' sólo contiene referencias patriotas conservadoras y por eso, la única manera de entender su tonalidad gótica es por exclusiva estética formal. No hay razón por la cual la historia no pudiera contarse con formato a color, más allá de revivir una época dorada. Comentar además que los títulos intermediarios se sitúan en escenas en donde las palabras son innecesarias, bastaba con las expresiones.
Hay escenas forzadas que resultan sensibleras y se confunden con el concepto de 'expresionismo'. La cinta termina por resultar vacía en contenido que logre ser sugerente, sin haber valores, ideas o conceptos más allá de lo que implica el orgullo de ser español: Una oda a la religión católica, a los bailes andaluces y al supuesto arte que conlleva torear. La moraleja sobre la inocencia frente a la vanidad ya fue retratada con mejor claridad metafórica en el clásico de Disney, aquí veo renovación, no reinvención. Y mucho menos me parece que esté a la altura de 'The Artist', la exaltación nacionalista prima y ciega demasiado, que queréis que os diga.
Casualmente la peor valorada de las tres Blancanieves es la más inteligente, cómica e innovadora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La madrastra se casa con el torero por su dinero pero no se entiende la razón de que el hombre siga viviendo como rehén de ésta. Vale que está inválido pero hay formas de escabullirse (cartas, sirvientes, un día de caza...).
La madrastra asesina a su marido, desaparece su hijastra y la peor de todas, se carga a su ayudante con una figura de piedra. Luego lo tira a la piscina para fingir que se ahogó. Me parece inverosímil que con tales actos la policía no consiga la más mínima pista para encerrarla entre rejas.
El enanito al que Carmencita salva la vida en la plaza de torear, siente un gran odio hacia ella. Se puede entender por la humillación a la que se ha tenido que someter, pero nunca hay evolución ni profundización en su ética. Aunque tampoco hay demasiada evolución en el resto de los personajes a decir verdad.
La madrastra asesina a su marido, desaparece su hijastra y la peor de todas, se carga a su ayudante con una figura de piedra. Luego lo tira a la piscina para fingir que se ahogó. Me parece inverosímil que con tales actos la policía no consiga la más mínima pista para encerrarla entre rejas.
El enanito al que Carmencita salva la vida en la plaza de torear, siente un gran odio hacia ella. Se puede entender por la humillación a la que se ha tenido que someter, pero nunca hay evolución ni profundización en su ética. Aunque tampoco hay demasiada evolución en el resto de los personajes a decir verdad.
10 de enero de 2013
10 de enero de 2013
25 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los cuentos, como mitos populares que son, son proyecciones de la psique del pueblo, de lo que se ha llegado a llamar “inconsciente colectivo”. Estos cuentos fueron alterados, creciendo de boca en boca, hasta fijarse por la pluma de maestros como los Hermanos Grimm. Es el caso del cuento inmortalizado por Disney: el cuento de “Blancanieves”.
Muchas revisiones cinematográficas se han hecho desde entonces, pero ninguna como la que nos ocupa. Pablo Berger adapta el cuento como nadie, adapta su espíritu y más, adapta el espíritu de los cuentos mismos. Su adaptación no se limita a traspasar la historia “Blancanieves” a la magnífica recreación de la España de los años 20; a cambiar el narcisismo de la madrastra reflejado en su espejo por otro proyectado en las revistas, al padre por un torero mutilado y castrado, etc. No, Pablo Berger va mucho más allá, a través de la reinterpretación del cuento pretende plasmar el espíritu de España, su inconsciente colectivo reflejado en el folclore, el arte, la cultura española.
Por ello es tan importante volver a las raíces. Las raíces del cine español mudo de los años 20, cuando ya había un potente lenguaje expresivo establecido, he aquí la prueba; y a su correspondiente época, donde España aún no había perdido su idiosincrasia con una reaccionaria europeización. La película explorará las profundidades de lo que es, o al menos fue, el espíritu español. Este es el motivo de la decisión estética: B/N y silente, y del protagonismo del folclore y su sentido dentro del film.
Por folclore me refiero, claro está, al toreo como exaltación de la vida a través de la muerte y el flamenco como expresión de la vitalidad, para Berger antesala de la muerte. La niña, recluida primero con su tía, se cría como cantaora, para después, con ayuda del gallo “pepe” –curioso el símbolo de resurrección que recordaremos en la última escena- reunirse con su padre y reapropiarse de sus herencia torera. Esto, por supuesto, antes de que el gallo acabe en la cazuela en un posible guiño a “Baby Jane”.
España no es solo folclore, ergo Blancanieves tampoco. Pablo Berger retoma también otros aspectos de la cultura ibérica. Es el caso de los enanos de Velázquez, el folclore -y no solo el folclore- goyesco, ciertas melodías que evocan a Joaquín Rodrigo, y más. Lo que no impide, incluso potencia, una dimensión grotesca repleta de pinceladas góticas y humor negro muy acertadas y de acuerdo a la atmósfera real del cuento original. Esto no quita que el serpentino personaje de Maribel Verdú esté demasiado exagerado en su falta de sutilidad, sea por su actuación (magnífica en otras circunstancias) o, más probablemente, por la insistencia para deleite del guión.
El resultado son múltiples interpretaciones imaginables. ¿Son los seis (!) enanitos proyecciones del subconsciente de Carmen/Blancanieves? ¿Es la segunda parte, la de los enanos, un sueño? ¿Es acaso la protagonista un reflejo de la España tradicional, criada entre flamenco y toros, que debe enfrentarse a la vanidad y al cambio, y combatir sus propios miedos? ¿Una crítica social? ¿O es simplemente un gótico melodrama de amor? Bienvenidos a la feria de “Blancanieves”, sois libres de elegir, pero disfrutad, ante todo disfrutad el increíble y único espectáculo. Disfrutad de la resurrección de Blancanieves, el cuento. Pasen y vean.
(sigue en el spoiler pero sin spoiler)
Muchas revisiones cinematográficas se han hecho desde entonces, pero ninguna como la que nos ocupa. Pablo Berger adapta el cuento como nadie, adapta su espíritu y más, adapta el espíritu de los cuentos mismos. Su adaptación no se limita a traspasar la historia “Blancanieves” a la magnífica recreación de la España de los años 20; a cambiar el narcisismo de la madrastra reflejado en su espejo por otro proyectado en las revistas, al padre por un torero mutilado y castrado, etc. No, Pablo Berger va mucho más allá, a través de la reinterpretación del cuento pretende plasmar el espíritu de España, su inconsciente colectivo reflejado en el folclore, el arte, la cultura española.
Por ello es tan importante volver a las raíces. Las raíces del cine español mudo de los años 20, cuando ya había un potente lenguaje expresivo establecido, he aquí la prueba; y a su correspondiente época, donde España aún no había perdido su idiosincrasia con una reaccionaria europeización. La película explorará las profundidades de lo que es, o al menos fue, el espíritu español. Este es el motivo de la decisión estética: B/N y silente, y del protagonismo del folclore y su sentido dentro del film.
Por folclore me refiero, claro está, al toreo como exaltación de la vida a través de la muerte y el flamenco como expresión de la vitalidad, para Berger antesala de la muerte. La niña, recluida primero con su tía, se cría como cantaora, para después, con ayuda del gallo “pepe” –curioso el símbolo de resurrección que recordaremos en la última escena- reunirse con su padre y reapropiarse de sus herencia torera. Esto, por supuesto, antes de que el gallo acabe en la cazuela en un posible guiño a “Baby Jane”.
España no es solo folclore, ergo Blancanieves tampoco. Pablo Berger retoma también otros aspectos de la cultura ibérica. Es el caso de los enanos de Velázquez, el folclore -y no solo el folclore- goyesco, ciertas melodías que evocan a Joaquín Rodrigo, y más. Lo que no impide, incluso potencia, una dimensión grotesca repleta de pinceladas góticas y humor negro muy acertadas y de acuerdo a la atmósfera real del cuento original. Esto no quita que el serpentino personaje de Maribel Verdú esté demasiado exagerado en su falta de sutilidad, sea por su actuación (magnífica en otras circunstancias) o, más probablemente, por la insistencia para deleite del guión.
El resultado son múltiples interpretaciones imaginables. ¿Son los seis (!) enanitos proyecciones del subconsciente de Carmen/Blancanieves? ¿Es la segunda parte, la de los enanos, un sueño? ¿Es acaso la protagonista un reflejo de la España tradicional, criada entre flamenco y toros, que debe enfrentarse a la vanidad y al cambio, y combatir sus propios miedos? ¿Una crítica social? ¿O es simplemente un gótico melodrama de amor? Bienvenidos a la feria de “Blancanieves”, sois libres de elegir, pero disfrutad, ante todo disfrutad el increíble y único espectáculo. Disfrutad de la resurrección de Blancanieves, el cuento. Pasen y vean.
(sigue en el spoiler pero sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y es que hay mucho donde disfrutar al margen de interpretaciones y transcendencias. Hasta los más hedonistas podrán satisfacer su necesidad sensorial de una experiencia inolvidable, pues ese “dejarse llevar” es uno de los objetivos de Berger. El lirismo es embriagador, la metáfora de algunas imágenes –el chorreante cambio de blanco a negro luto, por ejemplo- son brillantes y los juegos de luces y sombras enormemente estimulantes. La recreación de la época, como hemos dicho, es perfecta; el ritmo logra una enorme intensidad y suspense cuando es menester; los encuadres son seleccionados con dedicación obteniendo un magnífico resultado; el montaje acelerado y los movimientos de cámara (aun con el uso de encuadres y movimientos impropios del silente) evocan una época del cine donde la superposición de imágenes, los primeros y primerísimos planos eran herramientas habituales al servicio del melodrama. Funcionaba. Y funciona, nada falla en esta obra maestra.
También habrá guiños para los más cinéfilos, desde el clásico de Disney –el enano gruñón, los besos de despedida a los enanos- y la historia de cenicienta, hasta guiños a genios del cine como Hitchcock –la entrada al cortijo con el irónico cuadro del padre presidiendo la mansión parodia demasiado a “Rebeca”-, y por supuesto Tod Browning para las partes más grotescas –“La Parada de los Monstruos” inspira momentos como el final feriante y la compañía de los enanos. Entre guiño y guiño, que en el fondo no son más que estimulantes anécdotas, la dirección de Pablo Berger logra tres atmósferas distintas para según qué momento del film, pero siempre con lirismo. Un ambiente pastoral para la vida en la España rural, otro gótico para el interior de la mansión y un último grotesco para la compañía de enanos, cada uno caracterizado sabiamente por música y fotografía.
Efectivamente, la música de Alfonso Villalonga (“Mi Vida Sin Mí, Isabel Coixet) merece incuestionablemente el Goya. Por su capacidad de ambientar la época acomodándose al escenario, de caracterizar cada personaje, constituir la banda de ruidos y sonidos e intensificar las emociones. Todo ello sin robar protagonismo a la imagen, absoluta protagonista. En realidad la película no es muda, Villalonga es su voz.
En este sentido de dejarse llevar, de escenas inolvidables, no puedo evitar destacar 1) la muerte/nacimiento de Carmen en paralelo a la operación de su padre (todo el prólogo es impresionante), 2) la muerte de la tía y 3)el magnífico clímax final en la plaza de toros (admito que se me escapó una emocionada lágrima). Tampoco se escapa el epílogo “freak”, donde en una despiadada escena, Berger juega con nosotros, regalándonos un cierre redondo. Mucha suerte sería renacer dos veces: los labios de su príncipe azul no podrán rescatarla una segunda. Otro gran acierto por parte de Berger.
Pronto serán los Premios Goya y ya tenemos los nominados. Las grandes favoritas son dos: “Lo Imposible” y “Blancanieves”, la primera es una enorme americanada lacrimógena: pornografía emocional para marujas burguesa que quieren sentirse humanas; ésta es una joya profundamente española, que no españolada. Espero que se lleve todos los premios para los que es candidata. Al menos, “mejor película”, “mejor director”, “mejor dirección artística”, “mejor banda sonora”, “mejor guión original”, “mejor montaje”, y “mejor fotografía”. Esto sin contar los premios a las actrices. Desde luego lo merece. Yo, por mi parte, seguiré atento la trayectoria de este director y sin duda volveré a ver esta joya del 2012 y me atrevo a decir, del cine español.
También habrá guiños para los más cinéfilos, desde el clásico de Disney –el enano gruñón, los besos de despedida a los enanos- y la historia de cenicienta, hasta guiños a genios del cine como Hitchcock –la entrada al cortijo con el irónico cuadro del padre presidiendo la mansión parodia demasiado a “Rebeca”-, y por supuesto Tod Browning para las partes más grotescas –“La Parada de los Monstruos” inspira momentos como el final feriante y la compañía de los enanos. Entre guiño y guiño, que en el fondo no son más que estimulantes anécdotas, la dirección de Pablo Berger logra tres atmósferas distintas para según qué momento del film, pero siempre con lirismo. Un ambiente pastoral para la vida en la España rural, otro gótico para el interior de la mansión y un último grotesco para la compañía de enanos, cada uno caracterizado sabiamente por música y fotografía.
Efectivamente, la música de Alfonso Villalonga (“Mi Vida Sin Mí, Isabel Coixet) merece incuestionablemente el Goya. Por su capacidad de ambientar la época acomodándose al escenario, de caracterizar cada personaje, constituir la banda de ruidos y sonidos e intensificar las emociones. Todo ello sin robar protagonismo a la imagen, absoluta protagonista. En realidad la película no es muda, Villalonga es su voz.
En este sentido de dejarse llevar, de escenas inolvidables, no puedo evitar destacar 1) la muerte/nacimiento de Carmen en paralelo a la operación de su padre (todo el prólogo es impresionante), 2) la muerte de la tía y 3)el magnífico clímax final en la plaza de toros (admito que se me escapó una emocionada lágrima). Tampoco se escapa el epílogo “freak”, donde en una despiadada escena, Berger juega con nosotros, regalándonos un cierre redondo. Mucha suerte sería renacer dos veces: los labios de su príncipe azul no podrán rescatarla una segunda. Otro gran acierto por parte de Berger.
Pronto serán los Premios Goya y ya tenemos los nominados. Las grandes favoritas son dos: “Lo Imposible” y “Blancanieves”, la primera es una enorme americanada lacrimógena: pornografía emocional para marujas burguesa que quieren sentirse humanas; ésta es una joya profundamente española, que no españolada. Espero que se lleve todos los premios para los que es candidata. Al menos, “mejor película”, “mejor director”, “mejor dirección artística”, “mejor banda sonora”, “mejor guión original”, “mejor montaje”, y “mejor fotografía”. Esto sin contar los premios a las actrices. Desde luego lo merece. Yo, por mi parte, seguiré atento la trayectoria de este director y sin duda volveré a ver esta joya del 2012 y me atrevo a decir, del cine español.
15 de noviembre de 2012
15 de noviembre de 2012
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda película de Pablo Berger. Y van dos de dos. El realizador bilbaíno ha tardado nueve años (desde su reivindicable "Torremolinos 73) en volver a ponerse tras las cámaras pero dado el ejercicio de estilo que supone "Blancanieves" casi pareciera que ha ido atrás en el tiempo para mirarse en el espejo de las producciones europeas de la época silente. Asociado con el director de fotografía Kiko de la Rica, Berger compone imágenes de gran potencia visual al tiempo que evita narrar la historia que nos conocemos de memoria llenándola de detalles del folclore local y conduciendo las interpretaciones con bastante acierto, dando lugar a una pieza insólita en nuestro cine y como poco solvente.
No exenta de problemas, sin embargo, el abuso de la música (sobre todo las partes flamencas) es evidente y algunos tópicos no están bien introducidos, olvidándose de que funciobanan como sátira y siendo parte de un todo demasiado serio y gris. Por lo demás, se agradecen y mucho los detalles con los que Berger va haciendo avanzar la película, tanto aquellos visuales en los que el expresionismo alemán es resucitado en parte o los ecos a la obsesión geométrica en la composición del plano de experimentos (superiores) como "El año pasado en Marienbad", como en el ámbito narrativo. La exploración por la casa de esa niña mientras observa a su madrastra, que recuerda poderosamente a las excursiones que hacía la pequeña Chihiro en la obra maestra de Hayao Miyazaki, o todo el desarrollo de la segunda mitad de metraje, con ecos nada disimulados -aunque en ocasiones torpes- a "El rey león".
Blancanieves es buen cine pero no perfecto. Sus excesos a veces le juegan en contra pero en general merece mucho la pena, por ver las imágenes que Berger y Kiko de la Rica han facturado, por secuencias brillantes (la que cierra la película es perfecta) y la valentía y aplomo de sus responsables. No es el camino a seguir del cine español, porque su carácter es de película-isla y no debería marcar ningún tipo de nueva tendencia, pero se incluye en ese resurgimiento del fantástico que desde hace unos años está habiendo dentro de la cinematografía local. Tiene asegurados un buen puñado de premios Goya. Y no, no es mejor que "The Artist"; pero sí superior a las otras dos "Blancanieves" de 2012.
No exenta de problemas, sin embargo, el abuso de la música (sobre todo las partes flamencas) es evidente y algunos tópicos no están bien introducidos, olvidándose de que funciobanan como sátira y siendo parte de un todo demasiado serio y gris. Por lo demás, se agradecen y mucho los detalles con los que Berger va haciendo avanzar la película, tanto aquellos visuales en los que el expresionismo alemán es resucitado en parte o los ecos a la obsesión geométrica en la composición del plano de experimentos (superiores) como "El año pasado en Marienbad", como en el ámbito narrativo. La exploración por la casa de esa niña mientras observa a su madrastra, que recuerda poderosamente a las excursiones que hacía la pequeña Chihiro en la obra maestra de Hayao Miyazaki, o todo el desarrollo de la segunda mitad de metraje, con ecos nada disimulados -aunque en ocasiones torpes- a "El rey león".
Blancanieves es buen cine pero no perfecto. Sus excesos a veces le juegan en contra pero en general merece mucho la pena, por ver las imágenes que Berger y Kiko de la Rica han facturado, por secuencias brillantes (la que cierra la película es perfecta) y la valentía y aplomo de sus responsables. No es el camino a seguir del cine español, porque su carácter es de película-isla y no debería marcar ningún tipo de nueva tendencia, pero se incluye en ese resurgimiento del fantástico que desde hace unos años está habiendo dentro de la cinematografía local. Tiene asegurados un buen puñado de premios Goya. Y no, no es mejor que "The Artist"; pero sí superior a las otras dos "Blancanieves" de 2012.
20 de febrero de 2013
20 de febrero de 2013
40 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Un cinco! Le he dado ni más ni menos que un cinco a este despropósito, y empiezo así pues quiero explicar que me da no se qué dar menos de un cinco a las pelis españolas que intentan innovar algo, o por lo menos hacer algo diferente, aunque la peli, como es el caso, me cause hasta cierto rubor, ya que nada más acabar la proyección lo primero que te da ganas es de ponerte la boina y el refajo e irte al pueblo a ordeñar vacas.
Buen momento para este tipo de pelis cuando el PP anda por ahí vendiendo la marca España como algo modernete, país industrializado y pujante en I+D.
Nada mejor para ello que esta película, desde luego.
Malo lo del torero y la tonadillera tan manido que sobran palabras (la Pantoja y Paquirri digo yo)
Malo confundir a un parapléjico con un gilipollas, que en vez de la movilidad parece que se ha vuelto tonto perdido.
Malo enseñar hospitales tal como van a ser en el futuro, con eso de las privatizaciones, con fórceps sacados de una herrería, con monjas sádicas y enfermeras psicópatas (Lo de la enfermera pagado sin duda por Belén Esteban)
Malo eso de la música hortera y cañí de hace más de un siglo, con estúpidos bailes, que más que sevillanas parecen el baile de San Vito (No me extraña que algún personaje muera al hacer semejante capullada)
Malo que contrates de enanos a los bomberos toreros para realizar una película, y vestir a uno de flamenca con una estúpida peluca a lo Estrellita Castro (la herencia Almodovoriana no puede faltar, por supuesto, siempre hay que poner a algún transexual, venga a cuento o no, es muy cañí)
Malo es que vea esta película Andreita, la hija de Jesulín, le puede causar un trauma infantil cada vez que vaya a la finca Ambiciones de su padre, va a ir acojonada, demasiada similitud, padre torero cortito, madrasta enfermera…. ¡Uy que miedo!
Malo es que le den el Goya al mejor guión original (ja,ja,ja,ja, es que me parto), cuando es ADAPTADO al cuento de Blancanieves.
Malo es que le den el Goya a la mejor actriz a una tía por ponerse siete vestidos y poner cara de mala durante el tiempo que sale (¿realmente la Verdú es la actriz principal? Mira que lo dudo), la verdad es que más que la madrastra de Blancanieves me recordaba bastante más a Cruela de Vil.
Mala es la imagen que damos al mundo de país atrasado y paleto, pero que muy malo, lo que se han debido reír los guiris pensando en lo gañanes que somos los españoles ¡Qué vergüenza!
Podría decir más cosas malas, muchas más, pero lo de Pepe el gallo ya me parece la ostia, la reostía y la recontraostia ¿De verdad creía el bueno del director que Pepe podría competir con el perro de “The Artist”? ¿Qué oscuras intenciones tenía el director para elegir como mascota de Blancanieves un gallo? ¿Qué juego puede dar un gallo en una película? ¿Han pagado los de pastas Gallo parte de la película? ¿Ha pasado el gallo por la escuela de cine? (No me extrañaría nada viendo el nivel de ciertos actores jóvenes españoles) ¿Sabe realmente el director distinguir el pollo asado con el pollo en pepitoria? (viene a cuento la pregunta, y si no recordar los que habéis visto la peli) ¿El gallo es de la familia Bardem y había que meterle en la película como fuera? ¿Demandará el gallo Claudio a la productora por plagio, al tomar parte de su gracejo el director? Y aparte llamarle Pepe, todavía si se hubiese llamado Mariano hubiese tenido cierta gracia, imaginándole cacareando toda la película sobre la mayoría absoluta del PP, que pérdida más grande.
¡Ay lo del gallo! Es que me ha podido el tema, que macarrada más grande.
En fin que me parece una peli semipasable en cuanto a fotografía y dirección, pero a la vez he atisbado un regreso a la España Cañí y paleta de mediados del siglo XX, igual es que ha vuelto Franco como jefe de estado y se ha disfrazado detrás de unas gafas y barba poblada.
Sé que me voy a llevar con esta crítica una buena dosis de palos, pero es que no quiero comportarme en plan gallina, no vaya a venir el bueno de Pepe y me monte.
Un cinco súper, súper, súper, benévolo.
Buen momento para este tipo de pelis cuando el PP anda por ahí vendiendo la marca España como algo modernete, país industrializado y pujante en I+D.
Nada mejor para ello que esta película, desde luego.
Malo lo del torero y la tonadillera tan manido que sobran palabras (la Pantoja y Paquirri digo yo)
Malo confundir a un parapléjico con un gilipollas, que en vez de la movilidad parece que se ha vuelto tonto perdido.
Malo enseñar hospitales tal como van a ser en el futuro, con eso de las privatizaciones, con fórceps sacados de una herrería, con monjas sádicas y enfermeras psicópatas (Lo de la enfermera pagado sin duda por Belén Esteban)
Malo eso de la música hortera y cañí de hace más de un siglo, con estúpidos bailes, que más que sevillanas parecen el baile de San Vito (No me extraña que algún personaje muera al hacer semejante capullada)
Malo que contrates de enanos a los bomberos toreros para realizar una película, y vestir a uno de flamenca con una estúpida peluca a lo Estrellita Castro (la herencia Almodovoriana no puede faltar, por supuesto, siempre hay que poner a algún transexual, venga a cuento o no, es muy cañí)
Malo es que vea esta película Andreita, la hija de Jesulín, le puede causar un trauma infantil cada vez que vaya a la finca Ambiciones de su padre, va a ir acojonada, demasiada similitud, padre torero cortito, madrasta enfermera…. ¡Uy que miedo!
Malo es que le den el Goya al mejor guión original (ja,ja,ja,ja, es que me parto), cuando es ADAPTADO al cuento de Blancanieves.
Malo es que le den el Goya a la mejor actriz a una tía por ponerse siete vestidos y poner cara de mala durante el tiempo que sale (¿realmente la Verdú es la actriz principal? Mira que lo dudo), la verdad es que más que la madrastra de Blancanieves me recordaba bastante más a Cruela de Vil.
Mala es la imagen que damos al mundo de país atrasado y paleto, pero que muy malo, lo que se han debido reír los guiris pensando en lo gañanes que somos los españoles ¡Qué vergüenza!
Podría decir más cosas malas, muchas más, pero lo de Pepe el gallo ya me parece la ostia, la reostía y la recontraostia ¿De verdad creía el bueno del director que Pepe podría competir con el perro de “The Artist”? ¿Qué oscuras intenciones tenía el director para elegir como mascota de Blancanieves un gallo? ¿Qué juego puede dar un gallo en una película? ¿Han pagado los de pastas Gallo parte de la película? ¿Ha pasado el gallo por la escuela de cine? (No me extrañaría nada viendo el nivel de ciertos actores jóvenes españoles) ¿Sabe realmente el director distinguir el pollo asado con el pollo en pepitoria? (viene a cuento la pregunta, y si no recordar los que habéis visto la peli) ¿El gallo es de la familia Bardem y había que meterle en la película como fuera? ¿Demandará el gallo Claudio a la productora por plagio, al tomar parte de su gracejo el director? Y aparte llamarle Pepe, todavía si se hubiese llamado Mariano hubiese tenido cierta gracia, imaginándole cacareando toda la película sobre la mayoría absoluta del PP, que pérdida más grande.
¡Ay lo del gallo! Es que me ha podido el tema, que macarrada más grande.
En fin que me parece una peli semipasable en cuanto a fotografía y dirección, pero a la vez he atisbado un regreso a la España Cañí y paleta de mediados del siglo XX, igual es que ha vuelto Franco como jefe de estado y se ha disfrazado detrás de unas gafas y barba poblada.
Sé que me voy a llevar con esta crítica una buena dosis de palos, pero es que no quiero comportarme en plan gallina, no vaya a venir el bueno de Pepe y me monte.
Un cinco súper, súper, súper, benévolo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena final es muy confusa, se levanta el enanito de la urna en la que descansa nuestra protagonista y esta llora ¿Qué estaba haciendo esa criatura metida en la urna? ¿Necrofilia? ¡Jajaja! Es una broma…Pero puestos a pensar mal…
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